jueves, 16 de agosto de 2018

MARIPOSAS HELADAS


Esto huele a serie protagonizada por policía de pueblo y psicóloga de ciudad....creo que hasta tiene nombre "Los crímenes de Lipowo".
Este inicio de serie en clave negra-polaca es predecible, muy predecible, tiene todos los ingredientes de la novela policiaca con afán de superventas y, casi seguro, que lo será. Crímenes cuyo origen está en el pasado, pequeño pueblo donde todos se conocen, un toque de fractura social, violencia de genero, infidelidad, sobreprotección maternal, abusos a menores, corrupción policial.....¿No serán demasiados temas para tratar en la primera entrega?
Me ha entretenido y, sin duda aunque no será una obra maestra, leeré nuevas entregas.

Sinopsis (Ed. Maeva)

El hallazgo del cuerpo sin vida de una mujer en un paraje helado destapa una cadena de secretos que se inició en la década de 1950.

Una gélida mañana de invierno, el cuerpo sin vida de una monja, que aparentemente ha sido atropellada por un coche, aparece en las afueras de Lipowo, una localidad situada al norte de Varsovia. Pero pronto queda fuera de duda que primero fue asesinada y luego simularon un accidente. Unos días después, cuando aparece el cadáver de otra mujer, sin que entre ellas hubiera un vínculo aparente, la Policía debe darse prisa antes de que el asesino actúe de nuevo.
Las sospechas recaerán sobre algunos de los habitantes del pueblo: la propietaria de una tienda, el heredero de una familia adinerada o el hijo de uno de los oficiales de la Policía. La comisaria Klementyna Kopp y el comisario Daniel Podgórski tendrán que ponerse manos a la obra, investigar la verdadera identidad de la monja, su pasado y los motivos que la llevaron a Lipowo. Esta vez, además de con su equipo, Daniel contará con la ayuda de una recién llegada Veronika —psicóloga que viene de Varsovia, acaba de divorciarse y busca un nuevo comienzo lejos de la ciudad—, por la que se siente irresistiblemente atraído.

Mariposas Heladas (fragmento)

Prólogo
Varsovia. Domingo, 30 de diciembre de 2012 
La misa había terminado poco antes y la iglesia estaba ya vacía y a oscuras. El silencio solo se veía quebrado por algunos ecos lejanos. Un hombre se sentó en el primer banco, en uno de sus extremos. No quería que nadie se fijara en él, si por casualidad entraba alguien allí. Necesitaba unos momentos de intimidad. 
Pensar en lo que había hecho no le dejaba vivir tranquilo. Y con la perspectiva del tiempo resultaba aún peor. Había creído que los remordimientos se le pasarían, pero no había sido así. Se podría decir que, según se sucedían los días, se sentía cada vez peor. Iba recordando más y más detalles. Recordaba con precisión cómo iba vestida ella, cómo llevaba arreglado el pelo. Recordaba su voz. Sin embargo, lo peor de todo eran sus ojos. Primero había aparecido en ellos el terror, en cuanto se dio cuenta de lo que iba a ocurrir. Después, cuando todo hubo finalizado, su mirada quedó vacía. Ya no expresaba nada. En aquellos ojos solo vio su reflejo. El reflejo de un monstruo. 
El hombre se estremeció entre la oscuridad de la iglesia desierta. No sabía si era debido al frío que penetraba en el templo o a sus recuerdos. Ahora ya es demasiado tarde, pensó. Los santos de los cuadros parecían mirarlo de manera acusadora. Ahora ya es demasiado tarde, repitió mentalmente, como si quisiera convencerse a sí mismo y también a ellos. No podía cambiar lo que había hecho. No había forma de rectificarlo. Demasiado tarde. Tendría que vivir soportando el peso del peor de los pecados. 
Quizá con el tiempo lograra olvidarlo. Dirigió su mirada suplicante hacia el altar, siempre iluminado por la lucecita del sagrario dorado, pero no se atrevía a pedirle abiertamente a Dios que le ayudara con aquel asunto. Eso habría sido una blasfemia. 
El hombre cerró los ojos y quedó en completo silencio. Sus pensamientos erraban intranquilos. Ahora lo más importante es que nadie se entere, se dijo al final. En apariencia había tomado todas las medidas oportunas para que así fuera. Se encontraba a salvo. Al menos de momento.

BLANCO DE PLOMO

«Una de las escritoras estadounidenses más inteligentes y minuciosas de la actualidad».
DAVID FOSTER WALLACE

Esta es una de las calificaciones que la editorial emplea para promocionar la novela, tras leerla me animé y....., indudablemente no puedo opinar sobre la inteligencia de la autora, eso sí, sobre su minuciosidad no me ha quedado la menor duda....
La protagonista, Stela da Silva, es conservadora de arte y una mujer ciertamente peculiar, tanto como esta "intriga" repetitiva, deslavazada y absurda que parte de un supuesto tan falso (Las Meninas viaja desde El Prado a New York para ser restaurada en una galería de tercera clase por una restauradora de cuarta división) que todo lo demás se queda en una mera anécdota y en una resolución más falsa que "Un duro de madera".
No me ha "enganchado" en absoluto, ni los personajes, ni la trama, ni su final me han convencido en ningún momento.


Sinopsis (Ed. Siruela)
La conservadora de arte Stella da Silva es un ave nocturna, por eso agradece que la casa de subastas Claiborne’s le permita trabajar en un horario poco convencional. La luz natural puede dañar algunas obras pictóricas de valor incalculable, y, además, su concentración mejora cuando la ciudad descansa. Una noche, mientras se ocupa del más famoso óleo de Diego Velázquez —despachado en secreto a Nueva York para su restauración—, se ve obligada a interrumpir un momento su tarea y, al volver al estudio, encuentra allí un cadáver vestido como una de las figuras del cuadro. Pero al llegar la policía, tanto el cuerpo como Las meninas se han volatilizado sin dejar rastro. Stella, la última en tener acceso a él, pasa así a convertirse en la principal sospechosa. Para recuperar su reputación y su empleo, ya que Claiborne’s la despide inmediatamente, no tendrá más alternativa que tomar las riendas del caso. Pero no será la única en perseguir algo, ya que también alguien empezará a correr tras ella...

¿Es el arte una razón para vivir? ¿O un oscuro negocio por el que matar? Un thriller diferente, sofisticado, atento al detalle y, claro está, muy negro, ese color que en palabras de Kandinski «es el del silencio del cuerpo tras la muerte, el de la vida que se cierra».

Blanco de plomo (fragmento)

Capítulo 1
—Buenas noches, Calvin.
—Buenas noches, Stella. No te quedes trabajando hasta muy tarde… —El hombre lanzó un beso al aire y con un ademán de la cabeza señaló a su izquierda—… Estoy reventado. En cuanto acabe este piso me marcho a casa. 
En la grabación de la cámara de seguridad se veía a una mujer con tacones rojos, servidora, y al limpiador nocturno, con su uniforme azul, riéndose por lo bajini, con gesto de complicidad. Los dos habíamos oído un ruido, como de respiración entrecortada, en una de las salas al fondo del pasillo. —¿Vas a ir a ver qué es? —le pregunté. 
—Nah, estoy cansado del numerito. 
Calvin siguió a lo suyo, fregando el suelo de mármol decorado con un diseño geométrico blanco y negro, que parecía cortar si caminaras descalzo sobre él. Con el limpiacristales azul en el bolsillo de atrás, fue pasando de un despacho a otro, encendiendo luces, apagándolas cuando acababa. Me recliné hacia atrás y lo vi alejarse a través de la puerta doble de cristal. A esas horas, en plena noche, solía estar sola en esa planta, aunque no siempre. 
Me gustaba trabajar de madrugada, cuando, a medida que pasaban las horas, había cada vez menos gente en el edificio, hasta que me quedaba completamente sola —o eso me gustaba pensar—. En mi trabajo, la luz natural es un tesoro y a la vez una condena. Ilumina, atenúa y degrada el color, todo en uno, así que a veces conviene evitarla. Fue la luz del sol la que dañó los Rothkos del Museo Fogg, que no se pudieron restaurar hasta décadas después, con proyecciones generadas por ordenador: cuando se apagan esas luces artificiales neutras, lo único que queda son seis lienzos estropeados. Mi jefe no controlaba mi horario, siempre y cuando cumpliese con mi trabajo. La casa de subastas Claiborne’s era la más antigua del país, pero en materia de privacidad y discreción tenía la reputación de un banco suizo.

SYLVIA


Dice la crítica que " Sylvia es una novela autobiográfica sobre el poder destructivo del amor que retrata de manera fascinante la intimidad de una pareja."
Yo he leído esta magnífica novela en un suspiro, un poco más de 100 páginas para relatar, de forma precisa y elegante, ese amor que te asalta y te arrebata en la primera juventud, que te hace obsesivo y posesivo, celoso, irracional, errático, fanático, injusto, feliz e ínfeliz, alegre y triste, perdidamente perdido sin capacidad de pensar en nada que no sea esa persona que lo es todo....
Hasta aquí, cualquiera que se haya enamorado, se reconocerá inmediatamente pero solo unos pocos podrán hacerlo en la violencia, las drogas, la enfermedad mental y la destrucción sistemática del uno y de otro.
Encierra tanta verdad está novela que su lectura es maravillosa, a pesar de su trasfondo trágico.
La recomiendo encarecidamente, eso sí, prescindiria del prólogo (8 páginas de spoiler que no me han aportado nada).

Sinopsis (Libros del Asteroide)
Leonard es un joven aspirante a escritor en el Nueva York de los años sesenta. Un día conoce a Sylvia en el apartamento de una amiga en el Village y queda totalmente subyugado por su belleza. «La cuestión de qué hacer con mi vida en los cuatro años siguientes quedó resuelta», recordará casi tres décadas después.
Sin embargo, la convivencia no resultará fácil. Su relación saldrá pronto de la alegría y la bohemia de los locales de jazz de la época y caerá en el desánimo y las peleas. Un amor tempestuoso y trágico que causa en la vida del joven Leonard una conmoción similar a la que las nuevas costumbres estaban provocando en la sociedad norteamericana del momento.
Escrita con extraordinaria claridad y precisión, Sylvia es una novela autobiográfica sobre el poder destructivo del amor que retrata de manera fascinante la intimidad de una pareja. Leonard Michaels fue uno de los autores norteamericanos más admirados de la segunda mitad del siglo XX; Sylvia, en la que trabajó incansablemente durante años y que fue publicada en su forma definitiva en 1992, seguramente sea su mejor obra.

Sylvia (fragmento)
En 1960, después de seguir dos cursos de doctorado en Berkeley, volví a Nueva York sin un título, sin la menor idea de lo que haría y con el único deseo de escribir relatos. También había asistido, de 1953 a 1956, a cursos de doctorado en la Universidad de Michigan. En total, cinco años de clases de literatura. No sé de qué otro modo podría haber pasado aquellos cinco años, pero no quería asistir a más clases magistrales ni estudiar para más exámenes ni verme envejeciendo en una biblioteca. En el periódico de la universidad había un anuncio en  el que se solicitaba a alguien para conducir un automóvil de Berkeley a Nueva York, con los gastos pagados. Llamé y, unos días después, iba, de vuelta a casa, conduciendo un Cadillac descapotable por montañas y praderas, como un hombre superespecializado de veintisiete años, que fumaba cigarrillos y no podía dar mejor explicación de sí mismo que la de decir: «Me gusta leer». Aunque estos otros hechos no modifiquen gran cosa el relato, tenía muchos amigos, me llevaba bien con mis padres y gustaba a las mujeres. Al dirigirme a gran velocidad hacia la gran ciudad en un gran automóvil ajeno, tenía la sensación de que la vida me sonreía. 
El piso de mis padres en el Lower East Side de Manhattan, con cuatro habitaciones y un balcón, era demasiado pequeño para acoger a otro adulto, pero yo no iba a permanecer demasiado tiempo en él. En cualquier caso, mi madre me hacía sentirme como un niño. Parecía natural. «¿Qué estás haciendo?», decía. «¿Lavando los platos? Vamos, vamos, déjalo. Siéntate y tómate una taza de café.»


EN UN PAÍS EXTRAÑO


“Día tras día, durante los grises meses invernales de comienzo de año, había intentado comportarse como un ciudadano común, convertirse en la clase de hombre que se relacionaba con la gente y veía el fútbol, que charlaba de cualquier cosa con los desconocidos del bar. Estaba dispuesto a reeducarse, ver las películas y las series completas de la HBO, leer las novelas y las memorias que se le habían pasado, pero lo único que era el mundo de los secretos”.
Hace tiempo que no leía una novela de espías que me mantuviese tan alerta como esta, escrita con gran fluidez, narra la historia de un espía británico caído en desgracia y su nueva jefa en el MI6.
Con escenarios en Inglaterra, Francia y Túnez, el ritmo de la acción es sostenido, los personajes creíbles y el final coherente, que es más de lo que se puede afirmar de la mayoría de las novelas de espionaje modernas.
Me ha encantado y me apunto al autor para nuevas lecturas.

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Seis semanas antes de asumir la dirección del MI6 y convertirse en la primera mujer que encabeza uno de los servicios de espionaje más prestigiosos del mundo, Amelia Levene desaparece sin dejar rastro, provocando así la crisis más grave que la institución ha vivido en una década. Los altos mandos se encuentran en un trance: no sólo tienen que encontrar a Levene, sino que la tarea tiene que realizarse en el más absoluto secreto si quieren evitar un duro golpe a la imagen y credibilidad del MI6. Así pues, la mejor opción que les queda es acudir a Thomas Kell, un agente al que despidieron del cuerpo ocho meses atrás por presuntas torturas a un detenido durante una antigua misión en Kabul.
Incapaz de adaptarse a la vida civil y en medio de una tormentosa ruptura matrimonial, Kell está a punto de tocar fondo, pero a sus cuarenta y dos años no puede rechazar esta oportunidad, tal vez la última de su vida, para redimirse ante sus colegas y volver a ejercer el único trabajo que sabe hacer. Una primera pista lo conducirá a Niza, Marsella y finalmente Túnez, donde, en la nueva situación creada tras la Primavera Árabe, estaría gestándose una trama que podría dañar seriamente los vínculos de Gran Bretaña con sus aliados.

En un país extraño (fragmento)

TÚNEZ, 1978

1
Jean-Marc Daumal despertó con el alboroto de la llamada a la oración y con el llanto de sus hijos. Acababan de dar las siete de la mañana, y el ambiente tunecino era sofocante. Durante un momento, mientras sus ojos se adaptaban a la luz del sol, Daumal se permitió olvidar que se hallaba en una situación lamentable, pero el recuerdo lo asaltó de pronto, como si se hubiera quedado sin aire. A punto de gritar de la desesperación, per maneció contemplando las grietas del techo encalado; un hombre casado de cuarenta y un años a merced de un corazón roto. 
Amelia Weldon se había marchado seis días antes. Sin previo aviso, sin motivos, sin dejar una nota. Estaba cuidando de sus hijos en el chalet —preparándoles la cena, leyéndoles un cuento en la cama— y, de pronto, había desaparecido. El sábado al amanecer, Céline, esposa de Jean-Marc, había descubierto que en el dormitorio de la au pair no quedaba ninguna de sus pertenencias, las maletas de Amelia no estaban en el armario y en las paredes ya no se veían sus fotos y sus pósteres. La caja fuerte que la familia tenía en el cuarto de la lavadora estaba cerrada, pero dentro faltaban el pasaporte y el collar que la joven había guardado en ella. En el puerto de La Goulette no tenían constancia de que una británica de veinte años que se ajustase a la descripción de Amelia hubiera embarcado en el ferry hacia Europa, y en ninguna de las compañías aéreas europeas que volaban desde Túnez había viajado una Amelia Weldon.

lunes, 30 de julio de 2018

DESAPARICIÓN EN TRÉGASTEL


 Sexta entrega de  la serie de novelas protagonizadas por Georges Dupin, comisario de policía en Concarneau, Bretaña (Francia)

Las vacaciones no son para Dupin y menos si le obligan, no descansa, no disfruta y está a punto de deprimirse a pesar de la compañía de su novia (que es rarita, rarita).

Afortunadamente siempre hay algo que resover para este gourmet que sólo disfruta plenamente cuando está en acción. 

Me gustó🌞🌞


Sinopsis (ed. Grijalbo)

El comisario Georges Dupin se enfrenta a la misión más difícil de su vida: descansar durante dos semanas enteras. Pero odia estar inactivo y aprovecha la mínima oportunidad para merodear por los alrededores, de modo que su incansable curiosidad no tarda en verse recompensada. Primero desaparece una estatua de la capilla del puerto, más tarde una diputada es agredida durante una manifestación y poco después una mujer se esfuma sin dejar rastro. Pero el golpe que perturba definitivamente la tranquilidad de Dupin es el hallazgo de un cadáver. La tentación es demasiado fuerte y el comisario empieza a investigar a escondidas.

Parece que los casos criminales persiguen al comisario Dupin incluso en vacaciones. ¿O es al revés?

Una investigación llena de ingenio y deliciosas descripciones de la vida en el hotel, del extraordinario paisaje de la costa de granito rosa y de las maravillas culinarias de la zona desfilan por las páginas de esta novela.

#LIBROS 


lunes, 9 de julio de 2018

EL ÁNGEL


Segunda entrega de la serie de novelas protagonizadas por Colomba Caselli, subcomisaria en la policía de Milan (Italia) y Dante Torre investigador independiente.

«En la Caja uno solo puede esperar la muerte. La Caja no es un edificio, no es una cárcel. Es un cubo de hormigón sin ventanas. La luz del día se filtra a través de las rejillas del patio que está sobre sus cabezas, un patio que quienes son como ellos pueden ver solo una vez, la última. Porque cuando te sacan al aire libre significa que para entonces ya estás demasiado enfermo. Porque atacaste a un guardia, o mataste a un compañero de celda. Porque te has mutilado, o has empezado a comer tus excrementos. Porque ya no reaccionas a los tratamientos y te has vuelto inútil».

Tenía pendiente está novela desde su publicación en castellano y....., podría haber esperado un poco más. No está mal, pero ni de lejos es una de las mejores que he leído. El autor ahonda en sus obsesiones, a saber, secuestro, tortura, experimentos, tráfico de menores, conspiración Interestatal..., podría seguir pero es que son muchas obsesiones para un solo libro.
Mientras tanto, sus protagonistas siguen con sus vidas (es un decir) sufriendo a más no poder, por el pasado, por el presente o por el futuro; el caso es sufrir.
Mención aparte merece el personaje criminal de esta novela, un delirio sin fundamento que hace que la narración pierda interés.
Final abierto que anuncia una nueva entrega y...., poco más.⛅

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
Tras el éxito internacional de No está solo, vuelve la inolvidable pareja de investigadores formada por Colomba Caselli y Dante Torre en un electrizante thriller de aterradora actualidad.

La muerte llega a Roma a las doce menos diez minutos de la noche con un tren de alta velocidad procedente de Milán. Del coche de lujo extrañamente no sale nadie. Todos los pasajeros están muertos.
La subcomisaria Colomba Caselli, que acaba de reincorporarse al servicio tras su último y escalofriante caso, es quien se encarga de evaluar la masacre. Aunque todo apunta a un ataque de terrorismo y el ISIS reivindica la autoría a través de un vídeo, Colomba prefiere pedir consejo a la única persona capaz de ver lo que nadie más ve: su excolaborador Dante Torre, al que no dirige la palabra desde hace meses. Este deberá juntar los indicios uno a uno hasta llegar al Ángel.

El ángel (fragmento)

Antes


Los dos prisioneros que quedan en la celda hablan en voz baja El primero trabajaba en una fábrica de zapatos. Mató a un hombre mientras estaba borracho. El segundo era un policía que denunció a un superior. Se durmieron en la cárcel y se despertaron en la Caja.
El fabricante de zapatos duerme la mayor parte del día, el policía no duerme casi nunca. Cuando ambos están despiertos hablan para mantener a raya las voces. Cada vez son más fuertes, ahora ya gritan todo el tiempo. A veces también hay colores, tan brillantes que los ciegan. Es el efecto de los medicamentos que deben tomar todos los días, es el efecto del casco que les ponen en las cabezas y que hace que se retuerzan igual que gusanos en una sartén ardiendo.
El padre del fabricante de zapatos estuvo en una prisión de su ciudad en la época de la guerra. En los sótanos había una habitación en la que a uno le hacían estar de pie, en equilibrio sobre una tabla, y si se movía, acababa cayendo en el agua gélida. Otra era tan pequeña que los presos solo podían estar acuclillados. Nadie sabe cuántas personas fueron torturadas en los sótanos de aquella casa, nadie sabe cuántas personas fueron asesinadas. Miles, dicen.
Pero la Caja es peor. Si uno tenía suerte, desde aquel antiguo edificio podía volver a casa. Herido, violado, pero vivo, como el padre del fabricante de zapatos.


VISITATION STREET



Recomendada por Dennis Lehane, la empecé con ganas, pero definitivamente no ha satisfecho mis expectativas. 
Un relato triste de una zona deprimida y sus habitantes que, en ningún momento, ha conseguido "engancharme" a una narración deslavazada con una redacción infantil que mezcla lo terrenal con lo sobrenatural de una forma un tanto burda. 
Entiendo que a Lehane, tal vez le trajo recuerdos de su vida, pero a mí me ha parecido una "copia barata" de Mystic River.
No la recomiendo.

Sinopsis (Ed. Malpaso)

Editada por Dennis Lehane, el prestigioso autor de Mystic River y Shutter Island, Visitation Street es una novela de misterio ambientada en la costa neoyorkina.

Durante una calurosa noche de verano, dos adolescentes deciden navegar en una balsa improvisada. Desaparecen en la bahía, y solo encuentran, arrastrada por la corriente y seminconsciente, a una de ellas.
Jonathan, el profesor de las chicas, tiene la misión de indagar y desenterrar los pecados y secretos más profundos de la joven.
A la manera de Richard Price y Zadie Smith, Ivy Pochoda tiene el don de expresar esos detalles llamativos que definen un barrio, una noche o una ciudad con unas pocas, pero precisas pinceladas. Visitation Street es una novela absorbente en la que el lector se sumerge por completo en la atmósfera asfixiante creada por Ivy Pochoda.

Visitation Street (fragmento)
"El verano es una fiesta para el resto. Pertenece a los modernillos recién llegados, con sus bambas hechas polvo y sus vaqueros manchados de pintura, entrando y saliendo del bar de la esquina. Pertenece a esas familias puertorriqueñas con bandejas de comida envuelta en aluminio que envían señales de humo al aire y también a esos ancianos que hay delante del edificio de Veteranos de Guerras Extranjeras sentados al fresco para ver pasar al vecindario.
Las dos chicas yacen en la cama de Val, cuya habitación está en la segunda planta de la casa de sus padres en Visitation."