jueves, 30 de noviembre de 2017

VE Y PON UN CENTINELA


Hace unos días se ha publicado en España la segunda novela de Harper Lee y desde entonces "vivo sin vivir en mi..."; lo tengo y...¿debo leerlo?.......That is the question!!!
Puedo destrozar la imagen de Atticus Finch para siempre???
No se que hacer.....para los que vivan en la misma duda, un reportaje sobre la novela, que no se si nos aclarará algo, pero es entretenido¡
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/07/14/actualidad/1436897156_963970.html


Y cediendo a la tentación, he leído esta "segunda parte" de Matar a un ruiseñor..., he aquí mi opinión:
El inconveniente de revisitar los lugares de nuestra niñez y juventud, aquellos lugares en los que fuimos felices, estriba en que casi siempre los encontramos más pequeños, deslucidos, diferentes, peores...., y pensamos que hubiese sido mejor mantener el recuerdo...
Al leer esta novela me he explicado, al fin, porque Harper Lee no escribió o publicó (no lo se muy bien) nada más después de Matar a un ruiseñor y, la verdad, mejor sería que así se hubiera quedado; la razón de haber publicado esta "novelucha" sentenciosa, pobre, llena de prejuicios y de bajísima calidad literaria; se me escapa y también se me escapa la razón que he tenido para leerla, cuando todas mis "alertas" me avisaban de que era una idea pésima. No es que los personajes sean planos, estereotipados y las situaciones artificiosas, no es que Atticus Finch sea racista (que no lo es), no es que Scout sea una parodia de si misma.....es que la novela carece de lo más elemental, argumento; aunque intenta paliarlo con los "argumentos" de otros, de hecho la colección de citas ocupa varias páginas al final de la novela...
Resumiendo, no se me ha caído el mito de Atticus Finch, porque es imposible que este "panfleto" haga, ni siquiera, sombra a Matar a un ruiseñor.
No la recomiendo, en absoluto¡¡

Sinopsis (Ed. HarperCollins)

Tras la obra maestra ganadora del Premio Pulitzer Matar a un ruiseñor, Harper Lee nos sorprende con Ve y pon un centinela, una nueva mirada sobre el clásico.
Maycomb, Alabama. A los veintiséis años Jean Louise Finch, Scout, vuelve a casa desde Nueva York para visitar a su padre, Atticus. Con el trasfondo de la lucha por los derechos civiles y los disturbios políticos que estaban convulsionando el Sur, el regreso de Jean Louise a casa se torna agridulce. El descubrimiento de perturbadoras verdades sobre su familia, la ciudad y las personas que más quiere, unido a los recuerdos de su infancia, va a hacer que se cuestione todos sus valores. Ve y pon un centinela capta a la perfección la dolorosa transición vital de una joven que deja atrás las ilusiones del pasado en un viaje que únicamente puede ser guiado por la propia conciencia.
Escrito a mediados de los años cincuenta, Ve y pon un centinela nos ayuda a entender y apreciar a Harper Lee en toda su intensidad. Una novela inolvidable de sabiduría, humanidad, pasión, humor y espontánea precisión, una obra de arte hondamente emotiva que evoca de una forma maravillosa otra época, que nace siendo un clásico y, como tal, tiene plena vigencia.

Ve y pon un centinela (fragmento)

1
Desde Atlanta, venía mirando por la ventanilla del vagón restaurante con un deleite casi físico. Mientras se tomaba el café del desayuno, vio cómo quedaban atrás las últimas colinas de Georgia y aparecía la tierra rojiza, y con ella las casas con tejados de chapa en medio de patios bien barridos, y en los patios las inevitables matas de verbena rodeadas de neumáticos encalados. Sonrió cuando vio la primera antena de televisión en lo alto de una casa de negros sin pintar. Conforme aparecían más y más, se redobló su alegría.
Jean Louise Finch siempre hacía el viaje por aire, pero para aquella visita anual a casa decidió ir en tren desde Nueva York hasta el Empalme de Maycomb. Por un lado, porque se había llevado un susto de muerte la última vez que viajó en avión, cuando el piloto optó por atravesar un tornado. Por otro, porque llegar a casa en avión significaba que su padre tenía que levantarse a las tres de la mañana, conducir ciento sesenta kilómetros para ir a buscarla a Mobile y trabajar después toda la jornada. Tenía ya setenta y dos años, y no era justo hacerle eso.
Se alegraba de haber decidido ir en tren. Los trenes habían cambiado desde su niñez, y la novedad de la experiencia le divertía: cuando apretaba un botón que había en la pared, se materializaba un genio orondo en forma de revisor; cuando lo pedía, un lavamanos de acero inoxidable salía de otra pared, y había un retrete sobre el que se podían poner los pies.

NO ESTÁ SOLO



Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Colomba Caselli, subcomisaria en la policía de Milan (Italia) y Dante Torre investigador independiente.

Empieza como una policíaca al uso, secuestro y asesinato, policía de nombre Colomba, con problemas de estrés post-traumático, investigación convencional y.....,  pasito a pasito se convierte en una novela negra-negra-negra¡ Y hasta aquí puedo leer¡¡¡
Entre "pecho y espalda" me he "metido" las casi 500 páginas de esta novela trepidante en menos de una semana.....¡

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
Tras Dicker y Lemaitre, llega el nuevo gran thriller europeo, bienvenidos al mundo Dazieri.
Un niño desaparece a las afueras de Roma. La madre es encontrada muerta y los investigadores creen responsable al marido de la mujer. Sin embargo, cuando Colomba Caselli llega a la escena del crimen se da cuenta de que algo no cuadra.
Colomba tiene treinta años, es guapa, atlética y dura. Formó parte del Departamento de Homicidios de Roma, pero desde hace meses es incapaz de superar lo que llama «el Desastre», hasta que este caso vuelve a llevarla a la acción. Para resolverlo contará con un colaborador tan eficaz como peculiar: Dante Torre, un joven genio cuya capacidad de deducción solo es igualada por sus paranoias. Él también es un superviviente: fue secuestrado durante once años en un silo por un hombre que se hacía llamar «El Padre». Ahora tiene pánico a los espacios cerrados y ha hecho de su habilidad para encontrar a personas desaparecidas su trabajo.
En la búsqueda de la verdad, Colomba y Dante deberán enfrentarse a su mayor pesadilla ante un caso de ramificaciones insospechadas.

No está solo (fragmento)

I. ANTES
El mundo es una pared curvada de cemento gris. El mundo tiene sonidos amortiguados y ecos. El mundo es un círculo que de ancho mide dos veces sus brazos extendidos. Lo primero que el muchacho aprendió en este mundo circular fueron sus nuevos nombres. Tiene dos. Hijo es el nombre que prefiere. Tiene derecho al mismo cuando hace las cosas correctas, cuando obedece, cuando sus pensamientos son límpidos y rápidos. En caso contrario, su nombre es Bestia. Cuando se llama Bestia, el muchacho es castigado. Cuando se llama Bestia, el muchacho tiene hambre y frío. Cuando se llama Bestia, el mundo circular apesta.
Si Hijo no quiere convertirse en Bestia, tiene que recordar el lugar correcto de las cosas que le han sido encomendadas y cuidar de ellas. El cubo para sus necesidades tiene que estar siempre colgado en la viga, a la espera de ser vaciado. La jarra para el agua tiene que estar siempre en el centro de la mesa. La cama tiene que estar siempre hecha y limpia, con la manta bien remetida. La bandeja de la comida tiene que estar siempre junto a la portezuela.
La portezuela es el centro del mundo circular. El muchacho la teme y la venera igual que a una divinidad caprichosa. La portezuela puede abrirse de repente, o permanecer cerrada durante días. La portezuela puede dejar que entre comida, ropa limpia y mantas, libros y lápices, o bien administrar castigos.
El error es castigado siempre. Para los errores pequeños está el hambre. Para los errores más grandes, el frío o el calor atroz. En una ocasión tuvo tanto calor que dejó de sudar. Cayó sobre el cemento pensando que iba a morir. Fue perdonado con un chorro de agua fría. Era Hijo de nuevo. Podía beber de nuevo y limpiar el cubo, que zumbaba por las moscas. El castigo es duro en el mundo circular. Implacable y certero.

LA COLA DE LA SERPIENTE


Quinta entrega de la serie de novelas protagonizadas por Mario Conde,  en 1989, con 34 años y 12 de policía y es teniente investigador en La Habana. Al final de ese año abandonará su trabajo intentado recuperar su vocación inicial de escritor sin abandonar la investigación en el ámbito privado.

Hace mucho tiempo que tenía abandonado al gran Padura y su protagonista estrella, el policía habanero Mario Conde, "el Conde" para los amigos...y la verdad no me explico porqué.
Lo he retomado con una de las novelas que me faltaba por leer, La cola de la serpiente. y he vuelto a La Habana, al decrépito barrio chino de La Habana y a las obsesiones de "el Conde" y a la prosa mágica y fulgurante de Padura, capaz de despertar los más oscuros sentimientos del lector.
Es una novela negra-caribeña con todo lo que eso implica de luz en la oscuridad....
He disfrutado de los "viejos amigos" como nunca¡¡¡
Recomendable, como toda la producción literaria de Padura.

Sinopsis (Ed. Tusquets)
Unas cuantas calles casi en ruinas, asediadas por los escombros y los delincuentes, es lo que queda del viejo Barrio Chino de La Habana. Cuando se adentra en él un Conde ya ex policía, dedicado ahora a la compraventa de libros de segunda mano, no puede evitar recordar que estuvo en ese rincón exótico y agreste de la ciudad muchos años antes, en 1989. Todo surgió de la petición de la teniente Patricia Chion, mujer irresistible, para que le ayudara en un extraño caso: el asesinato de Pedro Cuang, un anciano solitario que apareció ahorcado y al que le habían amputado un dedo y grabado con una navaja en el pecho un círculo y dos flechas. Eran rituales de santería que obligaron a hacer pesquisas por otros ámbitos de la ciudad. Pero el Conde descubrió hilos inesperados, negocios secretos y una historia de abnegación y desgracias que le devolvió la realidad oculta de muchas familias emigrantes asiáticas. Como dice una expresión china, tuvo que encontrar la cola de la serpiente para llegar a la cabeza.

La cola de la serpiente (fragmento)

1Desde que tuvo uso de razón y aprendió algunas pocas cosas de la vida, para Mario Conde un chino siempre había sido lo que debía ser un chino: un prójimo de ojos rasgados, con esa piel resistente a las adversidades y de engañoso color hepático. Un hombre transportado por los avatares de la vida desde un sitio tan mítico como lejano, un lugar impreciso entre la realidad de apacibles ríos y montañas inexpugnables de cumbres nevadas, perdidas en el cielo; una tierra fértil en leyendas de dragones, mandarines sabios y filósofos enrevesados aunque útiles para casi todo. No fue hasta varios años después cuando aprendió que, además, un chino, un verdadero y cabal chino, debía ser, sobre todo, un hombre capaz de concebir los platos más insólitos que un paladar civilizado se atreviera a saborear. Codornices cocidas al jugo de limón y gratinadas con pulpa de albahaca, berza, jengibre y canela, por ejemplo. O masas de puerco revueltas con huevos, manzanilla, zumo de naranja dulce y finalmente doradas a fuego lento en una sartén insondable llamada wok, sobre una capa de aceite de coco, por otro ejemplo.
Sin embargo, un chino también podía ser, según las limitadas nociones que emanaban de los prejuicios históricos, filosóficos y gastronómicos del Conde, un tipo más bien flaco y apacible, con una notable inclinación a enamorarse de mulatas y negras (siempre que las tuviera a su alcance), que fuma con los ojos cerrados en una larga pipa de bambú y, por supuesto, habla poco y dice sólo las palabras que en cada instante le conviene decir, pronunciadas en esa lengua cantarina y palatal que suelen usar aquellos hombres para hablar los idiomas de los otros hombres.

UN JUEGO PELIGROSO



Octava entrega de la serie de novelas protagonizadas por Anders Knutas  que trabaja en la policía judicial de Visby, en la isla sueca de Gotland.


Últimamente, esta página casi está convirtiéndose en un "parque temático" de la novela negra...., las tenemos de todos los orígenes, y viajamos por el mundo con nuestr@s detectives; el frío norte de la mano de Nesbo, Adler-Olssen, Larsson....; el cálido sur de Europa con Camilleri, Leon, Silva, Markaris..., el purismo anglosajón con Rankin, Rusell, James..., Centroeuropa pura y dura con Neuhaus, K...err....y la cuna de la negra con Connolly, Connelly, Katzembach.....Estamos negr@s y no renegamos de ello¡¡
Hoy, toca el frío del norte de la mano de lo último publicado por Mari Jungstedt y este Juego Peligroso que acaba quemando; de nuevo el falsamente anodino inspector Knutas y la "tranquila isla" de Gotland donde las pasiones se desatan y los más bajos instintos se esconden tras una "muralla de nieve invernal". El mundo de la moda y la anorexia, constituyen el hilo conductor de esta novela, entretenida como pocas y escrita con una corrección formal que se agradece. También agradezco (a título particular) el paso a segundo plano del periodista Johan Berg y su "insoportable" esposa Emma, poco aportan y mucho estorban.
Me la he leído en un suspiro y me lo he pasado bien¡¡


Sinopsis (Ed. Maeva)
Una apasionante nueva entrega de la serie de Gotland protagonizada por Anders Knutas y Johan Berg, que deben desenmarañar los entresijos del mundo de la moda.
La vida de Jenny, estudiante de bachillerato en Gotland, da un giro cuando la ficha una prestigiosa agencia de modelos y se convierte en una de sus grandes estrellas. Mientras, Agnes, una modelo muy joven, es hospitalizada debido a sus trastornos alimenticios. Pero la tragedia también acecha a Jenny: durante una sesión de fotos en Furillen, el fotógrafo Markus, su amor secreto, sufre un intento de asesinato. A pesar de querer volver a su vida normal, pronto Jenny se dará cuenta de que alguien la vigila, alguien con un particular concepto de la justicia. ¿Podrá Anders Knutas detener a tiempo al asesino?


Un juego peligroso (fragmento)

Era un caluroso día de mayo y caminaba sola por las calles de Milán. Al cabo de un rato fue a parar a una amplia piazza pavimentada, situada delante de una iglesia. La plaza estaba repleta de palomas: unas blancas, otras grises y algunas de un azul casi brillante. Revoloteaban como si se tratara de una alegre danza de apareamiento y algunas correteaban satisfechas sobre las baldosas calentadas por el sol, picoteando despreocupadas una migaja aquí y otra allá. A lo largo del gran espacio abierto había unos bancos atornillados en el suelo. Una madre acompañada de su bebé en un cochecito intentaba leer el periódico mientras dos niñas, sus hijas, corrían y jugaban con unas pelotas de plástico de distintos colores, que rebotaban sobre el empedrado ante la fascinada risa de las pequeñas. Detrás de un sencillo puesto, un hombre joven con las mangas de la camisa remangadas vendía almendras tostadas en pequeñas bolsas de papel. El hombre sudaba bajo el sol, con el pelo rizado pegado a la frente, y se secaba el rostro una y otra vez con un pañuelo. El dulce aroma de las almendras se esparció por la plaza y llegó hasta ella. Tenía hambre, se iba a reunir con una persona para almorzar en la parte vieja de la ciudad, hacia donde se dirigía, pero se tomó su tiempo y se detuvo a contemplar la plaza y disfrutar del espectáculo. Había un grupo de colegiales con uniforme verde a cuadros sentados en círculo sobre unas mantas, escuchando a su profesor, que con grandes aspavientos parecía explicar la historia de la iglesia. Una pareja de enamorados se besuqueaba en uno de los bancos y, en otro, tres ancianas vestidas de negro conversaban bajo la sombra de los cipreses. En torno a la plaza se alzaban edificios de viviendas bien cuidadas y contraventanas coloridas. Esbozó una sonrisa al cruzarla y se adentró en los sinuosos callejones de La Brera, el barrio más antiguo de Milán.

CRISTAL



He salido, temporalmente, de la "negritud" del crimen para sumergirme, directamente, en la "negritud del alma".... Cristal es la primera novela que leo de Sam Savage y, quizás, no sea la última.
A lo largo de 160 páginas en un monólogo agobiante una mujer recuerda su vida y narra su presente; es un relato de soledad profunda y desesperada, de una vida desgraciada y una realidad sin salida....
No es para leer en cualquier momento y no es para leer rápido, aunque es una novela, relativamente, corta.
Recomendable por la profundidad de los sentimientos, recomendable en el fondo, cuestionable en la forma.

Sinopsis (Ed. Seix Barral)
Una editorial le encarga a Edna que escriba un prólogo para la reedición de una novela de su marido, ya fallecido.
Sentada ante la máquina de escribir día tras día, Edna se pierde en un maratón de introspección, en el que se mezclan las reflexiones filosóficas con el humor. Y, como por accidente, va tejiendo la historia de su matrimonio y el retrato de una mujer atrapada por la soledad. Los inolvidables personajes creados por
Sam Savage en Firmin y El lamento del perezoso sedujeron a medio mundo. Con Edna, Savage ha vuelto a dar vida a un personaje marcado por las contradicciones, adorable e irritante a la vez, trágico y cómico.
Sam Savage su primera novela, Firmin, fue publicada por una pequeña editorial de Minneapolis, fuera de los grandes circuitos editoriales. Redescubierta por Seix Barral, se convirtió en un fenómeno internacional. Es autor también de El lamento del perezoso.

Cristal (fragmento)

"Me he hecho un café y lo he puesto junto a la máquina de escribir. La superficie del café vibra cada vez que le doy a una tecla, y la luz del sol, reflejándose en el líquido tembloroso, dibuja ondas en el techo, como el agua cuando tiramos en ella una piedra"

HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO


Novena entrega de la serie de novelas protagonizadas por el Comisario Kostas Jaritos de la comisaría de Atenas (Grecia).
Cuarta entrega de la denominada Trilogía de la Crisis que, obviamente, ha devenido en Tetralogía. 

Ha sido coincidencia o no tanto?......Hoy he terminado esta cuarta entrega de lo que comenzó siendo la Trilogía de la Crisis y ha terminado en Tetralogía (en caso de que termine aquí que, sinceramente, lo dudo).
Termino, como he dicho, Hasta aquí hemos llegado, en un día crucial para Grecia y para la idea de democracia que, los propios griegos, nos han "regalado" desde la antigüedad, y la termino con honda inquietud; si en las primeras novelas de Márkaris me parecía que hablaba de un país similar a la España de los 60, ahora veo a España como Grecia o a Grecia como España, un país asolado por sus políticos, despreciado por sus iguales y arruinado por sus gobiernos cuyas culpas pagan los ciudadanos que eso sí son los que les han elegido.....¡ Y espero que la frase de Adrianí Jaritos sea premonitoria ¡Hasta aquí hemos llegado!
Magnífica y negra, la última de Márkaris con todos los vicios y las virtudes del ciudadano, catalizados por el crimen, la redención, la memoria, la familia y la patria.....¡¡¡
Cuando leo a Márkaris, me pregunto porqué nos atrae la negra-nórdica, si es aquí en la negra del sur en la que nos reconocemos y de la que, verdaderamente, disfrutamos.
Muy, muy recomendable¡¡¡

Sinopsis (Ed. Tusquets)
Atenas no es ya una alegre ciudad mediterránea, sino un escenario de sufrimiento y de pobreza; aunque no hay atascos, porque la gente no tiene dinero para mantener su coche, por la noche las calles desiertas y mal iluminadas parecen abandonadas. Katerina, la hija de Jaritos, sufre una agresión cuando salía de los juzgados, por defender los derechos de unos inmigrantes africanos; todo indica que sus agresores son miembros del cada vez más nutrido partido neonazi Amanecer Dorado. El comisario Jaritos, por su parte, tiene que investigar la aparición del cadáver de Andreas Makridis, un alemán de origen griego que había decidido instalarse en Atenas y abrir una empresa de energía eólica. Aunque Makridis, al parecer, se ha suicidado, un grupo de nuevo cuño, autodenominado los «Griegos de los Años Cincuenta», reivindica su asesinato.
Mientras Katerina se recupera de la agresión, se descubre un segundo cadáver, el del propietario y director de una academia privada. Ha sido ejecutado con un tiro en la sien con una vieja Smith & Wesson, como las que el ejército norteamericano proporcionó a los militares griegos después de la guerra civil. De nuevo, pese a que se trata claramente de un suicidio, los «Griegos de los Años Cincuenta» reivindican esta muerte. No será el último cadáver que se descubra.

Hasta aquí hemos llegado (fragmento)

1
Me la encuentro tendida de espaldas en la calle Evelpidon, delante de la entrada del edificio de los Juzgados. Tiene los ojos cerrados. Una mujer le ha colocado el bolso bajo la cabeza, a modo de almohada. Arrodillada a su lado, la abanica con unos papeles.
Es la una de la tarde y hace un calor sofocante; no me extraña que tenga la frente perlada de sudor. Me inclino y le susurro:
—Katerina, ¿me oyes?
—Parece que el pulso es normal —me informa la mujer.
Es posible, pero Katerina ni me contesta ni abre los ojos. Siento el calor abrasador de la acera atravesándome las suelas de los zapatos y tengo miedo de que le provoque quemaduras a mi hija, aunque no me atrevo a levantarla del suelo. Un hombre trae una botella de agua. Empapo un pañuelo de papel y le refresco la frente y las mejillas.
«Las malas noticias llegan como el granizo», decía mi padre, que en paz descanse: «Cuando menos te lo esperas».
Yo estaba reunido con Guikas y con Gonatás, de la Brigada Antiterrorista, cuando nos interrumpió Stela, la secretaria de Guikas.
—Señor comisario, acaba de llamarme Kula, quiere que baje a su despacho enseguida. Es muy urgente.
—¿Qué ocurre?
—No lo sé, no me ha dado detalles. Kula me esperaba en el pasillo.
—¿Qué pasa? Dime.
—Han llamado los guardias de seguridad de los Juzgados. Unos desconocidos han agredido a Katerina delante del edificio.
- ¿Y dónde está ahora?
—Sigue allí. He preguntado si era grave, pero no han sabido decírmelo. Por si acaso, han llamado a una ambulancia.
—Dile a Vlasópulos que consiga un coche patrulla, rápido.
Mientras llega el coche patrulla llamo a Fanis, mi yerno. También he pensado en llamar a Adrianí, mi mujer, pero enseguida descarto esta idea. Será mejor que compruebe qué ha ocurrido in situ antes de provocar el pánico, posiblemente sin motivo.
A lo lejos oigo la sirena de la ambulancia y aprieto los dientes, mientras espero a Fanis.


LA PRINCESA DE BURUNDI


Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por la inspectora de policía Ann Lindell, que vive y trabaja en Uppsala (Suecia)

La princesa de Burundi no tiene de África, casi nada, excepto el título; transcurre en Uppsala y tiene todos los "tics", buenos y malos, de la negra-nórdica de última hornada, aunque esta haya sido publicada por vez primera en 2002 y traducida al castellano en 2010.
Hace tiempo que esta novela "pulula" por mi casa sin que, hasta ahora, me haya decidido a leerla y ahora me pregunto ¿es negra-nórdica?, ummmmm quizás si, porque tiene trama policial y mafiosa, transcurre en Suecia, ha sido escrita por un sueco y premiada por la Academia Sueca, pero....., su trama es mucho más social que negra y con la excusa de un crimen y su resolución, ahonda en esa sociedad que "nos han vendido" como idílica y desarrollada pero resulta solitaria, desigual, machista, y triste, muy triste¡
Después de este rollo, os diré que es lenta, muy lenta y los personajes no están bien dibujados o recuerdan demasiado a otros de otras nórdicas, sean negras o no.
Creo que no hay más novelas de este autor traducidas al castellano, con lo cual se impone un "reposo obligado"
¿La recomendaría? con muchas dudas.

Sinopsis (Ed. JP Libros)
«Las novelas criminales de Kjell Eriksson son de lo mejor.» Henning Mankell
Ganadora del premio de la Academia Sueca de Novela Negra a la mejor novela criminal (galardón que obtuvieron Stieg Larsson, Henning Mankell y Asa Larsson), La princesa de Burundi presenta a los lectores a Kjell Eriksson, un escritor que se está convirtiendo en una sensación internacional, y a la protagonista de sus novelas, la inspectora y madre soltera Ann Lindell, tan buena para resolver crímenes como desastrosa para su vida privada.
En Uppsala, Suecia, todo el mundo está perplejo cuando se encuentra en la nieve el cadáver de John Jonsson. A juzgar por la desfiguración, parece evidente que quienquiera que haya asesinado al experto en peces tropicales lo odiaba profundamente. La detective Ann Lindell, que, en contra de su voluntad, deja su baja por maternidad para investigar el caso, apunta a un perturbado cáustico y encarnizado con cuentas pendientes con John.


La princesa de Burundi (fragmento)

1El plato tembló y golpeó el vaso, que se derramó. La leche quedó esparcida sobre el mantel de plástico como una flor blanca.
«Con la poca leche que nos queda», le pasó por la cabeza. Recogió rápidamente el vaso y secó la leche con un trapo.
—¿Cuándo viene papá?
Ella iba de un lado para otro. Justus estaba apoyado en el quicio de la puerta.
—No lo sé —dijo, y tiró el trapo al fregadero.
—¿Qué hay para cenar?

Llevaba un libro en la mano con el dedo en la página donde lo había dejado. Deseaba preguntarle qué leía, pero le vino una idea repentina y se dirigió a la ventana.
—Kalops[1] —dijo distraída. Su mirada voló sobre el aparcamiento. Había comenzado a nevar. ¿Habría conseguido trabajo? Él había hablado con Micke. Podría trabajar quitando nieve. Nevaba con fuerza un día tras otro. Además, no le asustaba la altura.
Berit sonrió al recordarlo trepando por la cañería hasta su balcón. Sólo era un segundo piso, pero trepó. De haberse caído se habría partido la cabeza. Como su padre, pensó, y se le borró la sonrisa. Se había enfadado mucho, pero él simplemente sonrió. Luego la cogió entre sus brazos y la abrazó con una fuerza inimaginable en un cuerpo tan delgado como el de John.
Después, ella relataría con encomio el episodio de su celo. Era su primer gran recuerdo en común. Quitar nieve. Un pequeño tractor atravesó el aparcamiento y empujó aún más nieve sobre los ya cargados arbustos, junto a la pared del aparcamiento. Era Harry. Reconoció su gorro rojo brillando en la cabina.