Mostrando entradas con la etiqueta NOVEDADES 2017. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta NOVEDADES 2017. Mostrar todas las entradas

viernes, 17 de agosto de 2018

EL DOMINGO DE LAS MADRES

Nada mejor que una hermosa mañana de domingo para leer con calma está novela de, apenas, 200 páginas en la que Jane Fairchild, joven huérfana, criada en casa acomodada, amante y libre, nos relata su Domingo de las Madres, ese en que las criadas podían visitar a sus familias (una vez al año no hace daño), ese en el que su vida cambiará para siempre.
Con una prosa elegante y contundente, Swift da voz a una joven que a lo largo de un domingo nos relata su pasado, nos hace vivir su presente y deja que nos asomemos a su futuro.
Amor, sueños y realidad.
Me ha gustado mucho!

Sinopsis (Ed. Anagrama)

Inglaterra, 30 de marzo de 1924. El Domingo de las Madres. Una jornada en la que las criadas vuelven a sus casas para visitar a sus familias. Pero Jane Fairchild, de veintidós años y que trabaja para los Niven, es huérfana, y pasa ese día de un modo muy distinto. Se cita con su amante, Paul Sheringham, el único hijo vivo de los vecinos de los Niven, que han perdido a los otros en la guerra. Jane y Paul llevan años de relación clandestina, pero ha llegado el momento de dejarlo, porque él va a casarse con una chica de su clase social dentro de dos semanas. La pareja hará el amor por última vez, pero después de despedirse sucederá algo inesperado que cambiará para siempre la vida de ella...
En los años que le quedan por delante, Jane acrecentará su interés por la lectura –a través de los libros de Conrad–, trabajará en una librería de Oxford y con el tiempo se convertirá en una novelista de éxito, en una forjadora de ficciones. Pero nunca olvidará lo sucedido aquel 30 de marzo de 1924.

Graham Swift, en la plenitud de su madurez literaria, ha escrito una novela tan concisa como deslumbrante, impregnada de erotismo, pasión y melancolía. Una bellísima indagación en los meandros del amor, en la importancia de los recuerdos que evocamos y de las historias que nos contamos, en la búsqueda de la propia identidad y en el poder transformador de la literatura.

El domingo de las madres (fragmento)

¡Vas a ir al baile!

Érase una vez..., antes de que mataran a los chicos y cuando había más caballos que coches, antes de que desaparecieran los sirvientes varones y en Upleigh y en Beechwood tuvieran que arreglárselas con una cocinera y una sirvienta, los Sheringham eran propietarios no sólo de los cuatro caballos de su cuadra, sino también de un ejemplar que podía considerarse un «señor caballo», un caballo de carreras, un purasangre. Se llamaba Fandango, y su caballeriza estaba cerca de Newbury. Nunca había ganado nada de nada. Pero era el pequeño lujo de la familia, su esperanza de fama y gloria en las carreras del sur de Inglaterra. El trato era que Mamá y Papá –conocidos también, en el extraño lenguaje de él, como «los ineptos»– eran dueños de la cabeza y el cuerpo, y Dick y Freddy y él de una pata cada uno.
–¿Y la cuarta pata?
–Ah, la cuarta pata... Ésa ha sido siempre la pregunta.
Durante la mayor parte del tiempo no fue más que un nombre, un nombre que no podía verse, aunque un nombre muy caro dividido en cuatro y perfectamente adiestrado. Se había vendido en 1915, cuando él tenía quince años. «Antes de que tú aparecieras, Jay.» Pero una vez, hace mucho tiempo, una mañana de junio temprano, emprendieron todos una expedición extraña y disparatada sólo para verle, para ver cómo montaban al galope a Fandango, su caballo, por las colinas. Para contemplar desde la valla cómo se acercaba, atronador, con otros caballos y pasaba ante ellos como un rayo. Estaban él y Mamá y Papá y Dick y Freddy. Y –quién sabe– alguna parte interesada y fantasmal, propietaria real de la cuarta pata.
Él tenía la mano en la pierna de ella.

jueves, 16 de agosto de 2018

TANTOS DÍAS FELICES

Ohhhhh el amor!!
Lo que en Sylvia (Leonard Michaels) era destrucción y sufrimiento, en esta novela se transforma en fina ironía, elegancia y savoir faire...¡
Años 70 en New York, clase media culta y elegante y amor, mucho amor que, en ningun momento resulta cargante o facilón, y si, chispeante, divertido e ingenioso.
Me encanta la forma de escribir de Colwin y ese "costumbrismo moderno" que cada día perfecciona más.
Muy recomendable para pasar un rato delicioso pleno de optimismo y belleza. Y recuerden :
"No soy maravillosa, soy el azote de Dios" pag.83

Sinopsis (Ed. Libros del Asteroide)
Guido y Vincent son amigos desde niños, estudian en Cambridge (Massachusetts) y comparten sueños: Guido quiere escribir poesía y a Vincent le gustaría ganar el Premio Nobel de Física. Cuando Guido se encuentra con la extravagante Holly a la salida de un museo se enamora perdidamente de ella, pero presiente que no tendrán una relación fácil. Vincent, más abierto y alegre, conoce a Misty en el trabajo y, aunque ella es una misántropa terrible, estaría dispuesto a darlo todo por salir con ella.
A través de las relaciones de estos personajes, de sus cortejos, celos, rupturas y reconciliaciones en el Nueva York de finales de los setenta, Tantos días felices retrata a cuatro personas inteligentes y bienintencionadas que no pueden dejar de creer en el amor. Una maestra en la narración de sentimientos y relaciones afectivas, Laurie Colwin es uno de los secretos mejor guardados de la literatura norteamericana. Su prematura muerte en 1992 le privó del éxito que sin duda merecía; aun así, el número de devotos de sus peculiares comedias de costumbres no ha dejado de crecer desde entonces.

Tantos días felices (fragmento)

PRIMERA PARTE
1
Guido morris y Vincent Cardworthy eran primos terceros. Nadie recordaba ya qué morris se había casado con qué Cardworthy y a nadie le importaba salvo en las grandes reuniones familiares, cuando de vez en cuando alguien sacaba el tema y lo sometía a benévola consideración. Vincent y Guido eran amigos desde su más tierna infancia. Los habían llevado de paseo juntos en el mismo cochecito y, ya de niños, solían reunirse en la casa que los Cardworthy tenían en Petrie, Connecticut, o en casa de los morris, en Boston, para jugar a las canicas, trepar a los árboles y poner petardos en buzones y en cubos de la basura. De adolescentes habían bebido cerveza a escondidas y habían probado a fumar los puros del padre de Guido, que en vez de marearlos solían dejarlos muy contentos. Ya de mayores, ambos disfrutaban muchísimo con un buen puro.
En la universidad los dos habían hecho el tonto, habían gastado dinero y se habían preguntado qué sería de ellos cuando fueran mayores. Guido quería escribir poesía en dísticos heroicos y Vincent pensaba que acabaría ganando el Nobel de Física.

BLANCO DE PLOMO

«Una de las escritoras estadounidenses más inteligentes y minuciosas de la actualidad».
DAVID FOSTER WALLACE

Esta es una de las calificaciones que la editorial emplea para promocionar la novela, tras leerla me animé y....., indudablemente no puedo opinar sobre la inteligencia de la autora, eso sí, sobre su minuciosidad no me ha quedado la menor duda....
La protagonista, Stela da Silva, es conservadora de arte y una mujer ciertamente peculiar, tanto como esta "intriga" repetitiva, deslavazada y absurda que parte de un supuesto tan falso (Las Meninas viaja desde El Prado a New York para ser restaurada en una galería de tercera clase por una restauradora de cuarta división) que todo lo demás se queda en una mera anécdota y en una resolución más falsa que "Un duro de madera".
No me ha "enganchado" en absoluto, ni los personajes, ni la trama, ni su final me han convencido en ningún momento.


Sinopsis (Ed. Siruela)
La conservadora de arte Stella da Silva es un ave nocturna, por eso agradece que la casa de subastas Claiborne’s le permita trabajar en un horario poco convencional. La luz natural puede dañar algunas obras pictóricas de valor incalculable, y, además, su concentración mejora cuando la ciudad descansa. Una noche, mientras se ocupa del más famoso óleo de Diego Velázquez —despachado en secreto a Nueva York para su restauración—, se ve obligada a interrumpir un momento su tarea y, al volver al estudio, encuentra allí un cadáver vestido como una de las figuras del cuadro. Pero al llegar la policía, tanto el cuerpo como Las meninas se han volatilizado sin dejar rastro. Stella, la última en tener acceso a él, pasa así a convertirse en la principal sospechosa. Para recuperar su reputación y su empleo, ya que Claiborne’s la despide inmediatamente, no tendrá más alternativa que tomar las riendas del caso. Pero no será la única en perseguir algo, ya que también alguien empezará a correr tras ella...

¿Es el arte una razón para vivir? ¿O un oscuro negocio por el que matar? Un thriller diferente, sofisticado, atento al detalle y, claro está, muy negro, ese color que en palabras de Kandinski «es el del silencio del cuerpo tras la muerte, el de la vida que se cierra».

Blanco de plomo (fragmento)

Capítulo 1
—Buenas noches, Calvin.
—Buenas noches, Stella. No te quedes trabajando hasta muy tarde… —El hombre lanzó un beso al aire y con un ademán de la cabeza señaló a su izquierda—… Estoy reventado. En cuanto acabe este piso me marcho a casa. 
En la grabación de la cámara de seguridad se veía a una mujer con tacones rojos, servidora, y al limpiador nocturno, con su uniforme azul, riéndose por lo bajini, con gesto de complicidad. Los dos habíamos oído un ruido, como de respiración entrecortada, en una de las salas al fondo del pasillo. —¿Vas a ir a ver qué es? —le pregunté. 
—Nah, estoy cansado del numerito. 
Calvin siguió a lo suyo, fregando el suelo de mármol decorado con un diseño geométrico blanco y negro, que parecía cortar si caminaras descalzo sobre él. Con el limpiacristales azul en el bolsillo de atrás, fue pasando de un despacho a otro, encendiendo luces, apagándolas cuando acababa. Me recliné hacia atrás y lo vi alejarse a través de la puerta doble de cristal. A esas horas, en plena noche, solía estar sola en esa planta, aunque no siempre. 
Me gustaba trabajar de madrugada, cuando, a medida que pasaban las horas, había cada vez menos gente en el edificio, hasta que me quedaba completamente sola —o eso me gustaba pensar—. En mi trabajo, la luz natural es un tesoro y a la vez una condena. Ilumina, atenúa y degrada el color, todo en uno, así que a veces conviene evitarla. Fue la luz del sol la que dañó los Rothkos del Museo Fogg, que no se pudieron restaurar hasta décadas después, con proyecciones generadas por ordenador: cuando se apagan esas luces artificiales neutras, lo único que queda son seis lienzos estropeados. Mi jefe no controlaba mi horario, siempre y cuando cumpliese con mi trabajo. La casa de subastas Claiborne’s era la más antigua del país, pero en materia de privacidad y discreción tenía la reputación de un banco suizo.

SYLVIA


Dice la crítica que " Sylvia es una novela autobiográfica sobre el poder destructivo del amor que retrata de manera fascinante la intimidad de una pareja."
Yo he leído esta magnífica novela en un suspiro, un poco más de 100 páginas para relatar, de forma precisa y elegante, ese amor que te asalta y te arrebata en la primera juventud, que te hace obsesivo y posesivo, celoso, irracional, errático, fanático, injusto, feliz e ínfeliz, alegre y triste, perdidamente perdido sin capacidad de pensar en nada que no sea esa persona que lo es todo....
Hasta aquí, cualquiera que se haya enamorado, se reconocerá inmediatamente pero solo unos pocos podrán hacerlo en la violencia, las drogas, la enfermedad mental y la destrucción sistemática del uno y de otro.
Encierra tanta verdad está novela que su lectura es maravillosa, a pesar de su trasfondo trágico.
La recomiendo encarecidamente, eso sí, prescindiria del prólogo (8 páginas de spoiler que no me han aportado nada).

Sinopsis (Libros del Asteroide)
Leonard es un joven aspirante a escritor en el Nueva York de los años sesenta. Un día conoce a Sylvia en el apartamento de una amiga en el Village y queda totalmente subyugado por su belleza. «La cuestión de qué hacer con mi vida en los cuatro años siguientes quedó resuelta», recordará casi tres décadas después.
Sin embargo, la convivencia no resultará fácil. Su relación saldrá pronto de la alegría y la bohemia de los locales de jazz de la época y caerá en el desánimo y las peleas. Un amor tempestuoso y trágico que causa en la vida del joven Leonard una conmoción similar a la que las nuevas costumbres estaban provocando en la sociedad norteamericana del momento.
Escrita con extraordinaria claridad y precisión, Sylvia es una novela autobiográfica sobre el poder destructivo del amor que retrata de manera fascinante la intimidad de una pareja. Leonard Michaels fue uno de los autores norteamericanos más admirados de la segunda mitad del siglo XX; Sylvia, en la que trabajó incansablemente durante años y que fue publicada en su forma definitiva en 1992, seguramente sea su mejor obra.

Sylvia (fragmento)
En 1960, después de seguir dos cursos de doctorado en Berkeley, volví a Nueva York sin un título, sin la menor idea de lo que haría y con el único deseo de escribir relatos. También había asistido, de 1953 a 1956, a cursos de doctorado en la Universidad de Michigan. En total, cinco años de clases de literatura. No sé de qué otro modo podría haber pasado aquellos cinco años, pero no quería asistir a más clases magistrales ni estudiar para más exámenes ni verme envejeciendo en una biblioteca. En el periódico de la universidad había un anuncio en  el que se solicitaba a alguien para conducir un automóvil de Berkeley a Nueva York, con los gastos pagados. Llamé y, unos días después, iba, de vuelta a casa, conduciendo un Cadillac descapotable por montañas y praderas, como un hombre superespecializado de veintisiete años, que fumaba cigarrillos y no podía dar mejor explicación de sí mismo que la de decir: «Me gusta leer». Aunque estos otros hechos no modifiquen gran cosa el relato, tenía muchos amigos, me llevaba bien con mis padres y gustaba a las mujeres. Al dirigirme a gran velocidad hacia la gran ciudad en un gran automóvil ajeno, tenía la sensación de que la vida me sonreía. 
El piso de mis padres en el Lower East Side de Manhattan, con cuatro habitaciones y un balcón, era demasiado pequeño para acoger a otro adulto, pero yo no iba a permanecer demasiado tiempo en él. En cualquier caso, mi madre me hacía sentirme como un niño. Parecía natural. «¿Qué estás haciendo?», decía. «¿Lavando los platos? Vamos, vamos, déjalo. Siéntate y tómate una taza de café.»


EN UN PAÍS EXTRAÑO


“Día tras día, durante los grises meses invernales de comienzo de año, había intentado comportarse como un ciudadano común, convertirse en la clase de hombre que se relacionaba con la gente y veía el fútbol, que charlaba de cualquier cosa con los desconocidos del bar. Estaba dispuesto a reeducarse, ver las películas y las series completas de la HBO, leer las novelas y las memorias que se le habían pasado, pero lo único que era el mundo de los secretos”.
Hace tiempo que no leía una novela de espías que me mantuviese tan alerta como esta, escrita con gran fluidez, narra la historia de un espía británico caído en desgracia y su nueva jefa en el MI6.
Con escenarios en Inglaterra, Francia y Túnez, el ritmo de la acción es sostenido, los personajes creíbles y el final coherente, que es más de lo que se puede afirmar de la mayoría de las novelas de espionaje modernas.
Me ha encantado y me apunto al autor para nuevas lecturas.

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Seis semanas antes de asumir la dirección del MI6 y convertirse en la primera mujer que encabeza uno de los servicios de espionaje más prestigiosos del mundo, Amelia Levene desaparece sin dejar rastro, provocando así la crisis más grave que la institución ha vivido en una década. Los altos mandos se encuentran en un trance: no sólo tienen que encontrar a Levene, sino que la tarea tiene que realizarse en el más absoluto secreto si quieren evitar un duro golpe a la imagen y credibilidad del MI6. Así pues, la mejor opción que les queda es acudir a Thomas Kell, un agente al que despidieron del cuerpo ocho meses atrás por presuntas torturas a un detenido durante una antigua misión en Kabul.
Incapaz de adaptarse a la vida civil y en medio de una tormentosa ruptura matrimonial, Kell está a punto de tocar fondo, pero a sus cuarenta y dos años no puede rechazar esta oportunidad, tal vez la última de su vida, para redimirse ante sus colegas y volver a ejercer el único trabajo que sabe hacer. Una primera pista lo conducirá a Niza, Marsella y finalmente Túnez, donde, en la nueva situación creada tras la Primavera Árabe, estaría gestándose una trama que podría dañar seriamente los vínculos de Gran Bretaña con sus aliados.

En un país extraño (fragmento)

TÚNEZ, 1978

1
Jean-Marc Daumal despertó con el alboroto de la llamada a la oración y con el llanto de sus hijos. Acababan de dar las siete de la mañana, y el ambiente tunecino era sofocante. Durante un momento, mientras sus ojos se adaptaban a la luz del sol, Daumal se permitió olvidar que se hallaba en una situación lamentable, pero el recuerdo lo asaltó de pronto, como si se hubiera quedado sin aire. A punto de gritar de la desesperación, per maneció contemplando las grietas del techo encalado; un hombre casado de cuarenta y un años a merced de un corazón roto. 
Amelia Weldon se había marchado seis días antes. Sin previo aviso, sin motivos, sin dejar una nota. Estaba cuidando de sus hijos en el chalet —preparándoles la cena, leyéndoles un cuento en la cama— y, de pronto, había desaparecido. El sábado al amanecer, Céline, esposa de Jean-Marc, había descubierto que en el dormitorio de la au pair no quedaba ninguna de sus pertenencias, las maletas de Amelia no estaban en el armario y en las paredes ya no se veían sus fotos y sus pósteres. La caja fuerte que la familia tenía en el cuarto de la lavadora estaba cerrada, pero dentro faltaban el pasaporte y el collar que la joven había guardado en ella. En el puerto de La Goulette no tenían constancia de que una británica de veinte años que se ajustase a la descripción de Amelia hubiera embarcado en el ferry hacia Europa, y en ninguna de las compañías aéreas europeas que volaban desde Túnez había viajado una Amelia Weldon.

miércoles, 24 de enero de 2018

CAÍDA LIBRE


"En qué momento dejó de atreverse a decir “no”? ¿Cuándo renunció a ser “ella”? ¿Por qué acepto perder la libertad? Estas son algunas de las preguntas que se plantea Emma..."

Sue Kaufman relata la vida de una mujer rica en New York cuando pierde pie y no es capaz de entender que ocurre.
Independientemente del lugar, la época, la clase social y otras circunstancias Emma representa un paradigma de las mujeres en la sociedad occidental, aparentemente todo va bien, en el fondo hay huecos tan oscuros y profundos que cuando tus pies los tocan entras en caída libre y nada, ni nadie puede detenerte; sólo tú puedes hacerlo.
Ácida e hilarante, a ratos, he disfrutado de la prosa de Kaufman y seguiré haciéndolo.

Sinopsis (Ed. Círculo de Tiza)
Y pensar que se había sentido culpable y avergonzada, que se había echado en cara su miedo a los cuerpos en caída libre.Emma podría considerarse una mujer afortunada. Casada con un prestigioso editor literario y madre de un adolescente, su vida se mece en la seguridad económica y la estabilidad familiar en un lujoso barrio de Nueva York.
Hasta que todo lo que conformaba su apacible horizonte se viene abajo.
Su tiránica madre muere después de una dolorosa enfermedad y ella misma sufre una dolencia de origen desconocido. Su delicada salud le obliga a contratar una asistenta latina que irrumpe en las vidas de todos como un huracán. Además, en medio del naufragio de lo que había sido una existencia privilegiada, Emma presencia la caída de un hombre desde un rascacielos, lo que es para ella la premonición de un mundo, el suyo, que se derrumba.
A partir de ahí, Emma comienza un repaso de su propia vida, jalonada de renuncias y sutiles humillaciones que han ido marcando su biografía. La sumisión femenina entendida como el código de conducta de la alta sociedad, la represión sistematizada de las mujeres, la resignación como alineación… Y la valentía para romper con todo, recuperar su identidad y arrancarse el miedo.
Caída Libre es el relato de porqué hay que tocar fondo para volver a tomar impulso. Contada con humor irreverente, la novela se mueve entre el milagro y el desastre. Un libro que demuestra que la liberación de la mujer, como toda revolución, empieza con el reconocimiento de una verdad que duele. Una novela construida con la mirada inteligente y afilada de la autora de Diario de un ama de casa desquiciada.

Caída libre (fragmento)

Una especie en extinción

Lunes, 8.21

—Em. ¿Has visto eso?
Emma rio.
—Fue lo primero que vi cuando volví del hospital. Pero no entiendo. ¿Acaso no lo habías visto tú antes?
—Sí, pero parece haberse expandido de un día para otro. Ocupa toda la jodida pared. ¿Y qué es? ¿Qué se supone que es? ¿Un ordenador o algo así?
—No. Le pregunté y me dijo que no.
—Tal vez un conjunto de consolas como las que tenían en el Centro de Control. ¿Te acuerdas de que le interesaban más las imágenes de Houston que las que transmitían en directo de la nave espacial o de la Luna?
—Me acuerdo. Y también se lo pregunté. Se puso muy molesto y me dijo que, si se le ocurriera construir algo así de tonto y arcaico (sí: arcaico), se las arreglaría para darle el aspecto que supuestamente debía tener. Dijo que esa era la apariencia necesaria: un montón de equipamiento eléctrico y componentes viejos.
—Sí. En fin. Sin duda es eso. ¿Y sirve para algo? ¿Funciona?
—¿… servir? ¿Funcionar?
—Bueno, que si se enciende o zumba o hace sonar campanitas.
Emma volvió a reírse.
—No. Faltaría más. Me juró que ninguno de los cables estaba conectado a los enchufes ni a baterías. Lo cual es un alivio. Porque menudo riesgo de incendios hubiera podido ser.
A juzgar por el sonido que hizo Harold, quedó claro que él hubiera preferido con mucho el riesgo de incendios.
Estaban los dos de pie ante la puerta del cuarto de su hijo, Benjy: Emma Sohier, pálida y débil por efecto de una enfermedad reciente, aún en pijama y en bata; Harold Sohier, robusto y rozagante, vestido para ir al trabajo, con el maletín en la mano. Eran las ocho y veintitrés minutos de una calurosa mañana de octubre. Benjy se había marchado al colegio a las ocho. Harold, a punto de salir, había pasado delante de la habitación de Benjy y se había parado en seco y llamado a Emma. Aun sintiéndose mareada, Emma había acudido a su lado, y miraban en un silencio desanimado aquella cosa que había llevado a Harold a detenerse: la pared izquierda cubierta de arriba abajo por estanterías, excepto en el espacio central que ocupaba un escritorio de arce con su silla. Un carpintero había colocado los estantes cuando se habían mudado el año anterior, y hasta hacía un mes estos habían albergado cosas acumuladas a lo largo de once años, las posesiones de un niño totalmente normal de once años que, como era obvio, era incapaz de tirar nada.

EN EL ABISMO


Teóricamente,  décima entrega de la serie de novelas protagonizadas por Erlendur Sveinsson, policía en Reikiavik, Islandia.


Otra tomadura de pelo, y van tres, no sé si propiciada por la editorial española o por el propio Indridason, eso me hace pensar que quizás ha llegado el momento de abandonar.
Publicitada como la decima entrega de la serie de novelas protagonizadas por el inspector Erlendur Sveinsson, nuestro inspector brilla por su ausencia (ya lo hizo en la entrega anterior, retitulada como Río Negro) y si en la ...novena entrega, la protagonista era Elinborg (compañera de comisaría); en esta ocasión el protagonista es Sigurður Óli, otro compañero de comisaría.
Pues bien, al margen de la trama, el mayor interés de las novelas de Indridason, en mi caso, es Erlendur Sveinsson, su compleja personalidad, sus relaciones personales, su proceso deductivo y su capacidad de introspección; ausente Erlendur la calidad y la negrura bajan muchos enteros....
Tendré que pensar si sigo leyendo a Indridason.

Sinopsis (Ed. RBA)

El agente Sigurður Óli tiene serios problemas. Tras haber aceptado ir a ver a una pareja de chantajistas para hacerle un favor a un amigo, Sigurður Óli se encuentra con que la mujer yace en medio de un charco de sangre. Cuando esta fallece en el hospital, el agente se enfrenta a la investigación sin poder justificar qué hacía en la escena del crimen.

En el abismo (fragmento)

1
Sacó la máscara de cuero de la bolsa de plástico. No era ninguna obra de arte, y no le había quedado todo lo bien que a él le hubiera gustado, pero le serviría.
Lo que más temía era toparse con algún agente de policía por el camino, aunque, de todas maneras, pasaba totalmente desapercibido.  La bolsa contenía otros objetos además de la máscara. Había comprado dos botellas de brennivín en la licorería, y un martillo contundente y un clavo en la tienda de bricolaje.
El día anterior había adquirido el material necesario para elaborar la máscara en un mayorista que importaba piel y cuero. Se había afeitado con esmero y se había puesto sus mejores galas. Sabía lo que necesitaba y lo había encontrado sin dificultad: cuero, hilo y una buena aguja de zapatero.
A esas horas de la mañana las calles estaban prácticamente desiertas, así que no corría el riesgo de ser visto. Con la cabeza agachada para evitar mirar a quien pudiera pasar, caminaba a grandes zancadas hacia la casa de madera de la calle Grettisgata. Bajó a toda velocidad las escaleras de acceso al sótano, abrió la puerta, entró rápidamente y cerró con cuidado.
Se detuvo en la penumbra. Ahora ya conocía la distribución de las habitaciones y podía orientarse a oscuras. Al fin y al cabo, no era un apartamento de grandes dimensiones. El baño carecía de ventanas y se hallaba al final del pasillo, a la derecha. La cocina se encontraba en el mismo lateral, con una gran ventana que había tapado con una manta gruesa, orientada hacia el patio trasero. Enfrente de la cocina estaba el salón y, a su lado, el dormitorio. La ventana del salón, también tapada con cortinas recias, daba a Grettisgat. Al dormitorio solo se había asomado una vez; en lo alto de la pared había otra ventana, esta vez cubierta por una bolsa de plástico negra.
En lugar de encender la luz, buscó la vela que guardaba en el estante del pasillo, la encendió con una cerilla y el resplandor fantasmal de la llama lo guio hacia el salón. Escuchó los gritos ahogados del malnacido, sentado en una silla con las manos atadas al respaldo y la boca amordazada.


LA VEGETARIANA


“«Todo esto no tiene ningún sentido.
No puedo aguantar más.
No puedo seguir adelante.
No quiero seguir adelante.»
Volvió a recorrer con la vista los objetos de la casa. Nada de lo que había allí era suyo. Del mismo modo que su vida no había sido nunca su vida.”
...

Recomendadísima, por diversos medios y amigos, por fin me he decidido a leer La vegetariana, novela un tanto antigua que ha florecido gracias al Man Booker Prize 2016.
La vegetariana cuenta la historia de una mujer coreana, a tres voces:
- La de su marido, un espécimen egoísta y despreciable que justifica todo lo que hace sin pensar en nada más que en si mismo.
- La de su cuñado, un "artista" vago y autocomplaciente que vive sin trabajar porque su esposa trabaja 24 h al día.
- La de su hermana mayor, perfecta, exitosa y obsesiva.
Todos nos cuentan la historia y ninguno llega al fondo del sufrimiento de una mujer que en su delirio se autodestruye para purificarse.
Muchos la comparan con La metamorfosis porque todo nace de un sueño, pero La vegetariana es una exploración de la violencia contra las mujeres y de la violencia que las propias mujeres ejercen contra si mismas.
La novela es violenta, sórdidamente violenta y original, sórdidamente original.....
Me ha gustado, pero no tanto como esperaba.

Sinopsis (Ed. RATA)
La vegetariana relata la historia de una mujer corriente, Yeonghye, que por la simple decisión de no volver a comer carne convierte una vida normal en una perturbadora pesadilla. Narrada a tres voces, La vegetariana cuenta el desprendimiento progresivo de la condición humana de una mujer que ha decidido dejar de ser aquello que le obligan a ser. El lector, como un pariente más, asiste atónito a ese acto subversivo que fracturará la vida familiar de la protagonista y transformará todas sus relaciones cotidianas en un vórtice de violencia, vergüenza y deseo.

La vegetariana (fragmento)
"Antes de que mi mujer se hiciera vegetariana, nunca pensé que fuera una persona especial. Para ser franco, ni siquiera me atrajo cuando la vi por primera vez. Ni muy alta ni muy baja, con una melena que no era ni muy larga ni muy corta, tenía la piel descamada y amarillenta, ojos sin pliegues, pómulos ligeramente prominentes y vestía ropas sin color como si tuviera miedo de verse demasiado personal. Calzada con unos zapatos muy sencillos, se acercó a la mesa en que yo estaba sentado, con un paso que no era ni rápido ni lento ni enérgico ni débil.
Me llenó la nariz el olor a perro que las semillas de perilla no lograban tapar. Recuerdo sus ojos reflejándose en la sopa, los ojos con los que me miraba cuando vomitaba sangre con espuma.
Durante la vigilia, me entran ganas de matar a las palomas que caminan delante de mí, tengo ganas de retorcerle el cuello al gato del vecino. Si pudiera dormir... si pudiera dejar de estar consciente aunque sea una hora. "



EL HILO DE SANGRE


Quinta entrega de la serie de novelas protagonizadas por el comisario Lascano, apodado El perro, policía en Buenos Aires durante la dictadura militar.

Última entrega publicada de las negrísimas "aventuras" del Perro Lascano y como es habitual, Ernesto Mallo no defrauda.
El pasado siempre vuelve y nos "agarra por las solapas" sin compasión.
Magnífica novela!!!

Sinopsis (Ed. Siruela)
Ernesto Mallo, figura insoslayable del panorama negro-criminal, cierra poderosamente la serie dedicada a su mítico investigador.

«Las novelas de Mallo pertenecen a ese capítulo de la novela negra que podríamos denominar novela histórica de crímenes: la novela negra como crítica moral de una época».
JUSTO NAVARRO, Babelia

Un inesperado giro del destino ha hecho súbitamente rico al Perro Lascano: el comisario ha recuperado el amor de Eva y se ha jubilado de su puesto en la policía. Su vida se ha vuelto previsible, tranquila y segura. Pero, siendo desde siempre un hombre de acción, el Perro no sabe aburrirse. Por eso, cuando un criminal que agoniza en un hospital penitenciario dice saber quién asesinó a los padres de Lascano cuando este era solo un niño, el excomisario se embarca de inmediato en una obsesiva persecución entre Buenos Aires y Barcelona, poniendo así en peligro cuanto ama, para despejar la incógnita que lo ha acompañado toda la vida. Pero la verdad que le aguarda será muy distinta de cuanto hubiera podido imaginar...
Intenso, emocionante y conmovedor, el último caso del ya mítico investigador creado por el argentino Ernesto Mallo es mucho más que una novela policiaca. Se trata de un relato certero y desnudo sobre la condición humana, construido como un preciso mecanismo de relojería que, a la vez que tensa y pone en guardia todos los sentidos del lector, fascinado y temeroso por lo que pueda acontecer a continuación, lo empuja inevitablemente a volver la página y dejarse arrastrar de lleno por la inigualable potencia de lo narrado.

El hilo de la sangre (fragmento)

Causa Primera
1Hambre es mirar a otro ser humano como algo con que alimentarse. Quien la haya padecido no la olvidará jamás y hará lo que sea para no volver a sentirla. Sometido a las inclemencias de la vida, nada ampara al pobre del frío, de la lluvia, del abuso, de la ignorancia y de la injusticia. No puede darse el lujo de tener principios, solo puede tener un objetivo: sobrevivir. Carlos quisiera darse de martillazos para abrirse la cabeza y dejar de pensar en el abismo que se abrió en su vida arrojándolo a la indigencia. Solo una cosa sabe: ya no quiere ser pobre, está harto de la miseria. Quiere ser rico, porque los ricos no pasan hambre, frío ni calor; no hacen cola, sus empleados la hacen por ellos; meten a las mujeres más hermosas en su cama y, lo que es más importante, los ricos nunca van a la cárcel. Todos respetan a un tipo con mucho dinero.
Sale a la calle. Por todos lados ve riquezas: en las tiendas, en el camión de caudales que pasa, en las oficinas de los bancos, en el automóvil de lujo, en un reloj de oro, en la cámara del turista, en las mesas pletóricas de los restaurantes, en los escaparates de moda. Por todas partes billetes cambiando de manos. Lo que no ve es ninguna razón para no apropiarse de todo ello, solo debe encontrar la forma: la oportunidad no tardará en presentarse y él estará allí para aprovecharla.

martes, 23 de enero de 2018

RENDICIÓN



Ray Loriga en estado puro y mejorado, una novela que bajo la "piel de cordero" de una fábula postapocalíptica muestra al lobo de la sociedad en la que vivimos, borreguil, insolidaria, cotilla, obediente e inmersa en el autoengaño que acabará con nosotros si no ponemos remedio....
También tiene un toque de bondad e inconformismo que supone la única esperanza posible. Un hermoso principio y un gran final (escalofriante) para una novela que me ha gustado muchísimo.
Muy, muy recomendable.

Sinopsis (ED. Alfaguara)
Una fábula luminosa sobre el destierro, la pérdida, la paternidad y los afectos.
(De acta del jurado del Premio Alfaguara de novela 2017)
«Loriga se ha unido al selecto grupo de escritores que -como Houellebecq y Murakami- están redefiniendo la ficción del siglo XXI.»
Wayne Burrows, The Big Issue
¿Quiénes somos cuando nos cambian las circunstancias?
La guerra dura una década y nadie sabe a ciencia cierta cómo transcurre, qué bando fue el agresor y cuál el agredido. En la comarca, la vida ha continuado entre el temor a la delación y la añoranza de los que fueron al frente.
Cuando llega el momento de evacuar la zona por seguridad, él emprende camino junto a su mujer y al niño Julio, que ayuda a amortiguar el dolor por la ausencia de los hijos soldados. Un futuro protegido parece aguardarles en la ciudad transparente, donde todo es de dominio público y extrañamente alegre.
Allí los recuerdos desaparecen; no existe ninguna intimidad -ni siquiera la de sentir miedo- hasta el momento en que la conciencia despierta y se impone asumir las consecuencias.
«Una historia kafkiana y orwelliana sobre la autoridad y la manipulación colectiva, una parábola de nuestras sociedades expuestas a la mirada y al juicio de todos.»Del Jurado del XX Premio Alfaguara de novela

Rendición (fragmento)

Nuestro optimismo no está justificado, no hay señales que nos animen a pensar que algo puede mejorar. Crece solo, nuestro optimismo, como la mala hierba, después de un beso, de una charla, de un buen vino, aunque de eso ya casi no nos queda. Rendirse es parecido: nace y crece la ponzoña de la derrota durante un mal día, con la claridad de un mal día, forzada por la cosa más tonta, la misma que antes, en mejores condiciones, no nos hubiera hecho daño y que sin más consigue aniquilarnos, si es que coincide por fin ese último golpe con el límite de nuestras fuerzas. De pronto, aquello en lo que no habíamos reparado siquiera nos destruye, como las trampas de un cazador que nos supera en habilidad y a las que no prestábamos atención mientras nos distraíamos con el señuelo. A qué negar, en cambio, que mientras pudimos también cazamos así, utilizando trampas, señuelos y grotescos pero muy efectivos camuflajes.
Si uno mira con cuidado el jardín de esta casa, sabrá enseguida que vivió tiempos mejores, que la alberca vacía no desentona con el zumbido de los aviones que cada noche castigan no ya esta propiedad sino todas las de nuestro valle. Cuando ella se acuesta intento tranquilizarla, pero lo cierto es que sé que algo se derrumba y que no podremos levantar nada nuevo en su lugar. Cada bomba en esta guerra abre un agujero que no vamos a ser capaces de rellenar, lo sé yo y lo sabe ella, aunque jugamos y nos hacemos los tontos a la hora de dormir, buscando una tranquilidad que ya no encontramos, un tiempo como el de antes. Algunas noches, con tal de soñar mejor hasta recordamos.
En ese otro tiempo disfrutamos de lo que entonces pensábamos que iba a ser nuestro para siempre. El agua fresca del lago, lo llamábamos lago pero era más bien una charca grande, no sólo aliviaba los días de calor, sino que nos ofrecía toda clase de juegos y aventuras seguras. Esto último, «aventuras seguras», es sin duda una contradicción de la que entonces no éramos conscientes.

PANDEMIA


Novena entrega de la serie de novelas protagonizadas por Franck Sharko,  comisario en la Dirección Central de la Policía Judicial de París y Lucie Henebelle, teniente de policía en Lille

Sharko y Hennebelle, Thibault y Bellenger; dos parejas de policías protagonizan el nuevo thriller de Thilliez, un thriller oscurísimo lleno de amenazas y de muerte.
El bioterrorismo como leit motiv, la venganza como argumento, con un desenlace que, en este caso, si que es concluyente, o por lo menos, eso parece...
Me ha gustado, sin alharacas....

Sinopsis (Ed. Planeta)
La sensación del thriller francés: más de 4 millones de libros vendidos en todo el mundo.

Tres cisnes han sido hallados muertos por una enfermedad desconocida en el norte de Francia. Amandine Guérin, una investigadora del Institut Pasteur, es la encargada de una investigación que la llevará a colaborar con la pareja de policías Franck Sharko y Lucie Henebelle. Los tres tendrán que hacer frente a la extraña epidemia que se está extendiendo por todo el país y encontrar su origen. Y es que los causantes tienen relación con la red de tráfico de órganos que destaparon tiempo atrás. Así, su principal objetivo será descubrir quién es el hombre de negro que ha conseguido crear el pánico en el mundo desencadenando una pandemia de tales características.

Y deberán hacerlo a contrarreloj, porque la humanidad depende de ello.
ATENCIÓN: este thriller es contagioso.

Pandemia (fragmento)

1Viernes, 22 de noviembre de 2013
Amandine Guérin observaba una pequeña colonia de bacterias gramnegativas —unos centenares de unidades de Escherichia coli— bajo las lentes de un microscopio de gran aumento. Los organismos, coloreados con violeta de genciana, apenas medían tres millonésimas de metro y chapoteaban en una solución nutritiva. La microbióloga se apartó de la mesa de trabajo y le cedió su lugar al becario. —Ya verás, están un poco estresadas.
Adivinó que, detrás de la mascarilla respiratoria, Léo no las tenía todas consigo. Éste aproximó sus ojos azules a los oculares. En esa instalación de seguridad se manipulaban salmonelas, estafilococos y listerias que se extraían de congeladores a –80 ºC situados en un rincón del laboratorio. Unas bacterias rara vez mortales, pero que era necesario manipular con mucha precaución.
—El que está estresado soy yo.
—En el peor de los casos, puedes pillar una diarrea de tres o cuatro días. Dime, ¿cuáles son las causas del estrés de las bacterias?
—Los cambios de temperatura, el frío, el calor, las modificaciones del entorno desde el punto de vista químico..., la presión, la luminosidad.
—¿Y qué estrategias despliegan ante el estrés?


LATIDOS


Octava entrega de la serie de novelas protagonizadas por Franck Sharko,  comisario en la Dirección Central de la Policía Judicial de París y Lucie Henebelle, teniente de policía en Lille

Sharko y Hennebelle por fin son felices, tienen gemelos y planean un cambio de casa, pero el mal nunca descansa y les alcanzará como un ciclón.
En esta nueva entrega de las novelas protagonizadas por la pareja de policías parisinos, Thilliez introduce nuevos personajes como la gendarme Camille Thibault y da mayor protagonismo a algunos de los existentes en sus novelas anteriores, caso de Nicolas Bellanger.
Como es habitual, varias tramas se mezclan y confluyen en la novela; trasplantes de órganos, trafico de niños, crueldad, venganza y amor.
Me ha gustado a pesar de la tendencia al gore que tiene este escritor y, muy a pesar, de haberse convertido en el rey de "cliffhanger".....
Recomendable para pasar un rato.

Sinopsis (Ed. Planeta)
La sensación del thriller francés: más de 4 millones de libros vendidos.
Camille Thibault es una joven policía que sufre de horribles pesadillas desde que recibió un trasplante de corazón años atrás. En ellas aparece siempre la misma joven pidiéndole ayuda de forma desesperada. Cuando su nuevo corazón empieza a dar signos de rechazo, Camille tendrá una única obsesión: encontrar a su donante y descubrir su pasado.

Mientras, el investigador de la policía de París Franck Sharko deberá hacer frente al caso más difícil de su carrera: la muerte de doce jóvenes y la conexión con una mujer que reaparece, ciega, tras pasar mucho tiempo bajo tierra. Pero algo extraño sucede: a cada pista sobre la investigación que Sharko persigue, una mujer policía se le adelanta…
Se llama Camille, es policía y vive con el corazón de un asesino.

Latidos (fragmento)

1Viernes, 10 de agosto de 2012
Una joven automovilista de veintitrés años, implicada en un accidente de coche, ha sido encontrada muerta varias horas después del suceso, a un kilómetro escaso de su domicilio familiar, a las afueras de Quiévrain.
Sentada frente a su escritorio, la brigada Camille Thibault subrayó «encontrada muerta» y no se tomó la molestia de seguir leyendo. Cerró el periódico belga La Province, edición del 28 de julio de 2011, y pasó al siguiente sobre, que contenía un ejemplar del diario suizo 24 Heures, de la misma fecha. Fue directamente a la sección de «Sucesos» y encontró de un vistazo lo que buscaba.
Se habían producido dos accidentes de carretera aquel 28 de julio, a unos treinta kilómetros de distancia. El primero no había sido mortal, ya que el impacto lateral no le había causado al conductor más que un traumatismo craneoencefálico. Camille desestimó el artículo al instante.
Los vivos no le interesaban.
En la foto del segundo aparecía una moto de gran cilindrada empotrada contra un quitamiedos. El titular decía: «Terrible drama en la carretera de Meikirch». La joven brigada bebió un trago de té verde sin azúcar, como queriendo alargar el  momento, y por último se centró en el texto. El accidente había tenido lugar al filo de la medianoche, en una autovía. El conductor de un vehículo, bajo los efectos del alcohol, no había visto al motorista y se había desviado hacia la izquierda cuando éste circulaba a más de ciento cincuenta kilómetros por hora. El exceso de velocidad por un lado, el alcohol por el otro: dos circunstancias que habían desembocado inevitablemente en un baño de sangre. Encontraron al motorista a treinta y tres metros de su moto, una Ninja 1000 trucada.

UNA COLUMNA DE FUEGO


Tercer libro de la Saga Los Pilares de la Tierra, ficción histórica en Inglaterra, que comienza en el siglo XII con la primera novela que,  da nombre a la saga.

Estos días he vuelto a Kingsbrigde y allí con el trasfondo de las guerras de religión del siglo XVI he disfrutado de las aventuras, el amor, al traición y la vida de los protagonistas de esta saga de novelas que no serán de gran altura literaria, pero entretienen que da gusto.
Unos días de ficción histórica y de entretenimiento sin complicaciones.
Que más decir de Ken Follett.....? Pues que es best-seller en estado puro!
Absténganse los puristas y disfruten todos los demás!!

Sinopsis (Ed. Plaza y Janés)
Una columna de fuego arranca cuando el joven Ned Willard regresa a su hogar en Kingsbridge por Navidad. Corre el año 1558, un año que trastocará la vida de Ned y que cambiará Europa para siempre. 
Las antiguas piedras de la catedral de Kingsbridge contemplan una ciudad dividida por el odio religioso. Los principios elevados chocan con la amistad, la lealtad y el amor, y provocan derramamientos de sangre. Ned se encuentra de pronto en el bando contrario al de la muchacha con quien anhela casarse, Margery Fitzgerald. 
Cuando Isabel I llega al trono, toda Europa se vuelve en contra de Inglaterra. La joven monarca, astuta y decidida, organiza el primer servicio secreto del país para estar avisada ante cualquier indicio de intrigas homicidas, levantamientos o planes de invasión.
En París, a la espera, se encuentra la seductora y obstinada María Estuardo, reina de los escoceses, en el seno de una familia francesa con una ambición descomunal. Proclamada legítima soberana de Inglaterra, María cuenta con sus propios partidarios, que conspiran para deshacerse de Isabel. 
Entretanto, Ned Willard busca a Jean Langlais, un personaje escurridizo y enigmático, sin saber que tras ese nombre falso se esconde un compañero de clase de su infancia, alguien que lo conoce demasiado bien. 
A lo largo de medio siglo turbulento, el amor entre Ned y Margery parece condenado al fracaso mientras el extremismo hace estallar la violencia desde Edimburgo hasta Ginebra. Isabel se aferra precariamente a su trono y a sus principios, protegida por un pequeño y entregado grupo de espías hábiles y agentes secretos valerosos. 
Los auténticos enemigos, tanto entonces como ahora, no son las religiones rivales. La verdadera batalla es la que enfrenta a quienes creen en la tolerancia y el acuerdo contra tiranos dispuestos a imponer sus ideas a todo el mundo... y a cualquier precio.

Una columna de fuego (fragmento)

Prólogo

Lo ahorcamos delante de la catedral de Kingsbridge, el emplazamiento habitual para todas las ejecuciones; porque si no se puede colgar a un hombre ante el rostro de Dios, tal vez eso signifique que no debería estar muerto.
El sheriff lo subió desde los calabozos de la cárcel —situada bajo la casa consistorial, la antigua sede del gremio— con las manos atadas a la espalda. Caminaba erguido, con una expresión desafiante en su cara macilenta, con el gesto impávido.
La multitud vociferaba mofándose de él, maldiciéndolo entre abucheos, y aunque él parecía no verlos, sí me vio a mí: nos miramos a los ojos, y en ese efímero intercambio de miradas había una vida entera.
Yo era responsable de su muerte, y él lo sabía.
Había estado persiguiéndolo durante decenios; era un asesino que, en un acto de salvaje brutalidad, habría acabado con la vida de la mitad de los gobernantes de nuestro país, incluida la práctica totalidad de la familia real, si yo no se lo hubiera impedido.
Me he pasado la existencia yendo tras esos asesinos en potencia, y muchos de ellos han sido ejecutados, no solo en la horca, sino, además, destripados y descuartizados, la muerte más terrible, la que se reserva para los peores criminales.
Sí, he hecho esto mismo innumerables veces: ver morir a un hombre sabiendo que yo, más que ningún otro, lo había llevado ante su castigo, un castigo justo pero atroz. Lo hice por mi país, que tengo en gran estima; por Su Majestad, a quien sirvo, y por algo más, por un principio: la convicción de que una persona tiene derecho a decidir cuáles son sus creencias con respecto a Dios.
Aquel fue el último de los muchos hombres a quienes envié al infierno, pero me hizo pensar en el primero…