jueves, 21 de septiembre de 2017

LA RESTAURADORA


RESEÑADO por Noelia Vallina para LIBROS,  el 10 de Mayo de 2014
Me recomendaron "La restauradora", "léetela que está muy entretenida", me dijeron...pero no me contaron que la protagonista es una chica que ve fantasmas y que se dedica a restaurar cementerios..., para lo que me queda, lo termino, pero vamos, estoy esperando que aparezcan los vampiros esos de Crepúsculo en cualquier momento.
No repito, vamos.

Sinopsis (Ed. Roca)
Amelia Gray tiene veintisiete años y desde los quince puede ver fantasmas. Heredó el don (o maldición) de su padre, y también a través de él supo las reglas que todo médium debe respetar para poder serlo y llevar una vida tranquila: no alejarse de los campos santos; ignorar la presencia de fantasmas a su alrededor, aunque quieran hacerse presentes; no relacionarse con personas a las que los espíritus acechan. Amelia se dedica a restaurar cementerios de valor histórico artístico y con ello cumple con una de las reglas que su padre le impuso en su momento también consigue llevarlas a rajatabla. Esto es, hasta que todo cambia.
Un asesinato en uno de los cementerios en los que está trabajando la pone en contacto con un detective acechado. Y hay algo que la empuja a estar cerca de él, a pesar del peligro al que casi de inmediato se ve sometida. Los fantasmas del detective empezarán a amenazarla y ella deberá elegir entre sus sentimientos y su propia seguridad.

La restauradora (fragmento)

Capítulo 1
"La primera vez que vi un fantasma tenía nueve años.
Estaba ayudando a mi padre a recoger y amontonar las hojas secas del cementerio donde trabajó durante muchos años como vigilante. Fue a principios de otoño, en esa época del año en que todavía no hace suficiente frío como para ponerse un jersey. Sin embargo, aquel día, cuando el sol desapareció tras la línea del horizonte, el aire se volvió helado. Pasó una suave brisa que desprendía un delicioso aroma a madera y hojas de pino y, cuando se levantó algo de viento, una bandada de pájaros alzó el vuelo de las copas de los árboles y se deslizó como una nube de tormenta hacia el cielo añil.
Observé que las aves desaparecían entre las nubes. Cuando por fin bajé la mirada, le vi a lo lejos. Estaba detrás de las ramas colgantes de un roble. Debajo del musgo negro se advertía un brillo verde y dorado que envolvía a aquella figura en un resplandor sobrenatural. Pero estaba escondido entre tantas sombras que, por un momento, pensé que era un espejismo.
Cuando la luz empezó a atenuarse, pude ver con más claridad su silueta e incluso intuí sus rasgos. Era un hombre mayor que mi padre. El cabello blanco le llegaba al cuello del abrigo y tenía unos ojos en cuyo interior parecía arder una llama eterna.
Mi padre seguía agachado, concentrado en su trabajo. De repente, mientras apartaba las hojas de las lápidas con el rastrillo, dijo en voz baja:
—No lo mires. Me giré, sorprendida.
—¿También puedes verlo?
—Sí. Ahora vuelve al trabajo.
—Pero ¿quién es?
—¡Te he dicho que no lo mires!
La severidad de su tono me dejó de piedra. Podía contar con los dedos de una mano las veces que me había alzado la voz. Acababa de gritarme, y la verdad es que no le había dado motivos para ello. No pude contener las lágrimas. Lo único que nunca había sido capaz de soportar era la desaprobación de mi padre.
—Amelia.
Su voz destilaba arrepentimiento."

miércoles, 20 de septiembre de 2017

LA HERMANDAD DE LA UVA



RESEÑADA por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 20 de Enero de 2014
Acabo 'La hermandad de la uva' de John Fante. Un relato sobre las relaciones en una família italo-americana.
Bien escrito, bien ambientado, bien resuelto pero no me ha llegado. Como si le faltara algo.
No va en la lista de los 100 mejores, para nada.

Sinopsis (Ed. Anagrama)
En este libro de John Fante aparecen los personajes tiernos y rencorosos, emocionantes y divertidos, en suma memorables, que componen «La hermandad de la uva», una pandilla de consumados borrachines. El mejor cantero de América, el viejo Nick Molise, tiránico y orgulloso, está de nuevo en crisis con su mujer. Ninguno de los hijos quiere intervenir; por otra parte, Nick, que «habría sido más feliz si no hubiera tenido descendencia,  sus hijos habían sido los clavos que lo habían crucificado», no tiene intención de pedir nada a nadie, y menos cuando se lo pasa de maravilla con sus viejos amigos, y a pesar de la edad, alberga un montón de proyectos. Puede flirtear, beber y vanagloriarse tanto como quiera de su gran pasado. Su sueño era una tribu de hijos-albañiles seguidores de su arte, y en cambio tiene que habérselas con un guardafrenos, un empleadillo de banca y un escritor.
Pese a su innata pereza, Henry -un álter ego de John Fante- deja mujer e hijos y se embarca en un avión para sumergirse en el mundo de sus padres. Al llegar a San Elmo, su padre lo invita a una empresa tan absurda como inútil: construir un secadero de pieles de ciervo, en un pueblo imposible a dos mil metros de altura. Henry en un principio duda, después acepta, atraído por la panda de chiflados amiguitos de papá.

La hermandad de la uva (fragmento)


1"Una noche del pasado septiembre me llamó mi hermano desde San Elmo para decirme que nuestros padres volvían a hablar de divorciarse.
—¿Y dónde está la novedad?
—Esta vez va en serio —dijo Mario.
Nicholas y Maria Molise llevaban casados cincuenta y un años, y aunque desde el principio había sido una relación infeliz, mantenida y conservada por el inflexible catolicismo de mi madre, que castigaba a mi padre tolerando de un modo irritante su egoísmo y su desprecio, ahora nos parecía una completa locura que quisieran separarse, ya que mi madre tenía setenta y cuatro años y mi padre setenta y seis.
Pregunté a Mario de qué se trataba esta vez.
—Adulterio. Mamá lo pilló con las manos en la masa.
Me eché a reír.
—¿Cómo va a cometer adulterio el pobre viejo?
La verdad es que hacía muchos años que no se le acusaba de una cosa así. La última vez había sido por coquetear con Adele Horner, una empleada de Correos («una arpía pequeñita y borde», según mi madre), una señora cincuentona que cojeaba un poco. Pero había transcurrido mucho tiempo desde entonces y papá ya no era el de antes. Sin ir más lejos, en abril, el día de su cumpleaños, lo había visto doblado en el suelo, gimiendo y golpeando la moqueta con los puños, hasta que se le pasaba el dolor de la próstata.
—Venga, Mario —repliqué—. Es un viejo que está para el arrastre.
Me contó que mamá había descubierto manchas de carmín en los calzoncillos de papá, y cuando le puso delante la prueba (me la imaginé restregándole los calzoncillos por la nariz), papá la asió por el cogote, la obligó a doblarse sobre la mesa de la cocina y le pateó las nalgas. Aunque iba descalzo, los puntapiés le produjeron una moradura en la cadera, y le quedaron señales rojas en el cuello."

TESTAMENTO MORTAL . CONCLUSIÓNS PRELIMINARS



Vigésima entrega de la serie de novelas protagonizada por el Inspector Guido Brunetti. Titulada en inglés Drawing Conclusions y en castellano Testamento Mortal.

RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 13 de Marzo de 2014
Acabo con Brunetti y sus 'Conclusiones preliminares'.
Este hombre me gusta pero no me gustan sus mujeres, al final voy a tener que darle la razón a mister LIBROS.
Su hija es una pedante, su mujer es una rica aburguesada con más prejuicios que nadie y la secretaria de su jefe o está enamorada de él y viceversa o... me lo callo porque no es políticamente correcto.
Además, alguien de por aquí dijo que eran personajes planos y poco evolucionados.
Vamos... que habéis conseguido arruinarme al personaje y la lectura.
Menos mal que soy un cabezón y voy a persistir. A pesar de que lo mire con los ojos bizcos.
¿Sobre el libro? Más de lo mismo. A estas alturas ya está todo dicho. Si a alguien no le suena el personaje, que no se inmute por todo lo anterior. Que viaje a 'Muerte en la Fenice' y desde ahí que vaya transitando.

Y ahora tocaba Sicilia y Montalbano pero lo voy a cambiar por algo de rabiosa actualidad. La retirada alemana del frente ruso. 'La Cruz de Hierro' de Willi Heinrich, libro en el que se basa la película del mismo nombre de Sam Peckinpah. Evidentemente, el libro va a tener más sangre que lo que estamos viviendo actualmente, sobre todo alemana, pero no deja de ser un paralelismo. El oso ruso imponiendo su ley al águila alemana.
¡Vamos, que nos vamos!

Sinopsis (Ed. Seix Barral)
Al regresar de viaje, una joven traductora encuentra muerta a su vecina de abajo. La víctima es una señora mayor, encantadora y sin enemigo aparente. En la casa está todo en orden pero unas gotas de sangre junto a la cabeza del cadáver llaman su atención y decide llamar a la policía, de esta manera el caso queda en manos de Brunetti. El informe forense determina que la mujer tuvo un ataque al corazón y la sangre obedece a que al caer al suelo se golpeó la cabeza, pero hay ligerísimos indicios de violencia. Aunque nada apunta a un delito criminal, Brunetti tiene una intuición, no sabe qué es lo que no cuadra, pero no se conforma con esta explicación e investiga. El famoso comisario deberá descubrir si se trata de una muerte natural o hay algo criminal en ella.

PARÍS


RESEÑADO  por Marie-Loup Raffestin para LIBROS, el 13 de Marzo de 2014
He terminado "Paris" de Edward Rutherfurd. Cuenta la Historia de la capital francesa, de 1261 a 1968, y las vivencias de varias familias : los obreros Gascon, los revolucionarios Le Sourd, los aristócratas De Cygne, los burgueses Blanchard y unas cuantas más. También aparecen personajes reales como Coco Chanel, Claude Monet o Ernest Hemingway. Y el escritor nos ofrece un paseo por los lugares emblemáticos de Paris y las épocas. No sigue un orden cronológico así que al principio, me perdía entre tantos personajes y cambios de épocas. Usé mucho el árbol genealógico que viene en el libro. Pero le cogí el ritmo.
A medida que avanza la historia, conocemos mejor a las diferentes familias y las conexiones entre estas se hacen más interesantes. A ciertos personajes les cogí mucho cariño y sus vidas me conmovieron. Y tenemos muchos puntos de vista, es interesante descubrir el modo de vida y las ideas de diferentes clases sociales épocas. El autor hizo un gran trabajo de investigación y se nota que se apropió lo que investigó. Lo único que lamento es que muchas veces la Historia no se vive en el primer plano, está contada por un personaje lejano a la acción o en otra época. No deja de ser interesante pero parece un poco distante. Los capítulos de Thomas Gascon, que participa a la construcción de la Estatua de la Libertad y la Torre Eiffel, son los mejores y me hubiera gustado tener más capítulos así.
Esta lectura ha sido como un viaje. No me han gustado todas las paradas, hay visitas que me han aburrido un poco pero en general, he aprendido y lo he disfrutado. Ya iré a Londres y Nueva York.

Sinopsis (Ed. Roca)París, de
Edward Rutherfurd, autor de otras novelas de narrativa histórica como Nueva York o Londres, es una impresionante novela sobre París, ciudad del amor, de la elegancia, de los sueños, ciudad de la revolución. En todas sus novelas Rutherfurd nos ofrece una rica panorámica de las ciudades más atractivas del mundo a través de personajes ficticios y reales que se ponen al servicio de una investigación minuciosa en lo que ya se ha convertido en el sello particular de autor.
París se desarrolla a través de las historias de pasiones, lealtades divididas y secretos guardados durante años de personajes tanto ficticios como reales, con el escenario de esta gloriosa ciudad como fondo. De la construcción de Notre Dame a las peligrosas maquinaciones del cardenal Richelieu; de la resplandeciente corte de Versalles a la violencia de la Revolución francesa y las comunas parisinas; del hedonismo de la Belle Époque, cuando el movimiento impresionista alcanza su cénit, a la tragedia que supuso la Primera Guerra Mundial; de los escritores de la Generación Perdida de los años 1920 a los que se podía encontrar bebiendo en Les Deux Magots a la ocupación nazi, los luchadores de la Resistencia y la revuelta estudiantil de mayo de 1968… Un mosaico impresionante, sensual, arrebatador


París (fragmento)

Capítulo uno
1875

"París, ciudad del amor, ciudad de ensueño, ciudad de esplendor, ciudad de santos y eruditos, ciudad de alegría. Pozo de iniquidad. En dos mil años, París había sido escenario de todo.
Julio César fue el primero en darse cuenta de las posibilidades de aquel lugar donde se había asentado la modesta tribu de los parisii. Por aquel entonces, hacía varias generaciones que los territorios mediterráneos del sureste de la Galia eran provincias romanas, pero cuando César decidió anexionar también al Imperio las belicosas tribus célticas del norte de la Galia, le llevó bastante tiempo lograr su objetivo.
Los romanos no tardaron en advertir que, en su posición junto aquel río navegable, el Sena, el territorio parisino constituía un lugar idóneo para instalar una ciudad, punto de convergencia de la producción de las inmensas y fértiles llanuras del norte de la Galia. Desde su cabecera, situada un poco más al sur, era fácil acceder al caudaloso río Ródano, que comunicaba con los activos puertos del Mediterráneo. Por el norte, el Sena desembocaba en un estrecho mar, al otro lado del cual se encontraba la isla de Britania. Aquel era el gran sistema fluvial que constituía una intersección entre los mundos del sur y del norte. Los comerciantes griegos y fenicios ya lo habían usado antes incluso de la fundación de Roma. El sitio era perfecto. El núcleo de las tierras de los parisii se encontraba en un amplio y plano valle que el Sena atravesaba trazando una serie de airosas curvas. En un meandro del centro, el río se ensanchaba dando cabida a diversas marismas e islas, dispuestas a la manera de enormes barcazas ancladas en medio del cauce. En la orilla norte, los prados y pantanos se sucedían sin interrupción hasta la base de una cadena de colinas parcialmente cubiertas de viñas."

LA TRABAJADORA


RESEÑADO por Gloria González para LIBROS,  el 16 de Marzo de 2014
Cuando a un libro le llueven las buenas críticas, pero a mí no me ha gustado nada, pero nada, nada, me siento un poco... No habré sabido sacarle todo el jugo.

Sinopsis (Ed. Literatura Random House)
Elvira Méndez trabaja como correctora para un gran grupo editorial. Sus escasos ingresos la obligaron a mudarse a un piso al sur de Madrid, y para poder pagar el alquiler aceptó como inquilina, por recomendación de su amigo Germán, a su antigua colega Susana, una estrambótica e inmensa rubia con algunos problemas mentales que acaba de regresar de una temporada en Utrech. Susana es una artista que hace collages con trozos de mapas, pero que trabaja como teleoperadora. Elvira siempre está intentando sonsacar información sobre sus labores a Susana, aunque sea sólo para conseguir un trabajo similar con el que lograr llegar a fin de mes, pero nunca lo consigue. Años después, Elvira intenta poner punto y final a una novela que cuenta todo lo que vivió en el pasado. Sentada frente a su psiquiatra, le expone que necesita que la terapia le sirva de coda a su obra; y que su superación del miedo y su paranoia serán narradas como un capítulo final a partir de sus conversaciones. Pero la cuestión es, ¿y si no consigue superarlos? Entonces el libro, y la vida, tendrán que quedarse como están.

La trabajadora (fragmento)

FABIO

"[Este relato recoge lo que Susana me contó sobre su locura. También anoto algunas de mis reacciones, en verdad no muchas. Huelga añadir que su narración fue más caótica:]
Acababa de regresar a Madrid, no existía Internet y tenía que recurrir a los periódicos. Mi deseo se cifraba en que alguien me lamiera el coño con la regla en un día de luna llena. Así por las buenas. Creo que el delirio se había escondido ahí, en esa pretensión al límite y al mismo tiempo diminuta, como tragarse un ciempiés aliñado en la ensalada. Al principio no pensaba en ello a no ser que tuviera delante un periódico con su sección de hombres y mujeres conspirando en tres líneas; entonces me entraba la neura, llamaba e iba de cualquier manera a la cita. Llevaba un calendario de mis reglas y les pedía que el siguiente encuentro fuera en luna llena y en mi casa. La mayoría me contestaba con un no nervioso, en absoluto porque les pareciera una desmesura, sino por haber lanzado yo la propuesta como si jugase a la ruleta rusa. También por mi rubicundez oronda y mi hablar deshilachado y unos ojos que lo decían todo en su naufragio vano y terrorífico. Sé cómo eran mis ojos, medía con la precisión vaporosa de mis cinco sentidos lo ridículo de mis gestos intoxicados, bobos, atentos por encima de mis posibilidades. Mi rostro se agitaba por corrientes convulsas, producía torsiones imprevistas. Todos me miraban con asco, pues además de ser fea y evidenciar mi locura, mi propuesta no me redimía. No vayas a pensar que me importaba. Sí cuidaba el escenario, y a tal fin recorrí todos los bares de Huertas que tuvieran un ambiente de cafetería, de manos abrazando tazas calientes a la luz de una tarde mortecina. Me gustaba contemplar la calle a través de un cristal que connotara el frío de fuera y la pátina de calor seco de dentro, ese calor arrebujado, de agua encima de los radiadores y humo de cuando fumábamos todos. Digo ambiente de cafetería porque no deseaba que fueran exactamente cafeterías. A las cafeterías iban las viejas a merendar, y sus miradas me pintaban culpable. Te estoy hablando de cuando las cafeterías rezumaban mujeres cardadas y de luto. Aquellas mujeres sesentonas no perdonaban el croasán plancha mojado en Nescafé de las seis, y yo quedaba con los anunciantes a las siete. Logré encontrar un bar de paredes verdes, ligeramente inhóspito, donde siempre había una mesa libre junto a la ventana. No reparaba en la edad de los hombres con los que me citaba, ni tampoco en el aspecto, siempre y cuando no lucieran manchas, uñas sin cortar y con los bordes negros o restos de ensaladilla entre los dientes. No solía ser el caso; a la primera cita acudían todos limpios. A la segunda, y dado mi requerimiento, algunos se descuidaban. Yo veía entonces cómo colgaba de sus cuerpos el pensamiento de Esta tía qué importa. Si pide eso es que no importa, pero aun así lo intentaban una vez más, puesto que algunas brevas siempre caen. Trataban de que los subiera a mi buhardilla diciendo que desde luego, oh, cómo no, las señoritas primero. Pero yo ya les había visto la cara. Los que se han perdido el respeto a sí mismos no tardan en perdérselo a los demás. Para serte sincera, eran muy pocos los que se prestaban a una segunda cita. Únicamente los que llevaban tanto tiempo solos que arrastraban una higiene de macarrón en la solapa. Por eso te hablo de las manchas. La desesperación no solía ir tan lejos. Mi locura daba miedo, y los hombres se levantaban de la silla después de que yo desplegara mi calendario y señalara con una punta del dedo lívido la fase lunar como si evocara las mareas. Los delicados se esperaban a acabarse la cerveza para marcharse. Conseguir que alguien accediera a mi deseo llegó a ser tan importante para mí que, cuando me di cuenta de que ningún hombre de los que no me asustaban estaba dispuesto a empezar por ahí, me pasé a las mujeres. Nunca me han gustado mucho porque son como besarme a mí misma, pero para lo que quería me valían igual, o tal vez un poco menos. Ellas tampoco se escandalizaban, si bien les parecía un primer plato descomunal. Me di cuenta de que responder al reclamo de alguien me hacía sentirme menos poderosa, por lo que empecé a poner mis propios anuncios."

MATARTE LENTAMENTE


RESEÑADO por Noelia Vallina para LIBROS,  el 22 de Marzo de 2014
"Matarte lentamente" de Diego Ameixeiras no es exactamente una novela negra al uso, no hay asesinatos ni policías ni comisarios...pero las historias que cuentas son casi tan negras y sórdidas...

Sinopsis (Ed. Xerais)
Na reunión de preferentistas o avogado explica aos afectados que as participacións preferentes son emisións perpetuas cuxo problema é a falta de liquidez inmediata. Dilles que estamos falando de produtos comercializados de xeito enganoso nun momento no que os bancos, durante os primeiros anos da crise, tentaron reforzar o seu capital indiscriminadamente. «Todo respondeu –continúa–, a unha estratexia planificada. A maioría de vostedes pensou que se lles estaba vendendo un prazo fixo, sen ningún tipo de risco. Pero non foi así». Unha voz crebada interrompe desde a porta ao avogado: «Aquí vai haber sangue.»Matarte lentamente consolida a liña de modernización radical da novela negra que Diego Ameixeiras abriu en novelas anteriores como Dime algo sucio, Historias de Oregón e Todo OK. Dosificación da información, economía expresiva, coidada estrutura de tramas e vidas que van encaixando coma un puzzle son características desta novela impactante e inesquecible que presenta con claridade problemas claves do noso tempo.

Matarte Lentamente (fragmento)

1
"La mujer más respetable del edificio regresa a casa en taxi tras una comida de empresa que ha resultado ser menos aburrida de lo esperado. Observa el paisaje urbano a través de la ventanilla y sonríe. Le ha sorprendido la extrema locuacidad del administrador, por lo general poco comunicativo. Ha hablado más de la cuenta, volviendo sobre lugares comunes bastante conocidos por todos,  fingiendo ser un hombre divertido y sin preocupaciones. Incluso diría que en algún momento se ha atrevido a coquetear con ella, a pesar de que ambos están felizmente casados ( como recogen las páginas de la vida social de un periódico de la ciudad). Así que prefiere pensar que todo debe reducirse a una simple anécdota, aunque siempre sea agradable sentirse deseada de esa forma. Pobre desgraciado, el administrador. Por más que lo intenta no puede disimularlo. Sus ojos oscuros visten el traje negro de los entierros. Esa mirada turbia, tan insatisfecha, destila demasiado rencor. Su sonrisa presuntuosa esconde el llanto autómata de un niño. Cada vez que suelta una carcajada, se escucha el húmedo farfullar de los ahogados antes de conocer la muerte entre los dedos del estrangulador.
Mientras el taxista detiene el vehículo en la entrada de la rotonda por la que se accede a la urbanización, la mujer vuelve a hacer una llamada telefónica."

martes, 19 de septiembre de 2017

MUERTE EN VERANO



Cuarta entrega de la serie de novelas protagonizadas por el forense dublinés Quirke

RESEÑADO POR GLORIA GONZÁLEZ para LIBROS
28 de Febrero de 2013

"Muerte en verano", de Benjamin Black.
En esta novela hay un asesinato: un empresario aparece muerto con la cabeza destrozada por una escopeta que aún sostiene entre sus manos, simulando un suicidio. Hay una investigación: la del inspector de policía Hackett, pero sobre todo la realizada por su protagonista, el forense Quirke, un personaje atormentado por su pasado, como debe ser. Y hay un grupo de sospechosos, tan sospechosos todos que es inevitable que el final sea imprevisible.
Todos son ingredientes de una típica novela negra. Otros de estos ingredientes no son tan explícitos, como el estar enmarcada en un momento histórico difícil o ser reflejo de una sociedad casi siempre sórdida. Aunque sí descubrimos cierta relación con un suceso real que conmocionó a la católica Irlanda.
No se caracteriza por la acción, eso es cierto. La información se va mostrando poco a poco, de forma contenida, incluso parece que a veces no se avanza en el esclarecimiento del crimen, un poco a lo Sherlock Holmes.
Es novela negra escrita con una calidad literaria que se nota en el lenguaje, la estructura y los personajes. Lógico, porque “Benjamin Black” es el pseudónimo para escribir novela negra de John Banville, considerado uno de los mejores escritores de lengua inglesa y que suele aparecer como candidato al Nobel.
“Muerte en verano” es la cuarta novela de una serie protagonizada por el doctor Quirke, pero puede leerse perfectamente como novela independiente. A mí me gusta John Banville, pero Benjamin Black me encanta. Un autor muy recomendable en cualquiera de sus dos personalidades.


A la magnífica reseña de Begoña, sólo puedo añadir que me encanta Benjamin Black y su personaje de Quirke es uno de los mejores de la novela negra actual. La recreación de la Irlanda en los 50 es más que destacable y los personajes secundarios tan bien construidos como el principal.
Aunque no es necesario leer las novelas protagonizadas por Quirke, en orden, yo recomendaría que así se hiciese, las claves van surgiendo poco a poco y explican mucho¡¡¡


RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 4 de Abril de 2014
Black escribe moderno, fijando la acción hace 40 años con conceptos clásicos:
Policía bueno, doctor curioso y los sospechosos  habituales: Esposa, mayordomo y rival social.
Bien.

Y esta es mi opinión sobre la novela:
Transitar por el Dublin de los 50 de la mano de Black se está convirtiendo en una adicción y es que cuando alguien escribe bien es muy difícil sustraerse al encanto de una página perfecta; si a esto añadimos que me encanta Quirke, pues tenemos el cuadro completo y listo para disfrutar.
El control de la prensa parece el tema de este caso que nuestro forense y su amigo el inspector Hackett tienen que resolver pero debajo hay mucho más....y solo hay que "rascar" u poco para descubrirlo.
La agitada vida sentimental de Quirke sirve de contrapunto a la investigación y la complementa.
"Partido a partido" que diría el cholo....Quirke conquista mi corazón y agudiza mi mente!!

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
Cuando el magnate de la prensa Richard Jewel aparece muerto en su casa de campo una calurosa mañana de verano, pocos lo lamentan. El doctor Quirke y el inspector Hackett no tardan en darse cuenta de que, lejos de tratarse de un posible suicidio, «Diamante Dick» ha sido asesinado. La investigación lleva a Quirke al orfanato de St. Christopher, donde vivió su infancia, y a frecuentar a la problemática Dannie, la problemática hermana de Jewell; a Carlton Sumner, el empresario rival, y a Françoise d’Aubigny, la elegante y misteriosa viuda.Tras el éxito de En busca de April, elegida como una de las mejores novelas del año (Qué Leer), Benjamin Black crea una nueva y apasionante intriga que nos muestra a un Quirke más íntimo y confundido que nunca sobre el trasfondo del Dublín de los años cincuenta.

Muerte en verano (fragmento)

"Cuando se propagó la noticia de que Richard Jewell había sido encontrado con la cabeza reventada y con una escopeta entre las manos, limpias de sangre, pocas personas ajenas al círculo familiar o pertenecientes al mismo consideraron su muerte una gran pérdida. Jewell, a quien sus detractores más ingeniosos habían bautizado como Diamante Dick, era un hombre rico. El grueso de su fortuna provenía de su padre, el tristemente famoso Francis T. Francie Jewell, que llegó a ser alcalde y el dueño de una exitosa cadena de periódicos, entre ellos el temido y sensacionalista Daily Clarion, el diario más vendido de la ciudad. El viejo Jewell era un diamante en bruto, propenso a venganzas violentas y enemigo a muerte de los sindicatos, pero su hijo, aunque también vengativo y sin escrúpulos, había conseguido limpiar el nombre de la familia mediante actos de filantropía rodeados de una bien orquestada publicidad. Richard Jewell era un conocido mecenas de orfanatos y de escuelas de discapacitados, y el flamante pabellón Jewell del Hospital de la Sagrada Familia estaba en la vanguardia de la lucha contra la tuberculosis. Esas y otras iniciativas similares en una ciudad castigada por la pobreza y con una mala salud endémica deberían haber convertido a Dick Jewell en un héroe, pero ahora que estaba muerto, muchos ciudadanos se declaraban dispuestos a bailar sobre su tumba."