domingo, 13 de agosto de 2017

EL GUARDIÁN INVISIBLE



Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por la policía, Amaia Salazar; primera de la Trilogía del Baztán.

RESEÑADA POR NOELIA VALLINA para LIBROS
19 de Febrero de 2013
No me acabó de convencer "El guardián invisible", es verdad que los asesinatos se quedan casi en un segundo plano frente a los secretos familiares, pero quizá le sobra tanta información sobre las tradiciones, preferiría que me las fuera dosificando en novelas posteriores.
Esperaré a leerme la segunda parte para decidir si me gusta esta autora o no.

No le falta razón a nuestra amiga Noelia Vallina, es verdad, que comenzar una novela sabiendo que va a formar parte de una trilogía, le resta posibilidades ya que una comienza leyendo y pensando más en la inconclusión que en los hechos que se relatan.
Las tradiciones del Batzán son interesantes pero la saturación es el peligro que corre la escritora cuando llena una novela negra con tanta información, en ocasiones prescindible.
Por otra parte la Inspectora protagonista, Amaia Salazar, no acaba de resultarme del todo "simpática" y eso lastra la novela y desdibuja la trama. La destreza literaria de Redondo es, también, un lastre para la novela, se nota mucho la bisoñez de la escritora y transforma lo que podría ser una novela interesante en una acumulación de datos, con errores "de bulto" y baja calidad literaria.
Aún así,  la verdad, he disfrutado mi paseo por el Baztán....es cierto que la novela no aporta grandes novedades a la estructura clásica del relato policiaco, y que tiene muchas reminiscencias de la negra-nórdica, pero como discurre en el norte y yo soy del norte, pues...lo que podría ser un defecto se hace virtud¡ Me gusta la combinación de la trama policiaca con la vida personal de los protagonistas, me gusta el recorrido por la cultura y las leyendas navarras, me gusta la descripción del paisaje. Y me la he leído volando, muy muy entretenida. Sin duda le daré una nueva oportunidad a esta escritora y sus relatos¡¡¡
Opino como Noelia que habrá que aguardar "acontecimientos".

Y como me gusta mucho la "diversidad" otra opinión de un amigo de LIBROS.

RESEÑADO POR JUAN FONT OSABA para LIBROS
6 de Febrero de 2013
He leído “El guardián invisible” de Dolores Redondo.

En el valle del Baztán del Pirineo vasco navarro aparecen tres cadáveres de chicas jóvenes asesinadas. La inspectora Amaia, por ser oriunda de esa zona, es la encargada del caso. En la novela se alternan la investigación de los asesinatos con los problemas personales de la protagonista así como los de sus hermanas. A destacar la muy buena ambientación del lugar de los hechos que, por su situación geográfica y su clima hostil, es propicio a leyendas sobre seres mitológicos.
Esta es la primera entrega de una trilogía criminal escrita por una autora española a la que le doy un voto de confianza.

RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 4 de Noviembre de 2014.
He aquí un ejemplo de cómo una buena novela policíaca casi se estropea por un exceso de antropología. Quizás 'estropear' es un verbo exagerado y entiendo que la autora deba presentar y contextualizar la zona y la historia pero la abundancia de cuñas explicativas, la hace lenta cuando menos lo necesita.
Si no tenemos en cuenta eso, es de diez; de una maestría negra impecable: la ambientación, el paisaje, el choque entre cuerpos policiales, los sospechosos, la familia incluyendo al soso del marido.
Se ha ganado el derecho a la segunda.


Sinopsis (Ed. Destino)
El guardián invisible, de Dolores Redondo, autora de la novela Los privilegios del ángel, es un impactante thriller que tiene su mejor baza en el contraste entre lo racional y científico, y lo legendario y mítico. Una impactante novela negra que mezcla con originalidad el realismo de una investigación policial con elementos mágicos de la mitología vasco-navarra. Cuenta con una gran protagonista, la policía foral Amaia Salazar, una preparadísima agente que ha incorporado las técnicas del FBI y que, por otro lado, tiene un pasado oscuro y atormentado, decisivo en la trama. Un extraordinario contraste entre fortaleza y fragilidad que la sitúa como clara heredera de la Clarice Starling de El silencio de los corderos. Una lectura imposible de interrumpir, con una trama envolvente y original, que ofrece un juego de pistas honesto y múltiples bifurcaciones, con una estupenda ambientación, sugerente atmósfera de los bosques vasco-navarros, de las figuras legendarias de la zona. El guardián invisible es la primera entrega de la planeada Trilogía del Baztán, en cuya segunda parte la autora ya está trabajando de lleno.
«Ainhoa Elizasu fue la segunda víctima del basajaun, aunque entonces la prensa todavía no lo llamaba así. Fue un poco más tarde cuando trascendió que alrededor de los cadáveres aparecían pelos de animal, restos de piel y rastros dudosamente humanos, unidos a una especie de fúnebre ceremonia de purificación. Una fuerza maligna, telúrica y ancestral parecía haber marcado los cuerpos de aquellas casi niñas con la ropa rasgada, el vello púbico rasurado y las manos dispuestas en actitud virginal.»
En los márgenes del río Baztán, en el valle de Navarra, aparece el cuerpo desnudo de una adolescente en unas circunstancias que lo ponen en relación con un asesinato ocurrido en los alrededores un mes atrás. La inspectora de la sección de homicidios de la Policía Foral, Amaia Salazar, será la encargada de dirigir una investigación que la llevará devuelta a Elizondo, una pequeña población de donde es originaria y de la que ha tratado de huir toda su vida. Enfrentada con las cada vez más complicadas derivaciones del caso y con sus propios fantasmas familiares, la investigación de Amaia es una carrera contrarreloj para dar con un asesino que puede mostrar el rostro más aterrador de una realidad brutal al tiempo que convocar a los seres más inquietantes de las leyendas del Norte.


El guardián invisible (fragmento)

1"Ainhoa Elizasu fue la segunda víctima del basajaun, aunque entonces la prensa todavía no lo llamaba así. Fue un poco más tarde cuando trascendió que alrededor de los cadáveres aparecían pelos de animal, restos de piel y rastros dudosamente humanos, unidos a una especie de fúnebre ceremonia de purificación. Una fuerza maligna, telúrica y ancestral parecía haber marcado los cuerpos de aquellas casi niñas con la ropa rasgada, el vello púbico rasurado y las manos dispuestas en actitud virginal.
Cuando la avisaban de madrugada para acudir al escenario de un crimen, la inspectora Amaia Salazar siempre realizaba el mismo ritual: apagaba el despertador para que no molestase a James por la mañana, cogía su ropa y su teléfono formando un montón y bajaba muy despacio las escaleras hasta llegar a la cocina. Se vestía mientras tomaba un café con leche y dejaba una nota para su marido, para meterse después en el coche y conducir absorta en pensamientos hueros, ruido blanco que siempre ocupaba su mente cuando despertaba antes del amanecer y que  la acompañaban como restos de una vigilia inconclusa, a pesar de conducir durante más de una hora desde Pamplona hasta el escenario donde una víctima esperaba.
Trazó una curva demasiado cerrada y el chirrido de las ruedas le hizo tomar conciencia de lo distraída que es- taba; se obligó entonces a prestar atención a la sinuosa carretera ascendente que se adentraba en los tupidos bosques que rodeaban Elizondo. Cinco minutos más tarde detuvo el coche junto a una baliza y reconoció el deportivo del doctor Jorge San Martín y el todoterreno de la jueza Estébanez"

BESOS AL AIRE


RESEÑADO POR LOS RELATOS DE PATRI para LIBROS
2 de Marzo de 2013

Termino "Besos al Aire" de Marga Ribera.
Se trata de un libro que contiene tres historias 
- "La hermosa Carmen" trata sobre los prejuicios y la cerrazón que hay a veces en los pueblos pequeños y como esto acaba con una mujer que se va a vivir a uno de ellos con su familia.
- "La mansión" es una historia de celos, odio y venganza.
- "La casa de la piscina" nos cuenta la desgraciada vida de un hombre que acaba robando para ganarse la vida y mantener a su familia.
El estilo de Marga me encanta, es directa y no se anda con remilgos, describe las escenas fielmente a pesar de la dureza o carga sexual que puedan tener. Su estilo es muy realista, a veces crudo, a veces casi hasta lírico, y lleno de detalles que hace que podamos imaginarnos las escenas de forma muy vívida.
Marga tiene mucho potencial, pero a pesar de ello en estos relatos a veces también hay algunas incorrecciones (de las que culpo más a la edición) y datos metidos de forma forzada que restan ritmo a las historia.
Aún así la sensación ha sido buena y estoy segura que seguirá mejorando y deleitándonos con sus trágicas y bellas historias. (Los Relatos de Patri)

Marga Ribera es una amiga de LIBROS y una escritora novel, a la reseña de Patri no tengo nada que añadir, ya que concuerdo con todas sus apreciaciones. Esperamos grandes cosas de Marga Ribera.





APUNTES DE UN VENDEDOR DE MUJERES


RESEÑADO POR RICARDO CORTAT para LIBROS
25 de Febrero de 2013
"Apuntes de un vendedor de mujeres" de Giorgio Faletti.
Milán 1978. Aldo Moro es rehén de las Brigadas Rojas y la noche es refugio seguro para delincuentes, artistas y prostitutas.
Y aquí empieza un pedazo de novela negra llena de humo de tabaco, café y acertijos....
Y me ha gustado mucho más de lo que esperaba.
Curiosidad. En 1978, los italianos respetaban los semáforos y las normas de circulación. Al menos en las novelas.
Pega. El epílogo y esa obsesión en dejarlo todo atado y bien atado. No le sobra, pero no le hacía falta.

Apuntes de un vendedor de mujeres (fragmento)

PRÓLOGO

"Me llamo Bravo y no tengo picha. Así podría presentarme.
Llevar un apodo en lugar del nombre verdadero no quiere decir nada. Cada cual es quien es, por muchas estelas burocráticas que arrastre como serpentinas tras una noche de Carnaval. Mi vida no habría cambiado un ápice de haber dado cualquier otro nombre junto con la mano que estrechar. Ni más ni menos. Ni subidas ni bajadas, ni mares en calma o agitados en los que bregar o añorar haber bregado. Carecer de nombre era como un generoso rincón de sombra en el que esconderme, como tener un rostro que apenas se ve, un cuerpo que apenas se percibe, era no ser nada, era no ser nadie. Siendo yo quien era, esta condición me ofrecía todo lo que necesitaba en lo práctico, sin opciones ni excepciones.
En cuanto a lo otro, al detalle anatómico, merece la pena que nos detengamos. No nací así. No hubo en su día ninguna mirada atónita de médico que me viera salir de la raja en cuestión enteramente desguarnecido, ni ojeada perpleja a una madre sacudida aún por el último y definitivo espasmo del parto. No hubo ternezas para un niño lisiado de tan singular miembro y que podía ser objeto de sangrientas burlas en el futuro. Ni hubo tremendas confesiones de adolescente con la cabeza gacha y los ojos clavados en la punta de los zapatos.
Cuando vine al mundo todo estaba en su lugar. Incluso demasiado en su lugar, a juzgar por lo que había de ocurrir. Y , hasta cierto día, todo eso que estaba en su lugar causó diversas desazones a una serie de señoras y señoritas más bien ligeras de cascos que no deseaban otra cosa. Yo siempre pensé que era problema de ellas.
Pero un día el problema de una de ellas se convirtió en mi problema."

LA MUJER DEL FARO


Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Karin Adler, agente de policía en Gotemburgo (Suecia) y aficionada a la navegación 

"El remedio contra todo mal es el agua salada: sudor, lágrimas o el mar" Karen Blixen.

Con esta cita comienza el libro de Ann Rosman, el primer caso de otra policía nórdica, Karin Adler, otra nordic noir que, la verdad, no aporta gran cosa al panorama literario.
Entretenida, aunque un poco apresurada y confusa en su trama, habrá que ver como se desarrollan las nuevas "aventuras" de esta policía-marinera y de Marstrand.
Para pasar el rato¡🌞

La mujer del faro (fragmento)

Las campanas de la iglesia de Marstrand llamaron a misa a las diez y media, aun que no se oyeron en Hamneskär, donde los dos albañiles polacos acababan de retomar el trabajo. Estaban reparando la pared  interior de la vieja despensa cuando, de pronto, ésta cedió y se vino abajo. Fue como si al mortero ya no le quedaran fuerzas para soportar el pesado secreto que aquella construcción de piedra había guardado durante tanto tiempo. Al otro lado de la pared había otra estancia, en su día perteneciente a la familia del farero. En su oscuro interior yacía un cadáver. El rostro estaba vuelto hacia ellos, como si los hubiera estado esperando.
 Los polacos gritaron y se santiguaron apresuradamente.
 
Faro de Pater No ter, Hamneskär, 2 de agosto de 1963
Ella le besó la frente y le pasó la mano por el pelo. Luego le cogió la mano y se la posó sobre su vientre. Le pareció distinguir una leve sonrisa en los labios del hombre y acarició el bello contorno de su labio superior. Notó una suave patadita en su seno, como si quien estaba allí dentro también quisiera despedirse.
 El dolor la desgarraba. Lo cubrió con la manta para que no pasara frío.
 Otro hombre la esperaba en la puerta. Había llegado la hora de marcharse. La mujer se volvió hacia él por última vez y se despidió agitando la mano. Incapaz de decirle adiós, murmuró:
—Nos volveremos a ver pronto, y contaré cada minuto hasta que llegue ese momento

DE ACERO


RESEÑADA POR AMELIA RUIZ
30 de Diciembre de 2012
Terminé “De acero” de la italiana Silvia Avallone.
Es de esas novelas que dejan un sabor amargo, que nos produce una profunda sensación de consternación porque lo que aquí se cuenta es muy cotidiano, lo que aquí se refleja es la realidad de cierta juventud con la que nos tropezamos diariamente, una juventud sin esperanzas, sin oportunidades, a la que sólo le queda disfrutar de su ignorancia aún inconscientes de sus miserias. Básicamente en la historia de la amistad de dos adolescentes, casi dos niñas, pero en medio de sus despertares a la vida, está un barrio obrero, una fábrica de acero que lo domina todo y a todos, unas familias infelices, paro, delincuencia, maltratos, drogas, todo un estudio sociológico de una sociedad que no nos es ajena.
Muy recomendable. De lo mejor que he leído este año.

De acero (fragmento)

PRIMERA PARTE

Amigas del alma

1.

"En el círculo desenfocado de la lente la figura, sin cabeza, apenas se movía.
Un jirón de piel en primer plano, a contraluz.
Aquel cuerpo había cambiado de un año para otro, despacio, debajo de la ropa. Y ahora en los prismáticos, en verano, explotaba.
El ojo, desde lejos, mordisqueaba los detalles: el lazo de la parte de abajo del bikini, un filamento de alga en un costado. Los músculos tensos encima de la rodilla, la curva de la pantorrilla, el tobillo manchado de arena. El ojo se agrandaba y enrojecía a fuerza de excavar en la lente.
El cuerpo adolescente salió de un salto del campo visual y se arrojó al agua.
Un instante después, reajustado el objetivo, calibrado el foco, reapareció dotado de una espléndida melena rubia. Y una carcajada tan violenta que incluso desde aquella distancia, aunque fuera sólo mirándola, te sacudía. Era como meterse de verdad entre esos dientes blancos. Y los hoyuelos de las mejillas, y el hueco entre los omoplatos, y el del ombligo, y todo lo demás.
Ella estaba jugando como cualquiera a su edad, sin sospechar que estaba siendo observada. Abría la boca. ¿Qué estará diciendo? ¿Y a quién? Se zambullía al encuentro de una ola, volvía a salir del agua con el triángulo del sujetador descolocado. Una picadura de mosquito en el hombro. La pupila del hombre se contraía, se dilataba como bajo los efectos de algún estupefaciente.
Enrico miraba a su hija, era más fuerte que él. Espiaba a Francesca desde el balcón, después de comer, cuando no estaba de turno en la planta siderúrgica Lucchini. La seguía, la estudiaba a través de las lentes de los prismáticos de pesca. Francesca chapoteaba en la orilla con su amiga Anna, se perseguían, se tocaban, se tiraban del pelo, y él ahí arriba, clavado con el cigarro en la mano, sudando. Él, gigantesco, con la camiseta empapada, con el ojo muy abierto, atareado bajo ese calor de locos.
La vigilaba, o eso era lo que decía, desde que empezó a ir a la playa con ciertos chicos mayores, ciertos elementos que no le inspiraban confianza alguna. Que fumaban, que seguro que hasta se hacían porros. Y cuando le hablaba a su mujer de esos inadaptados con los que estaba su hija, gritaba como un poseso. ¡Se hacen porros, se chutan cocaína, trafican con pastillas, se quieren follar a mi hija! Esto último no lo decía explícitamente. Daba un puñetazo a la mesa o a la pared.
Pero quizá hubiera adquirido la costumbre de espiar a Francesca antes: desde que el cuerpo de su niña parecía haberse descamado y había ido adquiriendo gradualmente una piel y un olor precisos, nuevos, tal vez, primitivos. Se había sacado de la manga, la pequeña Francesca, un culo y un par de tetas irreverentes. Los huesos de la pelvis se le habían arqueado, formando un tobogán entre el busto y el abdomen. Y él era su padre."

WARLOCK


RESEÑADA POR GLORIA GONZÁLEZ para LIBROS
27 de Diciembre de 2012
Cómo he disfrutado leyendo una del Oeste: Warlock, de Oakley Hall.
En sus casi setecientas páginas hay cuatreros, duelos al sol, sheriff con estrella, asaltos a la diligencia, putas, un pueblo polvoriento, ladrones de ganado, mineros explotados y borrachos, etc. Pero os aseguro que es mucho más que una típica novela del género western. No hay buenos ni malos; mejor dicho, todos los personajes son buenos y son malos. Un pueblo sin ley en un país salvaje da para muchos dilemas morales y personales, sin dejar de lado la buena literatura.
Recomendada para quien le apetezca un clásico, o una novela de calidad, de acción y de personajes, con tintes de novela histórica (ficción histórica), simple y compleja.
Fue finalista del Premio Pulitzer y Thomas Pynchon ha dicho que es una de las mejores novelas norteamericanas.

Warlock (fragmento)

Gannon asiste a una fiesta de inauguración

I

Desde la puerta de la cárcel, Gannon la vio cruzar por la esquina del almacén de Goodpasture, tirándose de las faldas para no rebozarlas de polvo, el cordón del pequeño bolso enrollado en la muñeca. Buck Slavin, que venía de las cocheras, la saludó levantándose el sombrero y ella se detuvo un momento a hablar con él. Pero luego vio claramente que se dirigía a la cárcel.
Volvió adentro y se sentó en una esquina de la mesa. La había visto muchas veces en las últimas semanas; ella siempre le sonreía y, cada vez con más frecuencia, se detenía a charlar con él unos instantes, momentos que a él le resultaban difíciles, porque no se le ocurría nada importante que decir y siempre le quedaba la sensación, cuando ella se iba, de que la había decepcionado de algún modo. Oyó sus pasos. Y enseguida apareció en el umbral, sonriéndole, con el pequeño lunar artificial muy oscuro contrastando con la palidez de su rostro.
—Buenos días, señor ayudante.
—Buenos días, señorita Dollar —contestó, poniéndose rápidamente en pie.
La joven dirigió una mirada al calabozo vacío, sacó un pañuelo del bolsito y se lo pasó por las sienes. Llevaba el borde de la falda blanco de polvo. Sin embargo, sudorosa y llena de polvo como estaba, era una mujer hermosa, y, de pie frente a ella, incapaz de entablar una conversación agradable, sintió intensamente su propia torpeza, su ineptitud y fealdad.
—Hace fresco aquí dentro —observó ella, adentrándose algo más en la cárcel.
—Sí, señora. Y mucho calor afuera.
—He alquilado una casa.
—Ha tenido suerte de encontrarla. ¿Va usted...? Quiero decir, supongo que va a quedarse una temporada en Warlock, ¿no? —Ya llevo un mes aquí. Creo que voy a quedarme.—Se puso a mirar los nombres grabados en la pared enjalbegada y luego prosiguió—: Es una casa muy bonita. Se la alquilé a un minero. Unos muchachos del establo se han ofrecido a llevarme los baúles esta tarde. —Le sonrió mecánicamente, ladeando sus labios de carmín—. Me preguntaba si podría usted ayudarme en la mudanza.
—Pues... —tartamudeó él—. No faltaba más, señorita Dollar, estaría encantado de ayudarla. ¿A qué hora le parece...?
—Sobre las cinco. Probaré a hacer algo de cena. —Volvió a sonreír, no tan mecánicamente esta vez—. No se preocupe. Sé cocinar, ayudante.
—¡No me cabe duda! —protestó él—. Allí estaré, con mucho gusto.
Ella lo examinó de aquel modo tan suyo, a la vez despreocupado e intenso, como si pudiera ver en su interior pero buscando algo al mismo tiempo. Lo había notado sobre todo cuando, después de la muerte de Billy, se la había encontrado por la calle y ella se detuvo para decirle que lamentaba lo de su hermano.
Kate Dollar se quedó charlando un rato más, pero él se sintió, como siempre, cohibido y estúpido hasta que ella se marchó finalmente. Desde el umbral vio cómo cruzaba Southend pasando frente a los ociosos apostados a la puerta de los salones. Observó que ninguno de ellos intentó molestarla."