viernes, 19 de enero de 2018

PUREZA


"Cómo sabes que eres una persona distinta de las otras personas? Guardándote algunas cosas para ti. Te las quedas dentro porque, en caso contrario, no habría ninguna diferencia entre el interior y el exterior. Los secretos son nuestra manera de saber que tenemos un interior." PUREZA
Jonathan Franzen analiza en Pureza (Purity), la comunicación, la Red y los secretos; en un mundo globalizado el cono...cimiento es poder y Franzen lo desmenuza a través de los variopintos personajes que pueblan, como es habitual, sus novelas.
Más de 700 páginas de vidas que se cruzan y entrecruzan, de personalidades excéntricas y auténticos psicópatas; de mundos reales y realidades paralelas que entretejen un relato complejísimo y en ocasiones un poco farragoso a fuer de repetitivo.
Habla Franzen de la teoría conspiratoria y su extensión en la Red, de la caída del comunismo en Alemania del Este y la persistencia de los privilegios, de las sectas y el machismo, de la locura y el amor, de la maternidad irresponsable y los hijos perdidos....
La Pureza del título que es el nombre de la protagonista brilla por su ausencia, no hay en Pureza personajes puros, solo se lo creen.....la protagonista es una muchacha perdida y estulta que confunde terquedad con pureza de sentimientos, su madre una mujer profundamente trastornada que arruina todo lo que hay a su alrededor, el genio de la Red es un psicópata de manual que acaba creando una secta con mujeres a su servicio y confunde sus intereses con la verdad, el periodista es un necio con suerte incapaz de ver más allá de sus narices, su novia una mujer acomplejada a pesar de haber ganado un Pulitzer.....
Podría seguir porque no he empatizado con ninguno de los personajes de la novela, los personajes femeninos son patéticos y un poco increibles, los masculinos están mejor construidos, las relaciones son, por decirlo finamente, absolutamente patológicas.
Bien es verdad que la maestría literaria de Franzen es capaz de salvar muchos obstáculos pero en esta ocasión ha sobrepasado algunos límites, la extensión es excesiva sobran mínimo 300 páginas y la repetición constante hace, en ocasiones, tediosa la lectura.
¿La recomiendo?, por supuesto, pero sabiendo que no llega a la altura de las anteriores obras de Franzen.

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Si la literatura es el instrumento ideal para que el ser humano ilumine los recovecos más oscuros de su mundo interior y perciba con mayor nitidez la realidad que lo circunda, Jonathan Franzen es el novelista contemporáneo que más se ha atrevido a explorar las fronteras que condicionan nuestra existencia. Con Pureza, Franzen ha logrado superar el listón marcado con su anterior novela, Libertad, que en su momento supuso un hito admirado y reconocido en todo el mundo tanto por voces expertas como neófitas.
A partir de las vidas entrecruzadas de un puñado de personajes retratados con un grado de realismo que hipnotiza al lector, el relato gira en torno a una joven de nombre dickensiano, Purity «Pip» Tyler, que tras su paso por la universidad se afana en encarrilar su vida acorde con unos principios que considera irrenunciables. Atrapada en una relación malsana con su madre, que nunca ha querido revelarle el nombre de su padre ni por qué se cambió el apellido antes de que ella naciese, Pip sobrevive con trabajos intrascendentes hasta que el encuentro fortuito con una mujer involucrada en el activismo antibelicista se traducirá en unas prácticas en el Sunlight Project, una organización radicada en Bolivia que se dedica a revelar secretos de personas, corporaciones y gobiernos. El fundador y artífice del negocio es Andreas Wolf, un carismático agitador de la ex RDA reciclado durante el caótico período posterior a la caída del Muro de Berlín. El sospechoso interés de Andreas por Pip trastocará sus ideas convencionales sobre el bien y el mal, empujándola hacia un destino que no figuraba ni remotamente en su imaginación.
El talento excepcional de Jonathan Franzen para volcar en palabras las hebras más finas del pensar y del sentir se pone de manifiesto una vez más en esta trepidante historia cargada de humor, por momentos sombría, inquietante, osada, incisiva, pero siempre cautivadora y de amplitud universal, confirmando su sitial entre los más importantes escritores de nuestro tiempo.
Pureza (fragmento)

Purity en Oakland

Lunes
—Ay, preciosa, cuánto me alegro de oír tu voz —dijo la madre de la chica por teléfono—. Me está traicionando el cuerpo otra vez. a veces creo que mi vida no es más que un largo proceso de traiciones del cuerpo.
—Como todas las vidas, ¿no? —dijo Pip.
Había adoptado la costumbre de llamar a su madre desde Renewable Solutions durante la pausa de la comida. esto mitigaba en parte su sensación de no valer para ese trabajo, de tener un trabajo para el que nadie podía valer, o de ser una persona que en realidad no valía para ningún trabajo; y además, al cabo de veinte minutos, podía decir con sinceridad que tenía que seguir trabajando.
—Se me cierra el párpado del ojo izquierdo —explicó su madre—. es como si tuviera un peso que tirase hacia abajo, como uno de esos plomos diminutos que usan los pescadores, o algo parecido.
—¿Ahora mismo?
—A ratos. No sé si será parálisis de Bell.
—Sea lo que sea la parálisis de Bell, estoy segura de que no la tienes.
—¿Y cómo puedes estar tan segura, preciosa? Si ni siquiera sabes qué es.
—No sé... Quizá porque tampoco tenías la enfermedad de Graves. Ni hipertiroidismo. Ni melanoma.

LA MARCA DE LA SANGRE


Vigesimosegunda entrega de la serie de novelas protagonizadas por Kay Scarpetta, forense en Richmond - Virginia (EEUU).


Leo La marca de la sangre, enésimo libro de Cornwell protagonizado por Scarpetta y me pregunto a donde se han ido los personajes que me conquistaron en los 90 desde las páginas de Post Mortem o El cuerpo del delito....
¿Dónde está Kay Scarpetta? Intrépida, buena profesional, apasionada, buena cocinera y algo, sólo algo, paranoica.
¿Qué monstruo ha engullido a Lucy? Joven superdotada, ingenua, ter...ca y ansiosa de amor.
¿Qué mente perversa a transformado a Peter Marino? Poli enamorado, impulsivo y bebedor.
Donde están todos en esta orgía de personajes anormales, situaciones imposibles, paranoia constante, desconfianza permanente, egocentrismo patológico y resurrecciones constantes????
Si la escritora quiere destrozar la serie debería "cargárselos" a todos o mejor, dejar de escribir sobre ellos.
Patética.

Sinopsis (Ed. Ediciones B)
En esta vigesimosegunda novela protagonizada por Scarpetta, la gran detective forense se verá en medio de la persecución de un francotirador y asesino en serie.
Con motivo de su cumpleaños, la doctora Scarpetta se dispone a volar a Miami con su esposo cuando descubre siete monedas en la pared trasera de su casa de Cambridge.
¿Se trata de un juego infantil? Y en ese caso,
¿por qué todas las monedas son de 1981 y tan brillantes como si acabaran de acuñarlas?
De pronto suena su móvil y el detective Steve Marino le informa de que se ha cometido un asesinato a cinco minutos de distancia: un profesor de música del instituto ha recibido un certero disparo cuando estaba descargando alimentos de su coche. Nadie vio ni oyó nada.
Kay Scarpetta se verá en medio de la pesadillesca persecución de un francotirador y asesino en serie, una investigación que la llevará a las oscuras profundidades de la costa de Florida, donde se sumergirá en busca de un barco hundido para hallar respuestas que solo ella puede descubrir y analizar. Pronto comprobará que las evidencias señalan a un miembro de su propia familia: nada menos que Lucy, su sobrina experta en tecnología.

La marca de la sangre (fragmento)

1
12 de junio de 2014
Cambridge, Massachusetts

El cobre reluce como fragmentos de cristal de venturina desde lo alto del viejo muro de ladrillo que se alza detrás de nuestra casa. Me vienen a la mente imágenes de hornos ardientes y cañas en los antiguos talleres de estuco de tonalidades pastel que bordean el canal Rio dei Vetrai, donde los maestros sopladores dan forma al vidrio fundido sobre superficies de acero. Con cuidado de no derramar una gota, llevo dos expresos endulzados con néctar de agave.
Sujeto las asas delicadamente curvadas de las tazas de cristallo artesanal, sencillas y transparentes como el cristal de roca, mientras me recreo en el recuerdo del momento en que las descubrimos en la isla veneciana de Murano. Los aromas a ajo y pimientos asados me siguen al exterior, y la puerta mosquitera se cierra detrás de mí con un golpecito sordo. Percibo la deliciosa fragancia de las hojas de albahaca fresca que he desmenuzado con las manos. Es la mañana perfecta. No podría ser mejor.
He preparado mi ensalada especial, he saturado con zumos, hierbas y especias trozos del mantovana que horneé sobre una piedra hace días. Es recomendable dejar que este pan con aceite de oliva se ponga un poco duro antes de utilizarlo en la panzanella que, al igual que la pizza, fue en otro tiempo un alimento de los pobres, cuyo ingenio e inventiva transformaban las sobras de focaccia y verduras en un’abbondanza. Los platos suculentos e imaginativos estimulan y recompensan la improvisación, de modo que esta mañana he añadido un bulbo de hinojo, sal kosher y pimienta molida gruesa. He usado cebolla dulce en vez de roja y un toque de menta que he cogido en la galería acristalada donde cultivo hierbas aromáticas en unas grandes tinajas de barro para aceitunas que encontré hace años en Francia.

EL VIENTO DE LAS HORAS


En un vuelo he leído esta novela de Angeles Masttreta aunque no sé si el término novela es completamente aplicable a esta colección de sentimientos, situaciones, edades, opiniones, vivencias y pensamientos que la autora ha volcado en las 250 páginas de este libro.
No podría calificarlo exactamente de novela porque carece de los atributos precisos del género es, más bien, una colección de "relatos ...cortos" que van contando una vida y esa sensación extraña de que el tiempo pasa sin que una se dé cuenta. La autora reflexiona sobre los cambios físicos, psíquicos y del entorno en el que vive, así reflexión tras reflexión nos conduce por la senda de la madurez en la que, previsiblemente, el tiempo que queda es menos que el que ha transcurrido.
No es un libro pesimista pero esta cargado de nostalgia que la sensibilidad de Mastretta es capaz de transformar en esperanza.
Creo que no pasará a la historia de la literatura pero me ha gustado.

Sinopsis (Ed. Seix Barral)
Un recorrido por los recuerdos que se presentan de manera inesperada y que traen consigo la más auténtica felicidad.
 
Ángeles Mastretta nos hace partícipes del legado de los días evocando los detalles más cotidianos y al mismo tiempo más preciados de este mundo palpitante y generoso que nos rodea. Aquí se reviven emociones que hacen que el tiempo se dilate y reflexiones en torno a grandes temas universales como la juventud, la belleza, el amor, la muerte y, sobre todo, el paso inevitable de los años. Es una celebración de la alegría de sentirse vivos, de la dicha extraordinaria de dejar que la vida pase, de la necesidad de disfrutar de los placeres de la existencia.

El viento de las horas (fragmento)

COMO UNA SERPENTINA
No sé si alguna vez olvidaré hasta el recuerdo de quién fui en la infancia. Dicen que los viejos siempre recuerdan mejor el pasado remoto. Hasta que la vida se les va haciendo pequeña y llegan a olvidar su nombre, antes de que la nada los nombre a ellos.
Yo hace tiempo empecé a desconocer los compromisos que hice un día, para cuando llegaran los otros. Ahora ya olvido lo que me contaron antier y me devasta la velocidad con que se empaña el orden de las cosas que mi hermana me cuenta como quien desprende las semillas de una granada. Juro que la oigo cautiva, prometiéndome que no he de perder, entre los vericuetos de mi cerebro, ninguna de las historias de amor y desamor, de compra y venta, de traición y tormento, que va contándome mientras andamos por los puentes de la nueva ciudad rumbo a la ciudad vieja, en donde aún están la catedral y los portales, igual que siguen estando entre mis libros, los que suceden en el primer y único territorio mítico que poseo.

jueves, 18 de enero de 2018

EL RITUAL


Tercera entrega de la serie de novelas protagonizadas por el Inspector Jack Caffery, Bristol es su ciudad.

Vuelvo a Bristol y al inspector Caffery, atormentado, solitario y brutal; una nueva compañera se perfila en el horizonte Pulga Marley, buceadora experta y mujer con pasado.
Ambos comparten un caso especial en el que pasado y presente se entrecruzan, tradiciones ancestrales y lumpen, mucho lumpen.
Me gusta!!!

Sinopsis (Ed. Siruela)
En este descarnado thriller psicológico, tercera entrega de la serie del inspector Caffery, Mo Hayder se mueve con desenvoltura entre lo sobrenatural y lo científico, con un ritmo vertiginoso que no da tregua al lector hasta la última página.
Un martes de mayo, en las turbias aguas del puerto de Bristol, la oficial Phoebe Marley, del equipo de buzos de la policía, encuentra sumergida a más de dos metros bajo el agua una mano humana. El hecho de que la extremidad no vaya unida a cuerpo alguno ya resulta perturbador de por sí; pero aún lo es más el hallazgo de la otra mano, al día siguiente y en un lugar distinto. Ambas parecen haberle sido amputadas a la víctima recientemente, y todo apunta a que se hizo mientras estaba aún con vida.
El inspector Jack Caffery, encargado del caso, llega pronto a la conclusión de que las manos pertenecen a un joven yonqui desaparecido en las últimas semanas. Mientras Caffery se centra en una línea de trabajo relacionada con la droga, Marley descubre una posible conexión con la muti, brujería tradicional africana que hace un uso ritual de miembros seccionados. Su empeño por esclarecer los hechos llevará a la pareja de investigadores hasta los más sórdidos rincones de la ciudad, donde acecha una diabólica amenaza...

El Ritual (fragmento)

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13 de mayo
Un martes de mayo, justo después de almorzar y a más de dos metros y medio de profundidad bajo el «puerto flotante» de Bristol, los dedos enguantados de la sargento Pulga Marley, del equipo de buzos de la Policía, tropezaron con una mano humana. La pilló un poco desprevenida encontrarla con tanta facilidad, así que agitó las piernas sorprendida y del fondo se levantó una nube de cieno y combustible de motores que hizo bascular el peso de su cuerpo hacia atrás y tiró de su chaleco compensador de manera que comenzó a ascender. Tuvo que doblarse hacia abajo y meter la mano izquierda bajo los tanques flotantes, soltar un poco de aire del traje a fin de estabilizarse lo suficiente como para alcanzar el fondo y tomarse su tiempo palpando el objeto.
Allí la oscuridad era absoluta, como si le hubiesen tapado la cara con barro, y no podía ver lo que tenía cogido. El buceo de ríos y puertos generalmente había que hacerlo a tientas, así que le tocaba ser paciente, dejar que la cosa fuese revelando su forma al tacto, descargar una imagen mental de aquello. La palpó con suavidad, con los ojos cerrados, contó los dedos para confirmar que era humana, a continuación se concentró en distinguir cada uno de los dígitos: primero el anular, doblado a la inversa del suyo, y gracias a eso pudo deducir cómo estaba colocada la mano, con la palma hacia arriba. Hizo cábalas a toda velocidad para imaginarse la postura del cuerpo..., probablemente de costado. Dio un tirón de prueba. En lugar de encontrarse con un peso conectado a la extremidad, la mano flotó sin ofrecer resistencia fuera del cieno. En el punto en el que debería estar la muñeca no había más que hueso pelado y cartílago.
—¿Sargento? —dijo el agente Rich Dundas a través del auricular. En medio de aquella oscuridad claustrofóbica, la voz pareció tan cercana que le hizo dar un respingo. Su compañero estaba arriba, en el muelle, haciendo el seguimiento junto al auxiliar de superficie, que iba soltando cabo y controlaba el panel de comunicaciones—. ¿Cómo va? Estás justo en el punto indicado. ¿Ves algo?

LA HABITACIÓN


"Hoy hace cinco años que nació Jack, y eso convierte este día en especial, una celebración muy esperada y deseada."
Esta novela narra una historia de encierro y soledad, de dependencia y amor, de pánico y sumisión, de manipulación e inocencia. Narra una historia en la voz de un niño de 5 años protagonista absoluto de una vida anómala junto a su madre.
Todo en La Habitación es opresivo; el lenguaje, las descripciones, el discurrir del relato, todo contribuye a crear una sensación de inseguridad y agobio sobre todo en la primera mitad de la novela, pero....., realmente no acaba de ser, en mi opinión, un relato "redondo", algo le falta y algo le sobra que no acaba de cerrar el círculo.
Hay película y quizás sea mejor....!

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
Una extraordinaria y cruda historia de amor y supervivencia.
La novela en la que se basa la película ganadora del Óscar a la mejor actriz.
«En parte libro de aventuras infantiles, en parte thriller adulto... Un libro que te romperá el corazón.»
The Irish Times
Para Jack, un niño de cinco años, la Habitación es el mundo entero, el lugar donde nació, donde come, juega y aprende. Por la noche, Mamá lo pone a dormir en el Armario, por si viene el Viejo Nick...
Para su madre, la Habitación es el cubículo donde lleva siete años encerrada. Con gran tesón e ingenio, ha creado en ese reducido espacio una vida para su hijo, y su amor por él es lo único que le permite soportar lo insoportable.
Pero la curiosidad de uno crece a la par que la desesperación de la otra. Solo queda urdir la huida, un plan más arriesgado de lo que ambos pueden llegar a imaginar.
La habitación fue finalista del Premio Booker.

La habitación (fragmento)

Regalos

Hoy tengo cinco años. Anoche cuando me fui a dormir al Armario tenía cuatro, pero al despertarme en la Cama, aún oscuro, ya había cumplido cinco, abracadabra. Antes de eso tenía tres, luego dos, luego uno y luego cero.
—Y antes, ¿tuve años de menos?
—¿Mmm? —Mamá se despereza estirando todo el cuerpo.
—En el Cielo. Si tenía menos uno, menos dos, menos tres...
—No, los números no empezaron hasta que bajaste volando a toda pastilla.
—Y entré por la Claraboya.
Estabas muy triste hasta que de repente aparecí en tu barriga.
—Tú lo has dicho
—Mamá se incorpora y se asoma un poco de la Cama para encender la Lámpara, que lo baña todo de luz, zassssssss.
Cierro los ojos justo a tiempo, y luego abro uno sólo una rendija, y después los abro los dos.
—Lloré hasta que no me quedaron lágrimas —dice—. Pasaba el tiempo tumbada, contando los segundos.
—¿Cuántos segundos? —pregunto.
—Millones y millones.
—No, pero ¿cuántos exactamente?
—Perdí la cuenta —dice Mamá.
Y entonces deseaste con todas tus fuerzas que te creciera un huevo,hasta que te pusiste gorda.
Sonríe.

miércoles, 17 de enero de 2018

UNA CASA EN BLETURGE


RESEÑA DE CLARA GLEZ. para LIBROS, 4 de Febrero de 2017.

Una casa en Bleturge – Isabel Bono
Un libro entrañable, duro y tierno a la vez. De no haber sido por una crítica de Fernando Aramburu, quizás no lo hubiese empezado. El argumento es el de una familia en que se pierde un hijo, y pensé que sería un dramón. Pero me atreví, y no me arrepiento. Porque aunque la tragedia está ahí, no se centra sobre ella, sino sobre la vida de esta familia. Sin olvidar lo que sucedió, pero con muchas más circunstancias
Tres protagonistas, Ella, El y la hija…tres personajes principales que comparten odios , amores, rencores, miedos, ternuras, dolor, manías y recuerdos .
Un libro casi poético, de capítulos muy cortos, y muy densos, que juegan con tu memoria ( al menos en mi caso). Capítulos que a veces parecen un cuadro, o un poema. Una estructura muy audaz., pero que te mantiene en vilo.
¡Muy recomendable¡

Agradecí mucho esta magnífica reseña de mi amiga Clara Glez., pero desafortunadamente no puedo emitir una opinión al respecto, ya que no fui capaz de terminar la novela...

Sinopsis (Ed. Siruela)
GANADORA DEL PREMIO DE NOVELA CAFÉ GIJÓN 2016

Un hijo muere y la vida continúa. Continuar significa seguir en pie para cuidar de otros que aún quedan en pie.
Este libro cuenta la vida de un matrimonio con hijos. Un hijo que ya no está y una hija en apariencia inmadura. El hijo que murió es el eje en torno al que gira la historia de esta familia que se desgasta. Se desgastan la complicidad y la ternura. Pero no se acaban, sin embargo, el odio soterrado ni el dolor. La hija se siente culpable desde niña y su padre se lo recuerda con cada gesto. Los padres cargan por separado con un vacío que cada cual resuelve a su modo. Él, intentando olvidar el pasado, aferrándose al presente sin futuro que le proporcionan algunas tardes de hotel. Ella, cuidando de un padre que se muere y tratando de comprender a una hija que le recuerda demasiado a su hermana; una soledad inmensa tan solo aliviada por los paréntesis que le ofrecen las visitas al hospital y el trayecto en el tren de cercanías. Es entonces cuando sueña con un lugar donde todo sucede lentamente, donde no es necesario recibir ni dar explicaciones: una casa en Bleturge.

Una casa en Bleturge (fragmento)

Una casa en Bleturge
Mientras espera en el semáforo mira las ventanas. Piensa en vidas felices detrás de cada una. Solo en vidas felices, aunque la fachada necesite otra mano de pintura. En el semáforo hay una pegatina naranja: «Una casa en Bleturge». También hay un e-mail. El semáforo cambia. Bleturge, y esa dirección en su cabeza, habitándola.
Al llegar a casa deja las llaves junto al ordenador y escribe:
Asunto:
pregunta qué es bleturge?
Enviar.
En menos de tres segundos un nuevo mensaje en su bandeja de entrada.
Respuesta automática.
Asunto: cayendo en espiral
Qué habrá por ver tan interesante tras de la niebla. La gente que vive en tierra ansía que la niebla no dure. Cuando esta se disipa pueden en el mejor de los casos ver un chopo, un caserío, una linde. Elementos arbitrarios que no consiguen justificar por sí mismos el hecho monstruoso de la visión.


EL PERIODISTA DEPORTIVO


Un poco más de 400 páginas emplea Richard Ford en relatar cuatro o cinco días en la vida de un norteamericano en busca de la mediana edad.
400 páginas y no sobra ni una; no se como he podido pasar tanto tiempo sin conocer a Frank Bascombe (teniendo en cuenta que Ford es uno de mis escritores favoritos), ese icono del pensamiento verborreico con el que podría identificarme inmediatamente a pesar de no ser hombre, norteamericana ni periodista deportiva; y es que las reflexiones de Frank intentan responder a esas preguntas que todos nos hemos hecho en algún momento de la vida, intentan paliar la inseguridad y el dolor, intentan que la vida sea como la habíamos imaginado......, todo en cuatro días y la prosa magnífica de Richard Ford uno de los mejores escritores contemporáneos que conozco.
Nunca es tarde, si la dicha es buena y a esta obra seguirán El día de la Independencia, Acción de Gracias y Francamente Frank.
Recomendable, muy recomendable!

Sinopsis (Ed. Anagrama)
El periodista deportivo es la novela que consagró internacionalmente a Richard Ford, de quien Raymond Carver escribió que era «el mejor escritor en activo de nuestro país» y el crítico francés Bernard Géniès afirmó, en una encuesta en el Le Nouvel Observateur, que «se está convirtiendo tranquilamente en el mejor escritor norteamericano».
Frank Bascombe tiene treinta y ocho años y un magnífico porvenir como escritor a sus espaldas. Hace tiempo disfrutó de un breve instante de gloria, tras la publicación de un libro de cuentos, pero luego abandonó la literatura, o fue abandonado por ella.
Ahora escribe sobre deportes y entrevista a atletas, a quienes admira porque «no tienen tiempo para dudas o la introspección». Y escribir sobre victorias y derrotas, sobre triunfadores del futuro o del ayer, le ha permitido aprender una escueta lección: «En la vida no hay temas trascendentales. Las cosas suceden y luego se acaban, y eso es todo» Lección que podría aplicarse a su fugaz fama como escritor, a su breve matrimonio o a la corta vida de su hijo mayor, Ralph, que murió a los nueve años.
¿Cuál es el drama que ha provocado el fracaso de su matrimonio? ¿Por qué Bascombe ha renunciado a la literatura? ¿Qué le anima, sino una «moral de la apatía», un vivir la vida de instante en instante, un rehuir el suicidio por los caminos de la deseada analgésica banalidad?
El periodista deportivo es un implacable testimonio de los desencantos inevitables, de la corrosión de las ambiciones, del aprendizaje de los placeres mínimos que permiten sobrevivir.

El periodista deportivo (fragmento)

1Me llamo Frank Bascombe y soy periodista deportivo. Durante los últimos catorce años he vivido aquí, en el número 19 de Hoving Road, Haddam, Nueva Jersey, en una gran casa estilo Tudor que compré cuando le vendí un libro de relatos a un productor de cine por un montón de dinero, y parecía que mi mujer y yo, así como nuestros tres hijos —dos de los cuales aún no habían nacido—, podríamos empezar a vivir mejor.
No sabría decirles exactamente en qué iba a consistir la mejoría que yo esperaba, y con esto no quiero decir que no llegase, pero desde entonces han pasado muchas cosas. Por ejemplo, ya no estoy casado con X. El hijo que teníamos cuando todo empezó ha muerto, aunque, como he dicho, hay otros dos y son unos niños maravillosos. Poco después de que viniésemos de Nueva York escribí la mitad de una novela corta. Luego la metí en un cajón y allí se ha quedado, y no pienso sacarla a menos que pase algo muy raro. Hace doce años, cuando tenía veintiséis y las cosas nada claras, el
director de una conocida revista deportiva de Nueva York me ofreció un empleo de periodista porque le gustó cómo había escrito un artículo que me encargaron. Y , para mi sorpresa y la de todo el mundo, dejé de escribir mi novela y acepté.