martes, 22 de agosto de 2017

MEMORIA DE UNOS OJOS PINTADOS


Íntima y sencilla, grabaciones de una vida desgraciada, un paseo desde la II República hasta nuestros días.
Quizás le falta a Llach un poco de "oficio" no es lo mismo una canción que una novela, párrafos sin fin, explicaciones prolijas que conducen a la confusión, pensamientos un poco relamidos....pero vale la pena recordar con Germinal lo que nunca se debe olvidar.

Sinopsis:
Cuatro amigos, dos chicos y dos chicas nacidos en 1920, crecen juntos en el barrio obrero de la Barceloneta. Empiezan a descubrir el mundo en un ambiente humilde y libertario, y la proclamación de la República les abre un anchísimo horizonte de posibilidades, ilusiones y esperanzas. Pero la Guerra Civil y la posterior represión franquista lo rompen todo. La vida de los cuatro personajes y de sus familias queda marcada por el impacto de unos hechos históricos que influyen de una manera especialmente trágica en la relación de amor y de amistad entre los dos chicos, Germinal y David. El mismo Germinal, ya viejo, narra su experiencia estremecedora a un joven director de cine que busca un argumento para una película.

Memoria de unos ojos pintados (fragmento)

¿QUIERE QUE SE LO DIGA, SEÑOR DIRECTOR?

El único de su cuerda capaz de imaginar la Barceloneta de aquellos tiempos, el único que se acercaría de verdad, que pintaría los olores, los colores… ¿Cómo le diría?… la mística, eso es… ¡la mística!… el único sería Fellini. El Gran Fellini. Sólo él, no lo dude. Si aquel hombretón romano hubiera nacido en la Barceloneta la habría contado de maravilla e incluso habría bordado otra obra maestra. ¿Conoce a Fellini? Es usted tan joven… Yo visioné cien veces Amarcord. Ésa inmensa obra de arte llegó justo cuando yo bordeaba los sesenta años, y cada vez que la veía pensaba lo mismo: ¡Ah! Si este hombre hubiera vivido en mi Barceloneta… Lloraba en el cine, ¿sabe?; aún ahora, cuando la reviso, no puedo pintarme los ojos… Qué quiere, aquí ningún genio ha sabido transmitirlo. Mejor dicho, aquí, en el cine, yo diría que no tenemos genios. Nadie ha contado mi historia, y cuando digo mía no me refiero a mí… Usted ya me entiende… También tengo que confesarle que aunque sólo soy un pobre amante del cine, vistas las mediocridades supinas y grandilocuentes que han enmarañado la narración de aquellos años, casi prefiero que no se hayan dedicado a ello… Perdone, porque con mi sinceridad debo de rozar la mala educación y no tendría que hablar así sabiendo que tiene usted el proyecto de hacerlo. No lo dude, le deseo lo mejor, y tampoco le escondo que gente de mucha confianza me ha asegurado que tiene usted un gran talento, pero… cómo quiere que se lo diga, yo tengo en la cabeza una película soñada que evidentemente sólo habría podido hacer el inmenso Federico… Seguro que lo conoce, ¿no?… Bien, oiga, corto y perdone, le dejo tres minutos, le hago el café y se lo traigo.

lunes, 21 de agosto de 2017

UNA CHICA DE BARRIO


Fin de semana lluvioso y "palomitas de salón", esta mujer cuenta historias sencillas de la vida de mujeres (fundamentalmente británicas e irlandesas), durante y tras, la II Guerra Mundial, nada profundo y nada complicado; historias amables para un fin de semana en el que un@ no quiera pensar mucho en las complicaciones de la propia vida. De vez en cuando un libro de Maureen Lee, no hace daño, no es alta literatura pero es capaz de desarrollar una trama sin sobresaltos y sin maltratar el idioma, esto ya es más de lo que se puede decir de algun@s escritor@s con mayores ambiciones........¡¡¡¡
Y si queréis ver la obra de la autora y leer el primer capítulo de este libro, podéis hacerlo en el siguiente enlace: http://www.maeva.es/colecciones/grandes-novelas/de-vuelta-a-casa
Piscinera e intrascendente, con todos los tópicos del melodrama y ninguna de sus virtudes.
La vida de esta muchacha tenia posibilidades, pero de "donde no hay no se puede sacar".
Me voy a la playa¡¡¡

Sinopsis
La pequeña Joe Flynn debe irse a vivir a casa de sus tíos Ivy y Vince, tras la muerte de su madre justo al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. A pesar de las dificultades iniciales y de todos los obstáculos que debe superar, Joe se convierte en una hermosa joven llena de esperanzas e ilusiones. Su destino da un giro radical cuando por una casualidad entra a trabajar en la mansión Barefoot House como señorita de compañía de la anciana Louisa Chalcott. Joe entabla una sincera amistad con esta excéntrica escritora, y a la muerte de esta, recibe una herencia que le permite labrarse un futuro en Nueva York. Pero cuando cree que ha alcanzado la felicidad al lado del atractivo Jack Coltrane, su vida cambia de nuevo y regresa a Liverpool, donde se embarca en una carrera profesional que la llevará donde siempre había soñado.

Una chica de barrio (fragmento)

Huskisson Street 1938-1940


1

"–Hola, Pétalo. Ya estoy en casa.
–¡Mamá! –Joe alzó los brazos. La sacó de la cama y la abrazó con tanta fuerza que apenas podía respirar.
–He visto que te has bebido la leche y comido las galletas como una niña buena.
–Sí, mamá. –Apoyó la cabeza contra su cuello, en el espacio curvo que parecía hecho especialmente para ella.
–Te he echado de menos, Pétalo. Ahora tengo una visita, así que quédate sentada un ratito en las escaleras. Llévate la chaqueta de mamá y no te olvides del osito. Saldré a recogerte en un abrir y cerrar de ojos. Luego, prepararé una taza de cacao para las dos y tostadas con mantequilla y mermelada, como siempre.
–Vale, mamá.– Joe se deslizó obediente al suelo y su madre le colocó suavemente la chaqueta azul marino sobre los hombros.
–¿Cuántos años tiene? 
La voz ronca procedía de un rincón oscuro junto a la puerta de la habitación, iluminada por las velas. Un hombre muy alto, de nariz torcida y cabello negro rizado avanzó un paso. Tenía el rostro duro, pero sus ojos reflejaban melancolía.
–Tres. –Más bien pequeña para que la dejes sola tanto tiempo, ¿no?
No es seguro.
–¿Cómo que no es seguro?–replicó la madre, coqueta. Se quitó el largo alfiler de perla del sombrero de fieltro marrón–. Hay un guardafuego, y le dejo algo para comer. Sabe que siempre vuelvo.
En cualquier caso, no es asunto tuyo.
–No, no lo es. Bueno, déjala fuera para que yo pueda tener lo que he venido a buscar. Estás algo piripi y llevo esperando esto toda la noche.
–Es lo que iba a hacer justo cuando metiste las narices. –El tono de voz cambió cuando se volvió hacia la niña–.Vamos, nena –le dijo con cariño, empujándola por la puerta hacia el descansillo.
Joe se sentó en lo alto de las escaleras y sostuvo al osito Teddy en alto para que pudiera ver las estrellas que los contemplaban a través de la claraboya y de las telarañas, unas telarañas que flotaban fantasmales a la luz de la luna."







EL INCREÍBLE CASO DE BARNABY BROCKET


Cuando alguien diferente llega al mundo, una bendición se extiende sobre los que lo reciben ¿o no?......
Barnaby Brocket es, decididamente diferente y por eso su vida y las vidas de los que le rodean son, simplemente diferentes¡
Una novela corta, con toques de humor que no pasará a la historia pero resulta agradablemente fácil de leer. Una parábola sobre la diferencia en un mundo que ama la "normalidad".
Ha resultado un alivio después de los últimos fiascos lectores que he tenido, parece que las vacaciones comienzan con buen pie lector¡¡

El increíble caso de Barnaby Brocket (fragmento)

Capítulo 1


"Una familia perfectamente normal
Esta es la historia de Barnaby Brocket y, para entender a Barnaby, primero hay que entender a sus padres, dos personas que tenían tanto miedo de todo aquel que era diferente que acabaron provocando una desgracia que tendría unas consecuencias desastrosas para todos sus seres queridos.
Empecemos por el padre de Barnaby, Alistair, quien se consideraba un hombre completamente normal. Llevaba una vida normal en una casa normal, habitaba en un barrio normal donde hacía cosas normales de una forma de lo más normal. Su esposa era normal, igual que sus dos hijos.
Alistair no quería mezclarse con personas raras ni con las que daban la nota. Cuando estaba sentado en un vagón del metro y una pandilla de adolescentes hablaba a gritos cerca de él, esperaba hasta la siguiente parada, se bajaba a toda prisa y se subía en otro vagón antes de que las puertas volvieran a cerrarse. Cuando comía en un restaurante (no uno de esos restaurantes nuevos y modernos con menús complicados y comida liosa; un restaurante normal) se irritaba muchísimo si los camareros le arruinaban la velada cantando «Cumpleaños feliz» a algún comensal con ganas de llamar la atención."

EL JURADO NÚMERO 10


Si es que lo tengo merecido.....¡¡¡
En esta novela no hay amigas, ni círculos, ni cenas, pero......reincidir con una autora que "escribe" por decir algo, con un estilo tan rancio, unos argumentos que no se los cree ni ella, a pesar de su vinculación a esa "Obra" y unos personajes tan-tan cutres que no pueden serlo más¡¡¡¡
Como no llegaba con la infumable serie de su alter-ego, la juez Lola MacHor, que si es más tonta se derrite, ahora nos tortura con un abogado obeso mórbido que tiene menos gracia que Rajoy bailando......
Huid queridos amigos si veis alguna novela relacionada con esta "individua", yo por mi parte he escarmentado para siempre¡¡¡

El jurado número 10 (fragmento)

Prólogo

"Son las siete de la tarde. Estoy en la segunda planta del edificio de la Audiencia Provincial, en un pasillo estrecho, sentado en un incómodo banco, próximo a la sala del jurado. Me duelen todos los huesos. Llevo seis horas —seis horas y siete minutos para ser exactos— aquí plantado, las mismas que los jurados llevan encerrados deliberando. Estoy solo. Los de la prensa (esto está lleno de periodistas) se han ido a cenar. Yo no. Mi vida está en juego: no osaría moverme. Además, dudo de que mi estómago admitiera siquiera un vaso de agua.
Tengo el cuaderno abierto sobre las rodillas, pero solo he conseguido escribir un par de párrafos. Ninguno expresa lo que quiero decir… En momentos como este, echo de menos saber escribir; me refiero a escoger las palabras precisas, a ser capaz de traducir en frases los pensamientos. Como pequeño abogado de provincias, nado con soltura en la jerga de los contratos y los testamentos, de las alegaciones y las declaraciones de impuestos. Pero fuera de esas cuestiones, soy lego. Por no hablar de que estoy empleando un bolígrafo de plástico que, de cuando en cuando, se queda mudo y me toca alentarlo. Siempre me había parecido un gasto innecesario, pero hoy desearía contar con una de esas estilográficas aparentosas, de trazo grueso y contundente: estoy seguro de que me facilitaría desaguar mi alma. Pero así están las cosas: carezco de oficio y de pluma. Y estoy muerto de miedo…
Debe saber que no escribo por afición, prurito literario o ínfulas de cualquier tipo. Tampoco porque me aburra. Lo hago porque no me queda otro remedio: en este momento, aunque usted ni siquiera lo sospeche, las nueve personas que están en esa sala cerrada se están jugando mi vida. ¡Dios, qué angustia: es como si me estuvieran desmembrando! ¡Cuánto me gustaría poder describir la zozobra que siento, de modo que usted pudiera palparla! Pero, como le he dicho, carezco de esa habilidad. La ansiedad no ayuda; y el fino y discontinuo trazo de este bolígrafo de propaganda, tampoco."

UN COMUNISTA EN CALZONCILLOS


Creo que es la novela más autobiográfica de Claudia Piñeiro y, también, podría ser la mía.
Otro país, otra época o casi la misma, otros colegios, otras dictaduras, otras piscinas y otros veranos, pero me siento como si estuviese leyendo una parte de mi historia, como si hubiese vivido en la Argentina de Isabelita y mi padre fuese ese "comunista en calzoncillos" tierno y duro, silencioso y hablador, que todo lo comprende y no comprende nada.
Diferente a otras novelas de Piñeiro, pero aun así me ha gustado y la recomiendo¡

Un comunista en calzoncillos (fragmento)

"Ese verano, el verano siguiente a que lo despidieran de su trabajo, mi padre sostuvo la economía familiar vendiendo turboventiladores. Los turboventiladores eran, en aquel entonces, lo más novedoso que se podía encontrar para aliviar el calor del conurbano bonaerense. Y ese verano, el verano de 1976, hizo mucho calor en Buenos Aires y sus alrededores. Nosotros éramos de los que vivían en “sus alrededores”. “Gracias a Dios, hace calor”, decía mi padre, que no creía en dios alguno. Yo sí, todavía. Por las noches, cuando me acostaba, rezaba para que al día siguiente la temperatura llegara a valores aún más altos. Y pedía que no lloviera; cuando llueve refresca, con mis trece años ya lo sabía. Como también sabía que si hacía calor mi papá vendía muchos “turbos”, forma abreviada con la que llamábamos en nuestra casa a esos aparatos. Que si mi papá vendía muchos turbos volvía contento. Y que si él estaba contento, mi casa estaba tranquila.
“Los turboventiladores le traen alivio al pueblo.” Así decía mi padre. Y yo le creía. Por ese entonces, no conocía a nadie que tuviera en su casa aire acondicionado y los ventiladores comunes habían quedado desactualizados frente a esos artefactos cuadrados que podían inclinarse en distintas posiciones y que en los modelos más sofisticados permitían que la parrilla plástica frontal girara en sentido contrario a las paletas internas distribuyendo el aire de forma más equitativa. “Distribución de aire equitativa”, ésa era la frase exacta que mi papá usaba cuando ofrecía los turboventiladores más caros a los posibles clientes. La frase del alivio del pueblo la usaba sólo dentro de casa y la decía con entonación, como si imitara el discurso de un político. Salía por la mañana, con el baúl del auto cargado, y recorría las calles que el día anterior había marcado con fibra roja en fotocopias de la guía Filcar. Tocaba los timbres de cada casa ofreciendo el producto. Había turbos blancos, beige, símil madera y grises; no sé si eran lindos, pero a mí me parecía que lo eran. Sin embargo, nada es perfecto. Tampoco un turboventilador. Y el peor defecto que tenían no era el ruido que hacían sino la tierra que se juntaba entre las varillas de la parrilla frontal. Pero de eso, de los defectos, nunca hablé con mi papá. Ni del ruido ni de la tierra acumulada. Al turbo que teníamos en casa yo misma, todos los días, le repasaba las varillas con una franela, una por una, para que él no notara la suciedad."

domingo, 20 de agosto de 2017

MAR DE MAÑANA


Hay una palabra que define lo que sentimos los gallegos, aún dentro de nuestra tierra, morriña. Margaret Mazzantini relata en esta novela corta una historia de morriña, aunque no de gallegos.
El desarraigo elevado a categoría lírica por un lenguaje magnífico y unos sentimientos tan puros que estremecen.
Hoy, día morriñento en Galicia, me la he leído de un tirón y no será lo último que lea de esta escritora.
La recomiendo¡¡

Mar de mañana (fragmento)

Farid y la gacela

"Farid nunca ha visto el mar, nunca ha entrado en él.
Se lo ha imaginado muchas veces. Punteado de estrellas como la capa de un pachá. Tan azul como el muro azul de la ciudad muerta.
Ha buscado conchas fósiles enterradas hace millones de años, cuando el mar penetraba en el desierto. Ha perseguido los peces lagartija que nadan por debajo de la arena. Ha visto el lago salado y el lago amargo y los dromedarios color de plata avanzar como raídos barcos piratas. Vive en uno de los últimos oasis del Sáhara.
Sus antepasados pertenecían a una tribu de beduinos nómadas. Se detenían en los uadi, los lechos de los ríos cubiertos de vegetación, para montar allí sus tiendas. Las cabras pastaban, las mujeres cocinaban sobre las piedras ardientes. Jamás abandonaron el desierto. Sentían cierta desconfianza hacia la gente de la costa, mercaderes, corsarios. El desierto era su casa, abierta, ilimitada. Su mar de arena. Jaspeado por las dunas como la piel de un jaguar. No poseían nada. Tan solo huellas de pasos que la arena volvía a tapar. El sol movía las sombras. Estaban acostumbrados a resistir la sed, a desecarse como dátiles, sin morir. Un dromedario les abría camino, una larga sombra retorcida. Desaparecían en las dunas.
Somos invisibles para el mundo, pero no para Dios.
Se desplazaban con este pensamiento en el corazón."

INFERNO


"LASCIATE OGNI SPERANZA O VOI CH'ENTRATE"
Pues eso¡¡¡

Esta es la opinión de mi querida Calipso Breogán:

RESEÑADA por Calipso Breogán para LIBROS el 30 de Diciembre de 2013.
He terminado Inferno de Dan Browm. Como todos lo libros de este escritor, me ha resultado entretenido. Aunque un poco predecible, y el final no me ha gustado nadiña.
Pero vamos para pasar las tardes de poco trabajo , va perfectamente.


Otra opinión de nuestro amigo Ricardo Cortat:

RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS, el 14 de Julio de 2013.
Listo el 'Inferno' de Dan Brown.
Sinceramente, mejor de lo que esperaba. No es lo más de lo más pero mejora sustancialmente lo último que había escrito.
Habría que darle la Medalla al Mérito Turístico de Florencia y un par de ciudades más, por la publicidad encubierta que hace de ellas.
Desde luego para fans. O palomiteros.



Sinopsis (Ed. Planeta)
En el corazón de Italia, el catedrático de Simbología de Harvard, Robert Langdon se ve arrastrado a un mundo terrorífico centrado en una de las obras maestras de la Literatura más imperecederas y misteriosas de la Historia: «Infierno» de Dante. Con este telón de fondo, Langdon se enfrenta a un adversario escalofriante y lidia con un acertijo ingenioso en un escenario de arte clásico, pasadizos secretos y ciencia futurista. Apoyándose en el oscuro poema épico de Dante, Langdon, en una carrera contrarreloj, busca respuestas y personas de confianza antes de que el mundo cambie irrevocablemente.

Inferno (Fragmento)

PRÓLOGO

"Yo soy la Sombra.
A través de la ciudad doliente, huyo.
A través de la desdicha eterna, me fugo.
Por la orilla del río Arno, avanzo con dificultad, casi sin aliento… tuerzo a la izquierda por la via dei Castellani y enfilo hacia el norte, escondido bajo las sombras de los Uffizi.
Pero siguen detrás de mí. Sus pasos se oyen cada vez más fuertes, me persiguen con implacable determinación.
Hace años que me acosan. Su persistencia me ha mantenido en la clandestinidad…, obligándome a vivir en un purgatorio…, a trabajar bajo tierra cual monstruo ctónico.
Yo soy la Sombra.
Ahora, en la superficie, levanto la vista hacia el norte, pero soy incapaz de encontrar un camino que me lleve directo a la salvación…, pues los Apeninos me impiden ver las primeras luces del amanecer. Paso por detrás del palazzo con su torre almenada y su reloj con una sola aguja…; me abro paso entre los primeros vendedores de la piazza di San Firenze, con sus roncas voces y su aliento a lampredotto y a aceitunas al horno. Tras pasar por delante del Bargello, me dirijo hacia el oeste en dirección a la torre de la Badia y llego a la verja de hierro que hay en la base de la escalera.
Aquí ya no hay lugar para las dudas.
Abro la puerta y me adentro en el corredor a partir del cual —lo sé — ya no hay vuelta atrás. Obligo a mis pesadas piernas a subir la estrecha escalera… cuya espiral asciende en suaves escalones de mármol, gastados y llenos de hoyos.
Las voces resuenan en los pisos inferiores. Implorantes."