domingo, 3 de diciembre de 2017

SÓLO UN MUERTO MÁS


Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Sancho Bordaberri, librero, escritor aficionado y detective amateur.

La postguerra en Getxo y un lector "impenitente" de novela negra norteamericana, componen el universo de Sólo un muerto más.
Una historia detectivesca dentro de la intrahistoria de Sancho Bordaberri, librero y aspirante a escritor. Es una novela peculiar con toques de política, humor y amor; la prosa fluida de Ramiro Pinilla la hace muy especial y recomendable. He descubierto a este escritor gracias a mi amigo Ricardo Cortat y no dejaré de leerle.
Os lo recomiendo¡¡¡

Sinopsis (Ed. Tusquets)
Con los baúles cargados de libros que le entrega un familiar, el joven Sancho Bordaberri decide abrir, en plena posguerra, una modesta librería de lance en Getxo. Cuenta enseguida con la complicidad de Klodobike, una mujer entusiasta y vehemente. En el fondo, lo que quiere Sancho es ser escritor de novelas policiacas, pero nunca logra igualar a sus admirados Hammett o Chandler y las editoriales le devuelven todas sus historias. Hasta que un día descubre, con el enésimo manuscrito rechazado en las manos, que el único asesinato que ocurrió en Getxo, antes de la Guerra, está todavía sin resolver y que contar un caso real puede ser de gran ayuda para alguien sin imaginación. Sancho se convierte entonces en detective privado para aclarar quién quiso matar a los gemelos Altube encadenándolos en una roca para que la marea los ahogara. Durante sus pesquisas y entrevistas con los sospechosos, descubrirá que está escribiendo una novela real, con un estilo nuevo, en la que él es a la vez el narrador y el protagonista, un detective que a partir de ahora se llamará Samuel Esparta en homenaje a Sam Spade.

Sólo un muerto más (fragmento)

1
Un viejo caso para un nuevo SamuelMis suelas se arrastran por la playa camino de la mar. Mis manos sostienen con desprecio el pequeño paquete que acabo de recoger en Correos de Algorta con el original de mi última y definitiva novela devuelta por la editorial de turno; ha sufrido el mismo destino que las quince precedentes. Ha sido mi última tentativa. ¿Acaso no es suficiente? Estoy seguro de que he rebasado la luz roja que alerta de la incapacidad de un escritor.
Lo único que desentona en la serenidad del escenario es la velocidad de mi sangre. Lo que no me impide echar la mirada a derecha e izquierda buscando una buena piedra que sepulte el paquete en el destino que se merece. Así concluirá para siempre mi obsesiva búsqueda de esa particular novela negra iluminada por fulgores como «whisky and soda», «alguien tiene que quedarse aquí para contar los muertos», «le pegué en la barbilla apoyando el puñetazo en mis ciento noventa libras de peso», «el muerto era un muchacho delgado, bien parecido hasta hacía poco»… ¡Todo un estilo! ¿Qué soy yo al lado de los Hammett, Chandler, Cain, Himes, Ambler y todo ese Olimpo? Ni me respondo. Los persigo desde hace años, los leo hacia delante y hacia atrás, duermo repitiéndome en sueños sus expresiones implacables, tergiverso mis días para vivir en su mundo… Vanos intentos de gozar de algún contagio. Si no me han salido del todo mal estas últimas líneas se debe a la cercanía de los grandes nombres. No es la primera vez que ocurre, y a punto he estado de bautizar como Chandler o Cain a algún personaje mío para encontrármelo en las páginas y beneficiarme de la magia de su sonido. Nunca lo hice, por un último vestigio de honestidad.

CATÁRSIS


Tercera entrega de Los rostros de Victoria Bergman protagonizada por la inspectora de policía Kihlberg y la terapeuta Zetterlund.

Termino, por fin, esta trilogía escrita a cuatro manos y titulada Los rostros de Victoria Bergman.....
¿Y?, pues nada nuevo bajo el sol, gore puro y duro y una forma "tramposa" de resolver todos los berenjenales en los que los autores se metieron en los volúmenes anteriores.
Decía PD James, maestra del género, que para una buena policíaca hay que seguir algunas reglas, yo recomendaría a los autores de esta trilogía que se leyesen su libro, o por lo menos alguno de los consejos que se vierten en este artículo:
http://www.eldiario.es/cultura/libros/Lecciones-escribir-novela-PD-James_0_328968029.html

Sinopsis (Ed. Reservoir Books)
¿Cómo una víctima se convierte en monstruo? Un viaje a las profundidades de la psique humana. El desenlace final de «Los rostros de Victoria Bergman», la trilogía que arrasa en toda Europa.
Un automóvil calcinado. En su interior, los cuerpos de dos mujeres. Se trata de los cadáveres de las principales sospechosas de un viejo crimen perpetuado en la escuela donde la enigmática Victoria Bergman pasó parte de su infancia.
Nada es lo que parece.
Por su parte, Victoria Bergman sigue trabajando su trauman infantil y, a medida que su salud mental mejora, la terapeuta Sofia Zetterlund trata de ayudar a la inspectora Kihlberg en la búsqueda de los culpables de herir a Victoria de por vida.
Catarsis es el tercer volumen de la trilogía «Los rostros de Victoria Bergman»: un viaje a las profundidades de la psique humana. Un thriller que apunta al corazón del género negro.

Catarsis (fragmento)

Dinamarca, 1994

No creas que el verano llegará
sin que alguien empuje
y lo vuelva estival,
pues solo vendrán las flores.
Soy quien hace florecer las flores,
el que hace verdear los prados,
y ya ha llegado el verano,
pues acabo de retirar la nieve.
No había nadie en la playa, aparte de ellos y de las gaviotas.
Se había acostumbrado a los graznidos de los pájaros y al ruido del mar, pero el restallar del paraviento de lona de plástico azul irritaba a Madeleine. Le impedía dormir.
Se tostaba al sol tumbada boca abajo. Había doblado la toalla para que le cubriera la cabeza, dejando una abertura lateral para poder ver lo que pasaba.
Diez muñequitos de Lego.
Y la niñita de Karl y Annette que jugaba, despreocupada, en la orilla.
Todos desnudos aparte del criador de cerdos, pues decía que padecía un eccema y no soportaba el sol. Estaba junto al agua y vigilaba a la chiquilla. Su perro también estaba allí, un gran rottweiler del que ella siempre había recelado. Ni siquiera los otros perros se fiaban de él. Estaban atados a una estaca de madera clavada en la arena un poco más lejos.
Se chupó el diente. Parecía que no iba a dejar de sangrar nunca, sin llegar tampoco a caerse.
Como de costumbre, el que se encontraba más cerca de ella era su padre adoptivo. Estaba moreno y tenía el cuerpo cubierto de un vello claro. De vez en cuando le pasaba la mano por la espalda para untarla de crema solar. En dos ocasiones le había pedido que se volviera, pero ella había fingido dormir.
Al lado de él, esa mujer que se llamaba Regina y que solo hablaba del niño que le daba patadas pidiendo salir. Seguramente no sería una niña, puesto que tenía un vientre enorme mientras que el resto de su cuerpo no había engordado demasiado, y eso, según ella, era una señal evidente de que se trataba de un varón.
Se llamaría Jonathan, que en hebreo significa «don de Dios».

DIARIO DE UN AMA DE CASA DESQUICIADA


Elegí esta novela por la editorial, que me encanta, por la autora, de la que no había leído nada hasta ahora, y porqué no decirlo por "desengrasar" un poco de tanta novela negra como me he "tragado" últimamente; y no podría haber elegido mejor, Diario de un ama de casa desquiciada es el diario de Tina Balser un ama de casa americana de los 60, que cuenta con humor y dolor el devenir de sus días en Manhattan, casada con un trepa y con dos hijitas "superpijas", vuelca sus pensamientos en unos cuadernos para no enloquecer más de lo que ya lo ha hecho.
A ratos hilarante, a ratos triste y a ratos, cabreante....me lo he pasado muy bien.

Sinopsis (Ed. Libros del Asteroide)
Tina Balser es una sofisticada ama de casa que vive en Manhattan y parece tener todo cuanto podría desear: dinero, dos preciosas hijas y un marido que es un abogado de éxito. Cuando sus miedos y neurosis comienzan a atenazarla, Tina estrena un diario en el que, con sus agudas e hilarantes anotaciones sobre sí misma y su entorno, intenta arrojar un poco de luz en su aburrida vida y dar con las causas de su insatisfacción. A través de las páginas de su diario iremos descubriendo a la universitaria que intentó ser pintora pero que abandonó su carrera por una vida más convencional, al estirado marido en el que se ha convertido el hombre con el que se casó y los distintos remedios con los que intenta superar sus problemas.
Esta obra fue publicada originalmente en 1967 y está considerada como una de las novelas fundacionales y más representativas de la nueva conciencia femenina surgida a mediados del siglo pasado en Estados Unidos. Diario de un ama de casa desquiciada es un divertido e inteligente relato sobre el sentimiento de angustia al que todos nos enfrentamos alguna vez en nuestra vida.

Diario de un ama de casa desquiciada (fragmento)

Viernes, 22 de septiembre
Son las nueve y cuarto de esta calurosa mañana de septiembre, más calurosa que cualquiera de los días de verano que hemos tenido. Todas las ventanas están abiertas y el hollín flota en el aire y se deposita por todas partes, como si fuese lluvia radioactiva. Más allá de la puerta de este dormitorio, que acabo de cerrar con llave, el apartamento está vacío y desagradablemente tranquilo. Las niñas han vuelto al colegio hoy, un viernes, para lo que llaman la jornada de reorientación. Acabo de llegar a casa, he ido a despedirlas al autobús del colegio y a pasear a Folly por Central Park West. Me ha llevado una eternidad, porque Folly odia las alcantarillas y a mí me da miedo entrar en el parque. Hoy había jurado que me forzaría a hacerlo, he llegado hasta la entrada y entonces he visto a un hombre en medio del camino, de pie, sonriendo a los árboles con cara de chiflado. Era un hombre muy viejo con el pelo blanco, seguramente no era más que un pobre padre jubilado, o un ornitólogo senil esperando ver, por casualidad, un pinzón púrpura..., pero no podía arriesgarme. Yo no. Ahora no.

Así que nos hemos dirigido a las sucias alcantarillas con páginas rotas del Daily News. En cuanto he llegado a casa, he cerrado esta puerta con llave... No me gusta este silencio. He abierto el cajón de en medio y sacado la libreta de debajo de un montón de combinaciones de nailon. Es una estupenda libreta, gruesa, de cientotreinta y dos páginas. Al deslizarse por la primera página, tan nueva y tan blanca, mi mano deja unas marcas de humedad, hinchadas y arrugadas, que hacen que la tinta se corra cuando intento escribir encima. Compré la libreta ayer, en la tienda de todo a cinco centavos. Llevé a las niñas allí como premio por haberse portado tan bien mientras comprábamos su ropa interior y sus nuevos pijamas de invierno en Bloomingdale’s. El premio era un helado y cinco dólares de material escolar. Sólo era un juego, ya que el colegio Bartlett les proporciona todo el material que necesitan. Pero se lo había prometido y eso era lo que querían, así que cada una cogió una cesta y empezó a llenarla de cosas: pequeñas libretas con espiral, estuches de lápices, gomas de borrar de color rosa, cajas de clips, reglas de plástico, plumillas, rotuladores y tubos de pegamento. Mientras buscaban y elegían, yo me quedé a su lado mirando, deseando que el tic de mi ojo derecho se detuviese y rezando para que el nudo de mi garganta no empeorase, y entonces me fijé en el montón de libretas y se me ocurrió la idea. Así de sencillo. Las vi y supe que eran lo que necesitaba, lo que había estado buscando todo este tiempo, sin saber que las necesitaba ni que estuviera buscándolas. No sé si me explico. También supe que era una buena idea, sensata, porque mientras estaba allí de pie, mirando las libretas, el tic del ojo se detuvo de repente y el nudo de la garganta desapareció. Una señal. Así pues, cogí cuatro libretas y me las puse debajo del brazo.

TRAUMA


Segunda entrega de la Trilogía Los rostros de Victoria Bergman, protagonizada por la detective de la policía Kihlberg y la terapeuta Zetterlund.

Segunda entrega de los Rostros de Victoria Bergman, y un poco más de lo mismo, muchos abusos, mucha psicología, mucha policía torpe y triste......y un final abrupto para "convencer" de la lectura de la tercera entrega. Eso sí, entretenida y un poco repugnante.
Leeré la tercera¡¡¡

Sinopsis (Ed. Reservoir Books)
Trauma es el segundo volumen de la trilogía Los rostros de Victoria Bergman: un viaje a las profundidades de la psique humana.
La detective Jeanette Kihlberg está haciendo terribles esfuerzos para resolver los casos de asesinato de unos jóvenes inmigrantes. Sin embargo, la investigación es interrumpida cuando un exitoso hombre de negocios aparece brutalmente asesinado -a modo de ritual- en el centro de Estocolmo. Todo parece indicar que es un acto de venganza, pero ¿Cuál es el sentido de esta venganza? La psicoterapeuta Sofia Zetterlund es arrastrada a enfrentarse al perfil del asesino.
Paralelamente, hay un caso muy complejo que también mantiene ocupada a Jeanette: la desaparición de la misteriosa Victoria Bergman, una mujer con un pasado muy turbio. La investigación la llevará a una exclusiva escuela en Sigtuna y también a Dinamarca, donde parece residir parte del misterio.

Trauma (fragmento)

Caída libre

La pesadilla viste un abrigo azul cobalto, un poco más oscuro que el cielo del anochecer sobre Djurgården y la bahía de Ladugårdsviken. Es rubia, de ojos azules, y lleva un bolso al hombro. Los zapatos rojos demasiado pequeños le hieren los talones, pero está acostumbrada a ello. Las llagas ya forman parte de su personalidad y el dolor la mantiene despierta.
Sabe que el perdón bastaría para liberarlos, a ella y a los perdonados. Durante años ha tratado de olvidar, siempre en vano.
No alcanza a verlo, pero su venganza es una reacción en cadena.
Una bola de nieve se puso en movimiento hace ya un cuarto de una vida en un cobertizo para guardar las herramientas del internado de Sigtuna y la arrastró con ella rodando hacia lo inevitable.
Cabe preguntarse qué saben hoy acerca del rodar de esa bola de nieve quienes en su día la tuvieron en sus manos. Probablemente nada. Sin duda han pasado página, simplemente. Han olvidado el acontecimiento como si se hubiera tratado solo de un juego inocente que empezó y acabó allí, en aquel cobertizo de las herramientas.



IRÈNE


Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Camille Verhoeven, comandante de la Brigada Criminal de la Policía de París.

Otra vez, y ya son innumerables, una editorial española "empieza la casa por el tejado" y publica la segunda novela de una serie policíaca antes que la primera......y no es baladí el tema porque seguramente tod@s l@s que hemos leído Alex, hubiésemos "disfrutado" más del universo de Camille Verhoeven si se nos hubiese dado la oportunidad de comenzar por el principio, dicho esto, nada puede igualars...e al placer de disfrutar de una novela negra magnífica, con todos los ingredientes que debe tener el "noir" puro y duro.
Irene, titulada originalmente Travail Soigné, es una gran novela de género negro-policíaco, es una novela para "connaisseur" del género negro, las claves se disfrutan más si un@ ha leído mucha novela negra; pero tiene la gran virtud de ser también una gran novela para "principiantes" que puede ayudar a elaborar un catálogo de lecturas magníficas de un género que, durante siglos, fue injustamente marginado y considerado de segunda...
Irene es, sobre todo, una novela redonda, absorbente, dura, tierna y en la que el lector no tiene descanso, quiere leer y leer hasta descubrir todas las claves que Lemaitre nos ofrece, sin prisa pero sin pausa. No voy a decir que sea la mejor novela del autor que he leído, porque sería injusta con su gran Nos vemos allá arriba, pero puedo decir y digo, que es una gran novela.
Si tenéis la suerte de no haber leído, todavía, Alex dejadla para más tarde y empezad por Irene, lo agradeceréis¡¡
Pero empecéis por la que empecéis, leed a Lemaitre¡¡

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
El comandante Camille Verhoeven vive la vida perfecta: está casado con la maravillosa Irène, con la que espera su primer hijo. Pero su felicidad se resquebraja tras un asesinato inusualmente salvaje. Desde que la noticia se hace pública, la prensa lo acecha y cada uno de sus movimientos se convierte en noticia de portada.
Verhoeven descubre que el asesino ha matado antes. Cada uno de sus crímenes parece rendir homenaje a una novela negra clásica, por lo que los periodistas se apresuran a darle un sobrenombre: «El Novelista». Quienes pueden ayudar a encontrarlo se suman a la lista de sospechosos: un librero y un profesor universitario expertos en novela negra. La investigación se convierte así en un duelo intelectual, y en una aterradora carrera contra el reloj.
No volverás a leer del mismo modo una novela negra...
Irène ha sido galardonada con el Premio Literario San Clemente Rosalía Abanca.

Irène (fragmento)

Lunes, 7 de abril de 2003
1.
—Alice… —dijo mirando lo que cualquiera, excepto él, habría considerado una chica.
Había pronunciado su nombre para ganarse su complicidad, pero no había conseguido que aquello surtiera el menor efecto. Bajó la mirada hacia las notas a vuela pluma que había tomado Armand durante el primer interrogatorio: Alice Vandenbosch, veinticuatro años. Intentó imaginar qué aspecto podría tener normalmente una Alice Vandenbosch de veinticuatro años. Debía de ser una chica joven, con el rostro alargado, el cabello castaño claro y una mirada firme. Levantó la vista y lo que observó le resultó del todo improbable. Esa chica no se parecía a sí misma: el pelo, antaño rubio, pegado al cráneo y con largas raíces oscuras, una palidez enfermiza, un gran hematoma violáceo en el pómulo izquierdo, un hilillo de sangre seca en la comisura del labio… y, en cuanto a los ojos, aterrados y huidizos. Ningún signo de humanidad, salvo el miedo, un miedo terrible que hacía que todavía temblara, como si hubiese salido sin abrigo un día de nevada. Sostenía el vasito de café con las dos manos, como la superviviente de un naufragio.
Normalmente, la simple aparición de Camille Verhoeven perturbaba incluso a los más impasibles. Pero con Alice, nada. Alice permanecía encerrada en sí misma, temblorosa.
Eran las ocho y media de la mañana.

LA JUSTICIA DE SELB


Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Gerhard Selb, detective privado de casi 70 años que vive en Mannheim, Alemania.

Lo primero que me atrajo de esta novela fue el nombre de uno de sus autores, Bernhard Schlink, autor de títulos tan magníficos como El lector, El regreso y El fin de semana. Es verdad que al estar escrita al alimón con otro escritor ya me imaginé que no sería del mismo estilo que las antes mencionadas (y leídas con gran placer) y......efectivamente, no tiene nada que ver con las anteriores, salvo el escenario, Alemania.
Ha sido una grata sorpresa encontrarme con un detective "a la antigua usanza", Gerhard Selb, es un sesentón detective privado, solitario y conquistador, que abomina de su pasado nacionalsocialista y resuelve casos a fuerza de inteligencia.
Me ha gustado¡¡

Sinopsis (Ed. Anagrama)
Un grupo industrial farmacéutico ha encargado al detective privado Gerhard Selb, de 68 años, que busque a un pirata informático. Durante la resolución del caso deberá enfrentarse a su propio pasado como fiscal nazi, y encontrar una solución particular para esclarecer dos asesinatos cuya herramienta ingenua había sido él mismo. En esta espléndida novela, aparece por primera vez el investigador Selb, cuyas siguientes peripecias nos relatará, ya en solitario, Bernhard Schlink en otras dos obras.

La justicia de Selb (fragmento)

Nunca creí que pudiera estar comiendo pizza con un ex nazi, ¿sigue siendo usted nazi señor…? ah … se le atragantó la pizza"


LA VOZ INVISIBLE


"Lo importante no eslo que nos hace el destino, sino lo que nosotros hacemos de él" Florence Nightingale.
Con esta frase comienza La voz invisible, y yo podría añadir un refrán que, seguro, la propia Nightingale, suscribiría:
"El que mucho abarca, poco aprieta"; no añado otros relativos al conocimiento de una profesión porque quedaría grosero....
La autora intenta relatar la historia "misteriosa" de tres amigas, la historia del 15-M, la historia del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y, ya de paso, la historia de la enfermería....
Esta "ambición" da lugar a una novela deslavazada en la que los personajes son tan increíbles que ni siquiera tienen gracia, hablan y se comportan como en una serie televisiva de tercera división y sus sentimientos cambian al albur de lo que la novelista ha planeado para ellos. Ni que decir tiene que las situaciones son igualmente "rocambolescas" y "finamente adaptadas" a la conclusión final ya que no puedo llamarla desenlace, como sería propio en la literatura.
Os preguntaréis ¿Qué te ha gustado de la novela para haberla leído hasta el final?, pues, aunque parezca mentira, tras leer lo anterior, me ha gustado su tono reivindicativo de los servicios públicos (especialmente la Sanidad), me ha gustado su fuerza para reclamar democracia y honradez, me hubiera gustado su conocimiento de la enfermería si no hubiese usado estereotipos de enfermeras en lugar de enfermeras reales y me ha gustado la reivindicación de la lectura como "un acto de magia" y "un acto terapéutico".
Resumiendo que si yo fuera o fuese la editora de esta escritora le hubiese recomendado (con mucho cariño) que le "diese unas cuantas vueltas" a la novela antes de publicarla, pues lo que podría haber sido una gran novela se a quedado en una colección de topicazos desordenados.
Por último en esas características que Gisela Pou preconiza para las "enfermeras ideales", a saber: dedicación y entrega, amabilidad, calidez, implicación, pasión, disposición. Le ha faltado la más importante, la que suele faltar cuando se habla de enfermeras, aunque ellas la tienen por arrobas, esta es CONOCIMIENTO CIENTÍFICO.
Todas las otras puede tenerlas mucha gente que trabaja en un hospital o fuera de el, pero sin el Corpus Científico que distingue una profesión de un oficio, no hay ENFERMERAS.

Sinopsis (Ed. Planeta)
Ser enfermera era su vida, pero un hecho inesperado cambió su destino.
Cèlia Matheu es enfermera en el Hospital de Sant Pau en Barcelona. Una fría madrugadaaparece una mujer inconsciente en la playa y Cèlia descubre con consternación que la desconocida es Martina Constans, una amiga que murió ahogada en marzo de 1987 cuando el ferry en el que viajaba naufragó.
Cèlia, Martina y Nora fueron inseparables durante la adolescencia, y si aquella noche de agosto no hubieran entrado al recinto del hospital, sus vidas habrían sido otras.
Con un pulso contundente y una narrativa cuidadosa, La voz invisible dibuja un fresco del día a día en el microcosmos de un gran hospital, de las vidas, sueños y frustraciones de los que deciden velar por las vidas de otros olvidándose en ocasiones de las suyas propias.Una historia que nos habla de la fragilidad del destino y de las metamorfosis que todos sufrimos por los vaivenes de la vida.

La voz invisible (fragmento)

CAPÍTULO 1Dos años atrás, la reestructuración del funcionamiento del hospital la había obligado a trabajar en el turno de noche. No le importaba dormir menos horas, lo que realmente echaba de menos era no estar más cerca de los enfermos. Las noches eran largas y siempre que el trabajo se lo permitía iba de una habitación a otra para ver cómo se encontraban los pacientes. En aquellos paseos nocturnos, Celia se sentía Florence Nightingale; la mujer que convirtió la enfermería en una profesión la acompañaba desde la infancia. Candela, la madre de Celia, tenía la fotografía de Nightingale colgada en la pared del pequeño consultorio donde ponía las inyecciones. Durante años pensó que la señora en blanco y negro —que miraba, lánguida, el armarito de los medicamentos— era alguien de la familia. Siempre que después de una trastada la castigaban encerrándola en aquel cuarto que olía a alcohol y a farmacia, apenas el llanto y la rabia se apaciguaban, se sentaba en el suelo y, arropada por el rumor de conversaciones antiguas, hablaba con la señora de la pared. A ella le contaba sus secretos, sus temores, sus odios, y el día en que Candela le dijo que aquella mujer no tenía nada que ver con sus antepasados no sintió la menor decepción porque la mujer del retrato, a fuerza de confidencias, se había convertido en una buena amiga. Descubrir que Florence Nightingale había sido enfermera en el Hospital de Scutari durante la guerra de Crimea, saber que los soldados británicos la habían bautizado con el sobrenombre de la dama de la lámpara porque todas las noches recorría kilómetros de pasillos de aquel cuartel transformado en hospital, la entusiasmó. Desde aquel día, la dama de la lámpara, además de su cómplice, fue su heroína, y aquella mujer que había luchado por dignificar la enfermería se convirtió en un modelo a imitar. Celia quería ser enfermera, no como su madre, no como las amigas de su madre, sino como Florence Nightingale, una muchacha inglesa que se había rebelado contra las normas y las convenciones de una época.