jueves, 24 de agosto de 2017

ÁNGELES EN LA NIEVE


Kari Vaara es jefe de policía en Kittilä, una localidad situada 165 kilómetros por encima del círculo polar ártico, en Finlandia.
Es un sami (lapón) originario de Marjakylä. Su padre era alcohólico. Tiene tres hermanos.

Una cosa me ha quedado clara tras leer este libro, antes de irme a vivir a Finlandia prefiero que me encarcelen, me explico: idioma ininteligible, racismo, alcoholismo, aislamiento, noche larguiiiisima, incomunicación.......
El panorama que pinta James Thomson en este primer caso del Inspector Kari Vaara es desolador, y poco más. La Finlandia profunda en un intento de negra-nórdica escrito por un norteamericano que vive allí.
Entretenida¡

Ángeles en la nieve (fragmento)

1"Estoy en el Hullu Poro, «El Reno Loco», el bar-restaurante más grande a este lado del Círculo Polar Ártico. Pese a que no hace mucho que lo reformaron, aún tiene las paredes y el techo forrados de madera, como una antigua granja finlandesa. Estilo rústico moderno.
Aún es media tarde, pero ya hay más de doscientas personas en el local. El bar está atestado y hay mucho ruido. La temperatura exterior es de cuarenta grados bajo cero; demasiado frío para esquiar. Que te diera el viento en la cara al bajar por la ladera provocaría la congelación instantánea en el más mínimo resquicio de piel expuesta a la intemperie. Los remontes están cerrados, así que la gente emplea el tiempo en beber.
Mi esposa, Kate, es la directora general del Levi Center, un complejo de restaurantes, bares, un hotel de doscientas habitaciones y una zona de ocio con capacidad para casi mil personas. El Hullu Poro no es más que una parte de un enorme negocio en la mayor estación de esquí de Finlandia, y Kate lo dirige entero. Estoy orgulloso de ella.
Ella está detrás de la barra hablando con Tuuli, la encargada del turno. Yo sigo la conversación de lejos, porque soy poli, y quizá Kate quiera denunciar a su empleada.
—Creo que has manipulado el inventario en el ordenador —dice—. Has trasladado botellas de licor a otros puntos de venta, has hecho que pareciera que desaparecía de otros bares, pero te has traído las botellas aquí, las has ido vendiendo desde esta barra y te has embolsado el dinero.
Tuuli sonríe y le responde en finlandés. Sin alterarse, le suelta una elocuente invectiva envenenada. Kate no tiene ni idea del alcance de aquellos insultos."

NO CONFIES EN PETER PAN


Termino la cuarta entrega de las aventuras del policía retirado Dave Gurney y su insufrible esposa Madeleine, nada nuevo bajo el sol, la intriga brilla por su ausencia desde la primera página del libro, eso sí, se recrea abundantemente en las "paranoias sentimentaloides" de la citada Madeleine y los "remordimientos patológicos" del querido Dave......
En fin, totalmente prescindible y, ni siquiera, muy entretenido.
No sé porque tengo esta afición a "picar y repicar" en ciertos autores.....!

RESEÑADO por Ricardo Cortat  para LIBROS, el 25 de Septiembre de 2014.
"-¿Me quieres?
-Sí, pero no formas parte de mi mundo interior."

La relación entre el protagonista y su mujer se resume en esa frase. Una frase que lleva arrastrándose 4 libros. ¡Por favor! Y aún hay gente que se queja de la señora de Brunetti....
Y sobre el libro... Bueno, si consumes palomitas no puedes quejarte de tener el colesterol por las nubes, digo yo. Por tanto, igual no puedo quejarme de que... De que haya novelas que siempre acaben bien.
Lo dicho. Palomitas. Pero que han conseguido engancharme 200 páginas seguidas y que trasnoche. ¡Qué cosas tiene la grasa!

Sinopsis (Roca Editorial)
Han pasado cuatro meses desde que David Gurney resolvió el caso del Buen Pastor y las consecuencias han sido terribles: se perdieron vidas y hubo carreras profesionales afectadas.
Uno de los que más ha sufrido ha sido Jack Hardwick, que violó la normativa por ayudar a Gurney. Los superiores de Hardwick pensaron que despidiéndole arreglaban todos sus problemas. En realidad, se buscaron un enemigo acérrimo.
Ahora, Hardwick se propone demostrar la ineptitud de sus antiguos empleadores presentando pruebas que sirvan para revisar algunas condenas muy sonadas. Empieza con el caso Spalter, un rico empresario y promotor asesinado en el funeral de su madre. Su infiel esposa Kay fue condenada a cadena perpetua pero Hardwick está seguro de que a la mujer le hizo la cama un detective corrupto y quiere que Gurney le ayude a probarlo.
Muy pronto Gurney se encuentra enfrentándose a un fiscal sin escrúpulos, un detective completamente corrupto, un jefe mafioso extrañamente amable y un famoso criminal griego, Petros Panikos, Peter Pan, un hombre menudo que esconde un insaciable apetito por el asesinato. Todo por alguien que, después de todo, puede que sea realmente culpable…

No confíes en Peter Pan (fragmento)

1.
La sombra de la muerteEn la zona rural de las montañas Catskill, al norte del estado de Nueva York, agosto era un mes inestable que iba y venía entre las resplandecientes glorias de julio y los grises chubascos del largo invierno que habría de seguir después.
Era un mes capaz de erosionarle a uno el sentido del tiempo y del espacio. En el caso de Dave Gurney, parecía alimentar la confusión sobre su propio lugar en la vida: una confusión que había comenzado con su retiro del Departamento de Policía de Nueva York, tres años antes, y que se había visto intensificada cuando él y Madeleine se habían mudado al campo, abandonando la ciudad natal de ambos: la ciudad donde se habían criado, donde se habían educado y donde habían desarrollado sus carreras.
En aquel momento, una tarde nubosa de la primera semana de agosto, con un ronco fragor de truenos a lo lejos, ambos estaban ascendiendo a Barrow Hill por lo que quedaba de un sendero ahora infestado de maleza que unía tres pequeñas canteras de piedra caliza,
actualmente abandonadas y cubiertas de zarzas salvajes de frambuesas. Gurney caminaba arrastrando los pies por detrás de Madeleine, que ya se dirigía a la roca baja donde solían parar a descansar, y procuraba seguir el consejo que ella siempre le daba: «Mira a tu alrededor. Estás en un sitio precioso. Relájate, absorbe toda esta belleza».

—¿Eso es una poza? —preguntó Madeleine.
Gurney parpadeó.
—¿Cómo?
—Esto —dijo ella, ladeando la cabeza hacia la profunda e inmóvil laguna que llenaba el amplio hueco dejado tiempo atrás por la extracción de la piedra caliza.

LA HUELLA DEL HEREJE


Reconozco mi debilidad por esta escritora gallega, sus novelas El amante albanés y Esperando a Robert Capa, me encantaron, por eso su incursión en la novela negra había despertado mi curiosidad hace tiempo y......premio¡¡¡¡
Espero que los personajes que ha creado en La huella del hereje tengan continuidad, el inspector Castro y los periodistas Villamil y Márquez merecen otra novela, otra aventura, otro caso complicado y quizás la ciudad sea Lisboa.
En La huella del Hereje, la ciudad es Santiago de Compostela, marco inigualable para la negra-gallega, lluvia, niebla, callejuelas sin salida, iglesias, diáconos integristas....
He disfrutado muchísimo con las tres tramas entrecruzadas, con el misterio dentro del misterio y espero que Fortes no lo deje ahí, el final es "esperanzador".....¡
Muy recomendable¡¡

La huella del Hereje (fragmento)

I
"-Santísimo Sacramento- Esa fue la exclamación utilizada por el padre Barcia mientras se echaba las manos a la cabeza, cuando descubrió un charco negro en las losas de mármol junto al altar mayor. Pero hasta que el potente foco de una linterna iluminó aquella esquina de la capilla nadie reparó en la muerta. Estaba apoyada contra el respaldo de madera del coro, con la cabeza doblada sobre el hombro en una torsión excesiva, como descoyuntada, el pelo echado hacia un lado. Melena larga y pelirroja. Tenía un pequeño hematoma violáceo en el cuello y los ojos abiertos. Sus facciones no estaban convulsionadas como sería de esperar en alguien que experimenta terror u otra emoción intensa antes de morir, sino más bien todo lo contrario, su expresión era plácida. Si acaso un poco cansada. Parecía muy joven, no más de veinte años. Llevaba un piercing en la ceja izquierda. Por su indumentaria no aparentaba ser la chica que uno podría imaginarse rezando el rosario en la catedral. Iba vestida de modo informal, como la mayoría de las estudiantes de esa edad. Chupa de cuero con cremalleras, falda corta, leggings de rayas rojas y unas zapatillas Converse muy usadas. Una costra de sangre seca le asomaba de la boca, como si en el último momento le hubiera sobrevenido un vómito de sangre." 

HUESOS EN EL JARDÍN


Decima entrega de la serie protagonizada por el Inspector Kurt Wallander (no sigue la cronología, transcurre en 2002)

Entre la nostalgia y el arrepentimiento termino Huesos en el jardín, ese libro que no debería haber leído pero....no me he podido resistir a leer.
Novela corta del inspector Wallander que me hace añorar todos los casos no resueltos, todos los cabos no atados, todos los momentos no vividos, las oportunidades perdidas y me confirma que cuando algo se acaba es mejor "dejarlo estar"......
Para fans irreductibles¡¡¡

Huesos en el jardín (fragmento)

1
"El sábado 26 de octubre de 2002, el inspector Kurt Wallander se sentía muy cansado. Había sido una semana terrible, debido a la gripe devastadora que había causado estragos entre el personal de la comisaría de policía de Ystad. Wallander, que siempre era el primero en contagiarse, había sido en esta ocasión, por alguna razón insondable, uno de los pocos que no cayó enfermo. Dado que aquella semana habían tenido un caso de violación en Svarte y varios de agresión grave en Ystad, tuvo que emplearse a fondo y durante muchas horas.
Estuvo ante el escritorio hasta bien entrada la noche del sábado. Tenía la cabeza demasiado cargada para trabajar, pero no le apetecía lo más mínimo irse a su casa, en la calle de Mariagatan. Al otro lado de la ventana de la comisaría soplaba un fuerte viento racheado. De vez en cuando se oía a alguien por el pasillo. Wallander confiaba en que no llamaran a su puerta. No quería que lo molestaran.
Que lo molestaran... ¿con qué?, se preguntaba. «Puede que mi mayor deseo sea que no me moleste mi propio yo, esa sensación creciente de desazón que me acompaña últimamente.»"

UN MAL NECESARIO


Cierro el Tríptico de Asclepia de Ian Tregillis con su última entrega, Un mal necesario.
Quizás le sobran páginas y la ciencia ficción es más ciencia ficción que nunca, lo sobrenatural mezclado con la II Guerra Mundial es, sin duda, un planteamiento original pero dudo mucho que dé para tres novelas de semejante extensión.
Un ejercicio interesante que ha colmado mi ración de este género para mucho tiempo.
Me voy con Wallander aunque no sé si me arrepentiré.... pero antes les dejo un fragmento de la novela para que puedan decidir con conocimiento de causa.

Un mal necesario (fragmento)

PRÓLOGO

"Tiene cinco años cuando el granjero pobre la vende al doctor loco.
Es otoño, húmedo y frío. El hambre le forma un nudo en el estómago. Arrodillada sobre un montón de hojas de roble, sujeta a un terrier por las patas traseras mientras su hermano intenta arrancarle de la boca el hueso de la sopa. El hueso es un tesoro en el que resplandecen las motas de valioso tuétano. El perro gruñe y gañe; no oyen acercarse el carro.
El granjero les pregunta si tienen hambre. Dice que conoce a alguien que puede darles de comer, si están dispuestos a subirse a su carro.
Lo están. El perro conserva su hueso.
La niña se acurruca en el heno del carro del granjero. Su hermano la abraza e intenta protegerla del frío que se cuela por todo. Viajan con otro chico, cuyo pecho gorgotea cuando tose.
Llegan a la granja. El campo de detrás de la casa está salpicado de pequeños montículos de tierra negra. Aquí y allá, los cuervos los picotean y tiran de algún retazo de tela o una tira de piel."

PAN, EDUCACIÓN, LIBERTAD



Mi querida amiga Anita Ember me dijo que este libro era el mejor de la Trilogía de la Crisis escrita por Márkaris, no sé si es el mejor pero es bueno, muy bueno¡¡¡¡

Jaritos ligeramente más desesperanzado de lo habitual, Adrianí en "su salsa" cocinando para familia y amigos sus famosos tomates rellenos, arroz con puerros y toda clase de delicias¡¡¡¡,
Katerina y Fanis sin decidirse a ser padres y Zisis organizando un albergue para "sin techo".
Todo fluye hacia la destrucción en Atenas el 31 de Diciembre de 2013, pero las personas siempre serán capaces de salvarse aunque las instituciones las abandonen.
Me encantó esta novela, en la que lo de menos son los crímenes y lo de más un repaso a la historia griega de los últimos 40 años, para concluir:
"que de aquellos polvos vienen estos lodos" y "nunca llovió que no escampara".....


Y esta es la opinión de mi querida Noelia Vallina:
RESEÑADA por Noelia Vallina para LIBROS, el 21 de Octubre de 2013.
Terminado en un plis dominguero "Pan, educación y libertad" de Márkaris. Nada nuevo que añadir, estupendo como siempre y más reivindicativo que nunca.


Otra opinión autorizada, la de Amelia Ruíz:

RESEÑADA por Amelia Ruíz para LIBROS, el 24 de Noviembre de 2013.
He leído Pan, educación y libertad de Márkaris. Como soy devota de Jaritos, tan solo un pero, esa manía de convertir parte de la trama en una especie de GPS de la ciudad de Atenas. Por lo demás, como siempre, una triste delicia leer sus tramas y comprender que no estamos tan lejos de ese pueblo.

Y faltaba Ricardo Cortat, aquí lo tenemos:
RESEÑADO  por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 14 de Junio de 2014.
Dejo el comentario del libro con una foto del mismo porque he leído por alguna página que a la hora de compartir publicaciones si no llevan foto va a estar complicado o imposible.
'Pan, educación, libertad' cierra la trilogía sobre la crisis económica actual desde el punto de vista de Petros Márkaris y del comisario Jaritos.
Los muertos de los tres libros son el decorado ateniense a tres libros sobre la crisis, la economía, la troika comunitaria y los PIIGS, que en el fondo es de lo que quería hablar el escritor.
Tres libros que se dejan leer o que se leen bien pero que no son el Jaritos anterior


Sinopsis (Ed. Tusquets)
Día 1 de enero de 2014: Grecia está en bancarrota y regresa al dracma. También en España vuelven las pesetas. Por esas fechas, Jaritos y su familia empiezan a apretarse el cinturón: no van a ingresarle la nómina durante tres meses. La paralización económica y el empobrecimiento del país traen consigo un aumento de la solidaridad hacia los desfavorecidos, pero también, peligrosamente, de los movimientos neonazis. Así las cosas, aparece asesinado un rico contratista de obras. Es un hombre ya maduro que había participado en los “Hechos de la Politécnica”, en 1973, cuando los estudiantes se rebelaron contra la dictadura de los Coroneles. Junto al cadáver, un teléfono móvil emite el lema que los estudiantes voceaban: «Pan, educación, libertad».
¿Ha regresado el país a aquellos negros tiempos? ¿Siguen siendo válidas las consignas y reivindicaciones de aquellos antiguos estudiantes? ¿O algo más se esconde detrás de ese asesinato? La aparición de un segundo cadáver quizá ayude a Jaritos y a su diezmado grupo de agentes de policía.

Pan, Educación, Libertad (fragmento)

1
"Lo sostiene en la mano izquierda mientras la palma de la mano derecha se desliza suavemente sobre él, como si quisiera alisar un papel arrugado. La mano le tiembla al tocarlo.
—¿Podéis creéroslo? Llegué a echarlo de menos —murmura.
Lo que tiene en la mano es un billete de mil dracmas, idéntico a los que teníamos antes, con el Discóbolo de Mirón impreso en una cara.
—Mamá... Con este billete de mil, mañana no podrás pagar ni un café —le dice Katerina.
«Mañana» es el 1 de enero de 2014. Hoy es el último día de 2013 y estamos a punto de cortar el pastel de Nochevieja en compañía de Fanis, Katerina y nuestros consuegros, Sevastí y Pródromos. —Piensa que es mucho más apetecible cobrar mil dracmas que tres euros por un café —le contesta Adrianí.
—Sí, pero ahora un euro equivale a quinientos dracmas.
—No le amargues la noche —le susurra Fanis.
—Es que mañana le amargarán el día —replica Katerina a Fanis.
—Déjalo para mañana, entonces —le contesta Fanis en tono cortante.
—Katerina, nosotros ya hemos vivido todo esto y estamos inmunizados —interviene mi consuegra, Sevastí—. ¿Sabes cuántos miles de dracmas tenía que pagar mi madre por una oká* de arroz cuando terminó la guerra civil? Pródromos, ¿recuerdas cuánto costaba una oká de arroz antes de la devaluación de Markesinis?
—Sí, claro. ¿Y por qué no me preguntas cuántos cañones tenía el acorazado Avérof? —contesta Pródromos.
Aquí termina la conversación, porque Adrianí se dirige a la cocina para buscar el pastel y los frutos secos, y Katerina, como siempre, corre detrás para ayudarla."

miércoles, 23 de agosto de 2017

UNA SEMANA EN INVIERNO


Un fin de semana "palomitero" viene bien de vez en cuando, este lo he dedicado a "palomitas irlandesas" la novela póstuma de Maeve Binchy esa escritora siempre "en el filo de la navaja romántica".
Una semana en invierno no pasará a la historia de la literatura universal, pero entrecruza diversas historias en la Irlanda rural y se lee en dos tardes.....¡¡¡
Para descansar de historias más profundas, está muy bien¡

Una semana en invierno (fragmento)

"Chicky

En la granja de los Ryan, en Stoneybridge, cada uno tenía asignada una labor. Los muchachos ayudaban a su padre en el campo a reparar las alambradas, traer las vacas para ordeñarlas o abrir surcos para plantar patatas; Mary daba de comer a las terneras, Kathleen horneaba el pan y Geraldine se ocupaba de las gallinas.
Nunca la habían llamado Geraldine; desde que tenían memoria, para todos ella había sido simplemente Chicky. Una niña muy formal que cada día recogía los huevos frescos o echaba el pienso a los polluelos, acariciándoles suavemente las plumas y canturreándoles siempre cloc, cloc, cloc mientras realizaba la tarea. Chicky había puesto nombre a todas las gallinas, y cuando alguien cogía una para la comida de los domingos, nadie se atrevía a decírselo. Fingían que la habían comprado en la pollería, pero Chicky siempre se daba cuenta.
Durante el verano, Stoneybridge, en el oeste de Irlanda, era un paraíso para los niños, pero el verano era corto y la mayor parte del año el clima era crudo, lluvioso y tormentoso en la costa atlántica. No obstante, siempre les quedaba la posibilidad de explorar cuevas, trepar acantilados, descubrir nidos de pájaros y espiar a las cabras montesas de cuernos grandes y retorcidos. Y también estaba Stone House. Chicky disfrutaba mucho jugando en aquel inmenso jardín cubierto de maleza. En ocasiones, las señoritas Sheedy, las tres hermanas ancianas dueñas de aquella casa, la dejaban jugar a disfrazarse con sus trajes y vestidos viejos."