miércoles, 16 de agosto de 2017

LLUVIA NEGRA


Esta es la única novela traducida al castellano, por ahora, del autor japonés Masuji Ibuse, en ella se narra un episodio de la historia, de sobra conocido, Hiroshima.
La novedad estriba en que el narrador es un japonés, un sufridor de las consecuencias de Hiroshima en forma de diario estremecedor y tan crudo en su concepción y su redacción que hace exclamar a Shigematsu Shizuma:

“Estaba en el infierno, un infierno que torturaba con un ineludible y omnipresente hedor”.

No apta para estómagos delicados, ni para "justificadores bélicos".
Para todos los demás la recomiendo.

Lluvia negra (fragmento)

"Saltaba a la vista que las llamas habían arrasado por igual todo el área alrededor de Sakan-cho y Sorazaya-cho. Los cuerpos se hallaban desperdigados en cualquier condición imaginable: uno con la mitad superior de su cuerpo calcinada hasta la médula; otro reducido a esqueleto, salvo una pierna y un brazo; otro más, de espaldas, consumido de rodillas para abajo; y aun, otro con las dos rodillas quemadas. Sobre ellos pesaba un hedor indescriptible; por nauseabunda que fuese, no había manera de escapar a aquella pestilencia.
En Tera-machi, el barrio de los templos, no quedaba ni uno solo  de ellos en pie. Lo único que permanecía en su sitio, además de las murallas de arcilla derruidas y desmoronadas, hasta el punto de que resultaba difícil reconocerlas,  eran los árboles venerables con sus miembros abiertos y dejando ver en su interior la madera desnuda."

LA TRISTEZA DEL SAMURÁI



RESEÑADO POR LOS RELATOS DE PATRI para LIBROS
8 de Febrero de 2013
He terminado "La tristeza del samurái" de Víctor de Árbol.
Un libro que aúna dos historia, de dos mujeres, en diferentes épocas. Comienza con el inicio de una historia y el final de la otra, una está situada en la Posguerra de la Guerra Civil española y la otra en la época de la transición. Las historias se van entrelazando y las piezas van encajando como en un puzzle. Asesinatos, guerra, tortura,... vemos toda la miseria humana, lo que se llega a hacer para conseguir poder, la oscuridad, la tristeza, y la profundidad del alma humana.
La novela empieza de forma magistral y la primera mitad a mí me enganchó y me encantó, en cambio, para mí, la segunda mitad baja de nivel, se vuelve algo más confusa y, a veces, menos creíble, con lo cual la impresión que me causó la novela ha sido desigual.
Aun así he de decir que es una buena novela.

RESEÑADO por Noelia Vallina para LIBROS, el 22 de Diciembre de 2014.
De una sentada terminé "La tristeza del samurái" de Víctor del Árbol, es estupendo, me gustó tanto como el anterior que leí suyo....

Yo, sin embargo, he de reconocer que Víctor del Árbol, es un autor que me "satura"......LIBROS

Sinopsis (Ed. Alrevés)
Extremadura 1941 / Barcelona 1981 Dos tramas se desarrollan de forma paralela; una en Extremadura en el año 1941; la otra en Barcelona en 1981. Un crimen cometido durante la posguerra española produce consecuencias en tres generaciones de la familia Alcalá y en aquellos que se han cruzado en sus vidas durante cuarenta años. Complots, secuestros, asesinatos, torturas, violencia machista, son algunos ingredientes de esta fantástica novela. Con un estilo descriptivo pero no por ello lento, el autor narra los acontecimientos ocurridos y poco a poco va entrelazando los personajes de ambas tramas, entrando en la psicología de cada uno de ellos. El resultado es una magnífica novela de intriga e investigación, de sentimientos y rencores, de amor y odio, de ambición y dolor, de hipocresía y sobre todo de culpa, una lacra que se transmite de generación en generación, donde los hijos heredan los delitos de los padres y los nietos los de sus abuelos.
Una novela que atrapa al lector desde el primer momento.

La tristeza del samurái (fragmento)

Capítulo 1

"Mérida. 10 de diciembre de 1941
Hacía frío y un manto de nieve dura cubría la vía del tren. Una nieve sucia, manchada de hollín. Blandiendo su espada de madera en el aire, un niño contemplaba hipnotizado el nudo de raíles.
La vía se dividía en dos. Uno de los ramales llevaba hacia el oeste y el otro se dirigía hacia el este. En medio del cambio de agujas, una locomotora estaba parada. Parecía desorientada, incapaz de tomar cualquiera de los dos caminos que se le planteaban. El maquinista asomó la cabeza por la ventanilla estrecha. Su mirada se encontró con la del niño, como si le preguntase a este qué dirección tomar. Así lo creyó el pequeño, que alzó la espada y le señaló el camino del oeste. No por nada. Solo porque era una de las dos opciones posibles. Porque estaba allí.
Cuando el jefe de la estación alzó la bandera verde, el maquinista lanzó por la ventanilla el cigarrillo que estaba fumando y desapareció dentro de la locomotora. Un pitido estridente espantó
a los cuervos que descansaban sobre los postes de la catenaria. La locomotora se puso en marcha, escupiendo grumos de nieve sucia de los raíles. Lentamente tomó el camino del oeste.
El niño sonrió, convencido de que era su mano la que había decidido el destino de aquel viaje. Él sabía a sus diez años, todavía sin palabras para explicarlo, que cualquier cosa que se propusiera podía conseguirla.
—Andrés, vamos.
Era la voz de su madre. Una voz suave, llena de matices que solo podían descubrirse si se le prestaba atención. Se llamaba Isabel.
—Mamá, ¿cuándo tendré una espada de verdad?
—No necesitas ninguna espada.
—Un samurái necesita una catana de verdad, no un palitroque de madera — protestó ofendido el niño.
—Lo que necesita un samurái es protegerse contra el frío para no coger la gripe —le replicó su madre colocándole bien la bufanda.
Aupada en unos zapatos de tacón inverosímil, Isabel sorteaba las miradas y los cuerpos de los pasajeros en el andén. Se movía con la naturalidad de una funambulista en el alambre. Esquivó un pequeño charco en el que flotaban dos colillas y evitó pisar con un quiebro una paloma agonizante que daba vueltas sobre sí misma, ciega."

LOS LITIGANTES


RESEÑADO POR RICARDO CORTAT para LIBROS
5 de Febrero de 2013
"Los litigantes" de John Grisham o como unos "abogaduchos" que persiguen ambulancias acaban con un caso ante un tribunal federal. Aunque también podría interpretarse cómo un abogado de un gran bufete acaba haciendo de administrativo en un bufete de mala muerte.
O cómo conseguir un juicio de esos tan americanos de miles de miles de dólares de indemnización por negligencia.
No es el Grisham que escribía "novela negra" pero vuelve a tener su gancho palomitero.
Para desengrasar.

Un Grisham al año no hace daño....y eso es de mi propia cosecha¡¡¡

Los litigantes (fragmento)

1

"El despacho de abogados Finley & Figg se definía a sí mismo como un «bufete-boutique». Ese inapropiado apelativo se empleaba siempre que era posible en las conversaciones rutinarias e incluso aparecía impreso en los distintos proyectos ideados por los socios para captar clientes. Utilizado con propiedad, habría denotado que Finley & Figg era algo más que el típico despacho formado por una simple pareja de abogados: «boutique» en el sentido de reducido, talentoso y experto en algún área especializada; «boutique» en el sentido de exquisito y distinguido, según la acepción más francesa de la palabra; «bou tique» en el sentido de un bufete satisfecho de ser pequeño, selectivo y próspero.
Sin embargo, salvo por el tamaño, no era nada de lo anterior. La especialidad de Finley & Figg consistía en tramitar casos de lesiones lo más rápidamente posible, una rutina cotidiana que requería poco talento, nula creatividad y que nunca sería considerada exquisita ni distinguida. Los beneficios resultaban tan esquivos como la categoría. El bufete era pequeño porque no tenía capacidad para crecer. Y si era selectivo, se debía exclusivamente a que nadie deseaba trabajar en él, ni siquiera los dos individuos que eran sus propietarios. También la ubicación delataba una monótona existencia entre las categorías inferiores de la profesión. Con un salón de masajes vietnamita a su izquierda y un taller de reparaciones de cortacéspedes a la derecha, saltaba a la vista incluso para el ojo menos experto que Finley & Figg no era un negocio próspero. Al otro lado de la calle había otro bufete-boutique —la odiada competencia— y más despachos de abogados a la vuelta de la esquina. De hecho, todo el barrio rebosaba abogados, algunos de los cuales trabajaban por su cuenta, otros en pequeños bufetes y unos cuantos más en sus propios bufetes-boutique."

LAS TRES HERIDAS


RESEÑADO POR JUAN FONT OSABA para LIBROS
4 de Febrero de 2013
He leído “Las tres heridas” de Paloma Sánchez-Garnica.
El protagonista es un escritor que al encontrar en el Rastro una foto antigua de una pareja se siente impulsado a descubrir quienes son con el fin de escribir una novela sobre sus vidas. Su investigación le llevará a los tiempos de la guerra civil española.
Una reflexión del escritor hacia el final del libro me parece un espléndido resumen:
“Esta es la historia de todos aquellos que se cruzaron en el camino de Mercedes y Andrés para bien o para mal, escribiría para perpetuar su recuerdo, para que nunca nadie olvide o ignore que hubo víctimas inocentes en una guerra que no fue suya, una guerra inoportuna, malvada, una guerra que provocó heridas profundas, en el amor al quebrarlo, en la muerte a destiempo y en la vida desgarrada.”
Me ha gustado mucho, para casi un 10.

Las tres heridas (fragmento)

CUANDO TODO ACABE"La oscuridad apenas le permitía ver la imagen de la foto, pero Andrés Abad Rodríguez la tenía grabada en su memoria: de pie, junto a la fuente de los Peces, con un vestido hasta la rodilla (que él recordaba de pequeñas flores rojas sobre fondo claro aunque la imagen lo mostraba en colores grises y oscuros), el corte bajo el pecho, que dejaba suelta la cintura que ya delineaba la delicada curva del embarazo, y un pequeño cuello de encaje, Mercedes Manrique Sánchez miraba tímida a la cámara, una mano sobre la cadera y la cabeza ladeada con una leve sonrisa, feliz y tranquila, ajena a lo que estaba a punto de estallar. Gracias a aquel artefacto con fuelle, Andrés tenía en sus manos la imagen que lo había mantenido con vida a lo largo de los dos años y medio que duraba aquel infierno. Acariciaba la foto con mucho cuidado para no estropearla, y cerraba los ojos imaginándose junto a ella. Soportaba el hambre, la sed y el agotamiento, pero su ausencia le causaba un dolor a veces insuperable, incrementado por la angustia de no saber nada, ni de ella ni
del hijo del que desconocía todo: si era un varón, como él quería, o una niña, como ansiaba ella. Hacía tres meses que les habían desplazado desde Nuevo Baztán (donde se había pasado los últimos dos años construyendo una vía de tren inconclusa, cavando zanjas que no protegían, o levantando parapetos que de poco servían) hasta un antiguo preventorio abandonado, cercano al término de Las Rozas, no muy lejos de la carretera y próximo a la línea de los sublevados. La orden inicial había sido el traslado de todo el batallón a Navacerrada, sin embargo, al llegar a la carretera de La
Coruña, les hacinaron en aquel lugar inhóspito que parecía estar en medio de la nada."

LO QUE ESCONDEN LAS NUBES OSCURAS


Quinta entrega de la serie protagonizada por Yngvar Stubø e Inger Johanne Vik

2011, con el fondo de la masacre de la isla de Utoya, Holt desgrana una historia oscura, quizás, la mas oscura de la serie de libros protagonizados por Vik y Stubo.
A los aficionados a la negra-nórdica ya nada nos sorprende en la, aparentemente, civilizada Escandinavia; y este libro no es una excepción.
Nada que no hayamos leído anteriormente, pero todo empeorando a pasos agigantados.
Dicen, por ahí, que aquí termina la serie protagonizada por Vik y Stubo.....¿quien sabe?
Entretenido para una tarde lluviosa y poco mas¡

Lo que esconden las nubes oscuras (fragmento)

Capítulo I

"El niño, que parecía dormido, estaba tumbado sobre el regazo de su madre. Sin embargo, era demasiado grande para ella: un corpulento chaval de ocho años, rubio, acostado sobre los flacos muslos de su madre, quien abrazaba su cintura con las manos y sostenía su cabeza para que no se cayera.
- No - dijo la madre de un modo casi inaudible - No. No. No.
El ojo izquierdo del niño quedaba casi oculto bajo la hinchazón y la sangre coagulada.
- No - repitió la madre.
Elevó la cabeza hacia el techo e inspiró profundamente.
- ¡¡¡No!!!
El grito llenó la habitación tan de repente que el padre dio un paso hacia atrás. Se echó ambas manos a la cabeza en un gesto paródico que reforzó volviéndose hacia la pared y golpeó la cabeza rítmicamente contra el empapelado de color claro.
- Debería haber tenido más cuidado - gimió.
Pumba, pumba pumba...
- ¡No! - gritó la madre una vez más.
El hombre se volvió de nuevo hacia ella."

NORTE Y SUR


RESEÑADO POR LOS RELATOS DE PATRI para LIBROS
1 de Febrero de 2013

He terminado "Norte y Sur" de Elizabeth Gaskell.
Había visto ya la serie de la BBC que es muy buena, así que decidí empezar a leer a esta autora y empecé por este título, que no va a ser el último desde luego. Me ha gustado mucho.
En cierto modo recuerda a Jane Austen, aunque por lo menos en este título hace una radiografía de la sociedad mucho más profunda que ella.
En "Norte y Sur" Elizabeth Gaskell, nos cuenta la historia de Margaret, una muchacha hija de un clérigo que vive en una región del sur de Inglaterra, y que aunque su familia  no tiene grandes medios ha pasado una gran parte de su vida en Londres con una tía suya que tiene dinero y buena posición. Pero la vida de Margaret cambia drásticamente cuando su familia y ella se trasladan a Milton, una ciudad industrial del Norte de Inglaterra, que al principio desprecia, tanto su modo de vida como su gente. Pero, Margaret madura mucho con este cambio de vida, por todo lo que aprende de las gentes de Milton y porque se verá acechada varias veces por la desgracia.
En esta novela podemos ver claramente los conflictos entre patronos y obreros, el funcionamiento de los sindicatos y las huelgas en aquella época. Tiene personajes memorables como la propia Margaret, el señor Thorton o el señor Higgins.
Una bonita historia de amor en un marco histórico y social muy bien detallado. La recomiendo.

Norte y sur (fragmento)
" El señor Thornton conocía la casa. Había visto el anuncio y había ido a verla, atendiendo así la petición del señor Bell de que ayudara al señor Hale cuanto pudiera: y movido también por interés personal en el caso de un clérigo que había renunciado a su beneficio en circunstancias como las del señor Hale. La casa de Crampton le había parecido perfecta. Pero al ver a Margaret, su desenvoltura y su porte distinguido, se avergonzó un poco de haber dado por sentado que estaba muy bien para los Hale, a pesar de cierta vulgaridad que le había llamado la atención cuando fue a echarle un vistazo.
Margaret no podía evitar su belleza; pero su desenvoltura, su rotunda barbilla saliente, la manera de erguir la cabeza, sus movimientos y cierto aire de desafío femenino daban siempre a los desconocidos una impresión de altivez. En aquel momento estaba cansada y hubiera preferido guardar silencio y descansar como le había dicho su padre; pero tenía la obligación de comportarse como una dama, por supuesto, y hablar con cortesía de vez en cuando con aquel desconocido; no demasiado pulido, ni demasiado refinado tras su duro encuentro con las calles y las muchedumbres de Milton, había que reconocerlo. Ella deseaba que hiciera lo que había comentado y que se marchara, en vez de quedarse allí sentado respondiendo con frases breves a sus comentarios. Se había quitado el chal y lo había dejado en el respaldo de su silla. Se sentó frente a él de cara a la luz. Él contempló toda su belleza: su cuello flexible y blanco, bien formado, que surgía de la figura plena pero ágil; sus labios, que movía tan levemente cuando hablaba, sin quebrar la fría expresión serena de su rostro con ninguna variación del precioso contorno altivo; sus ojos, con una suave melancolía, que se encontraban con los suyos con serena libertad femenina. Casi se dijo que no le caía simpática antes de que su conversación concluyera. Intentaba resarcirse así de la sensación mortificante de que mientras él la miraba con admiración incontenible, ella le miraba a él con altiva indiferencia, tomándolo, en su opinión, por lo que era, se dijo irritado: un tipo muy tosco sin gracia ni refinamiento de ningún género. Tomó por desdén la actitud de frialdad serena de la joven, y le ofendió en lo más hondo hasta el punto de que tuvo que contenerse para no levantarse y marcharse y no volver a tener nada que ver con aquellos Hale y su altanería.
Cuando Margaret había agotado el último tema de conversación (si bien no podía llamarse conversación lo que consistía en tan pocos y tan breves parlamentos), llegó su padre y restableció su nombre y familia en la buena opinión del señor Thornton con afable cortesía caballerosa. "

CABEZA DE PERRO


RESEÑADO POR RICARDO CORTAT para LIBROS
30 de enero de 2013
"Cabeza de Perro" de Morten Ramsland. Ed. Salamandra.
No me gustan los libros de sagas. Eso de tener que seguirle la pista a todo un rosario de nombres durante generaciones me cansa.
Pero claro, hace falta que diga, que no... para que llegue uno, y sea que sí.
Las aventuras de esta loca familia de noruegos que arranca en las heladas llanuras alemanas durante la II GM y acaba en... Si queréis saberlo os lo leéis.
Vale la pena sentarse a disfrutar de/con las vicisitudes de Cabezamanzana, Colmillo, la Pelma, Cabeza de Perro y el resto de su disparatada familia.

Y por si el verbo fácil de Cortat no os ha seducido, aquí va un fragmento de la novela:

Cabeza de Perro (fragmento)

" En realidad, no fue el sueño del herrero de ir a Groenlandia lo que separó a la joven pareja unas semanas antes de que Marianne cumpliera dieciséis años. No; fue la historia de siempre, que empezaba a cansar a todos los miembros de la familia: «Malditos ingenieros, no tienen ni puta idea de la realidad.» Que lo acusaran de no saber nada de la realidad era probablemente la peor ofensa que podía hacerse a Askild. En su vejez, le encantaba decir sobre sí mismo que había visto más que la mayoría y que sabía más de la realidad de lo que el resto de la familia llegaría a conocer jamás.
—Pero ¿qué has visto en la realidad, abuelo? —preguntábamos Stinne y yo, quitándonos la palabra de la boca, tras lo cual el abuelo nos dirigía una mirada avinagrada y respondía:
—La realidad no es apta para niños.
Y en eso tenía razón, evidentemente. La realidad no es apta para los niños, la vida no es apta para los sensibles o impresionables. Impulsado por esa misma filosofía del final de su vida, a principios de los años setenta empezó a encerrarme en el armario pero, porque me asustaba la oscuridad.
—Espera a que tengas que salir al mundo de verdad —me decía después—. A la oscuridad se le tiene miedo sólo cuando no hay cosas más reales que temer. En aquella época mamá cursaba sus estudios, papá desaparecía todas las mañanas en su Mercedes negro y no volvía hasta mucho después de anochecer, por eso nos cuidaban los abuelos; hasta que un día Stinne proclamó que era suficientemente mayor para cuidar de nosotros dos, y que además conocía otro remedio contra el miedo a la oscuridad: la luz.
Curar el miedo a la oscuridad con luz es una solución excelente. Las sombras se mantienen en jaque por el brillo de las bombillas, y con el tiempo uno puede tener la suerte de o bien olvidar cómo son, o bien acostumbrarse a la luz constante. En cuanto a mí, con el tiempo me acostumbré a dejar las bombillas siempre encendidas. Incluso en Ámsterdam, de vez en cuando me sentía tentado de mantener una luz encendida por la noche, aunque era más por costumbre que por miedo. Pero en aquella época, cuando el temor a la oscuridad era más intenso, papá mostraba otra actitud. "