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miércoles, 8 de noviembre de 2017

VESTIDO DE NOVIA



No se si lo he leído en alguna parte o es de mi propia cosecha pero tengo la sensación de haber asistido a "las vueltas y revueltas del escritor en su laberinto".
Han calificado este libro de thriller, novela negra e, incluso, negrísima, y...., no sé que decir. Indudablemente Lemaitre escribe exquisitamente y es un placer leer cualquier novela que escriba, pero....., debe ser deformación por haber leído tanta y tanta negra de cualquier origen, una sensación me invade de que a esta le faltan cosas y le sobran muchas otras.
Uno de los requisitos principales de una buena novela negra es que sea creíble y por ahí patina Lemaitre y patina mucho. Aun así, la recomiendo porque es corta y está muy bien escrita, un placer leer Vestido de Novia pero no un placer inolvidable.



RESEÑADO por Rossana Cabrera para LIBROS,  el 6 de Noviembre de 2014.
Normalmente voy por libre en mis lecturas. Anoto lo que otros recomiendan en mis páginas favoritas pero, repito, voy por libre.
Pero a veces, cuando un libro se repite, y se repite, y se repite, y gente de la que me fío literariamente, porque compartimos gustos empieza a poner:
"adictivo"," no se puede parar", "no te suelta"," ahhh que entretenidísimo...".
Entonces, esas veces, suelto el resto de lo que estoy leyendo y sigo la corriente.
Y a veces, como ésta, dejarse ir haciendo la plancha por el río común, es sumamente gratificante.
Como dicen mis otros amigos de Tropa de libros, "Vestido de novia" es adictivo, no se puede parar, no te suelta...


RESEÑADO por Rosi Torres Marino para LIBROS,  el 30 de Enero de 2015.
Uhmmmm.... sí pero no, es lo primero que me viene a la cabeza cuando termino su lectura. No se puede negar que la primera parte es del todo intrigante, que pasa las páginas con avidez pero...el giro que da para mí ha sido pasarse de vueltas la tuerca. Aún así, se lee. Habrá adaptación cinematográfica? No creo que tarde mucho. Ideal entre lecturas densas, pero ya, hasta ahí.

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
No dejes que nadie te desvele nada de esta historia.

Sophie Duguet no entiende qué le sucede: pierde objetos, olvida situaciones, es detenida en un supermercado por pequeños robos que no recuerda haber cometido. Y los cadáveres comienzan a acumularse a su alrededor...
Y ya no podemos desvelar nada más de este thriller para así mantener intacto el escalofriante placer de la lectura y la adictiva búsqueda de la verdad por parte del lector.


Vestido de Novia (fragmento)

SophieEstá sentada en el suelo, con la espalda contra la pared y las piernas estiradas, jadeante. Léo está pegado a ella, inmóvil, y tiene su cabeza en el regazo. Con una mano ella le acaricia el pelo y con la otra intenta secarse los ojos, pero con movimientos desordenados. Llora. Algunos sollozos se convierten en gritos, chilla, le sale de las entrañas. Cabecea. A veces, la pena es tan intensa que se golpea la parte de atrás de la cabeza contra el tabique. El dolor la reconforta un poco pero no tarda en notar que todo se le vuelve a derrumbar por dentro. Léo se porta muy bien, no se mueve. Baja los ojos
hacia él, lo mira, le estrecha la cabeza contra el vientre y llora. Nadie puede imaginarse lo desgraciada que es.
1Aquella mañana, como tantas otras, se despertó llorando y con un nudo en la garganta, aunque no tenía ninguna preocupación concreta. En su vida, el llanto no es nada excepcional: las lágrimas la acompañan todas las noches desde que está loca. Si por las mañanas no se notara las mejillas empapadas,
podría llegar a creer que pasa noches tranquilas de sueño profundo. Por las mañanas, la cara llena de lágrimas y la garganta atenazada son mera información. ¿Desde cuándo? ¿Desde que Vincent sufrió el accidente? ¿Desde su muerte? ¿Desde la primera muerte, muy anterior? Se ha enderezado apoyándose en un codo. Se seca los ojos con la sábana mientras busca los cigarrillos a tientas y, al no encontrarlos, se acuerda de pronto de dónde está. Lo recuerda todo, lo que sucedió el día anterior, la velada… Recuerda inmediatamente que tiene que irse, salir de esa casa. Levantarse e irse, pero se queda ahí, clavada en la cama,
incapaz de un gesto mínimo. Agotada.

martes, 30 de agosto de 2016

MUERTE EN LAS ISLAS


Segunda entrega de la serie de novelas protagonizadas por Georges Dupin, comisario de policía en la localidad bretona de Concarneau (Francia).

La ecología, la corrupción política y la venganza forman el triángulo perfecto para el asesinato....y de fondo nuestro Georges Dupin y la maravillosa Bretaña.
Quizás las tramas de las novelas de Bannalec podrían estar un poco más trabajadas pero las descripciones de paisajes, tradiciones, gastronomía y música son tan perfectas que hacen que me sienta en casa.
Esta Costa da Morte francesa es tan parecida a la gallega que hasta comen caldeirada de maragota, un pescado que nunca había oído nombrar fuera de Galicia, la preparan con mantequilla pero en esencia es el mismo plato de marineros que aquí.
Seguiré a Dupin por Bretaña, me relaja....¡¡¡

Sinopsis (Ed. Grijalbo)
Unas islas paradisíacas frente a la costa bretona, tres cadáveres en la playa y un comisario amante del café, la comida, los pingüinos y las investigaciones a la manera clásica.
Segundo caso para el Comisario Dupin, el investigador que protagoniza la serie de novela policíaca que lleva vendidos más de 2.000.000 de ejemplares.
Es lo último que le apetece a Georges Dupin esa mañana: tener que salir corriendo, sin haber podido tomar su segundo café, meterse en una bamboleante patrullera de la policía, atender al perfecto que le atosiga a llamadas porque un amigo suyo ha desaparecido y no disponer de la menor pista sobre la identidad de los tres cadáveres que han aparecido en una playa de las islas Glénan.
¿Quiénes eran esos tres hombres? ¿Tal vez víctimas del violento temporal que azotó el archipiélago la noche anterior? Todo apunta a que murieron ahogados, hasta que algo despierta las dudas del comisario.
Mientras Dupin, en su cuartel general del bar-restaurante de la isla de Saint Nicolas, interroga a los sospechosos, vuelve locos a sus colegas y se sumerge en las oscuras historias de los isleños, una nueva tempestad empieza a gestarse.
Las historias del comisario Georges Dupin, una versión moderna de las novelas clásicas de detectives, se han convertido, en apenas tres años, en una de las sorpresas editoriales de Alemania, con una serie de televisión, la publicación en varios países y un renovado entusiasmo por la Bretaña francesa, que ha visto incrementar las visitas de turistas a los escenarios de las novelas.

Muerte en las islas (fragmento)

El primer día

El archipiélago se alzaba delante de ellos como un espejismo: las islas, alargadas y llanas, parecían flotar como por arte de magia en el mar opalino, un poco difuminadas y rutilantes.
Las más grandes se reconocían a simple vista gracias a unas pocas construcciones emblemáticas: la misteriosa fortaleza en la isla de Cigogne, el viejo faro azotado por los temporales en la de Penfret, la granja abandonada en la de Drénec y las cuatro casas marcadas por décadas a la intemperie en la de Saint-Nicolas, la principal del famoso archipiélago… Las legendarias islas de Glénan.
Estaban a diez millas náuticas del continente, de Concarneau, la magnífica «ciudad azul» de la región bretona de Cornualles, para cuyos habitantes eran desde tiempos inmemoriales las «protectoras». Día tras día se constituían en su horizonte inamovible. Dependiendo de cómo se veían, si nítidas, borrosas, empañadas, rutilantes o firmes en el agua, interpretaban el tiempo que haría al día siguiente y, en determinadas fechas, incluso el que haría el resto del año. Los bretones llevaban siglos discutiendo tenazmente sobre cuántas islas había. Siete, nueve, doce o veinte eran las cifras más habituales. Lo único indiscutible era que había siete «grandes». Y «grande» significaba a lo sumo unos cientos de metros de longitud. Antiguamente, el archipiélago formaba una sola isla, que el mar embravecido y el embate constante de las olas fueron fragmentando poco a poco.


martes, 25 de agosto de 2015

EL MISTERIO DE PONT-AVEN


Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Georges Dupin, comisario de policía en la localidad bretona de Concarneau (Francia).


El comisario Georges Dupin no es alcohólico, no está deprimido, no tiene relaciones problemáticas.....y por ahora está resultando una alternativa estupenda para las perezosas tardes de verano, no me agobia y me intriga lo justo!!
El plus de esta novela son sus escenarios, la Bretaña francesa tan cerca y tan lejos, tan cerca que tienen una región Finisterre como nosotros los gallegos, no se cuando identificados se sentirán el resto de los españoles con mostrar bretones, los gallegos somos tan parecidos que semejamos más primos-hermanos que de los asturianos.
Reconocible el atlántico salvaje, los acantilados, el tiempo lluvioso, el carácter desconfiado, la gastronomía propia y los vinos diferentes, la música, el baile....todo!
La trama detectivesca, con el punto justo para no aburrir.
El punto débil, los personajes secundarios, poco logrados.

Sinopsis (Ed. Grijalbo)

Un pueblo pintoresco y plácido, un extraño asesinato, un secreto celosamente guardado y un comisario huraño que, por fin, tiene un caso.
El misterio de Pont-Aven es el primer caso del Comisario Dupin, protagonista de la serie de novela policíaca ambientada en la Bretaña francesa que se ha convertido en un éxito de ventas.

Ya han pasado más de dos años desde que el comisario Georges Dupin fue «forzosamente trasladado» a lo que él considera el fin del mundo: Concarneau, en la costa bretona. Allí nunca pasa nada, aparte de los atascos en verano, cuando toda la región se convierte en el destino turístico por excelencia.
Pero una mañana de julio, al inicio de la temporada alta, recibe una llamada. En el idílico pueblo cercano de Pont-Aven se ha cometido un asesinato incomprensible. Pierre-Louis Pennec, el dueño del legendario hotel Central, en el que a finales del siglo XIX se alojaron Paul Gauguin y otros pintores famosos, ha sido brutalmente apuñalado. ¿Quién querría matar a un anciano de noventa y un años, una bellísima persona? ¿Y por qué?
Cuando poco después aparece un segundo cadáver en la costa, Dupin comprende que tiene entre manos un caso más complejo de lo esperado. Aunque la presión de los políticos locales aumenta, y los habitantes de Pont-Aven guardan un silencio obstinado, el comisario, a quien no siempre le resulta fácil morderse la lengua, se mantiene fiel a su peculiar estilo de investigación. Y es que la pregunta inesperada puede arrojar la pista que hasta entonces estaba eludiéndole, y sacar a la luz un secreto por el que valdría la pena matar.
El misterio de Pont-Aven, una versión moderna de las novelas clásicas de detectives, causó sensación en Alemania donde, gracias a la recomendación de libreros y lectores, escaló a los primeros puestos de las listas de los libros más vendidos, entre los que permaneció durante 42 semanas.

El misterio de Pont-Aven (fragmento)

El primer día

Todo apuntaba a que ese 7 de julio iba a ser un espléndido día de verano. Uno de esos grandiosos días de la costa atlántica que tan feliz solían hacer al comisario Dupin. Allá adonde mirase, reinaba un azul luminoso y, aunque hacía un calor poco habitual para la Bretaña a una hora tan temprana, la atmósfera estaba tan despejada que todo presentaba unos contornos limpios, nítidos. Y eso que la tarde anterior había parecido que se les venía encima el fin del mundo: unos nubarrones negros, bajos y amenazantes habían cruzado veloces el cielo, descargando fuertes aguaceros torrenciales aquí y allá.
Concarneau, la magnífica Ciudad Azul, como seguían llamándola a causa del intenso color de las redes de pesca que el siglo anterior se tendían en su puerto, resplandecía. La esfera del reloj que coronaba el mercado, un bonito edificio antiguo en el que todos los días podía comprarse bien fresco el género que los pescadores locales habían capturado en sus redes apenas unas horas antes, marcaba las siete y media. El comisario Georges Dupin se encontraba en L’Amiral, sentado al final de la barra con el periódico abierto ante sí, como siempre. El emblemático café restaurante, que gozaba de una larguísima tradición (e incluso, una vez, había sido hotel), quedaba en el muelle y tenía justo enfrente el famoso casco histórico de la localidad. La ville close, la antigua ciudad medieval rodeada por una imponente muralla con torreones fortificados, había sido erigida sobre una islita alargada que se alzaba, como una escena salida de un cuadro, en medio de ese puerto en el que también desembocaba el tranquilo río Moros. Hacía exactamente dos años y siete meses que Dupin, tras una vida entera en París, se había visto obligado a abandonar la glamurosa capital a causa de su «traslado» a ese rincón perdido del país como consecuencia de «una serie de disputas» (según se hizo constar en el informe interno), y todas las mañanas desde entonces se tomaba su café solo en L’Amiral. Un placentero ritual que no sacrificaba por nada del mundo.