" El feminismo es el único responsable de la recesión, el calentamiento global, el terrorismo, las pandemias, las cancelaciones de vuelo, las erupciones volcánicas, la puntualidad de los trenes y la normativa de salud y seguridad excesivamente restrictivas. Ya nadie puede tomar bebidas calientes en el trabajo por culpa del feminismo, ni subirse a una escalera de mano en las bibliotecas. Ya no hay quien se coma una langosta sin gafas de soldador por culpa de las feministas. Por su culpa, nadie puede abrir una puerta si quiera. Ahora hay que arrojarse a través de las ventanas de doble vidrio para entrar y salir de los edificios. Todas las puertas han sido tapiadas por culpa de las feministas. Es como impuestos del siglo 17 que grababa las construcciones en función del número de ventanas que tenían, pero aplicado a las puertas… “
Está es uno de los fragmentos de este libro, un ensayo ¿humorístico? sobre el feminismo que ha ocupado mis últimos días.
Bridget Christie es una monologista británica, declarada feminista que en este libro aborda los problemas de las mujeres en el mundo desde una óptica, más que humorística, sarcástica y reivindicativa.
¿Puede un libro de humor hablar, por ejemplo, de la mutilación genital femenina? Puede y lo hace, porque no todo es humor en este ensayo, hay mucha tragedia y mucha incomprensión, hay rabia y humor, mucho humor.
Me he reído mucho, sobre todo en la primera mitad del libro, luego decae un poco pero no es difícil terminarlo y luego pensar, pensar mucho!
Lo recomiendo a esas "chicas" que dicen muy seguras de sí mismas: " yo no soy feminista, soy femenina (o soy mujer....)".
Lo recomiendo a todos los hombres inteligentes.
Lo recomiendo!!!
Sinopsis (Ed. Anagrama)
Bridget Christie es una humorista sin pelos en la lengua, célebre en el Reino Unido por sus monólogos teatrales, en los que denuncia el machismo que sigue imperando en la sociedad contemporánea y reflexiona sobre la condición femenina. Y, para que sus agudas reflexiones cargadas de sarcasmo quedasen negro sobre blanco, una editora –sobre la que Christie se apresura a explicarnos que también ha publicado en inglés el Mein Kampf de Hitler (eso sí, en edición crítica y anotada)– le pidió que escribiese todo eso que explica, parodia y condena sobre un escenario.
El resultado es este libro, entre la evocación de vivencias personales (por ejemplo, cómo un pedo la convirtió en feminista: sí, un pedo, han leído bien) y el panfleto descacharrante (por ejemplo, los tópicos inacabables sobre las feministas: no practican sexo jamás, todas son lesbianas, gordas y feas, todas nacieron en los sesenta y todas usan gafas y parecen la Velma de Scooby-Doo..., ah, y, por supuesto, todas se pasan el día quemando sujetadores). Farage –bestia negra de la autora–, Dan Brown o el piloto de carreras Stirling Moss, que considera que las mujeres no están capacitadas para conducir tan rápido y, para demostrar su superioridad, un día se cayó por el hueco del ascensor porque al abrir la puerta no se fijó en que no estaba en la planta...
Ácida, combativa, inteligente, provocadora, Christie sabe que hay cosas tan importantes que sólo se pueden abordar con humor. Y su libro acaba siendo también una reivindicación de cómo la comedia puede convertirse en un arma política, denunciar injusticias flagrantes y ayudar a cambiar actitudes.
Pero hay más, porque habla también de la mutilación genital, de las escandalosas cifras de tocamientos no consentidos en los colegios británicos y de la también escandalosa brecha salarial, de las campañas de lencería con «mujeres normales», de la industria del sexo, de la dictadura del físico, de las chicas enseñando las tetas en el The Sun de Rupert Murdoch...
Y habla también de mujeres: históricas como las Brontë, Mary Wollstonecraft o las sufragistas, y actuales como Malala, la niña víctima de los talibanes por querer estudiar. Pero no se olvida de los hombres, históricos como el esteta decimonónico John Ruskin, que se desmayó al ver el abundante vello púbico de su joven esposa la noche de bodas, o actuales como Nigel
Un libro para ellas (fragmento)
Para todas las mujeres de mi familia y para TODAS LAS MUJERES, así en general.
Les guste o no.
INTRODUCCIÓN
«Fue el mejor de los pedos, fue el peor de los pedos.»No era mi intención hablar de pedos en este libro. De hecho, mi intención era evitarlo a toda costa. Me dije a mí misma: «Bridget Christie, intenta mantenerte alejada de los pedos en tu primer libro. Las cosas te van bastante bien desde el verano de 2013. Sin comerlo ni beberlo, te has convertido en una humorista solvente y aclamada por la crítica porque te has puesto a hablar de feminismo tras pasarte once años haciendo monólogos sobre vaguedades a costa de tu propia penuria económica y la abrumadora indiferencia de crítica y público. No lo eches todo a perder hablando de algo que provoca tanto rechazo y polémica como los pedos.» Pero mi editora en Random House (que también publica el clásico superventas Mein Kampf de A. Hitler)* ha insistido en lo de los pedos. Algo de razón lleva, la verdad sea dicha. Este libro no existiría siquiera si no fuese por un pedo en particular que salió del culo de un hombre bastante borde a las 17.20, hora de Greenwich, del 30 de abril de 2012.
* Mi editora me ha pedido que destaque el hecho de que su edición de Mein Kampf es una versión anotada, crítica y erudita. Todos los beneficios se destinarán con la máxima discreción a organizaciones benéficas e instituciones académicas. Ninguna parte de los mismos se destinará a financiar musicales de Mel Brooks.