sábado, 26 de agosto de 2017

NO HAY QUE MORIR DOS VECES



Décima novela de la serie protagonizada por el Inspector Méndez.

RESEÑADA por Noelia Vallina para LIBROS el 11 de Noviembre de 2013.
Recién terminado "No se puede morir dos veces" de Francisco González Ledesma, creo, un descubrimiento.
Ya había leído algo de este autor pero este libro me cautivó desde el principio.

Sinopsis de No hay que morir dos veces (Ed. Planeta de Libros)
Una niña que vive aislada en una casa que recibe demasiadas visitas, un hombre que acepta el encargo de volver a matar, una novia que dispara a su prometido en plena boda. ¿Tienen algo en común estos crímenes?

Tras este comienzo que nos deja sin aliento, se desgranarán todas las pruebas y seguiremos todas las pistas a través de las calles de Barcelona en esta novela apasionante que descubre el alma del asesino.

La vida y la muerte conviven en esta trama adictiva, que se convierte en un reto para el lector, demostrándonos que la línea entre ambas es más fina de lo que parece.

LOS MILLONES


RESEÑADA por Gloria González para LIBROS el 13 de Noviembre de 2013.
"Los millones", de Santiago Lorenzo.

Madrid, 1986. A uno del GRAPO le tocan doscientos millones en la Primitiva y no puede cobrarlos porque no tiene DNI.
Os recomiendo esta obra por muchos motivos: porque es una historia de humor-amor-intriga-aventura, porque te hace revivir los ochenta sin necesidad de recurrir a la “movida”, porque la trama es adictiva, porque ríes y sufres a partes iguales, porque cada personaje que aparece da para otra novela, porque es una novela original, para haberse escrito ahora, a lo que contribuye incluso la faja desplegable del libro editado por Blackie Books, etc.

Santiago Lorenzo ha escrito también “Los huerfanitos” (¡me la pido!), ha sido guionista, director y productor de cine y es un artista que elabora juguetes artesanalmente.
Un autor interesante.

Los millones (fragmento)

1"La cárcel de Palencia se llama La Moraleja. El nombre le hacía mucha gracia a Francisco García. El resto de reclusos no entendía el chiste, porque ninguno era de Madrid. La Moraleja es uno de los barrios más postineros de la capital.
Hacía tres semanas que la sala de Modelismo Ferroviario de la prisión albergaba la exposición «En-Cárcel Arte 88». La componían treinta y dos cuadros realizados con todo tipo de material escolar (ceras, Plastidecor, rotuladores gordos y finos, témperas Pelikán, etc.). Malos a rabiar, parecían reírse de tantos cumplidos que recibían de los visitantes, destinados a que los presos se animaran, recobraran sus puntos de autoestima y sopesaran la posibilidad de dejar de delinquir.
Había un solo óleo en la exposición. Era distinto a todos. El cuadro representaba un reloj de pared, con sus agujas marcando las doce y siete, y debía de ser obra de algún recluso que se figuraba así sus días: a tiempo parado. Ocurría con el lienzo lo que a veces ocurre con cierta obra plástica de aficionados que se encuentra por bares, por domicilios particulares, por entidades de gestión: que la pintura, tras una pésima ejecución de manual, muestra la impronta de un espíritu derruido, que lame a pincel sin vigor alguno y que, plasmando así su cansancio desmochado, retrata la desesperación con cruda verdad. Con más exactitud, en definitiva, que el espabilado que durmió a pierna suelta, desayunó bien, se puso frente al caballete en soleado estudio y trazó con desparpajo su ejercicio de simulada angustia."

LA ISLA BAJO EL MAR


RESEÑADA por losrelatosdepatri para LIBROS,  el 13 de Noviembre de 2013.
Terminado "La isla bajo el mar" de Isabel Allende. Hacía muchos años que no leía una novela de Isabel Allende, y me ha gustado volver a leerla. Esta novela me apetecía porque me parecía diferente a otras de la autora y no me ha decepcionado, aunque es cierto que en algún momento se me ha hecho un poco larga y pesada, en el medio de la novela, pero en general me ha gustado.
La historia de Zarité, una esclava en Saint-Domingue (Haití), por medio de la cual conocemos la vida de los esclavos en esta colonia francesa y su posterior revolución, y la vida en Nueva Orleáns, una ciudad que me parece fascinante. Como suele ocurrir en las novelas de Isabel Allende, a través de la novela desfilan varios e interesantes personajes femeninos, aunque también hay varios personajes masculinos llenos de bondad y coraje.
La recomiendo sobre todo a quienes tengan ganas de conocer más sobre la época de la esclavitud, muy bien ambientada.

La isla bajo el mar (fragmento)

"En mis cuarenta años, yo, Zarité Sedella, he tenido mejor suerte que otras esclavas. Voy a vivir largamente y mi vejez será contenta porque mi estrella -mi z´etoile- brilla también cuando la noche está nublada. Conozco el gusto de estar con el hombre escogido por mi corazón cuando sus manos grandes me despiertan la piel. He tenido cuatro hijos y un nieto, y los que están vivos son libres. Mi primer recuerdo de felicidad, cuando era una mocosa huesuda y desgreñada, es moverme al son de los tambores, y ésa es también mi más reciente felicidad, porque anoche estuve en la plaza del Congo bailando y bailando, sin pensamientos en la cabeza, y hoy mi cuerpo está caliente y cansado. La música es un viento que se lleva los años, los recuerdos y el temor, ese animal agazapado que tengo adentro. Con los tambores desaparece la Zarité de todos los días y vuelvo a ser la niña que danzaba cuando apenas sabía caminar. Golpeo el suelo con las plantas de los pies y la vida me sube por las piernas, me recorre el esqueleto, se apodera de mí, me quita la desazón y me endulza la memoria. El mundo se estremece. El ritmo nace en la isla bajo el mar, sacude la tierra, me atraviesa como un relámpago y se va al cielo llevándose mis pesares para que Papa Bondye los mastique, se los trague y me deje limpia y contenta. Los tambores vencen el miedo. Los tambores son la herencia de mi madre, la fuerza de Guinea que está en mi sangre. Nadie puede conmigo entonces, me vuelvo arrolladora como Erzuli, loa del amor, y más veloz que un látigo. Castañean las conchas de mis tobillos y muñecas, preguntan las calabazas, contestan los tambores Djembes con su voz de bosque y los timbales con su voz de metal, invitan a los Djun Djuns ,que saben hablar y ronca el gran Maman cuando lo golpean para llamar a las loas. Los tambores son sagrados, a través de ellos hablan las loas."

LA MUJER DE PAPEL


RESEÑADA por Posible Mente para LIBROS el 15 de Noviembre de 2013.
Terminé La mujer de papel. No recuerdo si se había hecho alguna reseña de este libro, pero me gustó. Tanto la historia que cuenta, cómo y sobre todo, la personalidad de la protagonista.
Lo recomendaría.

Sinopsis (Ed. Debolsillo)
Esta magnífica novela nos traslada a un viejo apartamento de Beirut en el que se encuentra una mujer, con el pelo teñido de azul, que tiene una apasionante historia que contar. Por el autor de El contador de historias.
La mujer de papel ha sido galardonada con el Premio Fémina 2016.
«Podríamos decir que cuando me teñí el pelo de azul estaba pensando en otras cosas, y dos copas de vino tinto no mejoraban mi concentración. Me explicaré...»
Aquí está Aaliya, una mujer de unos setenta años, cómodamente sentada en un viejo sillón de su apartamento en Beirut, con una taza de té en las manos y muchas ganas de hablar. La señora nos cuenta su vida, pero qué vida... Huérfana de padre, repudiada por un marido al que nunca quiso, Aaliya ha dedicado sus mejores años a leer libros y a traducirlos, mientras en la calle caían las bombas y retumbaban los   ecos de una guerra que la obligó a dormir con un rifle al lado de la cama y a ofrecer su cuerpo a cambio de una ducha caliente.


La mujer de papel (fragmento)
"Me produce ternura recordar cómo estaban distribuidos los muebles en la habitación principal, cómo ponían la gran bandeja de latón encima de la otomana redonda de lona a la hora de cenar.
Pero también siento nostalgia de los paseos por el camino de Swann, así como por el camino de Guermantes; del momento en que Charles Kinbote sorprende a John Shade bañándose; de cómo se sienta Ana Karenina en el tren.
Una vez conocí a una secretaria, la madre de una compañera de clase. Una mañana acompañó a su hija al colegio y la dejó junto a la puerta; el portero armenio, un hombre de cabello entrecano, salió de su caseta para saludarlas, como hacía siempre que aparecía algún padre.
¿Era Hércules el portero del Cielo? Sea como sea, no describiría a aquel anciano armenio como Hércules. Su trabajo consistía en asegurarse de que ningún alumno saliera antes de que hubieran terminado las clases y de que solo entraran alumnos y maestros, de modo que, aunque se acercara a la madre servilmente, en realidad estaba llevándose a la hija y prohibiendo a aquella entrar. Así que no, nada de Hércules. Por mucho que me gustara y que me sintiera como en mi casa dentro de aquella jaula, el colegio se parece más al Hades que al Cielo; en el colegio se lleva a cabo un asesinato ritual de la infancia, se da muerte a los niños. El vigilante era el barquero.
Tras entregarle a su hija, la madre le dedicó una sonrisa patricia. Llevaba un vestido hecho a medida que parecía prestado, como si se hubiera propuesto crecer dentro hasta que le quedara bien. Era un vestido gris, de un tono un poco diferente del gris peltre del cielo amenazador de aquel día. Se cubría los hombros con un chal de color azul intenso. A diferencia de los maestros que iban llegando, todos afectados por una epidemia de desinterés, ella parecía interactuar con el mundo que la rodeaba, alerta y participativa. Mientras escribo esto recuerdo lo maravilloso que era observarla, una madre que parecía tan joven, que todavía conservaba cierta vitalidad infantil.
Yo observaba el momento de la entrega desde detrás de la valla del colegio, mirando entre los barrotes (sí, barrotes metálicos por los que el año anterior podía pasar la cabeza). Los barrotes estaban cubiertos de varias capas grumosas de pintura amarilla barata, color canario enjaulado, que se desconchaba y desprendía, y la herrumbre que asomaba por debajo combinaba bien con el amarillo. Yo miraba fijamente. Tenía las manos agarradas a los barrotes, la cara aprisionada entre ellos, los pómulos pegados al metal.
La hija, mi compañera de clase, vino hasta mí. Observó a su madre, que intercambiaba unos cumplidos innecesarios con el barquero. Nosotras, en cambio, no nos dijimos nada. Su madre nos vio y se acercó. Me preguntó educadamente quién era yo, si era amiga de su hija, una pregunta breve y amable que solo requería un sí o un no por respuesta. "


EL ÚLTIMO ENCUENTRO



RESEÑADO por losrelatosdepatri para LIBROS,  el 20 de Noviembre de 2013.
He terminado "El último encuentro" de Sándor Márai, el maravilloso libro que Isabel Romero ha puesto generosamente a disposición de los lectores como libro viajero.
Es un libro exquisito, escrito de forma muy hermosa y en el que aunque no suceden muchas cosas el autor nos transmite mucho. Hay pasajes hermosísimos para reflexionar sobre la verdadera naturaleza de la amistad. También nos mantenemos en vilo siguiendo ese último encuentro entre dos amigos que hace 41 años que no se ven, que han estado separados a causa de un suceso ocurrido entre ellos y que vamos sospechando a medida que avanza la historia para descubrirlo en las páginas finales. Es uno de esos libros que apetece releer fragmentos al azar, sin seguir ningún tipo de orden, por el gusto de rememorar las reflexiones del narrador del libro, que son impactantes y muy certeras, en las que más de uno podríamos sentirnos identificados.
Un libro del que me apenará mucho desprenderme, pero que posiblemente adquiriré para que forme parte de mi biblioteca.
Os lo recomiendo y seguro volveré a leer a Sándor Márai.

El último encuentro (fragmento)
"Uno acepta el mundo, poco a poco, y muere. Comprende la maravilla y la razón de las acciones humanas. El lenguaje simbólico del inconsciente... porque las personas se comunican por símbolos, ¿te has dado cuenta?, como si hablaran un idioma extraño, chino o algo así, cuando hablan de cosas importantes, como si hablaran un idioma que luego hay que traducir al idioma de la realidad. No saben nada de sí mismas. Sólo hablan de sus deseos, y tratan desesperada e inconscientemente de esconder, de disimular. La vida se vuelve casi interesante cuando ya has aprendido las mentiras de los demás, y empiezas a disfrutar observándolos, viendo que siempre dicen otra cosa de lo que piensan, de lo que quieren en verdad... Sí, un día llega la aceptación de la verdad, y eso significa la vejez y la muerte. Pero entonces tampoco esto duele ya. Krisztina me engañó, ¡Qué frase más estúpida!... Y me engañó precisamente contigo, ¡qué rebeldía más miserable! Sí, es así, no me mires tan sorprendido: de verdad me da lástima. Más tarde, cuando me enteré de muchas cosas y lo comprendí y lo acepté todo (porque el tiempo trajo a la isla de mi soledad algunos restos, algunas señales significativas de aquel naufragio), empecé a sentir piedad al mirar al pasado, y al veros a vosotros dos, rebeldes miserables, mi esposa y mi amigo, dos personas que se rebelaban contra mí, atemorizadas y con remordimientos, consumidas por la pasión, que habían sellado un pacto de vida o muerte contra mí. "

BLACKSAD. AMARILLO


Una recomendación diferente de Gloria González el 18 de Noviembre de 2013.

Para los amantes del cómic y del detective felino antropomorfo John Blacksad (¿Ricardo Cortat?), acaba de salir el 5º volumen de la serie: “Blacksad: Amarillo”. ¡Miau!

Sinopsis (Norma Editorial)
John Blacksad está cansado de tanta violencia y miseria a su alrededor, así que decide tomarse su tiempo antes de volver a casa. La suerte parece sonreírle cuando un desconocido le contrata para llevar su coche, un flamante Cadillac modelo Eldorado, desde Nueva Orleans hasta Tulsa. Pero las carreteras del sur son tan polvorientas como imprevisibles y sin quererlo, se verá obligado a atravesar los Estados Unidos de punta a punta para resolver un asesinato. Una apasionante aventura por la que desfilarán moteros, abogados, escritores malditos y hasta artistas de circo.

COMETAS EN EL CIELO


RESEÑADO por Marie-Loup Raffestin para LIBROS, el 23 de Noviembre de 2013.
Hace unos días, terminé "Cometas en el cielo" de Khaled Hosseini.
Me gustó la historia y el retrato de Afganistán que el autor hace. Descubrimos su pueblo, sus tradiciones, sus ciudades, su historia y es mucho más interesante y cerca de la realidad que lo que solemos escuchar o ver en las noticias. Pero tampoco me llegó al corazón, me esperaba más emoción. Tal vez porque no sentí mucha empatía por Amir, el narrador (al leer no pude evitar pensar que hubiera sido más conmovedor con Hassan de narrador), tal vez porque algunas situaciones me parecieron pocos creíbles...
La verdad es que me pareció un buen libro pero no me llenó.
Leeré "Mil soles espléndidos", a ver si me gusta más.

Cometas en el cielo (fragmento)

"Me convertí en lo que hoy soy a los doce años. Era un frío y encapotado día de invierno de 1975. Recuerdo el momento exacto: estaba agazapado detrás de una pared de adobe desmoronada, observando a hurtadillas el callejón próximo al riachuelo helado. De eso hace muchos años, pero con el tiempo he descubierto que lo que dicen del pasado, que es posible enterrarlo, no es cierto. Porque el pasado se abre paso a zarpazos. "