Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Sebastian Bergman, psicólogo criminalista que asesora al grupo de policías dirigidos por Torkel Höglund; en Estocolmo (Suecia)
Dos autores para una novela, los creadores de The Bridge comienzan una serie en Estocolmo.
El grupo de Delitos Violentos y un antiguo psicólogo del mismo. Secretos y más secretos pueblan este retrato negro de un pueblo sueco lleno de familias aparentemente normales...
Dos autores para una novela, los creadores de The Bridge comienzan una serie en Estocolmo.
El grupo de Delitos Violentos y un antiguo psicólogo del mismo. Secretos y más secretos pueblan este retrato negro de un pueblo sueco lleno de familias aparentemente normales...
Un brillante equipo policial, dirigido por el experto criminólogo Torkel Höglund, sigue la pista al asesino, Torkel es un hombre de mediana edad, separado y cumplidor de las normas hasta la extenuación con él trabaja Úrsula, experta en escenarios del crimen, con la que mantiene una relación complicada y dos jóvenes "cachorros" de la policía sueca, Billy experto en tecnologías y Vanja irascible, pagada de si misma, joven e impulsiva.
Cuando un joven de 16 años aparece brutalmente asesinado en Västerås, la policía local avisa al grupo de Crímenes Violentos de Estocolmo que se traslada al pueblo para iniciar la investigación, ahí se encuentran con su pasado, en la persona de Sebastian Bergman eminente psicólogo experto en perfiles criminales que en tiempos pasados trabajó en la Unidad de la que salió bruscamente, sin explicaciones para desaparecer durante años....
Los personajes están bien perfilados pero por encima de todos destaca Bergman, torturado, soberbio, maleducado, mujeriego, carente por completo de empatía y brillante, muy brillante. La relación con sus "compañeros" se complica hasta extremos inimaginables mientras la investigación se complica extraordinariamente, las pistas no conducen a ninguna parte y los secretos afloran como las "setas en otoño"
Es una "negra-nórdica" que se lee sin tregua y cuyos personajes pueden, todavía, ofrecernos mucho¡
Me ha gustado!!!!
Sinopsis (Ed. Planeta)
Un joven de dieciséis años ha sido brutalmente asesinado. Un brillante equipo policial, dirigido por el experto criminólogo Torkel Höglund y el eminente psiquiatra criminal Sebastian Bergman, sigue la pista al asesino.
Todo son callejones sin salida y secretos por todas partes. Un misterio de difícil resolución y una trama adictiva hasta el insomnio.
La fuerza de Larsson, el atractivo de House y la intriga de Twin Peaks.
Prepárate para conocer a Sebastian Bergman.
Torturado y con una inteligencia fuera de serie.
Brusco, mujeriego, borde y autodestructivo,
pero brillante y totalmente adictivo:
Querrás saber más de él, conocerlo y acompañarle en su camino.
Es una "negra-nórdica" que se lee sin tregua y cuyos personajes pueden, todavía, ofrecernos mucho¡
Me ha gustado!!!!
Sinopsis (Ed. Planeta)
Un joven de dieciséis años ha sido brutalmente asesinado. Un brillante equipo policial, dirigido por el experto criminólogo Torkel Höglund y el eminente psiquiatra criminal Sebastian Bergman, sigue la pista al asesino.
Todo son callejones sin salida y secretos por todas partes. Un misterio de difícil resolución y una trama adictiva hasta el insomnio.
La fuerza de Larsson, el atractivo de House y la intriga de Twin Peaks.
Prepárate para conocer a Sebastian Bergman.
Torturado y con una inteligencia fuera de serie.
Brusco, mujeriego, borde y autodestructivo,
pero brillante y totalmente adictivo:
Querrás saber más de él, conocerlo y acompañarle en su camino.
Secretos Imperfectos (fragmento)
«El hombre no era un asesino.
Se lo iba repitiendo mientras arrastraba al chico muerto cuesta abajo:
-No soy un asesino.
Los asesinos son criminales. Son mala gente. Las tinieblas les han devorado el alma y ellos, por diferentes razones, han abrazado la oscuridad y la han hecho suya, de espaldas a la luz. Él no era malo.
Al contrario.
¿Acaso no lo había demostrado en los últimos tiempos? ¿No había renunciado casi por completo a sus sentimientos y a su propia voluntad, e incluso había reprimido sus instintos por el bien de los demás?. Poner la otra mejilla. Era justo lo que había hecho él»