martes, 3 de octubre de 2017

LOS TECNÓLOGOS


RESEÑADO  por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 8 de Junio de 2014.
Diría que hace tiempo empecé un libro de un tal Matthew Pearl, algo sobre Dante o Dickens. Algo que parece que no me dejó mucha huella porque ni recuerdo el título ni recuerdo haberlo acabado.
Resulta que el señor Pearl ha ido escribiendo otras cosas, todas suuuuper recomendadas y best-sellerizadas como corresponde con todo lo que viene del otro lado del charco.
Y claro, tanto viene la montaña al profeta que al final piqué con 'Los tecnólogos'.
El nacimiento del Instituto Tecnológico de Massachusetts en el Boston de mediados - finales del XIX y como la ciencia puede ponerse de lado del bien o del mal.
Si fuera una peli de Hollywood además del montón de finales en falso de esos de 'este es el malo. ¡Ay, no!' y de tener al protagonista, al amigo del protagonista, al negro, a la rubia, a la princesa, a los pandilleros malos y al malo malísimo, tendría un montón de efectos especiales y de escenas 3D para que el dinero que te gastas en palomitas sirva para algo.
¿Lo más interesante de la novela? Saber con quien se queda la rubia.
Ni para palomitas al borde de la piscina el día más caluroso de verano.

Sinopsis (Ed. Punto de Lectura)
Un apasionante thriller histórico del autor de El club Dante
Boston, 1868. El Instituto de Tecnología de Massachusetts se ha adjudicado la misión de utilizar la ciencia en beneficio de todos. Sin embargo, cuando los instrumentos de navegación de los buques se descontrolan inexplicablemente, una implacable sombra se cierne sobre el MIT. Armados de ingenio y de su extraordinaria formación científica, los mejores estudiantes de la primera promoción del Instituto ––Marcus Mansfield, un discreto veterano de guerra de gran talento; el irreprimible Robert Richards; Edwin Hoyt, el genio de la clase, y la recién llegada y brillante Ellen Swallow–– formarán una sociedad secreta para salvar vidas inocentes e investigar la verdad.Una nueva guerra ha comenzado: entre el pasado y el presente, entre la tradición y la tecnología. Los Tecnólogos retrata un mundo peligrosamente cercano al nuestro.
«Matthew Pearl es la nueva estrella deslumbrante de la ficción literaria. Un autor superdotado.» Dan Brown«La compleja trama ideada por Pearl deja a los lectores sorprendidos e intrigados… El club Dante, La sombra de Poe y El último Dickens fueron todas ellas bestsellers. Su última obra, otro thriller histórico-literario, parece destinada a formar parte de este club de élite.» Booklist«Brillante y erudito.» The New York Times

Los Tecnólogos (fragmento)

Libro primero

INGENIERÍA CIVIL Y TOPOGRÁFICA

I
4 de abril de 1868

Con sus líneas orgullosas visibles de manera intermitente a través de la niebla de madrugada, el Light of the East era tal vez el barco más alegre que había llegado jamás a Boston. Varios marineros, con los rostros barbudos bronceados y pelados por el exceso de sol, partían las últimas raciones de nueces con los puños o los tacones de las botas, mientras entonaban alguna vieja canción sobre novias dejadas atrás. Después de los furiosos vientos de marzo, los mares embravecidos, los puertos peligrosos, el trabajo agotador y las experiencias más extremas, al llegar a puerto les darían una buena paga y les dejarían en libertad para gastársela en los innumerables placeres de la ciudad.
El navegante mantenía la proa firme, con la mirada puesta en los instrumentos, mientras esperaban a que la niebla se dispersara lo suficiente para que el barco del práctico viera su señal. Aunque el puerto de Boston se extendía en una superficie de ciento noventa y cuatro kilómetros cuadrados, sus canales eran tan estrechos (los habían estrechado con fines defensivos) que dos barcos grandes no podían cruzarse sin ayuda del práctico del puerto.
El austero capitán del Light, el señor Beal, recorría la cubierta con un aire de satisfacción poco frecuente, intensificado por la alegría de sus hombres. Beal se imaginaba el barco del práctico que atravesaba la niebla hacia ellos, el piloto vestido como un enterrador, saludando con indiferencia y aliviando a Beal —por una vez— de sus responsabilidades. Luego llegaría la vista de los muelles y los embarcaderos, las sólidas naves de granito que nunca eran lo bastante grandes como para albergar todo el cargamento extranjero que traían los barcos mercantes y, más allá, la cúpula dorada del Capitolio del estado en el horizonte, el cráneo reluciente de la ciudad más inteligente del mundo.
En los últimos años, cuando tantos hombres estaban regresando de combatir en la rebelión, hasta los más modestos comerciantes de Boston se habían convertido en auténticos empresarios, acosados como estaban por un exceso de mano de obra. La ciudad había vivido orgullosa de su historia desde la época en la que era poco más que una pintoresca aldea, pero Beal tenía la edad suficiente para saber lo artificial que era su rostro de modernidad. Las colinas que antes ondulaban la ciudad se habían allanado, y sus escombros se habían empleado para rellenar diversos estrechos y bahías, cimientos de calles y barrios nuevos, y muelles como el que pronto iba a darles la bienvenida. Recordaba cuando los Jardines Públicos no eran más que una llanura de barro que señalaba los límites naturales de Boston.
Se oyó el rugido de una chimenea de algún barco invisible que comenzaba su viaje o tal vez, como ellos, se aprestaba a terminarlo, y Beal experimentó un solemne sentimiento de camaradería con todos los viajeros desconocidos. Mientras miraba la luna en cuarto creciente y pensaba en que pronto tendría suficiente luz para trazar el rumbo incluso en esta desagradable niebla, su placentero ensoñamiento se vio roto por una luz brillante que resplandecía sobre el agua. El capitán se inclinó hacia delante y vio cómo surgía de la bruma un bote salvavidas atrapado en la corriente, justo en el recorrido de su proa.

lunes, 2 de octubre de 2017

EL SANTUARIO DEL DIABLO


RESEÑADO por Dani Tavares para LIBROS, el 8 de Junio de 2014.
Daniel es una persona normal, profesor de instituto, divorciado, aburrido, hace años tuvo una depresión y ahora vive en un pequeño apartamento una vida gris y solitaria, un día recibe una carta de su hermano gemelo Max en la que le invita a visitarlo un par de días al sanatorio en el que se encuentra recluido, en Suiza, Daniel decide aceptar ya que hace tiempo que no sabe nada de su hermano y viaja al valle en el que una lujosa y moderna clínica de rehabilitación atiende a ricos pacientes enfermos de estrés y cansancio, o al menos esos son los síntomas que le explica Max que tienen los pacientes...Las circunstancias harán que lo que en un principio era una visita de dos días se convierta en algo diferente y a Daniel le sea difícil poder escapar de ese sanatorio tan especial y ese valle.
Me lo he zampado en dos días, hacia tiempo que no encontraba ciencia-ficción/suspense tan emocionante y bien escrita, no conozco a la autora, parece ser que es su primera novela publicada en castellano pero si te gustan los libros de nada es lo que parece, si eras seguidor de Lost, si cuando ves un calvo por la calle piensas en Almas de metal de Crichton o una familia feliz en el súper y piensas en Las mujeres perfectas de Ira Levin este es tu libro.

Sinopsis (Ed. Alevosía)
«Este es el tipo de suspense que nos recuerda a las películas de terror más sofisticadas. Sencillamente exquisito.»
Himmelstal, la exclusiva clínica de reposo en un valle de los Alpes suizos donde está internado Max, el hermano gemelo de Daniel, parece un lugar idílico. Hay ríos de agua cristalina y se respira aire puro, en el restaurante se puede tomar una excelente comida e incluso una copa de buen vino si se desea y el personal es sumamente atento y servicial. Por eso Daniel ­accede cuando Max le pide que ocupe su lugar para poder ­salir y solucionar fuera un asunto de deudas con el grupo mafioso que amenaza a su novia. ¿Qué peligro puede haber en pasar unos días en este agradable lugar? Pero Max no regresa y Daniel empieza a temer que ese valle sea lo último que verá en la vida…

El santuario del diablo (fragmento)

1Al recibir la carta, lo primero que pensó Daniel fue que venía del mismo infierno.
Era un sobre grueso de papel amarillento y rugoso. No llevaba remitente, pero el nombre de Daniel y la dirección estaban escritos en letras mayúsculas, con ese estilo descuidado y casi ilegible característico de su hermano. Como si las líneas hubieran sido trazadas a toda prisa.
Pero la carta no podía ser de Max. Daniel no recordaba haber recibido nunca una carta de su hermano, ni siquiera una postal. Las pocas veces que Max había dado señales de vida había llamado por teléfono.
El sello era extranjero y, por supuesto, no procedía del infierno como él había temido por un momento, sino que llevaba la imagen de la Confederación Helvética*.
Se llevó la carta a la cocina y la dejó sobre la mesa mientras preparaba la cafetera. Solía tomarse una taza de café con un par de sándwiches al llegar a casa. Comía en el comedor de la escuela y luego, como estaba solo, no tenía ganas de cocinar para sí mismo.
Mientras la válvula de la vieja cafetera empezaba a girar emitiendo un silbido, él comenzó a rasgar el sobre con un cuchillo de mesa, pero se detuvo al percibir que le temblaban las manos de tal modo que apenas podía sostener el cuchillo con firmeza. Respiraba con dificultad, sentía como si se hubiera tragado algo demasiado grande. Tuvo que sentarse.
Con la carta que aún no había leído tuvo la misma sensación que solía tener antes, cuando se reencontraba con Max. Una gran alegría de poder verlo al fin, un deseo de correr hacia su hermano y abrazarlo con fuerza. Y al mismo tiempo algo que se lo impedía. Una preocupación difusa, una especie de pálpito.
«Al menos puedo leer lo que escribe», se dijo con voz segura y decidida, como si alguien más sensato hablara a través de él. Cogió el cuchillo firmemente y rasgó el sobre.

* Aquí la autora hace un juego de palabras entre los términos suecos Helvetia (Suiza) y helvete (infierno), que en castellano es imposible de trasladar. (N. de la T.)

LA TÍA MAME


RESEÑADO por Rosi Torres Marino para LIBROS,  el 2 de Junio de 2014.


Me olvidé de comentaros!! Me he dado cuenta hoy!!! Leí "La tía Mame" de Patrick Dennis.
Tiene todo eso que buscamos en la lectura fresca. Es entretenido, divertido, tiene unos personajes redonditos, según vas leyendo lo transformas en imágenes perfectamente detalladas y llenas de color , de vida. Me ha gustado mucho.
Hay peliculita de 1958 que no me pienso perder.

Y esta es mi opinión acerca de esta novela, cuya recomendación agradezco mucho a mi amiga Rosi:

Después de la intensidad emocional y literaria de Patria necesitaba una lectura ligera y la he encontrado en esta "novelita", reeditada por Acantilado y ampliamente recomendada por amig@s de LIBROS.
He disfrutado mucho de las aventuras de Patrick y su tía Mame en los burbujeantes salones neoyorkinos de los años 20, su tránsito por los terribles años 30, la "revolución bélica" de los 40 y la "pretendida estabilidad" de los 50.....
La Tía Mame es una sobredosis de optimismo, locura y humor, pero tiene también un "punto" de amor, ese amor incondicional que hace que un niño huérfano no se sienta solo y abandonado, nunca más.
Muy recomendable!!!

Sinopsis (Ed. Acantilado)
Un niño de diez años queda huérfano en la poco edificante América de mil novecientos veinte y es puesto bajo la potestad de una dama excéntrica, obsesionada por estar à la page, vital, caprichosa, seductora y adorable. Junto a ella, pasará los siguientes treinta años en una espiral incesante de fiestas, amores, aventuras y diversos golpes de fortuna. El lector, atónito, suspendido entre la fascinación de advertir muchos de los risibles tics de su propia época y la carcajada explosiva de quien se ve arrastrado hacia un vertiginoso torbellino, vivirá lo cómico en todos sus registros, «desde el dickensiano hasta el pastel lanzado a la cara» (en ajustadas palabras de Pietro Citati). Y todo ello por obra y gracia de una de las tías más inolvidables que haya concebido nunca un escritor moderno, cuyo perfume sentimos flotar en el aire, con las lágrimas presentes aún en nuestros ojos, mucho después de haber cerrado el libro.

La tía Mame (fragmento)

I. LA TÍA MAME Y EL HUERFANITO

Lleva todo el día lloviendo. No es que me moleste la lluvia, pero hoy había prometido poner las mosquiteras y llevar a mi hijo a la playa. También me había propuesto usar unas plantillas para decorar con diseños mareantes las paredes de la parte del sótano que el agente inmobiliario llamó sala de recreo y empezar a acabar lo que el agente inmobiliario denominó desván inacabado, ideal para habitación de invitados, sala de juegos, estudio o leonera.
De un modo u otro me desvié de mis propósitos justo después del desayuno.
Todo empezó por culpa de un viejo ejemplar del Reader's Digest. Es una revista que apenas leo. No necesito hacerlo, porque oigo comentar sus artículos cada mañana en el tren de las 7:51 y cada tarde en el de las 18:03. Todo el mundo en Verdant Greens —un barrio de doscientas casas de cuatro estilos diferentes— tiene una fe ciega en el Digest. De hecho, nadie habla de otra cosa.
Pero hete aquí que la revista ejerce también sobre mí la misma fascinación que una serpiente sobre un pajarillo. Casi contra mi voluntad, leo sobre los peligros de nuestras escuelas públicas; lo entretenido que es el parto natural; cómo una comunidad en Oregón acabó con una red de traficantes de drogas; y acerca de alguien a quien un escritor famoso —he olvidado cuál— considera el personaje más inolvidable que ha conocido.
Eso hizo que interrumpiera la lectura.
¿Personaje inolvidable? Vamos, hombre, ¡ese escritor no debe de haber conocido a nadie en toda su vida! No sabría lo que significa la palabra «personaje» a menos que hubiese conocido a mi tía Mame. Nadie lo sabría. Sin embargo, había ciertos paralelismos entre su personaje inolvidable y el mío. El suyo era una encantadora solterona de Nueva Inglaterra que vivía en una encantadora casita blanca de madera y una mañana abrió su encantadora puertecita verde pensando que iba a encontrar el Hartford Courant. En lugar de eso encontró una encantadora cestita de mimbre con un encantador bebé en su interior. El resto del artículo contaba cómo el personaje inolvidable acogía al bebé y lo criaba como si fuera suyo.
Entonces dejé el Digest y empecé a pensar en la encantadora señora que me crio a mí.

TERAPIA



RESEÑADO por Gissela Olaondo para LIBROS,  el 31 de Mayo de 2014.


Una novela especial, que merece la pena leer.

Sinopsis (Ed. Anagrama)“Lawrence Passmore, Tubby para los amigos, debería sentirse satisfecho de la vida. Ha llegado a la mediana edad felizmente casado con una mujer guapa e inteligente a la que ama, es el guionista de una sitcom televisiva que se ha mantenido durante años en pantalla y le ha hecho moderadamente rico y famoso, vive en un idílico pueblo próximo a Londres, lejos del mundanal ruido, y mantiene un pisito en la ciudad donde pasa agradables interludios con una amante platónica, para no olvidar del todo el mundanal ruido. Al parecer, su vida sigue el curso armónico y feliz de alguien que está en paz consigo mismo y con los demás…
Pero, como es bien sabido, nada es enteramente lo que aparenta ser, y hasta en los plácidos paraísos de la clase media bien pensante, bien educada, y con los pies bien puestos sobre la tierra, a poco que se baje un poco la guardia, la sinuosa serpiente de la angustia que todo pequeño burgués lleva dentro de sí muestra su sonrisa –o su mueca.”

Terapia (fragmento)

Primera Parte
De acuerdo, ahí va.
Mañana del lunes 15 de Febrero de 1993. Un tibio día de febrero ha sacado a las ardillas de su hibernación. Los árboles sin hojas del jardín son para ellas un estupendo terreno de juegos, lleno de aventuras. He estado observando a dos mientras retozaban en los castaños delante de la ventana de mi estudio: han empezado subiendo en espiral por el tronco, esquivándose y fingiendo que se atacaban entre el follaje y luego han echado a correr por una rama y han saltado al árbol de al lado,  por el tronco por el que se han tirado de cabeza vertiginosamente, pero a medio camino se han detenido en seco aferrándose a la arrugada corteza con sus garras igual que si tuvieran velero en ellas; después de bajar tranquilamente han correteado por la hierba persiguiéndose y regateándose hasta que han llegado a un álamo del Canadá, por el que han subido veloces como cohetes hasta llegar a la copa, donde se han quedado balanceándose en las elásticas ramas, mientras se hacían guiños mutuamente con aire satisfecho.



UNA MUERTE SENCILLA



Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por el Subintendente Roy Grace del Departamento de Investigación Criminal de Brighton y Hove, Sussex, Inglaterra. Se trata de un hombre en la treintena cuya mujer desapareció hace 7 años sin dejar rastro. Tiene memoria fotográfica y se ha formado en psicología criminal en Quantico.

RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 30 de Mayo de 2014.
Cogí un libro en la biblioteca pensado que me llevaba palomitas rancias. Consciente de mi inconsciencia.
Cogí un libro de Peter James con el pensamiento que me llevaba un Peter Harris. Terrible cruce de libros y de cables. Acentuado con la leyenda de la portada: Un Rebus del sur....
"Ya le gustaría a este tipo conseguir que su "lo que sea" se parezca a John Rebus." Ese fue mi pensamiento en crudo.
Pues así, a bote pronto no puedo comparar porque no he leído tanto a Rankin como para eso pero el subintendente Roy Grace se ha ganado el derecho a repetir.
El error por mi parte, el enésimo, fue empezar por el último de la serie. Estoy en proceso de enmienda. He pedido a la biblioteca el primero. Y el primero de Rebus.
Y cuando lleguen, a comparar.


Siguiendo la recomendación de Cortat, comienzo esta serie por el principio:
Tras la magia de Auster, toca algo más sencillo y comienzo una nueva serie detectivesca protagonizada por el comisario Roy Grace un hombre solitario que investiga, concienzudamente con ayudas sobrenaturales, crímenes de todo tipo en la ciudad costera de Brighton.
Está primera novela de la serie me ha resultado muy entretenida aunque los personajes están todavía poco definidos y se puede, y debe, esperar mucho más de ellos.
Seguiré muy de cerca a a Roy Grace y os seguiré informando.

Sinopsis (Ed. Roca)
Primera novela de la serie de misterio del detective Roy Grace, un hombre atormentado por el recuerdo de su mujer muerta.
Grace recibe una llamada de auxilio de Ashley Harper, una joven que, tres días antes de su boda, no sabe dónde está su prometido. Para colmo, algunos amigos de éste han aparecido muertos.
Algo extraño ha sucedido durante la despedida de soltero, pero la única persona que sabe algo no tiene intención de hablar… al menos de momento.
Quizá encuentre alguna razón para explicar lo que sabe, un motivo que nadie imagina; ya se sabe que la desgracia para uno es la fortuna para otro.
Peter James nació en 1948. Además de escritor, es productor de cine. Sus novelas, que reflejan su interés por la medicina, la ciencia y lo paranormal, han sido traducidas a 26 idiomas. Actualmente vive en Sussex.

Una muerte sencilla (fragmento)

Capítulo 1De momento, aparte de un par de contratiempos inesperados, el plan A marchaba sobre ruedas. Lo cual era una suerte, porque, en realidad, no tenían un plan B. A
l ser las ocho y media de una tarde de finales de mayo, habían confiado en tener algo de luz. Ayer a esta hora, cuando cuatro de ellos realizaron el mismo viaje, llevando consigo un ataúd vacío y cuatro palas, había mucha; pero ahora, mientras la furgoneta Ford Transit verde circulaba a toda velocidad por una carretera rural de Sussex, la lluvia que empañaba la tarde caía de un cielo que tenía el color de un negativo velado.
—¿Falta mucho? —dijo Josh desde atrás, imitando a un niño pequeño.
—El gran Um Ga dice: «Dondequiera que vaya allí estoy» — respondió Robbo, el conductor, que estaba un poquito menos borracho que el resto.
Con tres pubs ya a sus espaldas, y cuatro más en el itinerario, se limitaba a beber claras. Al menos ésa había sido su intención; pero había logrado engullir un par de pintas de cerveza amarga Harveys, con la finalidad de despejar la cabeza para la tarea de conducir, según había dicho.
—¡Ahí estamos! —dijo Josh.
—Siempre hemos estado.
Una señal de advertencia de zona de paso de ciervos surgió fugazmente de la oscuridad y desapareció mientras los faros iluminaban el asfalto brillante que se adentraba en la distancia boscosa. Luego, pasaron por delante de una pequeña cabaña blanca.
Michael, tumbado sobre una alfombrilla de cuadros en el suelo de la parte trasera de la furgoneta, con la cabeza entre los brazos de una llave de cruceta a modo de almohada, notaba una sensación muy agradable de atolondramiento.

LA PROMOCIÓN DEL 49


RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 27 de Mayo de 2014.
De los porrecientos libros que leo cada año apenas un puñado son míos. Y de esos, los menos son comprados. Vamos, que vivo del préstamo, del gorreo o del regalo. Básicamente porque leo más que lo que podría guardar en casa y porque si el libro es malo, que sea de la biblioteca lo hace más llevadero.
El último que compré, allí por febrero, fue una recomendación de la librera. Yo iba a por uno del que he olvidado el título y acabé con 'La promoción del 49' de Don Carpenter. Me dio a elegir entre 3 de la misma editorial, Gallo Nero, y me quedé con ese.
No son cuentos pero tampoco es una novela al uso. Un libro melancólico, lleno de imágenes en blanco y negro, 24 capítulos que abarcan desde Navidad hasta el invierno del año siguiente.
La historia de esa promoción estudiantil: sus sueños, sus amoríos, su pandilla, sus estudios, su futuro...,  un retrato de la Portland posterior a la 2ª GM.
'La promoción del 49' acaba el instituto con nota. Con buena nota.
Por una vez, acerté con la compra.

Sinopsis (Ed. Gallo Nero)
Don Carpenter nos ofrece un retrato de grupo de una treintena de compañeros de instituto durante el año crucial de sus vidas. Es el año de la pérdida de la inocencia y de las aspiraciones frustradas en Portland, una ciudad que se desmorona. Un álbum amarillento que se compone de veinticuatro instantáneas, retratos melancólicos de una generación marcada por la guerra e inmortalizada en ese momento de la juventud en el que todo parece posible, ese momento en el que se mezclan ingenuidad, pasión y frustración.

La promoción del 49 (fragmento)

«En cuanto la casa quedó vacía, se quitó el traje negro y la camisa blanca, se puso unos Levi`s y una sudadera y bajó a la sala de estar. Le gustaba su casa cuando estaba desierta, pero no esa noche; desprendía una opresiva sensación de soledad. Se dejó caer en una silla. Y entonces empezó a llover, al principio solo un poco y luego cada vez más fuerte. Se levantó, fue hasta la ventana y miró a la calle que brillaba bajo las farolas; los goterones blanquecinos se iluminaban al pasar junto al haz de luz, miles, millones de gotas de lluvia que bañaban el oeste de Oregón, empapaban trajes vistosos y vestidos de gala y chafaban las permanentes y los tupés; la lluvia de Portland que todo mojaba y todo estropeaba.»

EL AIRE QUE RESPIRAS


RESEÑADO por Noelia Vallina para LIBROS,  el 27 de Mayo de 2014.
Cada vez que elijo un libro de Care Santos me sorprende su forma de contar la historia, desde distintos ángulos (algo de historia, un diario, cartas...) y en este caso no falla.
"El aire que respiras" se centra en unos libros que desaparecen durante los años de Napoleón en España.
Interesante.

Sinopsis (Ed. Planeta)
Virginia acaba de heredar el negocio familiar: la librería Palinuro. Entre el montón de ejemplares, polvo y papeles que su padre acumuló, pronto aparece la historia de Carlota Guillot y la búsqueda de un libro, escurridizo y caprichoso, que formó parte de una de las bibliotecas particulares más sibaritas de la Barcelona napoleónica. Una historia prolongada a lo largo de las décadas más convulsas del siglo XIX en que la ciudad asistió, incrédula, a su mayor transformación: el derribo de las murallas y la urbanización de su paseo más emblemático, La Rambla.
El aire que respiras es un canto de amor a los libros, pero también a la ciudad de Barcelona. Después de leer esta gran historia coral, la ciudad no volverá a ser la misma.
«Tiemblo a tu voz y tiemblo si me miras y quisiera exhalar mi último aliento abrasada en el aire que respiras.»


El aire que respiras (fragmento)

Una fina llovizna empieza a jaspear la polvorienta berlina en la que viajan, camino de Barcelona, dos fugitivos franceses. Estamos en los boscosos alrededores de la villa de Hostalrich y en el invierno del año 1793. Las nubes avanzan negras por el horizonte. El viento azota el mundo sin misericordia. Los viajeros, que llevan ya mucho camino bajo sus magras posaderas, no tienen ganas de hablar.
Son dos: en el pescante, arreando a las mulas, va un hombre más bien gordo y nada viejo, que viste como un aldeano y que pasa por serlo gracias a ciertos detalles, como su quijada protuberante, sus manos grandes y velludas o el olor a ajo que suele desprender su aliento. Sólo quien le vea quitarse el sombrero de ala se dará cuenta de que va tonsurado. Si le oyéramos hablar, ya sería otra cosa, porque sus gustos y sus maneras sí son los de un religioso. Salió de París en calidad de frailecillo agradecido a quien acababan de salvar el pellejo y por el camino se ha convertido en amigo y servidor para toda la vida del hombre al que acompaña. Responde por Serafín Girabancas.
Dentro del coche va el otro, el señor, inquieto pero dormitando. Tiene treinta y dos años, nació y creció en Versalles, hombre muy viajado y muy leído, y por ello escéptico de casi todo, de profesión nada en absoluto, puesto que ostentaba el honor de ser bibliotecario real de su majestad LuisXVI y ahora el rey es un plebeyo y la biblioteca, una piltrafa. Los que desde hace poco mandan en su país le consideran un traidor, pero a él le da lo mismo, pues su opinión de ellos es mucho peor. Lo único que persigue es silencio para leer y anonimato para no tener que opinar. Opinar le parece agotador. Su nombre es Victor Philibert Guillot y es, como resulta evidente, un ser poco común.