viernes, 13 de febrero de 2015

UNA HABITACIÓN PROPIA



Este libro que hoy recomiendo,  ha sido considerado una verdadera biblia del feminismo desde su publicación hasta la actualidad, se trata de un ensayo basado en una serie de conferencias que Woolf impartió en los años 20. 
Las novelas de Virginia Woolf, olvidadas por crítica y lectores durante años, fueron rescatadas en los 70, y reconocido su talento para la literatura desde entonces, y es verdad, que las novelas de Virginia Woolf son magníficas y su lectura muy recomendable, pero en este ensayo, titulado originalmente A Room of one's own se encuentra su espíritu, la famosa frase "Una mujer necesita una renta de 500 libras al año y una habitación propia, si quiere escribir". no lo resume, es sólo el inicio. 

Leédla mujeres...y los hombres, también¡

Os dejo un fragmento que me gusta, especialmente, como "aperitivo" de este libro fundamental para l@s buen@s lector@s:
“Realmente, pensé, guardando las monedas en mi bolso, es notable el cambio de humor que unos ingresos fijos traen consigo. Ninguna fuerza en el mundo puede quitarme mis quinientas libras. Tengo asegurados para siempre la comida, el cobijo y el vestir. Por tanto, no sólo cesan el esforzarse y el luchar, sino también el odio y la amargura. No necesito odiar a ningún hombre; no puede herirme. No necesito halagar a ningún hombre; no tiene nada que darme. De modo que, imperceptiblemente, fui adoptando una nueva actitud hacia la otra mitad de la especie humana. Era absurdo culpar aninguna clase o sexo en conjunto. Las grandes masas de gente nunca sonresponsables de lo que hacen. Las mueven instintos que no están bajo sucontrol. También ellos, los patriarcas, los profesores, tenían que combatir unsinfín de dificultades, tropezaban con terribles escollos. Su educación habíasido, bajo algunos aspectos, tan deficiente como la mía propia. Habíaengendrado en ellos defectos igual de grandes. Tenían, es cierto, dinero ypoder, pero sólo a cambio de albergar en su seno un águila, un buitre queeternamente les mordía el hígado y les picoteaba los pulmones: el instinto deposesión, el frenesí de adquisición, que les empujaba a desear perpetuamentelos campos y los bienes ajenos, a hacer fronteras y banderas, barcos de guerra y gases venenosos; a ofrecer su propia vida y la de sus hijos……“

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