jueves, 7 de septiembre de 2017

SOBRE SU TUMBA



Decimoctava entrega de la serie de novelas protagonizadas por el inspector John Rebus.

¿Por qué me gusta John Rebus? será por su individualismo salvaje, por su incorrección política, por su contumacia investigadora, por su libertad absoluta, por su falta de convencionalismo, por su desprecio absoluto hacia los pelotas, por su fidelidad a los amigos, por sus gustos musicales, por su soledad, porque no cae bien a los jefes.......podría seguir durante 100 líneas más, me limitaré a decir que es uno de los grandes personajes de la novela negra y que su vuelta, tras cinco años de orfandad absoluta, me reconforta, espero que esta vuelta sea definitiva, porque Fox no le llega a Rebus ni a la suela del zapato¡¡¡¡
Sobre su tumba, vuelve Rebus y Escocia tiembla de nuevo¡¡¡

Sinopsis (Ed. RBA)Su alergia a todo tipo de autoridad, unos métodos de trabajo que desafían la ética profesional y un apego profundo por la botella condujeron a John Rebus a ser apartado a la fuerza del departamento de policía de Edimburgo. Pero al contrario que el resto de sus compañeros, él no es de los que acepta resignado el reloj de oro con el que se les da puerta y procede mansamente a dedicarse a la jardinería o se compra un perro al que pasear por la playa. Mientras maniobra por la vía burocrática para ser readmitido al haberse ampliado la edad de jubilación, algo de lo que muchos en el cuerpo y en Asuntos Internos no quieren ni oír hablar, pasa los días colaborando como civil con una desatendida unidad que se dedica a volver a examinar casos que en su día fueron cerrados por falta de pruebas. La pobreza de medios y el calamitoso estado de los expedientes convierten la tarea en una frustración constante. Es un destierro en toda regla, al que además le quedan cuatro días, pues sus competencias van a ser transferidas a un súper organismo de ámbito estatal.
El panorama comienza a cambiar el día en que atiende de forma azarosa a una mujer, Susan Hazlitt, madre de una adolescente desaparecida en la Nochevieja de 1999. Esta alberga la teoría de que su hija fue la primera de una lista de varias menores unidas por el hecho de haber sido raptadas en algún tramo de la autopista A9 durante los últimos años. Annette McKie, de 15 años, lleva ausente de su hogar apenas tres días, según informan los medios, pero Susan no duda de que es la víctima más reciente en unirse a tan desafortunado grupo.

Sobre su tumba (fragmento)

1"Se había cerciorado de que no se hallaba demasiado cerca de la tumba abierta.
Entre el hueco y él mediaban prietas filas de dolientes. A los portadores del féretro no los habían llamado por sus nombres, sino por sus números. Eran seis, comenzando por el hijo del difunto. La lluvia no había empezado a caer todavía, pero había pedido cita. El cementerio era bastante nuevo y estaba situado al sudeste de la ciudad. Se había saltado el oficio eclesiástico, al igual que se saltaría también las bebidas y los bocadillos posteriores. Estaba estudiando las nucas de los allí presentes: hombros encogidos, sacudidas, estornudos y carrasperas. Había gente a la que conocía, pero probablemente no demasiada. Se hizo un hueco entre dos asistentes y atisbó el pie de la sepultura. A los lados habían extendido unas telas verdes, como si pretendieran enmascarar la realidad. La gente hablaba, pero no alcanzaba a oírlos a todos. No se mencionó el cáncer. Jimmy Wallace había sido «cruelmente arrebatado», y dejaba viuda, tres hijos y cinco nietos. Los niños debían de estar delante; la mayoría eran lo bastante mayores como para saber qué estaba ocurriendo. Su abuela había emitido un penetrante alarido y le estaban infundiendo ánimos.
Por Dios, necesitaba un cigarrillo.
¿Conocía bien a Jimmy Wallace? Llevaba cuatro o cinco años sin verlo, pero habían trabajado en la misma comisaría hacía una década o más. Wallace era un agente uniformado y no pertenecía al Departamento de Investigación Criminal, pero se podía hablar con él de todos modos: bromas, cotilleos y algún que otro dato útil. Se había jubilado hacía seis años, y fue más o menos entonces cuando llegó el diagnóstico, junto con la quimioterapia y la pérdida de cabello.
Pertrechado de su humor característico...
Puede, pero mejor ser un desgraciado y estar vivo. Notó el paquete de tabaco en el bolsillo y supo que retrocedería unos metros y que tal vez se escondería detrás de un árbol a fumar. Aquella idea le recordó a sus días de colegial, cuando unos almacenes de bicicletas impedían ver nada desde la ventana del director. De vez en cuando llegaba algún profesor pidiendo fuego, un cigarrillo o el maldito paquete entero.
Era una figura muy conocida en la comunidad local..."


martes, 5 de septiembre de 2017

VERANO EN ROJO



Primera entrega de la serie de novelas protagonizada por la comisaria María Ruiz.

Prometedor inicio de la periodista Berna González Harbour, en el mundo de la novela negra patria. Verano de 2010, el verano del Mundial, Madrid muere al sol y un cadáver aparece en un parque..... Con estos mimbre se urde el primer caso de la comisaria María Ruíz y he dicho prometedor inicio, porque creo que hay mucho que pulir en este personaje femenino y su compañero periodista. Una alianza muy clásica, comisaria y periodista de sucesos que investigan a la par.
Me gusta la estructura clásica de la novela, me pueden llegar a gustar los personajes, pero.....puliría un poquito ese exceso de frases grandilocuentes que quieren ser originales, ¡no lo son! y en una novela negra están de más.
Si los diálogos son increíbles, la novela se torna increíble¡¡¡
A pesar de todo me ha resultado entretenida y la autora tendrá una segunda oportunidad, pero una cada vez es más exigente en lo que a novela negra se refiere.....¡¡¡¡

Sinopsis (Ed. RBA)
Madrid, verano de 2010. Corren los días del Mundial de fútbol y, mientras los ojos de todos están puestos en los tortuosos avances del equipo de España en Sudáfrica, la comisaria María Ruiz se enfrenta a un tenebroso crimen: un joven ha aparecido asesinado. Sin identidad visible. Sin pistas aparentes. Sin móvil. Mujer atractiva, concienzuda y tenaz, María iniciará una investigación que se complicará cada vez más.

Verano en rojo (fragmento)

"El todoterreno dejó atrás la circunvalación, sorteó la gran rotonda con una gasolinera mal iluminada y enfiló impaciente hacia los primeros semáforos de la ciudad. Un badén le obligó a ralentizar de nuevo y volver a acelerar; otro más y el traqueteo despertó a su copiloto, sumergido desde hacía rato en el sueño profundo de la medianoche. En el tercero, un Ford Fiesta rebosante de adolescentes y música los adelantó entre risas, con las ventanas abiertas y sin la menor piedad hacia la amortiguación.
«Otros malditos cretinos», pensó, demasiado cansado como para dedicarles poco más que una fugaz mirada de desprecio.
Había conducido demasiadas horas y faltaba poco para dejar a su acompañante, para poner rumbo a su residencia, a su habitación, para quitarse la ropa y los zapatos polvorientos, para abrir los grifos, contener la respiración y sumergirse como siempre —treinta, cuarenta, cincuenta segundos, todos los que fuera capaz de soportar— bajo el agua de un baño helado que le aplacara los nervios antes de emerger de nuevo, de restablecer el flujo de oxígeno en la sangre y de recobrar paulatina pero ineludiblemente el pulso vital. Después, cerraría los ojos entre las sábanas ásperas e intentaría dormitar hasta que el despertador marcara el comienzo de un día diferente, al fin. El calor era abrasivo desde junio y el aire acondicionado del coche solo acentuaba esa sensación agobiante de vivir bajo estado de excepción. 
Rodeó pausadamente otra rotonda y, cuando apenas le faltaban unos metros para llegar a su destino, unas luces azuladas, unos coches policiales cruzados y unos focos lentos, rotatorios y mudos en la calle Arturo Soria le sobresaltaron, le hicieron pisar de nuevo el freno, aminorar la marcha, encauzarse por el único carril que quedaba disponible y avanzar despacio bajo la severa mirada de unos agentes que señalaban el paso con indicadores luminosos. Uno de ellos le dio el alto indiscutible con una mano mientras con la otra le indicaba el lado del arcén en el que debía aparcar. Y soplar."

lunes, 4 de septiembre de 2017

PORT MORTUARY



Decimoctava entrega de la serie de novelas protagonizadas por la forense Kay Scarpetta.

A veces me pregunto, como es posible que Kay Scarpetta fuera hace tiempo uno de mis personajes favoritos de novela negra.
La evolución de esta forense y sus relaciones ha ido tan a la deriva que hay momentos en que no la reconozco.
Esta novela, paradójicamente ha sido publicada en España más tarde que la que, cronológicamente, va a continuación titulada Niebla Roja. Ya comenté cuando leí Niebla Roja que resultaba prácticamente incomprensible sin haber leído Port Mortuary, ahora mismo casi me resultan incomprensibles ambas....., personajes raros-raros, incluida la propia Scarpetta, relaciones totalmente patológicas, tramas tan enrevesadas que resultan casi aburridas y propician la "lectura rápida", en fin no se si volveré a leer nada de Scarpetta aunque seguro que sí porque "los primeros amores son difíciles de olvidar"....
No puedo recomendarla....!

Sinopsis (Ed. RBA)
La doctora Kay Scarpetta, recién nombrada directora de uno de los centros de estudios forenses más avanzados de Estados Unidos,

domingo, 3 de septiembre de 2017

INFORME DEL INTERIOR


Después del "fiasco" Scarpetta, leer a un gran escritor me devuelve la fe.
Este Informe del Interior escrito a la par que Diario de Invierno, nos cuenta cosas que los "fieles" a Paul Auster ya conocemos, aun así, que placer recorrer los caminos de la infancia, la adolescencia y la primera juventud que forjaron al escritor y al hombre, tal como lo conocemos.
Muchos datos conocidos, otros desconocidos,  pero lo más importante no son los datos sino esa forma magnífica de escribir y describir, esa proximidad de un niño, un chico, un hombre tan diferente en edad, cultura y país; esa proximidad en los sentimientos y las sensaciones que nos hermana y que nos hace iguales en la comunidad humana universal.
Poco mérito tiene que yo recomiende este libro siendo, como soy, ardiente defensora de la literatura de Auster, pero aún así lo hago, se lo recomiendo¡¡¡

Sinopsis (Ed. Anagrama)
Informe del interior es una suerte de rompecabezas compuesto por cuatro piezas independientes, que sumadas esbozan un retrato. En la primera Auster aborda su infancia hasta los doce años a través de una sucesión de viñetas: los dibujos animados que veía en la televisión, la huella que le dejó La guerra de los mundos, el sentido de culpa, las primeras lecturas –libros infantiles, después Poe y Sherlock Holmes–, el descubrimiento del peso de las palabras, la fascinación por los héroes americanos –Edison, ciertos jugadores de fútbol americano…–, el béisbol, los problemas de convivencia de sus padres, los amigos de la infancia, la Guerra Fría, el descubrimiento de la condición de judío, la primera vez que, con ocho años, se separa de sus padres para ir a un campamento de verano, las primeras historias que escribe, las novelas que va descubriendo, como El doctor Zhivago, La ciudadela o Mansiones verdes, un primer amor infantil, una competición de lectura en el colegio en la que cada alumno apunta los libros leídos y él apunta tantos que el profesor cree que miente… 
El segundo texto se centra en dos películas que de niño le causaron un impacto enorme: una de ciencia ficción, El increíble hombre menguante, de Jack Arnold, y una policíaca, Soy un fugitivo, de Mervyn LeRoy.
En el tercero salta a la primera juventud y entre los recuerdos se van intercalando las cartas que le enviaba a su novia y después primera esposa, Lydia Davis. Son los años de estudiante en Columbia y los posteriores en París, el periodo de las primeras tentativas serias de escritura, los estímulos intelectuales, los anhelos, las incertidumbres ante el futuro, la soledad en la Ciudad de la Luz, el amor…
La cuarta parte está construida mediante una sucesión de imágenes –de películas, de ciudades, de anuncios…– que forman una suerte de fragmentaria memoria de infancia y juventud.
El resultado es un libro fascinante, una nueva muestra del desbordante talento de Paul Auster, que en esta ocasión se sumerge en su propia vida y sus propios fantasmas. Un estimulante ejercicio de escritura autobiográfica en el que el autor reflexiona sobre sí mismo y escribe un Informe del interior.

Informe del interior (fragmento)

Al principio todo estaba vivo. Los objetos más pequeños estaban dotados de corazones palpitantes, y hasta las nubes tenían nombre. Las tijeras caminaban, teléfonos y cafeteras eran primos hermanos; ojos y gafas, hermanos. El reloj tenía cara humana, cada guisante de tu plato poseía una personalidad diferente, y en la parte delantera del coche de tus padres la rejilla era una boca sonriente con numerosas piezas dentales. Los lápices eran dirigibles; las monedas, platillos volantes. Las ramas de los árboles eran brazos. Las piedras podían pensar, y Dios estaba en todas partes.
No era difícil creer que el hombre de la luna era un hombre de verdad. Veías cómo te miraba por la noche desde el cielo, y no cabía duda de que era la cara de un hombre. Poco importaba que aquel ser no tuviera cuerpo: en lo que a ti se refería seguía siendo un hombre a pesar de todo, y la posibilidad de que existiera una contradicción en todo aquello no se te pasó una sola vez por la cabeza. Al mismo tiempo, era perfectamente verosímil que una vaca fuese capaz de saltar sobre la luna. Y que un plato saliera corriendo con una cuchara.

DÍAS SIN HAMBRE


“… Erase una vez una niña que siempre estaba leyendo, subida en los árboles. Un día la llaman para cenar, no quiere bajar más…La niña no se mueve de allí, durante días y días, la llaman, le suplican, le acercan escaleras… mastica papel… Muy pronto todo su cuerpo se vuelve gris… la dejan desaparecer subida en su rama…”.

Delphine de Vigán fue mi descubrimiento del 2013, y el descubrimiento continúa, en el 2014 leo su primera novela, probablemente autobiográfica y claramente no-autocompasiva, novela corta y magnífica, novela verdadera y realista, una historia tan cruda que no necesita de sentimentalismo para llegar al fondo del alma. Un verdadero descubrimiento, una escritora cuya primera novela es tan magnífica, que asombra lo que ha escrito después.
Muy recomendable¡¡¡¡

Sinopsis (Ed. Anagrama)
Esta primera novela de Delphine de Vigan, publicada en el año 2001 con el pseudónimo de Lou Delvig por razones familiares, cuenta la historia de una joven anoréxica de diecinueve años. El relato que Laure hace en su diario de un cuerpo al borde de la muerte es verosímil y perturbador. Desde las primeras líneas de la novela el lector acompaña a la joven a través de su recuperación y de su aprendizaje: volver a comer pero, ante todo, volver a sentirse poseedora de un cuerpo susceptible de despertar el deseo del otro. Esta novela de trama mínima es en realidad una poderosa bildungsroman, un despertar a la vida y al amor, aunque el viaje de su protagonista es interior y se desarrolla entre las cuatro paredes de un hospital.
«A pesar de tratar un tema particularmente complicado, Días sin hambre es de una destacable sobriedad y halla el tono justo» (Emilie Grangeray, Le Monde).

Días sin hambre (fragmento)

I
"Aceptó la cita debido al frío. La primera vez, cuando él la llamó. Una voz desconocida, nasal, le ofrecía ayuda, una noche de otoño, una noche como otra cualquiera: pegada al radiador. Debido al frío pero no sólo por eso. Al principio se negó. Quién te manda meterte en esto. Él le hizo preguntas sobre su estado físico, no le preguntó cuánto pesaba, ni cuánto comía. No. Más bien preguntas de entendido, incluso de experto, preguntas concretas, directas, para calibrar el grado de urgencia. Mientras ella se prestaba al juego, él iba ganando tiempo. Ese tiempo que ella ya no podía perder, ese tiempo tenue, tenso contra la muerte como un último respiro, frágil.

Le dijo eso antes de todo lo demás, que no quedaba ya mucho tiempo. Ella advirtió que también sabía algo de la soledad, de lo que significa sentirse encerrado. Mientras hablaba y hacía preguntas, ella retorcía con los dedos el cable del teléfono. Minutos antes se había puesto un tercer jersey, se había hecho un ovillo –suponiendo que se pueda hablar de hacerse un ovillo con esos huesos puntiagudos–, contestaba sin meditar, como si recitara una fábula que se supiera desde hacía tiempo, sin pararse a pensar. Simplemente quería ser educada.

Él dijo que era demasiado tarde, sola no podrá salir adelante, yo puedo ayudarla, venga a verme a mi consulta el miércoles, la esperaré. Ella buscó con los ojos los cigarrillos. No se vio con fuerzas para despegar la espalda del radiador para coger el paquete que tenía delante."


MARGEN DE ERROR


Segunda entrega de la serie de novelas protagonizadas por la comisaria María Ruiz

Segundo asalto de Berna González Harbour a la novela negra y por ahora "empate técnico", hay algo tan obvio en sus tramas que debería suplirlo la complejidad de los personajes, pero..... por ahora no lo ha logrado.
Sobran las frases hechas tipo ".....conservaba la hombría...." (sólo es un ejemplo pero hay varias del mismo cariz).
Antes de decretar e KO, le daré una última oportunidad pero, falta algo en estas novelas....tienen todos los ingredientes, pero "la cocina final" es defectuosa¡¡¡
No me atrevo a recomendarla, sobre todo, a l@s aficionad@s.

Sinopsis (Ed. RBA)
Tras una larga convalecencia por las heridas sufridas en un duro cuerpo a cuerpo, la comisaria Ruiz ha vuelto. Lo hace el mismo día en que un hombre es hallado muerto entre los setos del Retiro. Es otoño en un Madrid enrarecido en el que las protestas de los indignados se mezclan con noticias de suicidios en una multinacional. El cadáver encontrado en el parque parece cuadrar en este grave asunto laboral y, sin embargo, algo no encaja. La joven comisaria se verá arrastrada más pronto de lo que debería a un combate entre lo que le dicta su instinto y su salud. Ella y el veterano periodista Luna quedarán atrapados en una batalla propia de una era de codicia y desigualdad.

Margen de error (fragmento)

1Los abdominales sí estaban en su sitio. Los bíceps no habían recuperado el tono habitual, las piernas parecían más delgadas, los glúteos mejor ni mirarlos, eran casi inexistentes, pero los abdominales... al menos esos benditos músculos habían respondido con perruna lealtad a las tablas de recuperación que le había impuesto el médico.
—Treinta flexiones por la mañana. Treinta por la tarde. Y estiramientos generales a todas las horas del día.
María se colocó de perfil ante el espejo de la sala de rehabilitación, volvió a ponerse de frente y se levantó la camiseta ajustada lo suficiente para ver cómo tersaba su estómago con firmeza y sentir la gratificación de haber cumplido, al menos, con lo que estaba en su mano. Se sentía fuerte. Los tejidos afectados se habían recuperado, la cicatriz se había ido escondiendo entre sus costillas y su silueta era impecable. En la cabeza, el cabello que le habían rapado para vigilar sus hematomas había empezado a regresar lenta, pero decididamente, a sus posiciones. Hacía días que había pasado ya ese momento ilusionante, aunque cansino, en que todos los amigos se entregaban al impulso irresistible de acariciar con la mano la alfombrilla que le brotaba en el cuero cabelludo. Cierto que aún no le había crecido la habitual melena y que solo podía presumir de un corte a lo chico, pero —qué demonios— era un corte al fin y al cabo.
María se pasó la mano, ella también, por ese flequillo recién estrenado y, por más extraño que aún le resultara, no le disgustó lo que vio. Solo el bazo, renqueante a pesar de la carga de antibióticos, vacunas, escáneres y costuras que había sufrido en este tiempo, mantenía su rebelión. Pero el bazo era invisible a los demás y por ello nada ni nadie iba a impedir que hoy María Ruiz, comisaria ansiosa por lucir de nuevo el uniforme, se desvistiera con ganas tras la sesión de flexiones, arrojara la ropa deportiva al interior de su mochila y se sumergiera en una ducha previa a su regreso irrenunciable. Al fin.

LAS TRES BODAS DE MANOLITA



Creo que hace tiempo que no lloro tanto leyendo una novela, ojo, un llanto de emoción, de sentimiento, por tantas vidas perdidas, tantas vidas arruinadas en un exilio interior que fue, quizás, peor que el de los que estaban lejos muy lejos, pensando en España e idealizando a esa "madre-madrastra" que envenenaba sus sueños día tras día y año tras año. Lejos respiraban, dentro se ahogaban en un mar de prohibiciones, detenciones, delaciones, torturas y muerte, y aun así los que sobrevivieron llegaron a ser felices.
Varias novelas dentro de una novela, con el hilo conductor de la vida, los pensamientos, la valentía y el amor de Manolita, varias novelas con personajes sorprendentes, conocidos y desconocidos, y España, siempre España en el corazón de todos, para matar y hacer sufrir sólo a unos pocos.
Me ha gustado tanto, que no se que más decir, sólo que no os la perdáis porque el ascenso literario de estos "Nuevos episodios nacionales" es imparable, Inés y la alegría, bueno; El lector de Julio Verne, mejor; Las tres bodas de Manolita, impresionante¡¡¡


RESEÑADO por Rosi Torres Marino para LIBROS, el 22 de Enero de 2015.
Empezar el año con la Grandes es saber de antemano que lo empiezas bien. Me quedo con aquello de que la guerra no duró solo hasta el 39 como nos pone en los libros de historia. Un periodo durísimo, oscuro, cruel...una guerra por la vida, para seguir viviendo. La posguerra contada a través de unos personajes llenos de fuerza y por una autora maravillosamente documentada.
Eso sí, hasta ahora " El lector de Julio Verne" sigue teniendo el puesto número uno en mi ranking.

Sinopsis (Tusquets Editores)
En el Madrid recién salido de la guerra civil, sobrevivir es un duro oficio cotidiano. Especialmente para Manolita, una joven de dieciocho años que, con su padre y su madrastra encarcelados, y su hermano Antonio escondido en un tablao flamenco, tiene que hacerse cargo de su hermana Isabel y de otros tres más pequeños. A Antonio se le ocurrirá una manera desesperada de prolongar la resistencia en los años más terribles de la represión: utilizar unas multicopistas que nadie sabe poner en marcha para imprimir propaganda clandestina. Y querrá que sea su hermana Manolita, la señorita «Conmigo No Contéis», quien visite a un preso que puede darles la clave de su funcionamiento. Manolita no sabe que ese muchacho tímido y sin aparente atractivo va a ser en realidad un hombre determinante en su vida, y querrá visitarlo de nuevo, después de varios periplos, en el destacamento penitenciario de El Valle de los Caídos. Pero antes deberá descubrir quién es el delator que merodea por el barrio.
Las tres bodas de Manolita es una emotiva historia coral sobre los años de pobreza y desolación en la inmediata posguerra, y un tapiz inolvidable de vidas y destinos, de personajes reales e imaginados. Una novela memorable sobre la red de solidaridad que tejen muchas personas, desde los artistas de un tablao flamenco hasta las mujeres que hacen cola en la cárcel para visitar a los presos, o los antiguos amigos del colegio de su hermano, para proteger a una joven con coraje.

La segunda edición de la versión en ebook de Las tres bodas de Manolita, de diciembre de 2014, incluye La mirada de Manolita: Un recorrido sentimental por la España de posguerra de la mano de Almudena Grandes.


Las tres bodas de Manolita (fragmento)

(Un principio: El caso de las máquinas inútiles)

"Los envíos empiezan a llegar a Bilbao en 1940, en buques mercantes con pabellón de Estados Unidos de América. Algunos tienen un nombre exótico, de aire anglosajón, como Lehigh o Cold-Haiburg. Otras veces, la palabra pintada en su casco, Artiga, o Capulín, parece de origen sudamericano, más sospechoso por lo familiar, pero este detalle no tiene importancia. La carga que nos interesa nunca pasa por la aduana.
Las cajas suben a bordo en secreto, de madrugada, en Veracruz o en La Habana, bajo la protección de los gritos y los cánticos de una tripulación aficionada a celebrar su última escala americana con una juerga memorable. Después cruzan el Atlántico ocultas en las taquillas, en la bodega, o bajo los colchones de las literas de algunos marineros. Al llegar a su destino, ellos mismos reparten su contenido entre sus equipajes y los de otros miembros de la tripulación que cumplen con dos condiciones básicas, ser antifascistas y carecer de un pasaporte español. Aunque estos camaradas anónimos corren un riesgo moderado —la expulsión del país al que acaban de arribar y, a lo sumo, el despido fulminante de un armador poco amante de los problemas—, en 1940 el internacionalismo es mucho más que una bella palabra.

Si algún funcionario franquista llega a revisar alguna vez aquellos equipajes, los vuelve a cerrar con una sonrisa asombrada, complacida al mismo tiempo por la religiosidad y el elevado nivel cultural de los marineros extranjeros, en comparación con sus compatriotas, tan brutos. Porque con ellos, revueltos entre la ropa que llena sacos y maletas, entran en España unos folletos grapados, impresos en papel biblia con tipografía menuda, apretada, cuyas cubiertas de cartulina de tonos pastel están casi siempre ilustradas con una cruz y un piadoso retrato, como es de esperar en tan baratas aunque pulcras ediciones de la Novena a San Ignacio de Loyola o las Homilías de San Basilio Magno, Padre de la Iglesia. A veces, entre ellas viajan otros libritos de similar aspecto y factura, cuyo contenido no por profano resulta menos exquisito. Desde su portada, Rubén Darío, expresión melancólica de ojos sedientos y tez cetrina, bendice con alcoholizada complicidad estas modestas reproducciones de su Poesía completa, cuyos editores no han escatimado el esfuerzo de incluir abundantes, y larguísimos, comentarios de cada poema en una letra de cuerpo diminuto."