viernes, 29 de diciembre de 2017

EL RECIÉN LLEGADO


Tercera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Franco Bordelli, inspector de policía en Florencia (Italia) años 60.

Creo que acabaré encariñándome con Bordelli, ese comisario florentino solitario, compasivo, amigo perfecto y sabueso incansable.
Me ha gustado esta tercera novela de la serie, una serie en la que casi lo de menos son los crímenes y lo de más la Italia de los 60 con sus recuerdos de postguerra y su avance inexorable hacia la "modernidad".
En el Recién llegado se resuelven dos crímenes cuyo origen es el pasado y durante la narración Vichi nos introduce en la historia personal de cada protagonista y en la historia de Italia.
Bien narrado, ameno y quizás, sólo quizás, un poco largo.

Sinopsis (Ed. Tropismos)
Florencia, diciembre de 1965. Un hombre es hallado asesinado en su casa: el asesino le ha clavado unas tijeras en la nuca. Se sabe cuál era la profesión del muerto, una profesión tan rentable como desagradable: era un usurero, y la gente, como queriendo subrayar que no era natural de la ciudad, le llamaba "el recién llegado". De la primera inspección no emerge ningún indicio significativo. La primera pieza del rompecabezas la ofrecerá la autopsia realizada por el forense, Diotivede. El comisario Bordelli, encargado de echar luz sobre un delito que suscita en él sentimientos contrapuestos –la necesidad de hacer justicia pero también una profunda hostilidad hacia la víctima– se dispone a iniciar una investigación que se presenta, como mínimo, ardua...
Mientras tanto el agente Piras ha regresado a su casa, en Cerdeña, para pasar allí una larga convalecencia debida a una grave herida resultado de un tiroteo. Sus jornadas, marcadas por la rutina y el aburrimiento, cambian de forma inesperada el día en que se ve mezclado en un caso que se presenta también como un verdadero rompecabezas.
En su tercera cita con el comisario Bordelli,
Marco Vichi vuelve a ofrecernos un personaje vitalista, con sus costumbres y estados de ánimo y una profunda humanidad, sobre un fondo constituido por un asunto siniestro y a la vez revelador de una determinada realidad italiana.





LA CHICA DE OJOS VERDES


Este tiempo invernal que ha aparecido bruscamente es el ideal para continuar leyendo la trilogía de las chicas de campo de Edna O'Brien.
En esta segunda novela Caithleen descubre el amor, o eso le parece a ella.....y ese amor le revela todo aquello que no ha tenido, todo de lo que carece y todo lo que le sobra en la vida. Rompe con el pasado, dolorosamente, para iniciar un camino desconocido y adulto que no tiene claro a donde la llevará. Su amiga Baba aparece sólo de forma tangencial en una novela que, como la anterior, es mucho más de sentimientos y sensaciones que de acción.
Me gusta como describe O'Brien la vida de esta joven irlandesa que está tan fuera del mundo real como un marciano en Dublin. La lectura de La chica de ojos verdes produce un desasosiego tan intenso como sólo la buena literatura es capaz de hacerlo.
Recomendable!!!

Sinopsis (Ed. errata naturae)
Caithleen (luego Kate) y Baba, dos amigas irlandesas —encantadoras unas veces, contradictorias otras—, se han instalado, tras una adolescencia de paisajes rurales e internados, en una excéntrica pensión de Dublín. Bajo las luces de la gran ciudad, sus vidas giran y se agitan en torno al tumulto y la confusión de las nuevas amistades, las madrugadas fuera de casa, las aventuras y desventuras, y los amoríos insignificantes.
Baba busca diversiones despreocupadas, amores de ocasión, mientras que Kate, tan profunda, se empeña en hablar de los libros que lee con sus nuevos conocidos. Aunque, curiosamente, será esta última quien desate el escándalo entre parientes y amigos católicos cuando se enamore de Eugene, un director de cine protestante que acaba de separarse de su mujer y vive en los Montes Wicklow.
Durante un tiempo, Kate verá sus sueños cumplidos: alcanzará un sofisticado refugio idílico y literario, cosmopolita a pesar de encontrarse en medio del campo. Pero cuando su padre se entere de esa relación, hará todo lo posible por impedirla y desatará la ira de toda una peculiar comunidad —whisky mediante— contra ella y su enamorado.
Humor y amor, como en toda rima fácil, al mismo tiempo que —otra rima— dolor, el dolor de vivir cuando la alegría de la juventud se vuelve oscura, se convierte en su reverso. Es esta novela un bellísimo ejemplo de iniciación a la vida y a la feminidad. Nadie como Edna O’Brien ha escrito con tanta intensidad sobre la pasión y el valor, las tristezas y alegrías —y también la vulnerabilidad— de la juventud: sus grandes planes y sus indefinidos anhelos.
«Edna O’Brien escribe las historias más bellas. Ningún escritor o escritora puede compararse a ella, en ningún lugar».

La chica de ojos verdes (fragmento)

1Era una tarde lluviosa de octubre, y yo copiaba las cuentas de septiembre del libro de registro, un grueso tomo gris. Trabajaba en una tienda de ultramarinos en la zona norte de Dublín desde hacía dos años.
Mi jefe y su esposa eran gente de campo, igual que yo. Eran amables conmigo, pero muy exigentes también, y me habían prometido un aumento a principios del año siguiente. Nada me hacía sospechar que para entonces ya me habría ido de allí, en pos de una vida diferente.
Debido a la lluvia había pocos clientes, así que rellené apresuradamente las facturas y retomé mi lectura. Bajo el libro de contabilidad había escondido otro para poder leer sin miedo a que me pillaran.
Era un libro precioso, aunque triste. Se llamaba Suave es la noche. Me saltaba la mitad de los párrafos, ansiosa por leerlo deprisa, porque quería descubrir si el protagonista dejaría o no a la mujer. Los mejores hombres habitaban en los libros: hombres extraños, complejos, románticos; los que yo más admiraba.
No conocía a ninguno con esas cualidades, salvo el señor Gentleman, y a él llevaba dos años sin verlo. Ya no era más que una sombra, y lo recordaba igual que una recuerda un vestido bonito que se le ha quedado pequeño.

CHICAS FELIZMENTE CASADAS



Cierro la trilogía de "las chicas de campo" con la más amarga de las tres obras, su primera frase anuncia claramente lo que vendrá y llega con toda la ironía, amargura, clarividencia, contundencia y sutileza de una pluma privilegiada y femenina.
Chicas felizmente casadas destila sarcasmo desde el titulo hasta la última frase y destila, también, una profunda tristeza por las oportunidades pérdidas,... los sueños rotos la injusticia y el dolor.
Chicas felizmente casadas es una crítica feroz a la sociedad de la época y sus instituciones; es un anuncio de lo que vendrá y un recordatorio de que la vida nunca ha sido fácil para las mujeres y nunca lo será.
Así comienza la novela con palabras de Baba, narradora de la misma:
"Hace poco nos lamentábamos Kate Brady y yo, mientras tomábamos unos tristes gin fizz en un bar del centro de Londres, de que nada nunca iría a mejor en nuestras vidas, de que moriríamos en el mismo estado en que nos encontrábamos: bien alimentadas, casadas, insatisfechas." Pág. 9. No digo más!!!!

Sinopsis (Ed. errata naturae)
A mitad de los años cincuenta del siglo pasado, Kate y Baba, dos amigas tan distintas como complementarias, vivieron su infancia en los bellos paisajes rurales de la Irlanda profunda, rodeadas de un sinfín de personajes, algunos entrañables y otros maravillosamente detestables. Tras pasar por un internado y dejar atrás a sus singulares familias, se instalaron en Dublín y se abalanzaron sobre el amor en todas sus formas conocidas, no todas «convenientes», desde luego, y no siempre con fortuna… Pero han pasado los años, e Irlanda y los años de juventud quedan lejos. Ambas, casadas finalmente, viven en Londres: Kate, ya madre, con su gran amor de Dublín; Baba, con un ostentoso constructor (sí, un nuevo rico) que le ofrece la vida de comodidades y lujos a la que siempre aspiró. Dos mujeres aún jóvenes e impetuosas, dos hombres definitivamente maduros. Una nueva ciudad y unas vidas nuevas. La maternidad y la madurez al fin… Y, sin embargo, tantas inseguridades todavía. Kate y Baba parecen hablarnos desde nuestro propio presente: cómo viven, cómo aman, cómo temen. La vida se repite, y no acalla sus preguntas, esas que regresan una y otra vez, esas que no encuentran casi nunca respuesta. Nos salva, en ocasiones, la mano amiga, la persona que mejor nos conoce, la que puede hablarnos con toda sinceridad. Esta novela corrosiva y llena de vida no sólo trata sobre matrimonios felices (más bien lo contrario), sino también sobre el poder de la amistad a través del tiempo y de las miserias, de todo tipo, que muchas mujeres han tenido que soportar durante siglos… Así, la voz de Cate, que nos habla siempre desde un tono grave y por ello al tiempo algo ingenuo, se alterna con la de Baba, que con su desenvoltura y sarcasmo nos hace reír… y también pensar. Ambas nos guían a través de los pequeños y grandes momentos de la existencia hasta un maravilloso epílogo, tan real, según los tópicos, como la vida misma.

Chicas felizmente casadas (fragmento)

Hace poco nos lamentábamos Kate Brady y yo, mientras tomábamos unos tristes gin fizz en un bar del centro de Londres, de que nada nunca iría a mejor en nuestras vidas, de que moriríamos en el mismo estado en que nos encontrábamos: bien alimentadas, casadas, insatisfechas.
Siempre hemos sido amigas; de niñas, en Irlanda, dormíamos juntas y yo solía empujarla para que se cayera de la cama con la esperanza de que se partiera la crisma. Me caía muy bien y todo eso (por supuesto, le tenía unos celos mortales), pero era demasiado tranquilona, demasiado buenaza; ya sabéis, esa bondad inútil que consiste en preguntarle a la gente cómo está y qué tal sus padres. En la escuela me escribía las redacciones, y en el internado nos mantuvimos muy unidas porque las otras ochenta niñas eran aún más ñoñas que ella, que ya es decir. Cuando nos largamos del internado fuimos a parar a un cuchitril de mala muerte forrado de linóleo, en Dublín, y luego recalamos en otro tugurio aquí en Londres, donde, en un periodo de año y medio, nos invitaron a tres cenas como Dios manda a cada una, lo cual se tradujo en seis cenas por cabeza, porque habíamos acordado que cada vez que a una la invitaran a salir debía traer comida para la Cenicienta. La de bolsos que estropeé por culpa de esa norma…
No llevábamos ni un año aquí cuando Kate se reencontró con Eugene Gaillard, un cascarrabias a quien había conocido en Irlanda. Retomaron las relaciones, se enamoraron —o eso decían ellos— y no tardaron en airearlo a los cuatro vientos. La boda se celebró en la sacristía de una iglesia católica. Tuvo que ser así; no podrían haberse casado en el altar porque él estaba divorciado y ella iba preñada hasta la boca. Yo fui dama de honor: me puse un pañuelito rosa de gasa y un sombrero con velo que me costearon ellos. Parecía yo la novia. Kate llevaba un vestido premamá de rayas, muy holgado, y tenía un aspecto más aniñado que nunca. Es de esas mujeres que siempre tendrá cara de no haber roto un plato, aunque tuviese a su madre encerrada en un armario. El cura no le miró la tripa ni una sola vez.

MATAR A OTRO PERRO


Es fabuloso descubrir a un escritor, fabuloso y reconfortante recuperar las palabras de un olvidado.

Marek Hłasko,  polaco de postguerra, coetáneo de Wislawa Szymborska, amigo de Polanski, outsider de la literatura, muerto a los 35 años tras una vida turbulenta llena de literatura y desastres.
Matar a otro perro, rescatada del olvido por la editorial Malpaso, es una novela picaresca de la postguerra europea, es la historia de dos timadores que actúan en Israel y cuyo único objetivo es conseguir dinero de americanas solitarias en viaje turístico.
Matar a otro perro encierra en su titulo toda la esencia de sus 200 páginas, es la metáfora de otro timo, otro golpe de suerte, una vez más.... para sobrevivir. Tiene un toque de amargura y humor negro, pinceladas de novela negra y sentimientos, muchos sentimientos pero ni una pizca de sentimentalismo.
Me ha gustado mucho y, sin duda, leeré de nuevo a este autor prematuramente desaparecido y en cuya tumba en Polonia puede leerse una frase que resume su vida y su obra:
"Su vida fue corta y todo el mundo le dio la espalda".

Sinopsis (Ed. Malpaso)
Esta novela tiene todos los ingredientes para convertirse en un libro de culto.
Híbrido de novela negra, sátira y fábula existencial, Matar a otro perro es la crónica de una estafa perpetrada por dos timadores emigrados a Israel cuya especialidad es desplumar a turistas adineradas. Los pocos días que dedican a planear y ejecutar uno de sus golpes, condensados en una vertiginosa sucesión de diálogos, le bastan a Marek Hłasko para articular un relato magistral y perfilar a dos personajes memorables: Jakub, galán en horas bajas con un pasado traumático y más escrúpulos de los aconsejables; y Robert, el cerebro de la farsa, teórico teatral de café y gran enamorado de Shakespeare, para quien, además de sacar un buen mordisco, lo fundamental es ofrecer una representación digna de su «público femenino».

Matar a otro perro (fragmento)

Desde Haifa había más de dos horas de viaje y, casi a medio camino, nos dimos cuenta de que aquel individuo estaba muy mal. El taxista dijo que ya faltaba poco para Tel Aviv, mientras conducía su vieja carraca a toda pastilla, haciendo chirriar los neumáticos en las curvas. Nos sentíamos un poco como actores de una película de gánsteres. En un momento dado, incluso intentó pararnos un policía; levantó la mano, pero el taxista no se detuvo. Por el retrovisor vimos que el policía iba a buscar la Harley, que tenía aparcada a la sombra, pero al final desistió; hacía demasiado calor. Se quitó el casco y se quedó allí, plantado en el centro de la carretera, enjugándose con la mano el sudor de la cara.
—¿Cómo está? —preguntó el taxista sin volver la cabeza.
—En las últimas—dijo Robert; se volvió hacia mí—. Silencio y oscuridad no le van a faltar ahora. A ver si se vuelve a sentir decepcionado.
—¿Lo conocíais?—preguntó el taxista. 
—No—dije.

LA SUSTANCIA INTERIOR


20 años han transcurrido desde la primera vez que se publicó esta novela y tras reescribirla, casi página a página, según sus propias palabras; Lorenzo Silva nos "obsequia" una reedición de aniversario.
Me resulta bastante difícil describir esta novela que transcurre en un lugar no identificado y en una época que el lector ignora (sinceramente creo que el autor también).
Comienza la historia con ...la llegada de un tallista extranjero cuya misión será construir la sillería del coro de una catedral y.....a partir de ahí se produce un desmadre de situaciones absurdas combinadas con filosofía barata y falsa erudición que van provocando un "cabreo in crescendo", en el lector, que hace muy cuesta arriba terminar las 500 páginas de la novela. Sólo la aspiración de saber como termina semejante despropósito es capaz de paliar el hastío que provoca.
Páginas y más páginas de diálogos ridículos, personajes necios y situaciones grotescas confluyen hacia un final a la altura de lo anterior ¿quizás debiera decir bajura?.
Ni siquiera reconozco la prosa ligera y elegante de Lorenzo Silva que parece poseído por un espíritu pretencioso y vulgar.
Decepcionante.

Sinopsis (Ed. Destino)
En un país indeterminado, en una época tampoco especificada, un extranjero llega a una catedral en construcción para tallar la sillería del coro. Allí, entre andamios, herramientas, albañiles y capataces, descubre una compleja organización gobernada por oscuros personajes que convierten la complicada tarea de erigir el templo en un instrumento para otros fines. Poco a poco, el extranjero se va adentrando en los desconcertantes entresijos de una intriga que desembocará en un final sorprendente. A medida que se desarrolla la trama, descubrimos un mosaico de caracteres fascinantes, y asistimos a una conmovedora historia de amor.

Novela de intriga y de ideas a un tiempo,
La sustancia interior es una obra que se desarrolla a varios niveles y permite diversas lecturas,

Una historia de una rara profundidad que desvela una faceta poco conocida del creador de los investigadores Bevilacqua y Chamorro.

La sustancia interior (fragmento)
"Aquella noche, aunque tenía cansados los músculos y el cerebro, Bálder tardó en dormirse. Había podido asearse y cenar en calma, y no había tenido que enfrentar ninguna visita imprevista como la de la noche anterior. También había repasado sus dibujos. Pero cuando creía haber alcanzado el estado desde el que podría pasar sin mayores trámites al sueño, se encontró dando vueltas entre las sábanas. Oía a Aulo y veía la cara de Pólux, Níccolo era Horacio y Horacio un hombrecillo que se enredaba infinitamente en una red que en realidad eran los brazos de Bálder y le apresaban a él mismo. Hubo de soportar con resignación la mezcla aleatoria de imágenes que forma el paisaje implacable del insomne, sin poder detener el curso desbocado de sus pensamientos, midiendo con exasperación el tiempo hasta que ya no le quedaron fuerzas para tanto.
Despertó destruido, sin saber si había dormido una hora o tres. Durante todo el día siguiente compareció en su propia vida como un sonámbulo. Le hicieron la merced de no perturbarle demasiado o fue él mismo quien se hizo la merced de no enterarse. Mantuvo a Níccolo ocupado en la supervisión del entoldado y él se redujo a perfilar o hacer que perfilaba sus bosquejos, obstinándose en refutar mentalmente, con cierto éxito, la presencia indeseable de Pólux a su espalda.
Comió otra vez con Aulo, aunque apenas cruzaron cuatro palabras entre el primer plato y el segundo. Por la tarde lloviznó durante una media hora, sin que el capataz estimara oportuno interrumpir los trabajos. Al atardecer, mientras la campana decretaba el final del día, Aulo le mostró con satisfacción la nave de lona concluida. El coro adquiría, bajo la lona pardusca, un recogimiento que lo alejaba tanto de la ambición vertical de las torres como del descuido del resto de la obra. Bálder contempló con adormilado optimismo su reino. "

ELEGIDAS


Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Fredrika Bergman, analista criminal de la policía sueca en Estocolmo.

Comienzo una nueva serie policíaca que llega, como no, desde Suecia; protagonizada por la "aspirante" a policía Fredrika Bergman y sus compañeros de brigada especial en Estocolmo.
Este primer libro de la serie es, como suele ser habitual, de presentación de los personajes; con un "misterio" bastante previsible para los que hemos leído miles de negras-nórdicas (además de otras negras).
La novela es entretenida y de fácil lectura pero tiene fallos muy sutiles que si no se solucionan harán que mi interés por la autora desaparezca.
¿Qué fallos?, pues los personajes son bastante planos a excepción de la protagonista que tiene un mayor recorrido, sus compañeros de la comisaría responden al estereotipo terco-celoso-machista y jefe-sobrado-misógino lo que les resta interés y hace más increíble su reconversión repentina a escasas páginas del final.
El caso investigado se resuelve por casualidad y se ahonda poco en el perfil criminal y de investigación; hacia la mitad del libro todo está claro, sólo falta el nombre del asesino que es prescindible.....todo ello "trufado" de la crítica habitual a la "sociedad nórdica del bienestar" y sus servicios sociales que, a tenor de lo que leemos, son una fábrica inagotable de psicópatas y delincuentes sexualidad.
En fin, he pasado un rato entretenido sin más con esta novela y aguardo nuevas "entregas" para emitir un veredicto definitivo.

Sinopsis (Ed. Espasa)
¿Estás segura de que nadie conoce tu pasado? Ten cuidado, puedes ser la elegida En una lluviosa tarde de verano, cerca de Estocolmo, una niña es secuestrada en un tren. Y nadie ha visto nada. Las primeras sospechas recaen en el padre de la niña, separado de la madre y con un sórdido historial. Pero Fredrika Bergman, analista criminal de la policía y su equipo encargado del caso, pronto descubren que es mucho más que una disputa familiar.

jueves, 28 de diciembre de 2017

AZUL MARINO


Tercera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Ana Martí Noguer, periodista en Barcelona (España), años 50.

¿Novela negra?, olvídate de la que llega del frío norte y lee a Rosa Ribas y Sabine Hofmann, están más cerca y escriben de maravilla.
Nada más negro que la España de los 50, Barcelona oscura y lluviosa, sin libertad, sin horizontes, con la opresiva sombra del franquismo sobrevolando las vidas que pasan sin pena ni gloria, la iglesia y su caridad subvencionada, los ricos y su caridad altiva, los p...obres y la resignación sin fin. En este escenario la Sexta Flota llega a puerto y todas las pasiones se desatan.
Un inspector de policía que cree en el orden establecido y una joven reportera que se siente asfixiada por el régimen, colaboran para resolver un crimen sin saber que su investigación les llevará por los oscuros caminos de los más bajos instintos del ser humano.
Con esta novela se cierra la trilogía que las escritoras dedican a la España de los 50 y estoy segura de que echaré de menos a sus protagonistas.
Muy recomendable¡¡¡¡

Sinopsis (Ed. Siruela)
Azul marino, última novela de la serie policiaca de Rosa Ribas y Sabine Hofmann, cierra magistralmente la trilogía protagonizada por la joven periodista Ana Martí.

Barcelona, 1959. Mientras la Sexta Flota norteamericana permanece fondeada en el puerto, alterando la rutina de una ciudad en plena dictadura, un marinero estadounidense es asesinado en un antro del Barrio Chino en lo que a primera vista no parece más que una simple reyerta arrabalera.
Pero una vez más, la indudable perspicacia e incansable curiosidad de la periodista Ana Martí serán fundamentales a la hora de esclarecer el suceso. Ya sea ejerciendo como intérprete del inspector Isidro Castro —viejo conocido con el que ya colaboró anteriormente— en su forzoso entendimiento con la Policía Militar de la Marina americana o bien desarrollando sus propias investigaciones para El Caso y Mujer Actual, nuestra intrépida protagonista irá desenmarañando una historia plagada de medias verdades e intereses diversos: los de quienes buscan un culpable español y los de aquellos que preferirían que el asesino fuera un extranjero. Además, una serie de tramas interconectadas, que van desde la prostitución y el contrabando de los bajos fondos hasta la degradación moral de las altas esferas de la burguesía, vendrán a complicar las cosas en este extraordinario fresco de una ciudad y un tiempo recreados con tal maestría que permanecerán para siempre en el imaginario de todos los lectores.

Azul Marino (fragmento)

1—Hay que joderse.
Un exabrupto no sería la mejor manera de empezar el día, pero en los últimos tiempos era tan habitual para el inspector de primera Isidro Castro como el café cargado que tomaba antes de salir de casa o el saludo mudo a los dos policías que flanqueaban la entrada del edificio de la Jefatura de Policía.
Ese lunes necesitó repetirlo al volver a su despacho. Abrió la ventana. El tráfico en la Vía Layetana llenó la pequeña estancia de ruidos de motores y voces. Isidro contempló los vehículos y a las personas que subían y bajaban la calle. El azul incierto de la mañana había cedido al contundente gris de las nubes que cubrían el cielo. Isidro las miró con suficiencia. Es que ni llover sabía allí. Tantos años y aún no había visto una lluvia como las de Galicia. Eso era llover y no lo que ofrecía Barcelona, o trombas de agua o un goteo feo, indeciso; pusilánime, como la gente que habitaba una ciudad a la que se negaba a querer por más que sus dos hijos hubieran nacido en ella. Encendió otro cigarrillo y lanzó una densa humareda a la calle, como si quisiera perderla de vista. A pesar de que a su mujer le disgustaba el aliento a tabaco, volvía a fumar desde hacía varios meses. Tampoco es que se besaran mucho, a decir verdad.
—Hay que joderse.