domingo, 2 de agosto de 2015

EL MISTERIO DE LA CRIPTA EMBRUJADA


Esta novela fue reseñada por nuestra amiga MARIE-LOUP RAFFESTIN el 21 de Marzo de 2012 y esta es su opinión tal como la compartió con LIBROS:

"La semana pasada, he leído "El misterio de la cripta embrujada" de Eduardo Mendoza. Es un libro entretenido con diálogos y situaciones muy graciosos, unos para morirse de risa, y un detective original y muy pintoresco. Me encanta como usa las palabras y su mente para investigar y salirse de las peores situaciones. Lo único es que el final no me ha parecido a la altura del libro, es bastante convencional, me imaginaba algo más misterioso. Pero es un libro muy simpático y leeré los siguientes!" Marie-Loup Raffestin (21 de Marzo de 2012)

Eduardo Mendoza es un autor del que "se aprovecha todo", cuando escribe sobre temas tan serios como La verdad sobre el caso Savolta, cuando recrea de forma "particular" el ambiente previo a la Guerra Civil Española en Riña de Gatos, cuando alcanza el colmo del surrealismo en Sin noticias de Gurb; y cuando crea novela negra en Barcelona con personajes, absolutamente, desquiciados que generan situaciones que, sólo, una pluma como la de Mendoza puede crear sin que resulten ridículas.
No es mi favorito entre las novelas que ha publicado el autor, pero bien puedo recomendarlo para pasar un rato agradable y conocer al autor, uno de los "grandes" de la literatura española. Os dejo un fragmento de la novela para "abrir boca", y espero opiniones al respecto:

" Tenía por el contrario, la frente convexa y abollada, los ojos muy chicos, con tendencia al estrabismo cuando algo la preocupaba, la nariz chata, porcina, la boca errática, ladeada, los dientes irregulares, prominentes y amarillos. De su cuerpo ni que hablar tiene: siempre se había resentido de un parto, el que la trajo al mundo, precipitado, y chapucero, acaecido en la trastienda de la ferretería donde mi madre trataba desesperadamente de abortarla y de resultas del cual le había salido el cuerpo trapezoidal, desmedido en relación con las patas, cortas y arqueadas, lo que le daba un cierto aire de enano crecido, como bien la definió, con insensibilidad de artista, el fotógrafo que se negó a fotografiarla el día de su primera comunión so pretexto de que desacreditaría su lente. 
(...)
Este parece ser el destino de algunos de los seres humanos, como parecía dar a entender su padre no hace mucho, y no seré yo quien objete ahora precisamente el orden del universo. Hay pajaritos que sólo sirven para polinizar flores que otros animales se comen para dar leche. Y hay quien de esta concatenación saca enseñanzas. Es posible que las haya, no sé. Yo, pobre de mi, siempre me he empeñado en ir a la mía, sin tratar de entender la maquinaria de la que quizá soy pieza, como el escupitajo que en las gasolineras echan a las ruedas después de inflarlas. Pero esta filosofía, si es que es alguna, no me ha dado buen resultado. "

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