miércoles, 9 de agosto de 2017

HEADHUNTERS


Terminada esta novela de título anglosajón (no entiendo a RBA que traduce Némesis, Petirrojo y La estrella del diablo) y no traduce Cazatalentos....una incógnita que alguna vez nos será revelada¡
Digo, que terminada Headhunters, también conocida como "la vida sin Harry Hole", lo mejor que puedo decir de esta novela es que se lee rápido, el ritmo es vivo, la mayoría de las situaciones "pasan volando" y lo mejor es el final (que llega pronto).
Acostumbrados a las novelas negras de Nesbo, esta resulta harto decepcionante, ya que carece de la riqueza de personajes y situaciones que nos brinda Nesbo en la serie de Harry Hole y acude a "tópicos psicoempresariales" que realmente, en algún momento, resultan exagerados.
Resumiendo un bajito acomplejado y pobre, hace todo lo posible por ser rico, ya que no puede crecer....prescindible, aunque apropiada para una tarde sin nada que hacer¡

Headhunters (fragmento)
PRÓLOGO

Una colisión entre dos vehículos es pura cuestión de física. Todo depende de las casualidades, y las casualidades pueden explicarse con una ecuación: fuerza multiplicado por tiempo es igual a masa multiplicado por aceleración. Y si consideramos esas casualidades como variables, obtendremos un relato sencillo, verídico e implacable. Un relato que da cuenta, por ejemplo, de lo que sucederá si un camión de veinticinco toneladas que circula cargado hasta los topes a una velocidad de ochenta kilómetros por hora alcanza a un turismo que va a la misma velocidad, pero que pesa ochocientos kilos. Dependiendo de esas casualidades que son el punto de impacto, el tipo de carrocería y el ángulo en que se encuentran los dos implicados el uno con respecto al otro, puede existir un sinfín de versiones de un mismo relato, aunque todas tendrán dos consecuencias claras: todas esas versiones son tragedias y es el turismo el que lleva las de perder. Reina un silencio extraño; puedo oír el susurro del viento entre los árboles y el rumor del agua bajando por el río. Tengo el brazo paralizado y estoy boca abajo, apretado contra el acero. Sobre mí, desde el suelo, caen gotas de sangre y gasolina. Abajo, en el techo, que hace un dibujo como de tablero de ajedrez, hay un cortaúñas, un brazo arrancado, dos cadáveres y una beauty bag abierta. El mundo no
tiene belleza, solo beauty.
La reina blanca está destrozada, yo soy un asesino y aquí dentro no
respira nadie. Ni siquiera yo. Así que no tardaré en morir. Cerraré los ojos y me rendiré. Es maravilloso rendirse. Ya no quiero esperar más. Y por eso urge contar este relato, esta variante, esta historia sobre el ángulo en que uno de los implicados se halla en relación al otro.

EL LIBRO DE LOS VERANOS


No se si definirla como "una novela de chicas" que diría Ricardo Cortat, como una "crossover" que diría Aglaé de la Torre o simplemente una novelita amable y autobiográfica que ha escrito Emylia Hall.
Este Libro de los veranos que he leído en otoño no pasa de un entretenimiento pasajero con poca enjundia y mucho sentimentalismo.
Por si alguno de nuestros amigos está interesad@ en ella les dejo el booktrailer oficial:
http://youtu.be/lKwtNFye570

Y como no, un fragmento para ayudar en la decisión:

El libro de los veranos (fragmento)

Uno

"El viernes por la mañana comenzó como los días ingleses de verano suelen hacerlo: con un tímido pero creciente sol, y volutas de nube que fueron barridas por el viento hacia la hora del desayuno. Mi padre me iba a venir a visitar, así que debería haber sabido que no iba a ser un día normal, a pesar de que había empezado prometedor. Era la primera vez que iba a ver mi casa en Londres, y no es que yo acabara de llegar a la ciudad. Tenía diecisiete años cuando opté por Bellas Artes, con la total determinación de que debía ser en Londres. Quería perderme, y parecía el mejor lugar para estar perdida. Recuerdo el día que dejé mi casa hace doce años: mi padre de pie, al lado del coche, en el aparcamiento de la estación, una mano nudosa levantada a modo de despedida, la otra buscando ya las llaves en el bolsillo. Después el pum, pum del tubo de escape mientras me pasaba por delante a la entrada de la estación, y cómo no me vio esta vez, pues se encorvaba sobre el volante como alguien que ya llegara tarde. Le observé irse, la única familia que tenía."

EL CIELO ES AZUL, LA TIERRA BLANCA (Una historia de amor)


Es, o debe ser, la forma de pensar y de vivir de los japoneses tan diferente a la mía que no acabo de "cogerle el punto" a la literatura nipona.
Desde luego, esta es una novela escrita con una sensibilidad exquisita y un lenguaje culto y fluido. Pero la historia me chirría, quizás porque en Occidente sería prácticamente imposible que tuviese ese desarrollo.
Los personajes, increíbles para el mundo Occidental, la mujer Tsukiko hay momentos en que parece "border-line" de tan infantilmente como se comporta. El maestro enigmático y extraño hasta resultar inexpresivo.
En fin... seguiré probando¡
Y esta es la opinión de una amiga de LIBROS:
RESEÑADO POR LOS RELATOS DE PATRI
27 de Febrero de 2013
He terminado "El cielo es azul, la tierra es blanca" de Hiromi Kawakami.
Me ha gustado bastante, aunque al principio no acababa de meterme en la historia. Nos cuenta la historia de Tsukiko, una mujer solitaria, que le cuesta el contacto con la gente, no convencional, que un día, por casualidad se encuentra en un bar con un maestro que tuvo en la infancia y ve que tienen muchas cosas en común. Entre los dos se va forjando una peculiar relación, que muy lentamente se va consolidando. Vemos las dificultades, dudas, miedos, que van surgiendo entre ellos, a medida que avanza el libro nos vamos metiendo más en la historia y nos sentimos más identificados. Hay sensaciones muy bien plasmadas, el nerviosismo, el miedo al rechazo, el intento de olvidar,...
Me ha dejado una buena sensación, esta novela, me ha gustado, es muy sencilla y delicada. (Los Relatos de Patri)

Y un fragmento, para que juzguen por sí mismos.

El cielo es azul, la tierra blanca (fragmento)


"Maestro, no sé volver a casa.
Pero el maestro no estaba allí. Al preguntarme dónde estaría aquella noche, me di cuenta de que nunca habíamos hablado por teléfono. Nos encontrábamos por casualidad, paseábamos juntos por casualidad y bebíamos sake por casualidad. Cuando le hacía una visita en su casa, me presentaba sin previo aviso. A veces estábamos un mes entero sin vernos. Antes, si mi novio y yo no nos llamábamos ni nos veíamos durante un mes, empezaba a preocuparme. ¿Y si hubiera desaparecido como por arte de magia? ¿Y si se hubiera convertido en un auténtico desconocido?
Pero el maestro y yo no éramos novios, así que no nos veíamos a menudo. Pero aunque no coincidiéramos, el maestro nunca estaba lejos de mí. Él nunca sería un desconocido, y estaba segura de que aquella noche se hallaba en algún lugar.
La soledad se adueñaba de mí por momentos, así que decidí cantar. Empecé cantando “Qué bonito es el río Sumida en primavera “, pero no era una canción muy adecuada a la época del año, así que la dejé a medias. Intenté recordar una canción invernal, pero no se me ocurrió ninguna. Al final me acordé de una canción para ir a esquiar titulada “Las montañas plateadas brillan bajo el sol de la mañana”. No reflejaba en absoluto mi estado de ánimo, pero era la única canción de invierno que se me ocurrió, así que empecé a cantarla.
– “No sé si es nieve o niebla lo que vuela, ¡oh! Mi cuerpo también corre veloz”. "

ILONA LLEGA CON LA LLUVIA


Un 25 de Agosto de 1923 nació en Jaramillo (Colombia) esta artista de la palabra, un orfebre de la literatura que nos ha dejado algunas de las páginas más memorables a las que un lector puede aspirar. Esta novela que comienza por un título tan maravilloso y evocador, Ilona llega con la lluvia, y continúa con una nueva "aventura" de nuestro Makroll el Gaviero, es corta e intensa, es de amor y de miseria, es real y esotérica, es en una palabra MAGNÍFICA.
No se la pierdan y celebren el nacimiento de Álvaro Mutis leyendo sus obras, esta u otras, todas valen la pena.

Ilona llega con la lluvia (fragmento)

"En el primer bar que encontrara convocaría a mis dioses tutelares, a los ciegos consejeros que sólo se presentan cuando alcanzamos ese estado de gracia que el vodka sabe dar con tan sabia e inexorable fidelidad. Allí estaba la respuesta salvadora, la otra orilla donde se pulen los símbolos y suceden las celebraciones que disuelven toda perplejidad y ahogan toda duda."

domingo, 6 de agosto de 2017

LA PALABRA SE HIZO CARNE



He leído en un blog literario muy interesante (Golem) que "Un Brunetti al año no hace daño"¡¡¡¡ lo suscribo totalmente.
Esta es la entrega nº 21 de la serie protagonizada por el inefable Guido Brunetti en esa Venecia alejada de turistas, que abomina de ellos y les culpa de muchos de los males que la aquejan. Hay cadáver, hay dinero, hay corrupción, hay políticos......además hay exquisita comida italiana, copas de prosecco e intelligenza mucha intelligenza¡¡¡
La prosa ágil de Donna León al servicio de uno de los policías mejores del mundo. Lo que no entiendo es quien ha elegido el título de la edición española, si quería hacer un juego de palabras con parte de la trama, sinceramente, "se le ha ido la olla". El título inglés Beastly things o su traducción al italiano Cose Bestiali, son totalmente apropiados, el español es una coña....¡¡¡

La palabra se hizo carne (fragmento)

1

" Aquél hombre permanecía quieto, inmóvil como un trozo de carne sobre una tabla, yerto como la propia muerte. Aunque hacía frío, lo tapaba sólo una delgada sábana de algodón que dejaba la cabeza y el cuello al descubierto. Visto de lejos, el pecho se le erguía de forma poco común, como si hubiera tenido algo alojado bajo la espalda, todo a lo largo. Si esta forma blanca fuera la cumbre nevada de una montaña, y el que mira un excursionista agotado al final de una ardua caminata con la intención de cambiar de vertiente, seguramente decidiría rodear el cuerpo del hombre para pasar por los tobillos en vez de por el pecho. La ascensión parecía demasiado larga y empinada, y quien sabe que dificultades se encontraría al otro lado.
Desde el costado, la altura aberrante saltaba a la vista; desde arriba - si el excursionista estuviera ahora en la cima y pudiera bajar la mirada hacia el hombre - era el cuello lo que destacaba. Su cuello, o para mayor exactitud, su ausencia. Porque, en rigor, parecía una gruesa columna que descendiera de las orejas a los hombros en línea recta, sin mellas ni angosturas. Aquel cuello poseía el ancho de la cabeza"


LA COMEDIA HUMANA


Hoy recomendamos un libro para soñar, una fábula amable que hará las delicias de los aficionados al cine de los años 40, de los aficionados a las películas de Capra.
Através de los ojos de Homer McCauley veremos un mundo irreal, pero mucho mejor que el real, a veces, vale la pena soñar¡
Para los que no conozcan a William Saroyan escritor norteamericano de origen armenio, les dejamos uno de sus cuentos, que les hará reir hasta llorar¡¡¡
http://campus.almagro.ort.edu.ar/admision/articulo/40642/-la-risa-de-william-saroyan

Y para los que quieran empezar con esta novela, un fragmento:

La comedia humana (fragmento)
" Homer miró al anciano para asegurarse de que estaba bien, después fue al mostrador de entregas y cogió el aviso de muerte. Se quedó un momento mirando el telegrama que tenía en la mano, luego abrió el sobre y sacó el mensaje de dentro para leerlo. Volvió a meter el telegrama en otro sobre, lo selló y por fin dio media vuelta y salió de la oficina a la calle bajo la lluvia. El viejo telegrafista se levantó de la silla y siguió al chico hasta la calle. Se quedó allí en la acera y vio cómo el chico avanzaba venciendo la resistencia del viento y de la lluvia. Dentro de la oficina la caja del telégrafo empezó a zumbar, pero el anciano no la oyó. Luego sonó el teléfono, pero el anciano tampoco lo oyó. No entró de nuevo en la oficina hasta que el teléfono hubo dado siete timbrazos.
Quince minutos más tarde, Homer se bajó de su bicicleta delante de una casa grande, vieja y elegante donde se estaba celebrando una fiesta. A través de las ventanas se veía bailar a cuatro parejas jóvenes. El chico se sintió mareado y aterrado. Cogió el camino que llevaba a la puerta y se quedó allí escuchando la música. Movió un dedo hacia el timbre y luego dejó caer la mano.
«Voy a volver a la oficina», se dijo a sí mismo. «Me voy a despedir.»
Se sentó en los escalones de la entrada para pensar. Al cabo de mucho rato se puso en pie, fue de nuevo a la puerta y llamó al timbre. Cuando se abrió la puerta vio a una mujer joven, y sin darse cuenta de lo que estaba haciendo dio media vuelta y echó a correr hacia la bicicleta. La joven salió al porche y lo llamó:
—Pero ¿qué te pasa, chico?
Homer se bajó de la bicicleta y corrió de vuelta al porche.
—Lo siento —dijo apresuradamente—. Traigo un telegrama para la señora Claudia Beaufrere.
—Claro. Es el cumpleaños de mi madre —dijo la joven. Y entró al pasillo—. Madre —gritó—. Un telegrama para ti.
La madre de la chica salió a la puerta.
—Es de Alan, estoy segura —dijo—. Entra, jovencito. Tienes que comer un trozo de mi pastel de cumpleaños.
—No, gracias, señora —dijo Homer—. Tengo que volver al trabajo. —Le tendió el telegrama a la mujer, que lo cogió como si fuera una simple felicitación de cumpleaños.
—No hasta que hayas comido un trozo de pastel y hayas bebido un vaso de ponche.
Agarró a Homer del brazo y tiró de él hasta una sala donde había una mesa llena de pastel, sándwiches y ponche. La música y el baile continuaron. "

sábado, 5 de agosto de 2017

TODO CUANTO AMÉ


Ser la esposa de Paul Auster y escritora, debe ser una carga casi insoportable, intentar parecerse a el en las novelas, intencionadamente o no, es un imposible.
Esta es la segunda novela de Hustvedt que leo, y al igual que a la primera (El verano sin hombres) le sobran unas cuantas páginas, en este caso casi todas las dedicadas a extensas descripciones artísticas o deslavazadas descripciones científicas. Es indudable que Hustvedt escribe bien, es delicada en la construcción de los personajes y su prosa fluye agradablemente; las tramas de la novela están bien construidas y aceptablemente resueltas, pero.....en mi opinión dos defectos aquejan a esta escritora en general, y alguno más a esta novela en particular.
Los defectos generales son la excesiva extensión injustificada de algunos capítulos de sus novelas, tal pareciera que se las pagan a peso y el tono general depresivo, que contagia al lector hasta límites insospechados.
En cuanto a esta novela, la elección del narrador un historiador de arte de origen judío no acaba de cuajar, Hustvedt construye un personaje tan irreal que acaba "cabreando", toda la historia judía de las familias protagonistas parece calcada de alguna novela de su consorte sin la genialidad y el toque Auster, las relamidas descripciones de arte y medicina, podría habérselas evitado tranquilamente. Ahora dirán ustedes, no te ha gustado, pues la verdad es que si me ha gustado, es una buena novela y bien escrita, pero........Hustvedt no es Auster aunque sea su esposa y haría bien en evitar este tipo de tramas que su marido domina a la perfección.
¿Recomendable????, con reservas.

Todo cuanto amé (Fragmento)

Uno
"Ayer encontré las cartas de Violet a Bill. Su dueño las tenía escondidas entre las páginas de uno de sus libros, y al abrirlo cayeron al suelo. Hacía años que sabía de su existencia, pero ni él ni ella me habían hablado nunca de su contenido. Lo que sí me dijeron es que a los pocos minutos de leer la quinta y última carta, Bill cambió de opinión con respecto a su matrimonio con Lucille, salió del edificio de Greene Street y se dirigió directamente al apartamento de Violet en el East Village.
Yo, mientras las sostenía en la mano, percibí en ellas ese misterioso peso que tienen las cosas que se han visto hechizadas por historias relatadas y vueltas a relatar una y otra vez. Mi vista ya no es tan buena como antes, por lo que tardé largo rato en leerlas, pero al fin conseguí descifrar hasta la última palabra, y cuando terminé con ellas supe que iba a comenzar a escribir este libro hoy mismo.
«Allí, tumbada en el suelo del estudio —decía Violet en la cuarta misiva—, me dediqué a observarte mientras me pintabas. Me fijé en tus brazos y en tus hombros, y especialmente en tus manos mientras trabajabas en el lienzo. Hubiera querido que te volvieras hacia mí y te aproximaras y me frotaras la piel igual que frotabas la pintura. Quería que me oprimieras la carne con el pulgar del mismo modo que hacías con el cuadro, y pensé que si no me tocabas me volvería loca, pero ni me volví loca ni tú me tocaste una sola vez. Ni siquiera me estrechaste la mano.»
La primera vez que vi el cuadro al que se refería Violet fue hace veinticinco años, en una galería del SoHo situada en Prince Street. Por entonces aún no conocía a ninguno de los dos.
La mayor parte de los lienzos de aquella muestra colectiva eran insustanciales obras minimalistas que no me interesaron. El cuadro de Bill pendía en solitario de una de las paredes. Era un cuadro grande, de un metro ochenta de alto por dos y medio de ancho aproximadamente, y mostraba a una joven tendida en el suelo de una habitación vacía. Aparecía reclinada sobre un codo y daba la impresión de estar contemplando algo situado fuera de uno de los bordes del lienzo, desde el que una luz brillante inundaba la estancia y le iluminaba el rostro y el pecho. Su mano derecha reposaba a la altura del pubis, y al aproximarme advertí que sostenía en la mano un taxi diminuto, una versión en miniatura de los omnipresentes taxis amarillos que van y vienen por las calles de Nueva York."