miércoles, 3 de enero de 2018

LOS HÉROES FELICES


"En Varitsi, un pueblecito de las montañas cercano a la frontera greco-albanesa, existía un refrán que decía que la hora más oscura siempre es la que precede al alba. Sin embargo, cuando María Kouzis, en la primavera de mil novecientos cincuenta y seis, se sobresaltó en la cama y tuvo que apoyarse en la pared de su alcoba para que aquellos milenarios muros tranquilizasen un poco su corazón desboca...do, tuvo la certeza de que jamás había vivido una noche tan oscura como aquella, y eso que apenas eran más de las doce. María Kouzis se preguntó si acaso se había perdido entre sus pensamientos, si se le había ido la cabeza...."
Así comienza Los héroes felices, odisea vital de una familia griega desde los años 50 hasta la actualidad y así la comencé yo, con grandes expectativas tras haber leído un par de críticas buenas y haber espero más de un mes para conseguirla en la biblioteca.
Quizás debiera haberme informado un poco más acerca de la autora y su currículo,  o haber indagado acerca del argumento y su discurrir.....
Con falsas intenciones, la autora comienza cada capítulo como si de una historia de héroes helénicos se tratase y menciona esta conexión en numerosas ocasiones a lo largo del texto, habla repetitivamente de Aquiles y Ulises así como de los tipos de persona que, según ella, representan; hace viajar a sus protagonistas por Grecia (poco), EEUU, Alemania y Suiza para terminar en la isla de Makarionissi en la que según la mitología habitan los héroes felices......
He de reconocer que algo más de 400 páginas no son muchas para relatar una historia que abarca 6 décadas pero se hacen largas si lo único que cuentas son las neuras, ansiedades y frustraciones de las personas que la protagonizan que además tampoco son como para "tirar cohetes", resumiendo: abuela de buena familia empeñada en casar a sus hijas y nietos como le da la real gana, fiando todo a unos sueños que sólo ella interpreta a su entera conveniencia, el resto de los personajes una panda de inconsistentes que no saben lo que quieren y se enfadan-desenfadan unos con otros por las razones más peregrinas que imaginarse puedan. La parejita protagonista está integrada por un par de indigentes mentales que no saben lo que quieren ni porqué hacen lo que hacen y van cambiando de intereses como quien cambia de chaqueta.....
En fin, que esperaba una crónica novelada de las últimas 6 décadas en Grecia y sí, se mencionan de pasada, entre intrigas familiares muchas de las cuales son dignas de Corín Tellado y giros argumentales tan injustificables como bochornosos...
Todo es estereotipado en esta novela y, casi nada, responde a lo que esperaba de ella....pero la culpa es sólo mía por esperar demasiado!

Sinopsis (Ed. Alianza Editorial)
En un tono tragicómico irresistible y con desbordante talento para la fabulación, Vea Kaiser despliega el abanico de peripecias que vive una familia griega desde los años cincuenta hasta el presente. Una novela sobre la belleza de la vida, el anhelo y los nuevos comienzos, pero también sobre los errores que empujan a tomar ciertos caminos y sobre los aciertos que se descubren en ellos. Y también sobre el gran amor, con el que uno se reencuentra más de una vez en la vida.
Todo empieza en un pueblo de la frontera greco-albanesa dividido por la guerra. Con la Yaya María, abuela y casamentera por excelencia, a quien no echa atrás ninguna intriga cuando se trata de asegurar la continuidad de su linaje. Y con la inteligente, obstinada y díscola Eleni, y su primo Lefti, cuyo máximo anhelo es vivir en paz. Pero, en cierto momento, Yaya María interpreta mal los augurios y eso arrastra al infortunio a varias generaciones de una familia que va dejando sus huellas en muchos lugares y en los que su temperamento mediterráneo se complementa con otras identidades. Odiseas particulares que tienen como escenario algunos grandes núcleos de emigración en los años setenta: Alemania en plena ebullición industrial y los Estados Unidos; el corazón de la provincia en Austria en los ochenta y la refinadísima Suiza actual. Y una isla griega con forma de ciervo volador llamada Makarionissi en la que —según la mitología griega— habitan los héroes felices, pero donde la playa y el sol no ocultan la cara menos amable de la crisis económica reciente.

Los héroes felices (fragmento)

PrólogoEn Varitsi, un pueblecito de las montañas cercano a la frontera greco-albanesa, existía un refrán que decía que la hora más oscura siempre es la que precede al alba. Sin embargo, cuando María Kouzis, en la primavera de mil novecientos cincuenta y seis, se sobresaltó en la cama y tuvo que apoyarse en la pared de su alcoba para que aquellos milenarios muros tranquilizasen un poco su corazón desbocado, tuvo la certeza de que jamás había vivido una noche tan oscura como aquella, y eso que apenas eran más de las doce. María Kouzis se preguntó si acaso se había perdido entre sus pensamientos, si se le había ido la cabeza soñando despierta o si tan solo había quedado un momento traspuesta. La anciana no se fiaba mucho del sueño, pues quien duerme demasiado profundamente pasa por alto lo que sucede a su alrededor. Sea como fuere, estaba convencida de haber recibido una señal. Y a lo largo de su vida María Kouzis había aprendido a hacer caso de las señales en cualquier forma que se presentaran.
Siendo ella aún joven, los animales de su ciudad natal en Asia Menor empezaron a parir quimeras. Un ternero con dos cabezas, una cabrita cuya brillante piel blanca se asemejaba a la de un bebé humano… Hasta los perros salvajes se mantenían a distancia de aquellas criaturas, y después de que un pajarillo sin alas cayera de su nido, María Kouzis y su madre —en mil novecientos dieciocho— decidieron abandonar Asia Menor. Al padre, un comerciante culto que había estudiado en París, aquello de las señales le parecía una ridiculez y se quedó. Los turcos, que, pocas semanas más tarde, tomaron la ciudad en su devastador afán de limpiar toda la costa de griegos, lo mataron de una cuchillada, saquearon la casa y le prendieron fuego.

INFAMIA


Segunda entrega de la serie de novelas protagonizadas por Alex King, consultor especialista en comportamiento humano en Suecia.

"Cualquier semejanza con la realidad es completamente intencionada"
Así comienza esta novela, segunda del autor con Alex King como protagonista y, tristemente así es....
En tres capítulos titulados, El delito, El juicio y El veredicto, el autor nos pasea por las miserias del sistema judicial sueco que, segurament2, son las mismas que las de cualquier otro país occidental. Parece que suele más en... Suecia, tan moderna, tan igualitaria, taaaaaaan Suecia!
Lo de menos en esta novela son los personajes de la serie (Alex King y Nina) que la verdad son u poco sosos, lo de más es el furioso alegato contra los prejuicios, el machismo y la injusticia. 
Me ha cabreado de veras y me ha gustado bastante.
La recomiendo!!🌞🌞

Sinopsis (Ed. Siruela)
A veces la justicia es un castigo peor que el propio crimen.
En el transcurso de una fiesta durante la noche de santa Lucía, cuatro hombres agreden brutalmente a Sara Leijon quien, aunque herida y conmocionada, consigue llegar por su propio pie hasta una comisaría y denunciar los hechos. Pero a pesar de que todas las pruebas parecen estar ahí, dolorosamente impresas sobre el cuerpo de la víctima y en su veraz testimonio, en un juicio por violación colectiva nunca conviene dar nada por sentado...
La inspectora Nina Mander, consciente de que la joven lo tendrá difícil para que la sentencia se falle a su favor, decide pedir ayuda al psicólogo conductista Alex King, confiando en que este será el único capaz de guiarla y apoyarla durante el proceso. Sin embargo, las cicatrices aún frescas de Sara reabrirán en el corazón de King viejas heridas familiares que le harán cuestionarse si debería o no haber aceptado semejante trabajo.
Como ya ocurriera en Farsa, cada nuevo caso de la serie de Alex King supone una arriesgada vuelta de tuerca al thriller de actualidad.

Infamia (fragmento)

Capítulo 1Al principio no entendió a qué se debía el silencio al otro lado de la línea telefónica.
Pero fue solo al principio. Después reconoció la voz.
Era una voz débil y triste.
—Me han robado el móvil —dijo ella.
—¿Qué ha ocurrido? —preguntó Tom Leijon mientras se sentaba en el sofá.
—Me han quitado el móvil —repitió—. Se lo han llevado. El nuevo.
—¿Dónde estás? ¿Qué ha pasado? —preguntó Tom, desconcertado.
—¿Puedes venir a buscarme? Me han robado el móvil —dijo ella con voz débil.
—¿Dónde estás, Sara?
Tom se pasó una mano por la garganta y tragó saliva, notando el movimiento de la nuez bajo la piel. —Espera —pidió ella.
Oyó ruidos y murmullos de fondo.
Sara le facilitó una dirección en Marieberg. Tom miró el reloj. Eran las tres y media de la madrugada del 14 de diciembre. La noche de Santa Lucía. Una de las noches festivas más tradicionales. Él la había celebrado solo, viendo un par de películas que no había tenido la oportunidad antes. Sin nadie más. Nadie con quien compartir la cena de Santa Lucía. No se atrevía a pensar cómo iba a ser la Navidad.
Sobre todo sentía inquietud ante las fiestas. El videoclub había ido tan mal en noviembre que apenas si había habido beneficios. Cada vez más gente descargaba películas de la red. En poco tiempo no le quedarían clientes.
—Voy para allá —anunció alejándose del teléfono y recogiendo los pantalones que estaban tirados en el suelo. Miró la pantalla. «Número oculto». ¿Y si ya no estuviera allí cuando llegara?
Tom se puso una camiseta que olía a sudor y cerró la puerta de un tirón.

DOMINGO SOMBRÍO


Existe en Hungría una leyenda urbana que gira alrededor de una triste canción llamada “El domingo sombrío”, compuesta por Rezső Seress en 1933. Esta leyenda sostiene que el amor sufrió un revés sentimental y pesa de la desesperación compuso esta canción capaz de inducir al suicidio"
Y este es el título elegido por la novelista Alice Zeniter para mostrarnos la cara más sombría de la Europa del Este a través de una familia húngara que parece predestinada al sufrimiento.
La autora escribe muy bien y su prosa es capaz de sobreponerse al ambiente sombrío de una casita entre las vías del tren cuyos habitantes sobreviven sin atisbar ni un rayo de luz sobre sus vidas grises y estériles.
No es para todos los lectores, ni para cualquier momento.

Sinopsis (Ed. Acantilado)
Generación tras generación, la familia Mándy ha vivido en una casa de madera. Pero lo que un día fue un apartado refugio en medio de los bosques ha terminado convirtiéndose en una choza entre las vías, cerca de la estación de Nyugati, en Budapest, donde los Mándy se ven obligados a recoger la basura que arrojan los viajeros por las ventanillas de los trenes. El joven Imre ha crecido en este rincón, creado en vano por su familia para protegerse de Stalin, contemplando pasar los trenes y soñando con las vidas de las personas que viajan en ellos. Y de ese mundo melancólico intentará escapar en su primera juventud, cuando la caída de la urss traiga consigo los sex-shops, el consumismo y a Kerstin, una muchacha alemana, encarnación del Occidente libre y de una promesa de felicidad que Imre no está seguro de merecer.

Domingo sombrío (fragmento)

Domingo sombrío
Domingo sombrío,
con los brazos llenos de flores blancas,
cuando corría tras mis sueños, un domingo por la mañana,
el carro de mi tristeza ha vuelto sin ti…

Imre oía la voz de su abuelo, que le llegaba desde la otra punta del jardín triangular. no necesitaba fijarse en cómo desaparecían las consonantes en aquel canto pastoso para darse cuenta de que el viejo estaba borracho. berreaba la canción con una rabia inusual.

Y desde aquel momento todos mis domingos son tristes.
Las lágrimas son mi única bebida; la tristeza, mi único pan…

la voz se confundía con el ruido del rastrillo. se oían los sordos topetazos de la herramienta con la que el abuelo golpeaba la valla una y otra vez. los choques debían de hacer vibrar todo su cuerpo y resonar en su torcida columna vertebral. Atravesaba su espalda en diagonal como una carretera que rodea un obstáculo. la pierna inútil del abuelo, la que arrastraba tras él penosamente, había desequilibrado su marcha hasta imponer una desviación en la trayectoria de sus vértebras. cualquier actividad física le producía al viejo dolores lancinantes. Pero él se negaba a dejar de rastrillar.

Las lágrimas son mi única bebida…

BASADA EN HECHOS REALES


"Pocos meses después de que apareciera mi última novela, dejé de escribir. Durante casi tres años, no escribí una sola línea. Las expresiones estereotipadas deben interpretarse algunas veces al pie de la letra: no escribí ni una carta burocrática, ni una tarjeta de agradecimiento, ni una postal de vacaciones, ni una lista de la compra. Nada que exigiera un esfuerzo de redación, que obedeciese a un...a preocupación formal. Ni una línea, ni una palabra. Ver un bloc, una libreta o una ficha me producía náuseas." Con esta atípica "introducción" comienza la última novela de Delphine de Vigan y con ella se inicia un viaje sin retorno en el que la realidad y la ficción se confunden de tal forma que resulta casi imposible distinguirlas. En tres capítulos (Seducción, Depresión y Traicion) que se inician con citas de novelas de Stephen King, la autora nos introduce en una relación, de esas que los modernos llaman tóxica, que, a ratos resulta increíble y, a ratos, escalofriante.
Sólo un buen conocedor de la vida y obra de De Vigan será capaz de atisbar los detalles inexactos, las contradicciones y las ficciones intencionadas que la autora introduce en un relato que no es autobiográfico pero merecería serlo.
Dejando a un lado el oportunismo de la narración, su componente metaliterario y un cierto tufillo onanista, tengo la impresión de que la autora ha hecho de la necesidad, virtud y supera el vértigo del éxito y el bloqueo consiguiente con una historia que, bien podría ser cierta, pero obviamente no lo es.
La novela tiene un ritmo narrativo intensísimo, un cúmulo de sentimientos y sensaciones bombardean al lector que es incapaz de dejar de leer.
Resumiendo, casi 300 páginas que se leen a la velocidad del rayo y dejan una sensación de inquietud y una necesidad de reflexionar sobre lo leído tan intensa como la propia lectura.
Me ha encantado y la recomiendo encarecidamente!!

Sinopsis (Ed. Anagrama)
«Durante casi tres años, no escribí una sola línea», dice la protagonista y narradora. Se llama Delphine, tiene dos hijos a punto de dejar atrás la adolescencia y mantiene una relación sentimental con François, que dirige un programa cultural en la televisión y está de viaje por Estados Unidos rodando un documental. Estos datos biográficos, empezando por el nombre, parecen coincidir difusamente con los de la autora, que con Nada se opone a la noche, su anterior libro, arrasó en Francia y en medio mundo. Si en esa y en alguna otra obra anterior utilizaba los recursos novelescos para abordar una historia real, aquí viste de relato verídico una ficción. ¿O no?
Delphine es una escritora que ha pasado del éxito apabullante que la puso bajo todos los focos al vértigo íntimo de la página en blanco. Y es entonces cuando se cruza en su camino L., una mujer sofisticada y seductora, que trabaja como negra literaria redactando memorias de famosos. Comparten gustos e intiman. L. insiste a su nueva amiga en que debe abandonar el proyecto novelesco sobre la telerrealidad que tiene entre manos y volver a utilizar su propia vida como material literario. Y mientras Delphine recibe unas amenazantes cartas anónimas que la acusan de haberse aprovechado de las historias de su familia para triunfar como escritora, L., con sus crecientes intromisiones, se va adueñando de su vida hasta bordear la vampirización…
Dividida en tres partes encabezadas por citas de Misery y La mitad oscura de Stephen King, Basada en hechos reales es a un tiempo un poderoso thriller psicológico y una sagaz reflexión sobre el papel del escritor en el siglo XXI. Una obra prodigiosa que se mueve entre la realidad y la ficción, entre lo vivido y lo imaginado; un deslumbrante juego de espejos que propone una vuelta de tuerca a un gran tema literario –el doble– y mantiene en vilo al lector hasta la última página.

Basada en hechos reales (fragmento)

Pocos meses después de que apareciera mi última novela, dejé de escribir. Durante casi tres años, no escribí una sola línea. Las expresiones estereotipadas deben interpretarse algunas veces al pie de la letra: no escribí ni una carta burocrática, ni una tarjeta de agradecimiento, ni una postal de vacaciones, ni una lista de la compra. Nada que exigiera un esfuerzo de redacción, que obedeciese a una preocupación formal. Ni una línea, ni una palabra. Ver un bloc, una libreta o una ficha me producía náuseas.
Poco a poco, el mismo gesto pasó a ser ocasional, vacilante, no lo ejecutaba ya sin aprensión. El simple hecho de empuñar una pluma se me hizo cada vez más difícil.
Más adelante, me entraba pánico sólo con abrir un documento de Word.
Buscaba la postura adecuada, la orientación óptima de la pantalla, estiraba las piernas bajo la mesa. Y luego permanecía así, inmóvil, durante horas, con los ojos clavados en la pantalla.
Tiempo después, empezaron a temblarme las manos en cuanto las acercaba al teclado. Rechacé sin distinción cuantas ofertas me propusieron: artículos, noticias de verano, prólogos y otras participaciones en obras colectivas. La simple palabra escribir en una carta o en un mensaje bastaba para que se me hiciera un nudo en el estómago.
No, ya no podía escribir.
Escribir, ni pensarlo.
Ahora sé que corrieron distintos rumores en mi entorno, en el mundillo literario y en las redes sociales. Sé que se dijo que no escribiría más, que había llegado a un punto final, que los fuegos de paja, o los de papel, siempre acaban apagándose. El hombre a quien amo se imaginó que a su contacto yo había perdido el arranque, o bien el instinto creador, y que por lo tanto no tardaría en abandonarlo.

EL COLOR DEL SILENCIO


RESEÑA DE CLARA GLEZ para LIBROS, 14 de Mayo de 2017.
El color del silencio – Elia Barceló
Están de moda los libros, sobre familias, secretos del pasado, y la narración dando saltos en el tiempo, y este es uno de ellos, pero tengo que decir que, aunque la fórmula se repita, este me ha gustado mucho.
Te intriga, te lleva por... hechos históricos bastante conocidos, pero sin abusar ni de datos ni de peripecias rocambolescas, de los personajes ( dime quien eres, por poner un ejemplo).
Además de contar la vida de la protagonista y su familia, se adentra en hechos comunes en su tiempo., que no quiero desvelar. Te mete en la historia sin que te des cuenta , pero sin sobresaltos, y sin “ meigas”, esto lo comento por un libro que me trajo a la memoria: las tres heridas .
No quiero adelantar nada de la novela, porque hay que ir descubriendo secretos a medida que la lees, y planteándonos alguna que otra pregunta sobre determinados hechos de nuestro pasado reciente.
La trama es muy buena, y probable. Los personajes están bien definidos.
Me quedaría con esta frase :
”Aunque las heridas duelen al curarse, si no se curan , pueden gangrenarse”.

Sinopsis (Ed. Roca)
16 de julio de 1936, Islas Canarias. Un asesinato desencadena el golpe de Estado de Franco y el inicio de la Guerra Civil española.
20 de julio de 1969, Rabat, Marruecos. Una familia celebra el aterrizaje en la Luna en el jardín de una antigua mansión. Un asesinato tendrá lugar esa misma noche, destrozando el destino de la familia.
Madrid, época actual. Helena Guerrero es una artista de renombre internacional, conocida por las sombras que invaden sus cuadros y que, aparentemente, reflejan un misterio de su pasado que nadie ha sabido nunca explicar. Ahora, después de muchos años viviendo en el extranjero, en Adelaida, Australia, tres sucesos conspiran para traerla de vuelta a Madrid, tres episodios que reconfigurarán su pasado y su futuro: una terapia psicológica llamada «constelación», una boda en su familia y un correo electrónico de su distanciado cuñado le darán las pistas para descubrir qué sucedió realmente con su hermana Alicia, en 1969.  Junto con Carlos, su pareja actual, Helena irá en búsqueda de respuestas a las terribles preguntas que la han acechado durante toda su vida. Viajará a Rabat, a la antigua mansión de su familia, La Mora, y se adentrará de nuevo en los frondosos jardines que han resguardado, durante años, con recelo, un oscuro y silencioso secreto familiar, el mismo secreto que parecía hablar, desde hace mucho tiempo, a través del color y de las sombras de sus cuadros.

El color del silencio (fragmento)

Ayer soñé con La Mora. Era uno de esos sueños que al principio no se distinguen de la realidad y a la vez son como los sueños de descubrimiento, que producen esa euforia no solo del reencuentro con lo muy amado, sino de maravillado asombro por todo lo que es nuevo, lo que siempre estuvo allí y uno no fue capaz de ver entonces.
La Mora brillaba como una joya en el fondo de un estanque, al mismo tiempo real e imposible, la superficie del agua alterada por ondas y reflejos que revelaban y ocultaban por turnos la existencia de lo que no debería estar allí pero sin embargo estaba.
Recorría sus senderos fijándome en las fuentes, en los faroles de hierro y cristales de colores que colgaban de los árboles, en los azulejos de los bancos, con sus dibujos geométricos azules y verdes y negros. Todo estaba florido y yo sabía que había llegado en la mejor época del año, en esa primavera atlántica fresca y fragante que luego morirá bajo el sol del verano, pero que ahora desplegaba sus encantos para todos los sentidos del contemplador, del raro paseante que se dejara arrastrar por la pura belleza de la vida que volvía a surgir, poderosa, después del letargo invernal.
Me detuve debajo de uno de esos árboles que nunca supe nombrar, cargado de bolas de flores de color de rosa que cuelgan como adornos de Navidad, disfrutando de la soledad, de la calma y el silencio de aquel jardín, que parecía uno de esos jardines encantados de los cuentos. De un cuento oriental abierto solo para mí.
La brisa que venía del mar agitaba las ramas altas, hacía balancearse las flechas oscuras de los cipreses sobre el cielo de un perfecto azul y se frotaba contra las palmas de las palmeras, produciendo ese ruido que, con los ojos cerrados, suena como la lluvia; trayendo desde algún lugar un perfume de clavellinas rojas que competía con el olor de la sal.

martes, 2 de enero de 2018

EL RUÍDO DEL TIEMPO


"....pero J. seguía en su sitio, inamovible, lamiendo el culo a los nuevos amos como se lo había lamido a los anteriores...." (pág.. 159)

Una frase que resume muchas cosas de esta novela, que iguala el siglo XX con el XXI y demuestra que todo sigue igual, el poder fagocita a sus secuaces y estos actúan en su nombre porque no hay mayor convicción que la del "converso", el "creyente" que aplica las directrices, caiga quien caiga, y perpetúa la injusticia y el dominio sobre todos los que están a su alcance.
Julian Barnes narra la vida del compositor Shostakovich, su triste sometimiento a la dictadura comunista y al horror que le arruinó como persona. Casi un ensayo sobre las relaciones entre el arte y el poder absoluto, parece mentira que una obra tan corta, apenas 200 páginas, pueda contar tanto sobre el ser humano.
Me ha encantado¡¡¡

Sinopsis (Ed. Anagrama)
El 26 de enero de 1936 el todopoderoso Iósif Stalin asiste a una representación de Lady Macbeth de Mtsensk de Dmitri Shostakóvich en el Bolshoi de Moscú. Lo hace desde el palco reservado al gobierno y oculto tras una cortinilla. El compositor sabe que está allí y se muestra intranquilo. Dos días después aparece en Pravda un demoledor editorial que lo acusa de desviacionista y decadente. Un editorial aprobado o acaso escrito de su puño y letra por el propio Stalin.
Son los años del Gran Terror, y el músico sabe que una acusación como ésa puede significar la deportación a Siberia o directamente la muerte. Pero Shostakóvich sobrevive, compondrá música heroica y patriótica durante la Segunda Guerra Mundial y el régimen comunista lo enviará como uno de sus representantes al Congreso Cultural y Científico por la Paz Mundial en Nueva York, donde repetirá, sin salirse jamás del guión, aquello que le dictan los comisarios políticos.
La historia de Shostakóvich y Stalin es un ejemplo particularmente desolador de las relaciones entre el arte y el poder. Uno de los más grandes compositores del siglo XX adaptó su arte a la estética oficial, abjuró de amigos y maestros, se postró ante el dictador para sobrevivir en un periodo en el que sus conocidos caían como moscas. Él salvó el pellejo y, ya muerto Stalin, acabó consagrado como uno de los grandes creadores soviéticos, pero por el camino dejó una parte de su alma, de su dignidad y de su ambición artística.
En esta breve novela, tan hermosa como terrible, Julian Barnes reconstruye la vida del músico –los recuerdos de su infancia y su convulsa vida íntima, las relaciones con sus esposas, sus amantes y su hija–, pero sobre todo aborda las dolorosas decisiones que tuvo que tomar en unos momentos históricos sombríos, e indaga en el miedo y la culpa, en la dificultad de comportarse con honestidad en tiempos de barbarie, y en la difícil supervivencia del arte en esos años aciagos.

El ruido del tiempo (fragmento)

1. En el rellano
Lo único que sabía era que aquél era el peor momento.
Llevaba tres horas de pie junto al ascensor. Iba por el quinto cigarrillo y le patinaba la mente.
Caras, nombres, recuerdos. Turba cortada pesándole en la mano. Aves acuáticas suecas titilando por encima de su cabeza. Campos de girasoles. El olor del aceite de clavel. El olor cálido, dulzón de Nita al abandonar la pista de tenis. Sudor rezumando de un pico de viuda en el nacimiento del pelo. Caras, nombres.
También las caras y los nombres de los muertos.
Podría haberse llevado una silla del apartamento. Pero sus nervios, de todos modos, le habrían mantenido erguido. Y si se sentaba a esperar el ascensor tendría un aire decididamente excéntrico.
Su situación había surgido cuando menos lo esperaba, y sin embargo era perfectamente lógica. Como el resto de su vida. Como el deseo sexual, por ejemplo. Apareció como por arte de magia y sin embargo era perfectamente lógico.

REY DE PICAS


Otra de metaliteratura o lo que es lo mismo "yo me lo guiso y yo me lo como".....
Sinceramente, esperaba mucho más de Oates, aunque el thriller no sea su género....es verdad que la novela está bien escrita pero no deja de ser un "trabajito de fin de semana" para demostrar lo que la autora sabe sobre Stephen King y otros escritores con alguna que otra novela de intriga.
La cosa empieza bien, con un...a suerte de Dr Jekyll y Mr Hyde literario que escribe novelas de misterio (de calidad cuestionable) y comienza a escribir novelas, también de misterio, pero mucho más duras y de calidad no sólo cuestionable sino ínfima....o sea, tenemos que elegir entre malo y peor. Una acusación de plagio desencadena todos los "males del infierno" y......nada más
Los personajes están poco desarrollados a pesar del potencial que exhiben en un primer momento, las situaciones parecen narradas con prisa y el final.....uffff impropio de Oates.
En resumen, 200 páginas totalmente prescindibles en el fondo y cuidadosamente escritas en la forma.
Una sola palabra....decepción.

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
Una perturbadora novela negra por la maestra del thriller y firme candidata al Premio Nobel Joyce Carol Oates.
«Esta historia de suspense presenta a la mejor Oates, da muestras de una sencilla sofisticación "negra", y aparecen destellos semejantes a Stephen King.»
Library Journal
Los problemas empezaron de la manera más inocente cinco meses, dos semanas y seis días antes.»
Andrew J. Rush ha conseguido el aplauso del público y la crítica, un éxito con el que sueña la mayoría de los autores. Sus veintiocho novelas policiacas han vendido millones de ejemplares en decenas de países y tiene un poderoso agente y un editor brillante en Nueva York. También tiene una amante esposa y tres hijos ya adultos, y es una gloria local en el pueblo de Nueva Jersey donde reside.
Pero Rush esconde un oscuro secreto. Utilizando el seudónimo Rey de Picas escribe otro tipo de novelas, violentas y espeluznantes: el tipo de libros que el refinado Andrew nunca leería y mucho menos escribiría. Su vida perfecta se viene abajo cuando su hija encuentra una novela de Rey de Picas y comienza a hacer preguntas. Al mismo tiempo, Rush recibe una citación judicial tras ser demandado por una mujer del pueblo que lo acusa de plagio. Mientras la reputación, la familia y la carrera de Rush peligran, los pensamientos de Rey de Picas se vuelven cada vez más malvados.

Rey de Picas (fragmento)

1. El hacha

En el aire había aparecido el hacha. Por alguna razón se alzaba y caía en un vaivén desenfrenado, en dirección a mi cabeza, mientras yo intentaba alzarme de mi posición en cuclillas y perdía el equilibrio, por la desesperación de querer escapar, al tiempo que me fallaban las piernas y se oía una voz ronca que suplicaba «¡No! ¡Por favor, no!» (¿era la mía, irreconocible?), por cuanto, a pocos centímetros de mi cabeza, la cuchilla se estrellaba y se hundía en el escritorio, del que saltaban astillas; para entonces ya había caído yo pesadamente al suelo, un suelo duro y rígido debajo de la deshilachada alfombra oriental. Forcejeaba para enderezarme, detener el hacha, apoderarme de ella con manos que se agitaban en la ceguera de la desesperación, mientras una voz (¿mi voz?, ¿la de mi agresora?), muy aguda y casi sin resonancias humanas, suplicaba «¡No! Nooo»; un vislumbre pasajero de los rechonchos dedos de la mujer, de sus brazos con músculos como cuerdas y de una blancura cadavérica dentro de las vaporosas mangas del camisón, y la mezcla de grito y gruñido en una combinación de furor y esperanza de triunfo; y de nuevo el terrible alzarse del hacha, el resplandor mate de la tosca hoja, y la curva descendente de la Muerte, imparable una vez iniciada, irremediablemente hundida en un cráneo humano, tan fácil de partir como un melón, sin otra protección que una piel relativamente gruesa, hasta dejar al descubierto la pastosa materia gris del cerebro entre un torrente de sangre arterial.