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jueves, 30 de noviembre de 2017

UN FILO DE LUZ


Vigésimotercera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Salvo Montalbano, comisario en Vigatá, Sicilia.

Si digo que "no hay buen verano sin Montalbano" quizás suene ripioso, pero así es desde hace muchos años. Termino, casi, junio con la última de mi admirado Camilleri con el comisario Montalbano como protagonista y, la verdad, poco queda por saber del personaje que avanza, inexorablemente, hacia ese "armario de protagonistas" que una lee porque les quiere, más que nada....¡¡
Entretenida para "seguidores recalcitrantes" de Salvo, Livia, Cataré, Fazio, Augello....y Vigatá siempre Vigatá.

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Como en anteriores ocasiones, una pesadilla provoca en el comisario Montalbano un malestar profundo, una aciaga sensación que lo deja receloso y aprensivo. Por desgracia, una vez más, los acontecimientos parecen darle la razón.
Primero entra en escena Marian De Rosa, milanesa, propietaria de una galería de arte, mujer elegante y con experiencia, una auténtica femme fatale ante la que Montalbano cae rendido de inmediato. En su fuero interno, Salvo sabe que su atracción por Marian no es una aventura cualquiera; se trata de algo distinto, como una fuerza invisible que lo trastorna y amenaza con trastocar su lucidez. Livia pasa a ser sólo una voz al otro lado del teléfono y Salvo es incapaz de sincerarse con ella, recurriendo a tácticas y subterfugios para postergar una decisión. Y mientras se debate en el torbellino de sus sentimientos, tres casos importantes requieren su atención: por un lado, la jovencísima esposa de Salvatore di Marta, dueño de un supermercado, es víctima de un atraco; por otro, dos tunecinos que trabajan en una finca agrícola desaparecen en lo que aparenta ser un asunto de tráfico de armas; y por último, una operación delictiva de altos vuelos aterriza en Vigàta.
Así pues, el siniestro sueño de las primeras páginas resultará premonitorio. En el desenlace de sus investigaciones, alguien muy querido para Montalbano resurge tristemente en su vida, y su relación con Livia recupera un cariz olvidado. Con la nitidez con la que un filo de luz recorta la zona de sombra, un comisario Montalbano más vulnerable que nunca afronta su destino con el alma convulsa.

Un filo de luz (fragmento)

1La mañana, ya desde las primeras luces del alba, había sido voluble y caprichosa. Y tal vez por ello, debido a un efecto de contagio, aquel día el humor del comisario Montalbano sería también, como poco, inestable. En esos casos sabía que lo mejor era ver al menor número de personas posible.
A medida que pasaban los años, su estado de ánimo se volvía más sensible a las variaciones climáticas, de la misma forma que un mayor o menor grado de humedad influye en el dolor de las articulaciones de un viejo. Cada día le resultaba más difícil controlarse, ocultar el exceso de alegría o de mal humor.
En el tiempo que había tenido que invertir para llegar desde su casa de Marinella hasta el barrio de Casuzza — unos quince kilómetros como mucho, pero todos de pistas sólo aptas para tractores o de caminos de tierra tan estrechos que apenas cabía un coche— , el cielo había pasado del rosa claro al gris, y luego del gris al celeste pálido, para acabar quedándose en un blancuzco nevoso que difuminaba los contornos y engañaba la vista.
Recibió la llamada a las ocho de la mañana, cuando estaba a punto de salir de la ducha. Se había levantado tarde porque sabía que ese día no tenía que ir a la comisaría, y se puso de mala uva en cuanto sonó el teléfono. No esperaba que nadie lo llamara. ¿Quién querría tocarle las pelotas?
Teóricamente, en la comisaría no debería haber nadie, salvo el encargado de la centralita, porque aquél era un día especial en Vigàta.

domingo, 26 de noviembre de 2017

LA NOCHEVIEJA DE MONTALBANO


Sexta entrega de la serie de novelas protagonizadas por Salvo Montalbano, comisario en Vigatá, Sicilia.

Reseñado por Ricardo Cortat el 22 de Enero de 2015.
Directamente a la galería de los horrores. Como libro malo, como portada horrenda, como tomadura de pelo a los lectores. Montalbano a la nevera.
Leed la reseña completa en el siguiente enlace:
https://www.evernote.com/shard/s67/sh/6003bbc6-6418-4852-a7bb-66f264152e7a/660b6e062e6a8533

Por supuesto, discrepo absolutamente de la opinión de Ricardo Cortat, en este libro de relatos se muestra a Montalbano en su "máximo esplendor", relatos cortos y contundentes, una delicia para aficionad@s.
Por supuesto, lo recomiendo¡¡¡

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Los miles de lectores que disfrutan con cada libro de Salvo Montalbano, el entrañable personaje creado por Andrea Camilleri —el autor más leído de Italia—, encontrarán en esta ocasión una serie de relatos en los que el peculiar comisario siciliano, sabio intérprete del arte de vivir, se supera a sí mismo. Una palabra fuera de tono, un gesto descontrolado, un detalle incongruente, detectados con una percepción más que aguda en la cadena de absurdos de la vida cotidiana, son suficientes para poner en movimiento la máquina de su investigación.
Así pues, los crímenes y criminales que se someterán al infalible escrutinio de Montalbano son tan heterogéneos y extraños como esa vieja pareja de actores que interpreta un fúnebre libreto en la intimidad de su dormitorio, aquel juez torturado por la idea de que su estado de ánimo influya en la ecuanimidad de sus fallos, o esa esposa cuya fidelidad es sometida a votación popular mediante carteles colgados en los muros de su pueblo. Y para coronar esta divertida colección, en el relato que da título al libro encontramos a Montalbano a punto de celebrar la Nochevieja, sumergido en un fuerte ataque de melancolía después de la enésima «discrepancia» con Livia, su eterna novia genovesa. La única luz de esa jornada oscura podrían ser los inenarrables arancini de Adelina, su asistenta, única persona en este mundo capaz de transformar estas croquetas sicilianas en un auténtico manjar de los dioses. Sin embargo para poder acceder a este festín, Montalbano habrá de demostrar antes la inocencia de uno de los hijos de Adelina.
Desde la mañana de un día lluvioso, cuando antes de tomar el café se pone de un humor sombrío como la tinta, hasta la medianoche cuando, agotado, conduce hacia su casa de Marinella mientras se complace en el esperado disfrute de una hora de fresca soledad en su pequeña terraza a orillas del mar, Montalbano exhibe esa mezcla de sabiduría de vida y coraje que todos quisiéramos poseer.





PRIVADO DE TÍTULO




RESEÑADO por Emilio Camarasa para LIBROS, el 10 de Enero de 2015.
Camilleri nos cuenta un hecho histórico acaecido en 1921. La noche del día 24 de abril de ese año, el fascista Gigino Gattuso, murió asesinado de un disparo a la edad de 18 años en una reyerta con un simpatizante comunista, convirtiéndose así en el “único mártir fascista siciliano", símbolo de una generación entregada al amor a la patria y al ideal fascista.
Lo que se produce tras este hecho es el abuso de poder, la persecución selectiva y la caza con o sin razón hacia el simpatizante comunista, que pasó y sufrió un martirio de detenciones, humillaciones, hambre y destierro durante años y años, aún contando con las suficientes pruebas de su posible inocencia.
La historia está rememorada a través de los ojos de un niño que asiste 20 años después con sus compañeros de colegio a la gran concentración juvenil-fascista, para conmemorar el aniversario de la muerte de Gattuso.
La injusticia, la sinrazón de lo absurdo, Camilleri nos lo muestra con su particular ironía, llegando a lo ridículo y lo grotesco. Esta historia de fascistas y comunistas, es una reflexión de cómo se manejaban ciertas situaciones en la Italia de Mussolini.
Muy recomendable.

Sinopsis (Ed. Salamandra)
En una nueva demostración de sus dotes narrativas, que en esta novela alcanzan nuevas cotas de excelencia, Andrea Camilleri reafirma su categoría de maestro del retrato psicológico y social. Sin renunciar al tono socarrón que lo caracteriza, el gran autor siciliano aborda con rigor la investigación de unos hechos verídicos acaecidos durante las primeras décadas del siglo pasado, exponiendo sin remilgos la capacidad del poder político para envolver la realidad en un manto de mistificación y retórica exaltadora, hasta el punto de llevarla al límite del absurdo.
Corre el año 1941 cuando el narrador asiste con sus compañeros de colegio a la conmemoración de la muerte del joven Gigino Gattuso, el «único mártir fascista siciliano», que veinte años atrás había caído durante un enfrentamiento con un grupo de militantes comunistas. Paso a paso y detalle a detalle, como si de una moviola se tratase, el autor repasa la secuencia de los acontecimientos, alternando la malicia burlona con una magnánima compasión por las víctimas de los dos bandos, a su manera siempre inocentes. Tan inocente es el comunista inculpado como el difunto fascista, obviamente ajeno a la póstuma conspiración política que lo despojó de la dignidad de simple muerto «sin título». Y como si el relato de esta farsa no bastara, Camilleri añade, a modo de colofón, la monumental fantochada que supuso el proyecto Mussolinia, la ciudad-jardín ideada por los jerarcas de Caltagirone para dejar testimonio eterno de la gloria del Duce.
Enormemente divertido a la par que profundo, nadie como Andrea Camilleri para alumbrar los aspectos más oscuros y trágicos del espíritu humano.

Privado de título (fragmento)
"Y allí me encontré al ujier deshecho en lágrimas. No conseguía encontrar ni el revólver ni el pequeño estuche de la bala. Y en efecto, en el correspondiente anaquel de la estantería, entre la prueba trescientos diecinueve y la trescientos veintiuno, había un espacio vacío. Entonces yo también decidí poner manos a la obra, esperando, aunque después la esperanza resultó vana, que se hubiera producido un cambio de sitio fortuito. A medida que pasaban las horas, la posibilidad del cambio de sitio iba resultando cada vez más remota. Pero yo no desistí y mandé que siguiera la búsqueda entre las pruebas que allí se acumulan desde hace decenas de años. Esta tarde, hacia las diecisiete horas, Bonifati me dijo que alrededor de la cerradura de la puerta de acceso a la estancia se observaba una mínima aunque bien visible señal de forzamiento en la que no habíamos reparado anteriormente. ¡Está claro que alguien tuvo la audacia de entrar de noche en la sede del tribunal, descerrajó la puerta de la sala de las pruebas y se apoderó tanto del revólver como de la bala! Tenía intención de presentar la correspondiente denuncia cuando, hacia las diecinueve horas, a punto de abandonar mi despacho, un ujier me trajo lo que, a primera vista, parecía una caja de zapatos, entregada en mano, según dijo, por un desconocido. Pues bien, se trataba efectivamente de una caja de zapatos, pero en su interior se encontraban ¡el revólver, el pequeño estuche con la bala y una nota! "


viernes, 24 de noviembre de 2017

UN SÁBADO CON LOS AMIGOS



RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 21 de Noviembre de 2014.
El Camilleri que escribe sobre Montalbano me gusta en pequeñas dosis. Todavía estamos en esa segunda oportunidad pero vamos mejorando. Pero el Camilleri que escribe sobre otras cosas, ese, me encanta.
'Un sábado con los amigos' es indecentemente impresionante. Impresionante en el tempo de los flashback y de los cambios de personaje; en la trama ¿principal? y en las historias que van hilando el nudo; en la elección de los espacios; en....
Estoy aturdido por el pasado de las 3 parejas, por su presente y por el futuro que les espera cuando se acaba el libro. Yo pensaba que iba a cenar y he ido a 'presenciar' una pesadilla social.
¿Impresionante? Impresionante es poco


Y esta es mi opinión sobre el libro:
Soy una lectora fiel, desde hace años, de las novelas de Andrea Camilleri y una rendida admiradora de este escritor; me ocurre, sin embargo, algo raro con los libros de este autor en los que el personaje principal no es el Comisario Montalbano y es que siempre me parece que les falta algo.....o les sobra...no sabría decirlo a ciencia cierta.
En esta última novela corta de Camilleri, me ha pasado l...o mismo, no se si ha sido su "estructura" deslavazada y errática, su falta de profundidad en la construcción de los personajes o la monstruosidad que se esconde tras cada uno de ellos, lo que me ha dejado insatisfecha, pero el caso es que así ha sido. Las historias de estos "amigos" tienen un poso amargo y lo único que puedo decir es, remedando a Rilke, que si "la única patria del hombre es su infancia", los protagonistas de Camilleri son apátridas.

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Sábado por la noche. Tres parejas y un excompañero de estudios, a quien no ven desde hace años, se reúnen a cenar con la intención de ponerse al día de sus respectivas historias personales. Bajo las sólidas convenciones de sus vidas burguesas, laten aún experiencias traumáticas que han marcado su existencia. Así pues, el aparente equilibro con el que disimulan el dolor, la culpa o la vergüenza comienza a resquebrajarse cuando los conflictos más profundos salen a la luz de forma inexorable. Y a medida que pasan las horas, la reunión se transforma en un tenso encuentro que enfrentará a los participantes con sus secretos más inconfesables.
En este insólito relato de ecos pirandellianos, Andrea Camilleri disecciona sin compasión la materia más sombría y corrupta que puede albergar el alma humana. La voz de hombre de teatro del maestro siciliano emerge en estas páginas con toda la riqueza de su imaginación y su ingente capacidad de sorprender al lector con el giro menos esperado.

Un sábado con los amigos (fragmento)"Anna querría quedarse eternamente en el sofá charlando con Gianni. No sabe ni las preguntas que le hace ni si tienen sentido, y no escucha sus respuestas.
Pero de esa forma consigue aislarse, no fijarse en los cambios realizados en esa habitación («qué gusto más horrendo tiene la zorra») y, sobre todo, que su mirada no se cruce con la de Andrea.
Además, le parece que este tiene el mismo problema y que finge estar totalmente abstraído en una discusión con Giulia.
O sea, que él también trata de mantenerse enrocado.
Lo que significa que es absolutamente preciso que no tengan ningún tipo de contacto.
Un contacto apenas perceptible, infinitesimal, provocaría sin duda un cortocircuito devastador.
—Pero ¿por qué adoptas una posición tan drástica? —pregunta Giulia, un poco alterada.
La obstinación de Andrea en defender la inocencia del acusado está hartándola bastante. Y, además, odia a todos los que emiten juicios basándose solo en lo que han oído.
—Si lees los periódicos o ves la tele…
—¿Estás de broma? —salta Giulia—. Pero ¿tú te dejas convencer por los periódicos?
A su regreso, Matteo teme que alguien pregunte por qué han tardado tanto. Pero parece que nadie ha advertido su más que prolongada ausencia.
Por lo demás, es bastante difícil que intuyan ya que Rena y él han iniciado una relación. Todavía es demasiado reciente. Pero, sin duda, antes o después habrá quien ponga en circulación algunos rumores. Entonces tendrá que cortar enseguida con Rena. Demasiado peligroso. Si una mínima alusión a su aventura llegara a oídos de Anna…
Ojalá las primeras sospechas surjan lo más tarde posible, que pueda disfrutar a fondo de Rena, hasta el inevitable rechazo por aburrimiento o saciedad.
Observa con alivio que al lado de Gianni en el sofá ya no está Anna, sino Fabio.
Anna ha salido a la terraza del ático.
La vista de la ciudad iluminada abajo es realmente fascinante. Pero ella permanece con la espalda apoyada en la pared exterior del salón. Cuando vivía allí, si estaba sola, no se atrevía a apoyarse en el antepecho que rodea la terraza; es demasiado bajo y ella tiene vértigo.
Mira alrededor. Ya no están las macetas con las plantas que ella cuidaba con amor y que florecían exuberantes y eran su orgullo («¡Qué buena mano tengo para las plantas!»). Han desaparecido; las ha tirado Rena, seguro. La terraza está desnuda, amargamente desierta.
La invade una rabia tan fuerte e incontrolable que se le saltan las lágrimas. La estrangularía de buena gana.
Mientras habla con Gianni, Fabio vuelve un poco la cabeza y le sonríe a Matteo.
Es una sonrisa aparentemente cómplice. Debe de haber imaginado a la perfección lo sucedido en el garaje. Se sabe que Fabio tuvo una aventura con Rena que duró más de un año, y por lo tanto conoce bastante bien sus usos y costumbres.
¿Debe preocuparse? Piensa que Fabio es el menos chismoso de todos y se tranquiliza un poco.
«Pero ¿dónde está Anna?», se pregunta.
Sólo puede estar en la terraza. Antes de salir, se sirve una copa y se dirige hacia la cristalera. Para llegar hasta allí, debe pasar forzosamente por delante del sofá donde están Fabio y Gianni.
Cuando los ha dejado unos pasos atrás, oye con claridad algunas palabras de una pregunta de Fabio a Gianni:
—¿…después de la muerte de Pasquale Vesuviano?
Da un respingo y se queda petrificado. Un poco de whisky, al caer del vaso, le moja la muñeca. El ruido de su propia sangre borboteante le impide oír la respuesta de Gianni.
Haciendo un esfuerzo, consigue dar los pocos pasos que lo separan de la cristalera y sale a la terraza.
Giulia está harta de Andrea. Empieza a notar un hormigueo en las manos. Mala señal. Ve entrar a la moldava con el postre helado.
—Voy a servirme un poco. ¿Quieres tú también?
—No —dice Andrea.
Pero se levanta y la acompaña. Giulia se pregunta qué puede hacer para librarse de él. Nota cómo se acerca peligrosamente uno de esos rarísimos momentos en que es incapaz de controlarse. Si sigue así, al final le tirará el helado a la cara a Andrea. ¿Dónde está Fabio? Lo ve hablando con Gianni. Pero no quiere molestarlo. Probablemente se ha decidido a preguntarle algo sobre el asunto de Pasquale Vesuviano, como ella misma le ha sugerido.
Anna se percata de que Matteo está alterado.
—¿Qué te pasa?
—No me toques los cojones —le espeta él, yendo a apoyarse en el antepecho.
Anna lo mira atónita. Matteo nunca ha sido tan grosero con ella. Debe de haberle pasado algo realmente desagradable. ¿Se habrá peleado con alguien? Vuelve a entrar en el salón.
Sin embargo, a simple vista todo parece sereno y sosegado; no hay ningún rastro de esa estela de nerviosismo que siempre deja en el aire una discusión acalorada. "




martes, 21 de noviembre de 2017

EL PRIMER CASO DE MONTALBANO


Undécima entrega de la serie de novelas protagonizadas por Salvo Montalbano, comisario en Vigatá, Sicilia.

RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 21 de Octubre de 2014.
Tres relatos sobre Montalbano, uno de ellos para dar forma al comisario que ya conocemos. De donde viene, por qué vive donde vive y come donde come. Imprescindible para rematar al personaje.
Tengo la sensación que Camilleri se mueve mejor en las distancias cortas que en las medias, que es más cuentista que novelista. Pero eso son manías mías.
Me sigue gustando pero en pequeñas dosis.

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Reflejo de tres épocas muy diferentes en la vida del comisario Salvo Montalbano, los relatos que componen esta nueva entrega del famoso personaje creado por Andrea Camilleri —uno de los autores más leídos de Italia en los últimos años— ofrecen una cara desconocida de Montalbano que deleitará a los iniciados y sorprenderá a aquellos lectores que se acerquen por primera vez al irresistible universo del seductor sabueso siciliano.
Si el primer relato nos presenta un caso insólito en el que la interpretación de la Cábala resulta decisiva para esclarecer la muerte violenta de una serie de animales de todo tipo y tamaño, el tercero, un extraño secuestro exprés que no termina de convencer a Montalbano, nos plantea la nueva realidad de la mafia, moderna y actualizada, que se enfrenta a unos policías obligados a salir a fumar a la calle para cumplir con la ley antitabaco.
Y entre ambos, el relato que da título al libro, un viaje al pasado para conocer al joven subcomisario Montalbano mientras espera con ansiedad un próximo ascenso. Harto de un paisaje de montaña acartonado, Salvo sueña con una casita a la orilla del mar, con el olor del salitre al amanecer y el rumor de las olas que rompen… Cuando su sueño se hace realidad, el flamante comisario se lanza a la carretera, loco de alegría, deseoso de llegar a Vigàta y conocer a sus nuevos compañeros. Y como presagio de lo que será su dilatada carrera, ya desde el primer caso se le plantea el dilema entre seguir sus corazonadas o atenerse estrictamente a las normas que marca la ley.

El primer caso de Montalbano (fragmento)

Siete lunes
1
Los dos hombres que se resguardaban bajo la marquesina de la parada, esperando con más paciencia que un santo la llegada del autobús nocturno de circunvalación, intercambiaron una sonrisita a pesar de no conocerse, pues del interior de una enorme caja de cartón puesta boca abajo en una esquina surgían unos ronquidos tan fuertes y persistentes que ni que aquello fuera una sierra eléctrica. Un pobre desgraciado, un mendigo sin duda, que había encontrado una protección transitoria contra el frío y la lluvia, y que, reconfortado por el poco calor de su propio cuerpo que el cartón retenía, había decidido que lo mejor era cerrar los ojos, mandar al carajo todo el universo y aquí paz y después gloria. Al final llegó el autobús, los dos hombres subieron y el vehículo reanudó la marcha. De pronto apareció un sujeto corriendo:
- ¡Pare! ¡Pare!
El conductor lo vio, pero pasó de largo. El tipo soltó un reniego y consultó el reloj. El siguiente vehículo tardaría una hora en pasar, a las cuatro de la madrugada. El hombre lo pensó un poco y, tras una sarta de maldiciones, decidió recorrer el camino a pie. Encendió un pitillo y echó a andar.

lunes, 20 de noviembre de 2017

LA MUERTE DE AMALIA SACERDOTE


RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS, el 21 de Octubre de 2014.
No hago más que encontrarme breves de prensa, titulares o post en FB sobre cierto programa de televisión de entrevistas del domingo 19-10-14 por la noche.
Básicamente se acusa al entrevistador de blando, vendido, despistado o de haber dejado que el entrevistado se escapara vivo.
No sé. No vi el programa y no lo veo habitualmente. Los programas..., 'montados' donde el presentador siempre queda como el listo y el entrevistado como un estúpido me pueden.
No estoy haciendo una crítica televisiva. Esta introducción es porque el libro con el que sustituí al programa viene al pelo. ¿Cómo se deciden las noticias en las redacciones de un medio de prensa? ¿Quién mueve los hilos de los periodistas? ¿Hasta que punto son independientes? ¿El simple aleteo de una mariposa en Pekín de verdad genera un huracán en la otra punta del mundo?
Camilleri abandona momentáneamente a Montalbano y presenta una explicación de que es el Poder, como se mueve y como nos afecta. Y lo hace de forma bíblica: que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda pero que tus ojos no pierdan de vista a ninguna de las dos.
Ha sido un interesante ejercicio de política ficción. Muy interesante.

Reseña de LIBROS el 29 de Agosto de 2021

Cómo mis novelas favoritas de Camilleri son las protagonizadas por Salvo Montalbano he ido evitando, a lo largo de los años, aquellas que no lo son, pero con el tiempo una se vuelve más lista y procura enmendar sus errores y así ha sido con esta novela.
La muerte de Amalia Sacerdote,  cuyo título original es La rizzagliata, es una obra maestra de la novela negra, un corto, contundente y magistral relato de cómo la corrupción penetra todas las capas de nuestra sociedad y de cómo los "soldados rasos" sólo somos eso, carne de cañón.
Absolutamente imprescindible 🌞🌞🌞

Sinopsis (Ed. RBA)
Obra ganadora del 2º Premio Internacional de Novela Negra RBA
La muerte de Amalia Sacerdote, de Andrea Camilleri, ha sido la obra ganadora de la segunda edición del Premio Internacional de Novela Negra RBA. El conocido popularmente como “Crimen del Garlasco” -un hecho real bastante famoso en Italia por la gran repercusión que tuvo en los medios de comunicación- le ha servido a Camilleri como punto de partida para crear la novela.
Michele Caruso, director de la RAI en Palermo, se niega a que el auto de procesamiento de Manlio Caputo, hijo del líder de la izquierda siciliana y acusado del homicidio de su novia -Amalia Sacerdote, hija a su vez de un notable diputado del partido rival- abra el informativo de la tarde: "Esta historia es peligrosa para todos; también para quien debe dar la noticia".

Y es que "una pura y simple noticia de sucesos" no es pura y simple en Sicilia, en donde política, mafia y familia conforman una red tan solida, que hasta la justicia y el periodismo -los dos escenarios donde transcurre esta excepcional novela- están a su servicio. Y en la que unos y otros confabulan, no para encontrar la verdad, sino para esconderla.
La muerte de Amalia Sacerdote no es sólo una novela sobre la corrupción política, sino también sobre la fidelidad al orden establecido: los títeres de la televisión, la farsa de los abogados, el farol del fiscal, la desaparición de las pruebas, el misterioso amante de Amalia Sacerdote... y, por supuesto, el alto precio de negarse a mirar hacia al otro lado.

La muerte de Amalia Sacerdote (fragmento)
"Hacia las tres de la mañana Giuditta cogió el sueño, agotada. Michele permaneció con los ojos abiertos. Habían ido a comer a una taberna donde no les conocía nadie, luego dieron un largo paseo abrazados, volvieron a casa y siguieron haciendo el amor. Ahora se sentía con la cabeza vacía. Al contrario; no, no la tenía vacía porque había una frase que le rondaba por la cabeza desde el momento en que Giuditta se la había dicho a Agnese, su amiga del alma y cómplice. «Descuelga el teléfono y apaga el móvil, como de costumbre.» ¿Por qué «como de costumbre»? Él sólo había conseguido pasar cuatro noches con Giuditta desde el comienzo de su historia y nunca había sido necesaria la ayuda de Agnese (¡ni su maestría para contar embustes!). Cuando se había presentado la ocasión de ir a casa de su padre en las Madonie, nunca habían pasado allí toda la noche, y como máximo a las cinco de la mañana debía coger la carretera hacia Palermo.
Y entonces, ¿a qué «costumbre» se refería Giuditta? Era una «costumbre» que no le concernía. Una costumbre que descubría el hábito de Giuditta de pasar la noche fuera de casa apoyándose en Agnese, que le cubría las espaldas. Fue entonces cuando recordó lo que le había contado Cate, lo mismo que Giuditta había negado con tanta naturalidad. Probablemente era verdad la historia de que tenía otro amante. A quien quizá no viera con la misma frecuencia con que lo veía a él. No estaba en vela por celos, sino por asombro. No había tenido muchas mujeres. Tres o cuatro antes de Giulia, a la cual había sido fidelísimo, y ahora Giuditta.
¿Cómo podía una mujer entregársele con tanta pasión, pareciendo siempre hambrienta, y luego esa misma noche entregarse a su marido, y pasar la noche siguiente con un tercero? Ser posible, claro que era posible, pero de todos le asombraba. El hecho era que ella, al decir «como de costumbre», se había traicionado. Se le había escapado. "

jueves, 21 de septiembre de 2017

JUEGO DE ESPEJOS




Decimonovena entrega de la serie de novelas protagonizadas por el Comisario Salvo Montalbano.

Tal vez no sea la mejor novela de Camilleri, ni el mejor caso de Montalbano, pero que placer leer una novela negra mediterránea con todos sus ingredientes bien mezclados y cocinados. Como en un juego el comisario va pasando de un escenario a otro hasta desembocar en un final que, no por previsto, es menos emocionante.
Vigatà en estado puro y nuestro Salvo más Salvo que nunca¡¡¡

Sinopsis (Ed. Salamandra)
La explosión de un pequeño artefacto frente a un almacén vacío, en pleno centro de Vigàta, y la consiguiente investigación puesta en marcha por el comisario Montalbano y su equipo, precipitan una serie de acontecimientos que se suceden de forma caótica y vertiginosa: pistas contradictorias, cartas anónimas, delaciones misteriosas... Montalbano tiene la sensación de que alguien pretende guiar sus pasos, confundirlo y manejarlo como si fuera una marioneta, alejándolo de la verdad de los hechos. Y cuando además entra en escena Liliana, su nueva vecina, una mujer de rompe y rasga cuyo marido se halla a menudo ausente por razones de trabajo, Salvo se encontrará inmerso en un mar de confusión que dificultará su trabajo más allá de lo tolerable.
Realidad e ilusión se confunden en esta última entrega del comisario Salvo Montalbano, en la que Andrea Camilleri rememora la magistral escena de los espejos de La dama de Shanghai, de Orson Welles, en la que sólo una de las imágenes es la auténtica. Para escapar de este laberinto de reflejos, Montalbano habrá de recurrir a su veteranía y su finísima intuición, sin perder nunca el irreverente sentido del humor que lo caracteriza.

Juego de Espejos (fragmento)

1"Llevaba unas dos horas sentado, como Dios lo había traído al mundo, en una especie de silla peligrosamente parecida a una silla eléctrica. Le rodeaban las muñecas y los tobillos unas argollas de hierro de las que salían manojos de cables que iban a parar a un armario metálico decorado con cuadrantes, manómetros, amperímetros, barómetros y luces —verdes, rojas, amarillas y azules— que se encendían y se apagaban sin cesar. En la cabeza llevaba un casco idéntico al que los peluqueros ponen a las señoras para hacerles la permanente, pero éste estaba unido al armario por un grueso cable negro dentro del cual había centenares de hilos de colores.
El profesor, cincuentón, con un corte de pelo estilo paje con la raya en medio, barbita de chivo, gafas con montura dorada, bata blanca inmaculada y expresión antipática y arrogante, lo había ametrallado con preguntas tipo:
«¿Quién era Abraham Lincoln?»
«¿Quién descubrió América?»
«Si ve un buen trasero de mujer, ¿qué piensa?»
«¿Nueve por nueve?»
«Entre un cucurucho de helado y un mendrugo de pan mohoso, ¿qué
prefiere?»
«¿Cuántos fueron los siete reyes de Roma?»
«Entre una película cómica y un espectáculo pirotécnico, ¿qué elegiría?»
«Si un perro lo ataca, ¿sale usted huyendo o le planta cara gruñendo?»
En un momento dado, el profesor se levantó de golpe de su asiento, hizo «ejem, ejem», se quitó una pelusa de la manga de la bata, miró fijamente a Montalbano, suspiró, movió la cabeza con desolación, suspiró de nuevo, volvió a hacer «ejem, ejem», pulsó un botón y, automáticamente, las argollas se abrieron y el casco se elevó."

martes, 19 de septiembre de 2017

LA EXCURSIÓN A TINDARI



Quinta entrega de la serie de novelas protagonizadas por el comisario Salvo Montalbano.

RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS, el 8 de Abril de 2014
¿Hacer que tu personaje lea novelas de otro personaje sirve para dar credibilidad al tuyo o para restársela al otro?
Que Montalbano lea a Vázquez Montalbán me chirría como homenaje. Deja a Carvalho como un mero pie de página en la historia de la novela negra.
Eso, o como no encuentro a nadie que sepa cocinar 'caponata' igual es que estoy de mal humor.
De todas maneras, el comisario Salvo progresa adecuadamente: sigue igual de carácter, igual de machista, igual de tenso con las mujeres, igual de soñador e igual de tragón. Vamos, que próximamente toca otra.
Acabé 'La excursión a Tíndari' y sigo encantado con este gruñón.

Ahora, se está mirando con 'Pasaje de las Sombras' de Indridason y con 'Amarillo', el nuevo cómic de Blacksad, el gato antropomórfico. Que pase el siguiente.

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Poseedor de las mejores virtudes del hombre mediterráneo, el comisario Montalbano ha sabido ganarse la simpatía de numerosos lectores con su especial sabiduría para disfrutar de los pequeños placeres y sobrellevar con elegancia el paso del tiempo, sin dejar de lado esa aguda percepción de la realidad, aderezada con la dosis exacta de cinismo, que le permite revelar la cara oculta de las cosas. Toda una filosofía de vida que Andrea Camilleri ha llevado a su máxima expresión con esta novela del inefable inspector siciliano.
Nos reencontramos así con los entrañables personajes que pueblan la imaginaria localidad de Vigàta, en Sicilia: desde Livia, la novia genovesa de Montalbano, hasta Ingrid, su sensual amiga sueca, pasando por el voluntarioso Catarella y Mimì Augello, el fiel subcomisario.
En esta ocasión, sin embargo, el inspector tiene que emplearse a fondo para resolver dos casos que parecen no tener nada en común: el asesinato de un joven y la desaparición de un matrimonio de ancianos durante una excursión a Tindari. Tras profundas reflexiones bajo un añoso árbol, descubre la pista que lo conducirá hasta una siniestra organización con la que más le valdría no haberse topado.

La excursión a Tindari (fragmento)

"En cuanto Fazio se detuvo delante del número 44 de Via Cavour, Davide Griffoabrió la portezuela y cruzó precipitadamente el portal.
—¿Por dónde empezamos? —preguntó Fazio mientras cerraba el coche.
—Por los viejecitos desaparecidos. El muerto ya está muerto y puede esperar.
En el portal se tropezaron con Griffo que estaba volviendo a salir a la velocidad de un pedrusco lanzado con tirachinas.
—¡La portera me ha dicho que esta noche ha habido un homicidio! ¡Uno que vivía en esta casa! Sólo entonces se percató de la silueta del cuerpo de Nenè Sanfilippo dibujada en blanco sobre la acera. Empezó a experimentar fuertes temblores.
—Tranquilícese —le dijo el comisario, apoyando una mano en su hombro.
—No... es que temo...
—Señor Griffo, ¿piensa que sus padres podrían estar implicados en un caso de homicidio?—¿Bromea usted? Mis padres son...
—Pues entonces. No se preocupe porque esta mañana hayan matado a una persona aquí delante. Mejor vamos a ver.
La señora Ciccina Recupero, portera, daba vueltas en los dos metros por dos de su garita como uno de esos osos que enloquecen en la jaula y empiezan a balancearse sobre las patas. Se lo podía permitir porque estaba en los puros huesos, y el poco espacio de que disponía le bastaba y sobraba para moverse.
—¡Dios mío, Dios mío, Dios mío! ¡Virgen santísima! ¿Qué ha pasado en esta casa? ¿Qué ha pasado? ¿Qué mal de ojo le han echado? ¡Aquí hay que mandar llamar enseguida al cura para que venga con el agua bendita!
Montalbano la sujetó por el brazo, o más bien por el hueso del brazo, y la obligó a sentarse.
—No haga teatro. Deje de santiguarse y conteste a mis preguntas. ¿Desde cuándo no ve a los señores Griffo?
—Desde la mañana del sábado pasado, cuando la señora regresó de la compra.
—¿Estamos a martes y usted no se preocupó?
La portera se ofendió.
—¿Y por qué habría tenido que hacerlo? ¡Ésos no le daban confianzas a nadie! ¡Eran unos orgullosos! ¡Y me importa un carajo que el hijo me oiga!¡Salían, regresaban con la compra, se encerraban en casa y en tres días no los veía nadie! Tenían mi número de teléfono: ¡si necesitaban algo, llamaban."

sábado, 2 de septiembre de 2017

LA FORMA DEL AGUA



Primera novela de la serie protagonizada por el comisario Montalbano.

RESEÑADA por Ricardo Cortat para LIBROS, el 10 de Julio de 2013.
"Hola. Me llamo Ricardo y no me gustan las novelas del comisario Montalbano."
La frase anterior la podría mantener y sostener, incluso hasta argumentar. Hasta hoy. A partir de hoy...
"Hola. Me llamo Ricardo y el comisario Montalbano tiene algo..."
Acabo 'La forma del agua', la que parece ser, según la Wikipedia, la primera novela de la serie.
Me ha gustado.
Mucho.
Me ha gustado la forma de escribir de Camilleri, me ha gustado lo directo, malhablado y fullero que es Montalbano y, sobre todo, me ha gustado que si lo puedes contar en menos de 200 páginas no hace falta rellenar con paja. Comparte estantería con un 'Lackberg' y no hay comparación.
Después de vagar por el frío norte, da gusto zambullirse en las cálidas aguas del Mediterráneo.

Sinopsis (Ed. Salamandra)
En una cálida noche siciliana, tras nadar un buen rato en las tranquilas aguas que se remansan a escasos metros de su casa a orillas del mar, Salvo Montalbano emerge de la oscuridad con las ideas más claras: la solución del caso le ronda las narices, así que sólo es cuestión de paciencia y método, para lo cual nada mejor que relajarse antes con algún manjar preparado por Adelina, su fiel asistenta. Si a los asiduos lectores de Andrea Camilleri esta escena les resultará familiar, los lectores no iniciados merecen una breve introducción: Salvo Montalbano tiene cuarenta y cinco años, conserva una novia en Génova y es comisario de policía del pequeño pueblo de Vigàta, en Sicilia, que si bien no se encuentra en ningún mapa de este mundo es más real que la vida misma. Fiel amigo de sus amigos, amante de la buena mesa y sabedor de que la tierra ha girado y girará muchas veces en torno al sol, Montalbano es el compendio vivo de las antiquísimas culturas mediterráneas. Su calidad humana, unida a su infalible perspicacia, han hecho de su creador, Andrea Camilleri, uno de los autores más leídos de Europa.
En esta ocasión, un conocido político y empresario aparece muerto semidesnudo en el interior de su coche en un arrabal donde reinan la prostitución y la droga. Todo apunta a que ha fallecido de un ataque al corazón después de haber mantenido relaciones íntimas con una persona desconocida. Sin embargo, el comisario Montalbano no se fía, y armado con su natural olfato para los comportamientos extraños, se propone descubrir la trama sexual y política que se esconde tras el presunto crimen

martes, 29 de agosto de 2017

EL PERRO DE TERRACOTA


Segunda entrega de la serie protagonizada por el comisario Salvo Montalbano.

RESEÑADA por Ricardo Cortat para LIBROS, el 19 de Julio de 2013.
'El perro de terracota' de Andrea Camilleri. Me va gustando este hombre, Montalbano, igual por lo bruto que es. Sobre el libro, mejor los personajes que la historia. Interesa más cómo lo cuentan, que lo que cuentan.

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Diversas tramas surcan las páginas de este libro. Un robo absurdo en un supermercado, el encarcelamiento un tanto estrambótico de un capo de la mafia, un asesinato cometido durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, a pesar de la firme determinación con que Montalbano afronta la resolución de estos casos, su auténtica pasión es descifrar el contenido simbólico que encierran. «Todo crimen conlleva un mensaje, la cuestión es conocer el código de quien lo ha escrito», le recuerda un excéntrico sacerdote al comisario. Así, el principal protagonista de esta novela —como de todas las que protagoniza Montalbano— es su particular forma de concebir el mundo. Los gestos, los detalles, las apariencias cobran un papel relevante, y el lenguaje se convierte en un instrumento clave para entender la realidad.

El perro de terracota (fragmento)
"Salió a la galería, se sentó en el banco, se colocó el teléfono al lado y se puso a contemplar el mar. No podía hacer otra cosa, ni leer, ni pensar, ni escribir, nada. Sólo contemplar el mar. Se estaba perdiendo y lo sabía, en el pozo sin fondo de una obsesión. Le vino a la mente una película que había visto, basada quizás en una novela de Durrenmatt, en la que el comisario se obstinaba en esperar a un asesino que tenía que pasar por un determinado lugar de la montaña, por el que éste jamás volvería a pasar, pero el comisario no lo sabía, lo esperaba y lo seguía esperando y entre tanto pasaban los días, los meses, los años. "

miércoles, 23 de agosto de 2017

LA SONRISA DE ANGÉLICA


Decimoctava entrega de la serie protagonizada por el Comisario Montalbano.

Este, también, es un libro para una tarde de verano, 140 páginas del mejor Camilleri, con un Montalbano que últimamente está de lo más enamoradizo.....
Refrescante como un granizado de café, la verdad no puedo vivir sin este comisario¡¡¡

La sonrisa de Angélica (fragmento)

1"Se despertó de repente y se incorporó con los ojos bien abiertos. Acababa de oír a alguien hablando dentro del dormitorio. Y dado que estaba solo en casa, se alarmó.
Al cabo de un momento le entraron ganas de reír, porque recordó que Livia había llegado de improviso a Marinella la víspera para darle una sorpresa —agradabilísima, al me nos al principio—, y ahora dormía como un tronco a su lado.
Por la ventana entraba un hilo de luz violácea del alba todavía incipiente. Sin siquiera mirar el reloj, Montalbano cerró los ojos con la esperanza de dormir unas horitas más.
Pero unos segundos después un pensamiento le hizo abrirlos de nuevo como platos. Si alguien había hablado en el dormitorio, sólo podía ser Livia. Y por tanto, lo había hecho en sueños.
Era la primera vez que le pasaba; bueno, quizá sí había hablado alguna vez con anterioridad, pero tan bajito que no lo había despertado. Y a lo mejor todavía se encontraba en una fase especial del sueño en que diría algo más.
No, una ocasión así no había que desaprovecharla.
Alguien que se pone a hablar de repente en sueños sólo puede decir cosas ciertas, la verdad que alberga en su interior; no recordaba haber leído que en sueños se pudieran decir mentiras, o una cosa por otra, porque mientras uno duerme está desprovisto de defensas, desarmado, es inocente como un niño.
Era de vital importancia no perderse las palabras de Livia, y por dos motivos. Uno de carácter general, dado que un hombre puede vivir cien años con una mujer, dormir a su lado, tener hijos con ella, respirar el mismo aire, creer que la conoce a la perfección, y al final comprender que nunca ha sabido cómo es realmente. El otro motivo era de carácter particular, circunstancial."

martes, 22 de agosto de 2017

EL TRAJE GRIS



Camilleri es magistral con Montalbano y cuando deja a Montalbano lo es más todavía, en esta novela corta desgrana una a una las desgracias del hombre mayor que no asume que lo es...
Es más que una novela, una parábola de la mosca y la araña con su inevitable final¡
Me ha encantado¡

Sinopsis

A lo largo de su brillante carrera profesional al frente de una entidad bancaria siciliana, donde ha demostrado su habilidad para resolver las complejidades financieras en un entorno minado por la mafia, Febo Germosino, el protagonista de esta novela, ha recibido tres cartas anónimas. Ahora, en la primera mañana de su vida de jubilado, las despliega cuidadosamente junto a una caja de cerillas. Una de ellas, recibida unos años atrás, contiene insinuaciones sobre la supuesta infidelidad de su esposa, la joven viuda con la que se casó hace una década. Elegantísima, enigmática, Adele es una espléndida e irresistible femme fatale, como una réplica de las divas americanas del cine en blanco y negro. Dotada de una sensualidad desinhibida que contrasta con el esmero con el que guarda las apariencias burguesas, Adele ha demostrado ser una esposa entregada a su marido, sólo que, en determinadas ocasiones, viste un viejo traje de chaqueta gris, de una impecable sobriedad, un traje que adquirirá un inquietante simbolismo, cuyo significado hubiese convenido no desentrañar jamás.
Una vez más, Andrea Camilleri consigue sorprendernos con una muestra de su fecundidad y maestría literaria. En esta breve e intensa novela de misterio psicológico ―que el autor ha descrito como «una historia conyugal»―, el matrimonio es el escenario de la dimensión cotidiana de la tragedia, a un tiempo último reducto del deseo y de la fantasía, y espejo de una sociedad hondamente corrupta.

LA BÚSQUEDA DEL TESORO


Decimosexta entrega de la serie protagonizada por el Comisario Montalbano.

Como en un juego siniestro Montalbano sigue las pistas que le conducirán hasta "el tesoro".
Resulta impresionante que cada entrega de las aventuras del Comisario Montalbano sea mejor que la anterior.
Es propio de un gran escritor, como Camilleri, mejorar con el tiempo pero en su caso excede las mejores expectativas del lector.
Muy recomendable como todas y un maravilloso ejemplo de como funciona el mundo¡

La búsqueda del tesoro (fragmento)

1"Que Gregorio Palmisano y su hermana Caterina eran gente de iglesia desde su temprana juventud era del dominio público. No se perdían un oficio matutino o vespertino, una santa misa, una víspera, y a veces incluso iban a la iglesia sin motivo alguno, sólo porque les apetecía. El ligero perfume de incienso que flotaba en el aire después de misa y el olor a cera de las velas les parecían más deliciosos que el aroma del ragú a alguien que lleva diez días sin comer.
Arrodillados siempre en el primer banco, no agachaban la cabeza al rezar; la mantenían erguida, con los ojos bien abiertos, aunque no miraban el gran crucifijo del altar mayor ni la Virgen doliente a sus pies. No, ellos no apartaban la vista ni un instante del cura, atentos a lo que hacía, a cómo se movía, cómo pasaba las páginas del Evangelio, cómo bendecía, cómo gesticulaba al decir «Dominus vobiscum» para después acabar con «Ite, missa est».
La pura verdad es que habrían querido ser curas, ponerse sobrepellices, estolas, paramentos, abrir la puertecita del tabernáculo, tener en las manos el cáliz de plata, dar la comunión a los fieles... Los dos. También Caterina, a quien su madre Matilde se había apresurado a corregir cuando le dijo lo que quería ser de mayor:
—Querrás decir monja.
—No, mamá: cura.
—¡Anda! ¿Y por qué quieres ser cura y no monja? —preguntó riendo doña Matilde.
—Porque los curas dicen misa y las monjas no.
Sin embargo, se vieron obligados a ayudar a su padre, que era mayorista de comestibles y tenía tres grandes almacenes, uno al lado de otro, donde amontonaba la mercancía."

LA DANZA DE LA GAVIOTA


Decimoquinta entrega de la serie protagonizada por el Comisario Salvo Montalbano.

"Montalbano decidió que había que modificar el artículo 1 de la Constitución en los siguientes términos: Italia es una República basada en la venta de droga, el retraso sistemático y el parloteo
vano.”
Inenarrable Montalbano, en una de sus investigaciones más absolutamente embrolladas, hilarantes y fantásticas de todos los tiempos. Montalbano insomne, Montalbano genial.
Comienza con la "danza de un gabbiano" y termina con todos danzando al son del Montalbano. Fantástica¡¡¡

La danza de la gaviota (fragmento)

1
"Hacia las cinco y media de la mañana ya no pudo seguir acostado, mirando el techo con los ojos como platos.
Era algo que había empezado a ocurrirle con la edad: normalmente, pasada la medianoche, se tumbaba en la cama, leía una media hora, cerraba el libro en cuanto empezaban a bailarle las letras, apagaba la luz de la mesilla de noche, se colocaba en la posición adecuada —tendido sobre el costado derecho, con las rodillas flexionadas, la mano derecha abierta, la palma hacia arriba encima de la almohada y la mejilla apoyada en la mano—, cerraba los ojos y se dormía al instante. Afortunadamente, casi siempre dormía hasta la mañana, a lo mejor incluso de un tirón, pero algunas noches, como la pasada, al cabo de apenas dos horas despertaba sin ningún motivo y ya no había manera de volver a conciliar el sueño.
Una vez, al borde ya de la desesperación, se había levantado y había llegado a beberse media botella de whisky con la esperanza de quedarse roque. El resultado fue que se presentó en la comisaría al amanecer y como una cuba.
Se levantó y fue a abrir la cristalera de la galería. El día era una auténtica preciosidad, espléndido, semejaba un cuadro recién pintado. Sin embargo, las olas resonaban más fuerte que de costumbre.
Salió y sintió un escalofrío. Estaban a mediados de mayo, y en otros tiempos ya haría un calor casi estival; en cambio, parecía un día de marzo. Tal vez se estropeara al final de la mañana. A la derecha, en Monte Russello, se formaban ya algunas nubes negras.
Entró, fue a la cocina y preparó café. Se tomó la primera taza y luego se metió en el baño. Cuando salió, vestido, se sirvió la segunda taza y fue a tomarla sentado en la galería.
—¡Qué madrugador está hoy, comisario!
Montalbano levantó una mano en señal de saludo."

viernes, 11 de agosto de 2017

LA EDAD DE LA DUDA


Decimocuarta entrega de la serie policiaca protagonizada por el Comisario Salvo Montalbano.
Me encanta Camilleri y me encanta Montalbano, aunque sea un Montalbano dudoso, enamorado y crepuscular.
Todos los personajes magníficos de Vigatá se unen para contarnos una historia de muerte y amor, de yates y diamantes, de juventud y vejez, de vida siciliana que Camilleri escribe y describe como nadie. Siguiendo la frase acuñada para Brunetti, afirmo que
"Un Montalbano al año no hace daño"¡¡¡

Un fragmento que, sin duda, no muestra ni un ápice de lo magníficamente que escribe Camilleri.

La edad de la duda (fragmento)

1
"Acababa de conciliar el sueño después de una noche horrenda - pocas había pasado en su vida peor que esa - cuando, de pronto, lo despertó un trueno que sonó como un cañonazo disparado a cinco centímetros de su oreja. Alarmado saltó de la cama soltando tacos. Ya vio clarísimo que era inútil quedarse acostado porque no volvería a dormirse.
Se levantó, se acercó a la ventana y miró al exterior. Se había desatado un temporal en toda regla: cielo uniformemente negro, relámpagos escalofriantes y olas de cuatro metros que se aproximaban sacudiendo su gran crin blanca. El agua se había comido la playa y llegaba hasta la galería. Miró el reloj; apenas eran las seis de la mañana.
Fue a la cocina, preparó café y, mientras esperaba que escampase, se sentó. Poco a poco rememoró el sueño que había tenido ¡que latazo!. ¿Por qué desde hacía unos años le había dado por acordarse de todas las chorradas que soñaba?
Por lo que él sabía no todo el mundo recordaba los sueños que tenía. Abrían los ojos y lo sucedido en sueños, agradable o desagradable, desaparecía. No era ese su caso. Y para colmo se trataba de sueños problemáticos, que le suscitaban interminables preguntas a la mayoría de las cuales no sabía dar respuesta. Y eso acababa poniéndolo de los nervios"