miércoles, 17 de enero de 2018

LA JUGUETERÍA ERRANTE


Tercera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Gervase Fen,  profesor de Lengua y Literatura Inglesa en la Universidad de Oxford (Reino Unido),  años 40.

Termino esta novela de misterio, la tercera protagonizada por el profesor oxoniense Gervase Fen y......realmente la ambientación es impecable, los diálogos muy cultos (quizás un poco-demasiado cultos), los personajes bien perfilados y un tanto extravagantes, la trama bien construida pero enredada hasta el paroxismo; por tanto buena novela peeeero..., un tanto antigua y demasiado extensa.
Como me ha gustado el british total y las referencias literarias, seguramente seguiré leyendo a Mr. Crispin, pero no lo recomendaré encarecidamente y menos para "todos los públicos".

Sinopsis (Ed. Impedimenta)
La juguetería errante es un clásico de la novela de detectives inglesa, considerado unánimemente una de las cumbres indiscutibles del género.
Cuando el poeta Richard Cadogan decide pasar unos días de vacaciones en Oxford tras una discusión con el avaro de su editor, poco puede imaginar que lo primero que encontrará al llegar a la ciudad, en plena noche, será el cadáver de una mujer tendido en el suelo de una juguetería. Y menos aún que, cuando consigue regresar al lugar de los hechos con la policía, la juguetería habrá desaparecido y, en su lugar, lo que encontrarán será una tienda de ultramarinos en la que, naturalmente, tampoco hay cadáver. Cadogan decide entonces unir fuerzas con Gervase Fen, profesor de literatura inglesa y detective aficionado, el personaje más excéntrico de la ciudad, para resolver un misterio cuyas respuestas se les escapan. Así, el dúo libresco tendrá que enfrentarse a un testamento de lo más inusual, un asesinato imposible, pistas en forma de absurdo poema, y persecuciones alocadas por la ciudad a bordo del automóvil de Fen, Lily Christine III.

La juguetería errante (fragmento)

1. EL EPISODIO DEL POETA FISGÓN

Richard Cadogan sacó su revólver, apuntó con cuidado y apretó el gatillo. La explosión rasgó el silencio del pequeño jardín y, como las ondas concéntricas que van haciéndose cada vez más grandes cuando una piedra cae en el agua, generó alarmas y perturbaciones de intensidad progresivamente menor a lo largo de todo el barrio de St. John’s Wood. De los árboles cenicientos, con sus hojas pardas y doradas en el atardecer otoñal, se elevaron bandadas de pájaros asustados. En la distancia, un perro comenzó a aullar. Richard Cadogan se acercó lentamente a la diana y la escudriñó con gesto resignado. No había ni rastro de marca de ningún tipo.
—He fallado —dijo pensativamente—. Extraordinario…
El señor Spode —de Spode, Nutling & Orlick, editores de literatura de primera categoría— hizo tintinear algunas monedas en el bolsillo de su pantalón, seguramente para llamar la atención

MUERTOS PRESCINDIBLES


Tercera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Sebastian Bergman, psicólogo criminalista que asesora al grupo de policías dirigidos por Torkel Höglund; en Estocolmo (Suecia)


Tercera entrega de la serie protagonizada por Sebastián Bergman, ese insoportable psicólogo sueco que actúa como si fuera "la única coca-cola del desierto.....
En esta ocasión Bergman se implica poco en la investigación que el Grupo de Homicidios de Estocolmo lleva a cabo, la "trama personal paralela" es más relevante y el super-psicólogo esta más concentrado en sus problemas (autooriginados) que en descubrir el origen de los 6 cadáveres enterrados en una fosa comun cerca de un refugio de montaña.
Entretenido, muy entretenido y con un toque oscurísimo del que carecían las entregas anteriores; eso a pesar de la insoportable estupidez y falta de empatía que caracterizan a la mayoría de los personajes que acompañan a Bergman en esta serie.
Me ha gustado y la recomiendo!!!

Sinopsis (Ed. Planeta)
Un nuevo caso para Sebastian Bergman, el psicólogo criminal más brillante, atractivo e insufrible del género negro.
En las montañas de Jämtland dos mujeres hacen un descubrimiento macabro: del suelo sobresalen los huesos de una mano. La policía local llega a la escena del crimen y no encuentra uno, sino seis cuerpos; entre ellos, el de dos niños. Todos fueron asesinados por un disparo en la cabeza.
No hay testigos, no hay pistas y nadie ha denunciado ninguna desaparición… Cuando el equipo de Torkel Hölgrund acude al lugar de los hechos para hacerse cargo de la investigación, todo se complica. El psicólogo criminal Sebastian Bergman atormenta a todos con sus problemas personales consiguiendo, una vez más, que las tensiones vayan en aumento.
El caso resulta ser un rompecabezas mucho más complejo de lo que habían imaginado. La identidad de las víctimas es un enigma y cuando, al final, Bergman ahonda en las pistas y consigue tirar del hilo, el Servicio Secreto aparece de improviso para archivarlo. Alguien en las altas esferas quiere tapar estas muertes a cualquier precio… Pero ¿conseguirán parar a Sebastian Bergman?
Con la fuerza de Stieg Larsson y la intriga de Twin Peaks, llega un nuevo caso para Sebastian Bergman, el psicólogo criminal más brillante, atractivo e insufrible del género negro.

Muertos prescindibles (fragmento)


2003Esta vez se llamaba Patricia.
Patricia Wellton.
Nuevas ciudades, nombre nuevo.
Era lo que más le había costado al principio, tiempo atrás: reaccionar cuando el recepcionista del hotel o el taxista la llamaban.
Pero eso había sido antes. Ahora se adaptaba a la nueva identidad en cuanto tenía la documentación en la mano. Hasta ese momento, solamente una persona se había dirigido a ella por su nombre durante el viaje: el empleado de la agencia de alquiler de coches en Östersund, cuando había salido a su encuentro para anunciarle que ya tenía a su disposición el vehículo que había reservado.
Había aterrizado puntualmente, poco después de las cinco de la tarde del miércoles, y enseguida había cogido el Arlanda Express en dirección al centro de Estocolmo. Era su primera visita a la capital sueca, pero no la prolongó más allá de una cena temprana y bastante mediocre en un restaurante cercano a la estación.
Cuando aún no habían dado las nueve, se embarcó en el tren nocturno que la llevaría a Östersund. Había reservado un compartimento para ella sola en el coche cama, pero no porque temiera que alguien pudiera descubrirla, ni que unos testigos pudieran describir sus facciones a la policía, sino porque no le gustaba dormir con extraños. No le había gustado nunca.
Ni siquiera en su adolescencia cuando jugaba torneos con el equipo de voleibol.

lunes, 15 de enero de 2018

UNA NOCHE DE INVIERNO


"Navidad, 20--
Esa mañana se despertó tarde y lo supo: algo les había seguido a casa desde Rusia."

Así comienza una novela en la que una madre, la mañana de Navidad, repasa los últimos 13 años, los que han transcurrido desde que ella y su marido viajaron a Rusia para traer a Tatiana, su hermosa hija adoptiva.
El inicio de la novela pareciera anunciar sucesos sobrenaturales o presencias extrañas......., nada más lejos de la realidad; esas 24 horas en la vida de la familia Clare, son un baño de realidad, de expectativas incumplidas, de autoengaño, de dolor, de frustración, de amor "especial", de vida desperdiciada en busca de lo que no existe...
El final es espeluznante y no digo más.
Una novela que rebosa angustia y temor, fácil de leer y difícil de olvidar.
Recomendable.

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Una mañana de Navidad, una mujer hace balance de los trece años transcurridos desde que recogió a su niña en un orfanato ruso. Aunque no es precisamente el día más apropiado para rendir cuentas, el impulso de sincerarse y de enfrentarse a su propia decepción hace que madre e hija se enzarcen en una larga discusión en la que aflora el abismo que las separa. Bajo el fuego cruzado de amargos reproches, el vínculo amoroso, profundo e inextinguible, se presenta como el último recurso para superar la crisis y recomponer la relación. Sin embargo, en una jornada aciaga, mientras una feroz tormenta de invierno se abate sobre la zona, un acontecimiento inesperado condiciona de forma dramática la estabilidad de la familia.
El día empieza de forma irregular. Los regalos siguen bajo el árbol, sin abrir, porque Holly y Eric, los padres, se han quedado dormidos después de una noche de excesos. Cuando Tatiana, quinceañera incomprendida, le echa en cara a su madre la actitud irresponsable, Holly, una poetisa marcada por haber renunciado a la escritura, no pierde la ocasión de señalarle todas las carencias que la convierten en una hija ingrata y egoísta. Y mientras Eric se ausenta para recoger a sus padres en el aeropuerto, el clima de tensión va aumentando por momentos. Así, al caer la noche y bajo un manto de nieve que todo lo cubre, Holly se hace las preguntas inevitables: ¿en qué se ha convertido su adorada Tatty? ¿Dónde ha quedado el brillo de sus hermosos ojos negros? ¿Es tan sólo la adolescencia o se trata de una especie de castigo que ha caído sobre la familia? Por desgracia, su angustia y su desesperación parecen ir en consonancia con la terrible verdad que está a punto de descubrir.

Una noche de invierno (fragmento)

Navidad, 20-Esa mañana se despertó tarde y lo supo: algo los había seguido a casa desde Rusia.
Holly supuso que esa información indefinida le había sido revelada en un sueño; el atisbo de una verdad que arrastraba consigo desde hacía... ¿cuánto?
¿Trece años?
¡Trece años!
Hacía trece años que lo sabía y no lo sabía... o eso le pareció mientras yacía en la cama, medio dormida, la mañana de Navidad. Se levantó, angustiada, y recorrió el pasillo hasta la habitación de su hija para ver si seguía allí, todavía dormida, sana y salva.
Sí, allí estaba Tatiana, su pálido brazo sobre la pálida colcha, el cabello oscuro desparramado en la almohada. Tan quieta que podría haber sido una pintura. Tan tranquila que podría haber estado...
Pero no. Tatiana estaba bien. Más serena, Holly volvió al dormitorio, se acostó de nuevo junto a su marido... y, sin embargo, en cuanto lo hizo, pensó en ello una vez más: ¡los había seguido a casa! Era algo que, al parecer, ya sabía en el fondo de su corazón, o en su subconsciente, o dondequiera que la información como aquélla se escondiese durante años, hasta que algo devolvía a la conciencia lo que había olvidado, reprimido o... ¿o lo había pasado por alto a propósito? Ahora estaba segura: ¡algo los había seguido a casa desde Rusia!
Pero ¿qué?

BAJO EL TECHO QUE SE DESMORONA


RESEÑA DE CLARA GLEZ. para LIBROS, 10 de Diciembre de 2017

Bajo el techo que se desmorona - Goran Petrovic...
No acostumbro a leer la sinopsis de los libros antes de comenzarlos a leer, y si hubiera leído la que tiene este, probablemente me hubiera perdido esta novela. Porque nada que ver con lo que cuenta este libro.
Ya sabemos que todo lo que se cuenta en los libros, son hechos de la vida, que ocurren u ocurrieron , o quizás puedan volver a ocurrir, pero dependiendo de quién nos los cuente, pueden parecernos diferentes.
En este caso los sucesos y las personas, me parecieron mágicos.
18 filas de un cine que alberga personas muy distintas, pero muy bien definidas. Como esos tipos que todos hemos conocido, con su “ mote” particular, muy propio de pueblos pequeños.
Personajes con sus grandezas y sus miserias, que van formando parte de la historia reciente de un país. En este caso Serbia, pero podría ser la historia de España, con sus luces y sus sombras de cada etapa. Contada entre escenas de películas “ permitidas” y sus espectadores.
Una narración irónica, tierna y a desgarradora de esta sociedad, donde el acomodador de este cine, va , como bien diría su oficio, acomodándonos a contemplar la películas de sus vidas.
Podría cambiar sus nombres, por otros tantos de personajes que conozco, que formaron parte de mi infancia, de aquellas historias que me contaba mi padre cuando regresaba de Sevilla y me relataba las películas que había visto durante su ausencia.
También me gustaría a mí , construir un largometraje con los retazos robados de las historias que he leído o viví. Con todos esos personajes, reales o inventados que se quedaron en mi memoria… Mientras me voy dando cuenta que mi techo también está muy deteriorado por el tiempo.

Sinopsis (Ed. Sexto Piso)
En una pequeña aldea serbia, durante una tarde dominical del año 1980, alrededor de treinta personajes peculiares se reúnen en el cine Uranija para ver una película. El cine se encuentra en lo que otrora fuera el Gran Hotel Jugoslavija, y su techo está cubierto por un papel tapiz que muestra un cielo estrellado. Tras la Segunda Guerra Mundial y la llegada del comunismo, el hotel es nacionalizado y proyecta únicamente películas soviéticas y yugoslavas. Sin embargo, desde la ruptura entre Tito y Stalin, en el cine se pueden ver películas occidentales, y esa tarde en particular estará marcada por un dramático anuncio que supuso el fin de una era: la muerte del mariscal Tito.

Con este trasfondo,
Goran Petrović ha creado un maravilloso microcosmos serbio, retratando personajes que muestran de una manera por demás irónica los anhelos y contradicciones experimentados por la sociedad serbia durante el convulso siglo xx. Nos encontramos, por ejemplo, con un oficial del Partido Comunista que está tan acostumbrado a aprobar las decisiones de sus superiores que levanta el brazo derecho por reflejo. Y, por encima de los espectadores se encuentra el operador del cine, el señor Svabić, que compone su propia película a partir de pedazos de otras películas, hasta conformar una cinta de catorce kilómetros que funciona como alegoría de una sociedad que a lo largo del siglo luchó para encontrar su identidad entre el caos que produjeron los acontecimientos históricos. El cielo estrellado del cine se desmorona, nos advierte Goran Petrović, y con ello anuncia el fin de una era y de un régimen que, para desgracia de la sociedad serbia, daría paso a otra guerra encarnizada, cuya estela de destrucción sigue vigente hasta nuestros días.

Bajo el techo que se desmorona (fragmento)

Botas militares derechas. Botas militares izquierdas
El Hotel Jugoslavija de Kraljevo fue construido en 1932 en el lugar donde antaño se encontraba el mesón «El arado». Lo construyó Laza Jovanovic´, un zapatero originario de Raška. En el invierno de 1926, el tal Laza había comprado en Belgrado un vagón de botas militares desechadas por el ejército. No hubo otros interesados en las botas descartadas, de modo que las consiguió a muy buen precio. En este país, sin embargo, en cuanto uno abre la boca para decir algo, enseguida aparecen otros que afirman que saben más de ello:
–No, ¡más bien Laza Jovanovic´ sobornó a alguien en el Ministerio de Defensa para que desparejaran las botas adrede  y las ofrecieran en dos pujas independientes!
Sea lo que fuere, nadie quiso las botas militares derechas sin su par izquierdo. Nadie excepto Laza. Para ahorrarse el hospedaje viajó de noche, zangoloteándose, cansando la vista de la oscuridad mientras atravesaba media Serbia, pensando que jamás iba a amanecer cuando alboreó casi al llegar a Belgrado. Sin embargo, Laza no tenía tiempo para recorrer la capital; todos los que vienen de la provincia comparten el mismo miedo de no llegar tarde. Por lo cual se acurrucó, mucho antes de la subasta, en el fondo de una sala majestuosa. Si le hubieran preguntado en qué calle o en qué edificio, sólo se habría encogido de hombros, ya que no habría sabido decirlo. Y tal vez se habría quedado ahí olvidado para siempre, si no hubiera confirmado el precio de salida levantando su mano. La gente reunida, en su mayoría comerciantes de renombre, peces gordos con abrigos de piel con suaves cuellos de astracán, enseguida volvieron sus cabezas para tomarle la medida al hombrecillo de vestimenta provinciana, dispuesto a despilfarrar el dinero en una vestimenta sin valor.






EL PEOR DE LOS ENEMIGOS


Octava entrega de la serie de novelas protagonizadas por Proteo Laurenti, comisario de policía en Trieste (Italia).

No conocía a este autor ni a su comisario Proteo Laurenti, quizás hubiese sido mejor seguir así....
Fui a mi biblioteca y la sinopsis de la contraportada me sedujo, como no¡¡¡¡, sin percatarme de que es la novena entrega de una serie de novelas protagonizadas por Laurenti, me lo traje a casa y......, pues no me ha conquistado este comisario triestino, tampoco sus colaboradores, la historia enredadísima y a ratos, aburrida.
Lo más positivo es el conocimiento que me ha aportado de la región Tirol del Sur, en la frontera con Eslovenia y con unas características sociológicas muy particulares.
No sé si repetiré....¡

Sinopsis (Ed. Siruela)
El nuevo y esperado caso de Proteo Laurenti, el famoso comisario de la ciudad de Trieste.
Una magistral novela negra sobre las inquietantes conexiones entre la política, las altas finanzas y el crimen internacional.
Cuando el avión privado del sexagenario Franz Xaver Spechtenhauser, padre de familia, exitoso hombre de negocios y exsenador del Tirol del Sur, se convierte en una bola de fuego en pleno vuelo, ciertos indicios hallados en los restos del aparato harán sospechar de inmediato al obstinado comisario Laurenti y a su colega, la comisaria Xenia Ylenia Zannier, que el siniestro no ha sido la trágica consecuencia de un fallo técnico... Por si fuera poco, el brutal robo en plena autopista de un furgón cargado hasta los topes de lingotes de oro durante el funeral de Spechtenhauser, vendrá a complicar la situación en el habitualmente pacífico triángulo fronterizo que separa los territorios de Italia, Austria y Eslovenia.

Trepidante, actual y siempre precisa en cada detalle, la nueva novela de Veit Heinichen desentraña de manera magistral una oscura trama de influencias y favores que no hacen sino evidenciar las ambiguas e inquietantes conexiones entre la política, las altas finanzas y el crimen internacional.

El peor de los enemigos (fragmento)

Caído del cieloExceso de alcohol, falta de sueño. A primerísima hora de la mañana, Spechtenhauser bajó de su Mercedes para dirigirse dando tumbos al hangar del aeropuerto deportivo de la pequeña localidad de Prosecco. Si para surcar las alturas hicieran controles de alcoholemia como los del centro de la ciudad los sábados por la noche, sin duda habría tenido que aplazar el vuelo. El hangar era una construcción de uralita de los años cuarenta, hecha aún por los Aliados cuando, después de la guerra, les correspondió administrar el Territorio libre de Trieste, un primer protectorado de las Naciones Unidas. Hacía mucho tiempo que necesitaba una restauración a fondo.
Desconcertado, Spechtenhauser se quedó mirando la cerradura y la llave que sostenía en la mano. ¿Habían forzado la entrada? Desde que el viejo había prometido hacerse cargo de los impuestos correspondientes, los servicios de vigilancia pasaban por allí dos veces cada noche para controlar que todo estaba en orden.
Los portones de metal se abrieron con estrépito y el sol iluminó el barniz de los aviones monomotor que ocupaban la parte delantera. En ninguno de ellos halló Spechtenhauser indicios de que hubiera entrado nadie; igualmente, el banco de trabajo y los cierres de los armarios de las herramientas estaban intactos, como también el depósito de combustible del exterior. Mientras revisaba sus dos aviones Fiat de los años treinta, se tuvo que agarrar varias veces para no caerse de lo borracho que iba, cosa que le hizo cierta gracia. El eco de su risa, oscura y seca, resonó por el hangar. Luego se recompuso y comenzó a inspeccionar el bimotor Reims-Cessna F406 Executive. La máquina estaba perfecta y en ninguna parte se notaba marca de daño alguna. Satisfecho, abrió la portezuela de la cabina, subió por la escalerilla agarrándose bien y, agachándose un poco, pasó entre los seis aparatosos sillones de cuero hasta llegar a la cabina delantera, donde se echó en el asiento izquierdo, dispuesto a pilotar la máquina. A lo largo de su vida había volado muchas más veces borracho, y eso que los aviones de entonces estaban mucho menos avanzados desde un punto de vista técnico. Así pues, aquel día, no tenía por qué pasarle nada y, en todo caso, era un vuelo bastante corto.

LOS DIECISÉIS ÁRBOLES DEL SOMME


RESEÑA DE CLARA GLEZ. para LIBROS, 6 de Diciembre de 2017.

Los dieciséis árboles del Somme - Lars Mytting
Después de haber leído su árbol de la madera, qué me gustó, pero me cansó en cierta medida, por la cantidad de detalles digamos técnicos, empecé este un poco con el ceño fruncido.....
Pero mientras más avanzaba , más me gustaba. Es cierto que hay descripciones “ maderistas”, pero la trama hace que sigas y sigas.
Parece que ya tienes resuelta la trama, y aparece otro giro, otro detalle que vuelve a replantearte la historia, a preguntarte ¿qué pasó?, ¿qué pasará?.
Unos personajes, muy bien trazados, unos lugares perfectamente descritos, determinantes para la historia, y para comprender a esos personajes. A su modo de vida.
La forma de contar es muy buena, fácil de entender, pero rica en matices. Donde los olores, los colores, van sacando recuerdos al protagonista, como si de la madalena de Proust, se tratara.
«Mi madre era para mí un olor. Era un calor, una pierna a la que me aferraba, un soplo de algo azulado, un vestido que creía recordar que usaba.»
Podríamos clasificar a este libro como narrativa, como histórico e incluso como un thriller, una novela de intriga, de suspense por saber de un pasado que poco a poco se va desvelando, como si se tratase de una de esas piezas de roble, en las que el ebanista saca sus mejores vetas.
Y dejándose llevar por estas vetas , Edvard, irá sacando a la luz su pasado, su historia y la de esa familia que perdió.
«Llegué a la conclusión de que la muerte no siempre es una asesina ciega y atroz. A veces, antes de marcharse, deja unas llaves. »
Sinopsis
En 1971 una pareja muere al pisar una vieja granada en el antiguo campo de batalla de Somme, escenario de uno los episodios más cruentos de la Primera Guerra Mundial, y su hijo de tres años es encontrado cuatro días más tarde en un pueblo a muchos kilómetros de distancia.

Edvard crecerá con su abuelo Sverre en una solitaria granja escandinava ignorándolo todo acerca de aquel enigmático suceso, hasta que un día un hombre hace entrega de un ataúd destinado a su abuelo, una espléndida pieza de carpintería tallada en madera de abedul. El muchacho intuye que es obra del hermano de Sverre, Einar, de quien se perdió el rastro hace tiempo tras abandonar a su familia rumbo a Francia.

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
La novela ganadora del Premio de los Libreros de Noruega.
Tras éxito de El libro de la madera (Libro del Año según Cinco días), llega la gran obra de Lars Mytting, estrella de la literatura noruega junto a Knausgård.
«Toda mi vida había oído un silbido procedente del bosque de abedules flameados. Y una noche de 1991, ese silbido creció hasta formar un viento que hizo que me tambaleara.»
En 1971 una pareja muere al pisar una vieja granada en el antiguo campo de batalla del Somme, escenario de uno los episodios más cruentos de la Primera Guerra Mundial. Su hijo de tres años es encontrado cuatro días más tarde a muchos kilómetros de distancia. Edvard crecerá con su abuelo Sverre en una granja noruega ignorando el enigmático suceso hasta que, un día, alguien entrega un ataúd destinado a su abuelo: una espléndida pieza de carpintería tallada en madera de abedul. El muchacho intuye que es obra del hermano de Sverre, de quien se perdió el rastro tiempo atrás, y emprende una búsqueda desesperada del posible vínculo entre este nuevo misterio y la trágica muerte de sus padres.
Una historia épica sobre el amor y la pérdida que recorre las vidas de tres generaciones de una familia. Un apasionante viaje por el pasado de Europa pero también por los árboles y la naturaleza.
Los dieciséis árboles del Somme (fragmento)

MI MADRE ERA PARA MÍ UN OLOR. Era un calor, una pierna a la que me aferraba, un soplo de algo azulado, un vestido que creía recordar que usaba. Me decía a mí mismo que mi madre me había lanzado a la vida con un arco y, cuando moldeaba mis recuerdos sobre ella, no estaba seguro de si eran correctos ni verdaderos, sencillamente la recreaba tal como creía que un hijo debe recordar a su madre.
Era en ella en quien pensaba cuando ponía a prueba mi añoranza, rara vez en mi padre. En ocasiones me preguntaba si él habría sido como los demás padres del pueblo, esos hombres a los que veía con uniforme de la reserva o con zapatillas de deporte en los entrenamientos de fútbol para adultos, tipos que madrugaban los fines de semana para participar en las jornadas de trabajo colectivo de la Asociación de Caza y Pesca de Saksum. Sin embargo, permití que mi padre se desvaneciera sin sentir remordimientos, cosa que durante muchos años me tomé como prueba de que mi abuelo había tratado de hacer todo lo que podría haber hecho mi padre y de que realmente lo había conseguido.
La navaja del abuelo era una bayoneta rusa partida. Su mango de abedul flameado era el único trabajo de carpintería fina que había hecho en la vida. Por la parte de arriba, la hoja estaba roma y la usaba para raspar óxido y doblar alambres. El otro lado lo mantenía tan afilado que podía usarlo para cortar tiritas o desgarrar grandes sacos de cal, una maniobra que llevaba a cabo con rapidez para que los granos blancos no se salieran demasiado pronto y a mí me diera tiempo a maniobrar el tractor por el prado.
El lado afilado y el romo se unían en una punta de daga, con la que remataba a los grandes peces que cogíamos en el lago de Saksum. Primero iba desprendiendo las fuertes truchas de los anzuelos de la línea, mientras ellas se agitaban furiosas al sentir que se ahogaban en el aire. Luego las apoyaba contra la regala, les clavaba en la cabeza la punta de la navaja y presumía de la anchura de sus lomos. En ese momento, yo siempre levantaba los remos y me quedaba mirando cómo corría la sangre por el filo, un fluido denso que caía lentamente, a diferencia del agua que se deslizaba veloz por los remos.
Sin embargo, ambos líquidos acababan mezclándose en la misma agua de montaña, mientras las truchas se desangraban y pasaban a ser nuestro pescado cogido en nuestro lago.

QUÉ VAS A HACER CON EL RESTO DE TU VIDA


RESEÑA DE CLARA GLEZ. para LIBROS, 5 de Diciembre de 2017.

Qué vas a hacer con el resto de tu vida – Laura Ferrero
Ya el título fue como un tirón hacia su lectura, antes incluso de comenzar se presumían preguntas. Y esos libros me gustan. ...
Y en concreto este, me ha fascinado.
Los recuerdos, la memoria, son a veces forjados según nos vengan bien para seguir adelante. Otras veces los usamos para incluso romper esa cuerda floja en la balanceamos nuestra vida.
Este es un libro donde se busca la solución a unas vidas , al camino que seguir en ellas, tirando a menudo de la cuerda de los recuerdos. A afrontar perdidas.
En donde las relaciones de unos y otros, ya sean de padres, hijos, hermanos o parejas no han sido fáciles. Nadie supo qué hacer con el resto de sus vidas, como gestionarla sin causar daños.
Como el amor va cambiando, como va tomando matices. Como en vez de vivir nuestra vida, vivimos la que otros desearon para nosotros. Y nos impiden dar ese salto a esa otra vida, por miedo a hacer daño, a decepcionar a unos u a otros. Y al final a quien más decepcionamos, es a nosotros mismos. Que malgastamos la única vida que tenemos , por vivir aquella que nos impusieron.
Sinopsis:
Con treinta años Laura deja a su pareja y abandona Ibiza para mudarse a Nueva York. Su juventud ha estado marcada por la relación con su padre, un hombre intolerante; su madre, que desapareció para regresar cinco años después; y Pablo, su hermano, que encuentra en la pintura la manera de luchar contra la enfermedad mental que padece.
En Nueva York, Laura empieza a trabajar en una editorial y a asistir a las clases que Gael, un misterioso conocido de su madre, imparte en la Universidad de Columbia.
¿Quién es Gael? ¿Qué sabe él de todo lo que ha ocurrido en su familia?

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
La primera novela de la «autora revelación» (ABC) Laura Ferrero.
Con treinta años Laura deja a su pareja y abandona Ibiza para mudarse a Nueva York. Su juventud ha estado marcada por la relación con su padre, un hombre intolerante; su madre, que desapareció para regresar cinco años después; y Pablo, su hermano, que encuentra en la pintura la manera de luchar contra la enfermedad mental que padece.
En Nueva York, Laura empieza a trabajar en una editorial y a asistir a las clases que Gael, un misterioso conocido de su madre, imparte en la Universidad de Columbia.
¿Quién es Gael? ¿Qué sabe él de todo lo que ha ocurrido en su familia?

Qué vas a hacer con el resto de tu vida (fragmento)

1

Hay un hombre aquí, fuera de esta casa que da a la playa de La Xanga. Mira el mar. Yo juraría que no es el mismo que he visto antes de acostarme todas las noches de mi infancia. No porque el agua haya adquirido otra tonalidad ni porque el rumor de las olas sea más fuerte. Todo permanece intacto. Sin embargo, ya no refleja a la niña que se detenía al final del espigón. Ni tampoco a mi hermano, el niño que siempre tenía miedo. Miedo a nadar, a las medusas, al frío del agua y a los monstruos que podían aparecer de improviso en las profundidades.
El mar es el mismo, pero nosotros hemos cambiado.
El hombre vigila a un niño que no tiene miedo y que lanza piedras y guijarros pequeños que ha ido recolectando en la playa. Cuando las piedras se hunden en el agua grita contento: ¡Mira, papá!
La casa que tengo a mis espaldas ya no es nuestra. Desde donde estoy escucho a dos niñas que hablan en un idioma que no comprendo. Son danesas, y juegan en el mismo jardín en el que lo hicimos nosotros. Pero nosotros nos hemos ido de esta casa, de la playa, de la isla. Estamos cada uno en otro sitio. Vendimos la casa y los nuevos dueños volvieron a pintar de blanco las paredes y le cambiaron el nombre. Ahora se llama como un viento: Mistral.
Hace un rato, el niño que no tiene miedo ha querido ver una torre abandonada. Ha preguntado si ahí vivían piratas y le he dicho que ya no. ¿Y antes de que naciera yo? Sí, antes de que nacieras tú sí. ¿Y antes de que naciera mi abuelo? Sí, antes de que naciera tu abuelo también.
Me resulta extraño, ahora, pensar en esta casa y en esta isla. Pensar en la cajita roja que llevo en el bolso. En su cierre de rosca. En lo que cabe dentro.