domingo, 21 de enero de 2018

SOL DE MAYO


Cuarta entrega de la serie de novelas protagonizadas por Rocco Schiavone,  subjefe de policía en la Brigada Móvil de Aosta, en los Alpes italianos.

Cuarta y última, por ahora, novela protagonizada por Rocío Schiavone, ese policía italiano colérico, maniático, fuera y guapo (o así me lo imagino).
Corrección urbanística mezclada con venganza y delitos del pasado que vuelven para amargar la vida a los implicados.....
Final que "anuncia" la próxima novela.
La espero!!!!

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Unos días después de haber liberado a Chiara Berguet, el subjefe Rocco Schiavone se encuentra muy afectado por un hecho que no le desearía a nadie: la muerte, en su propia casa, de la compañera de un amigo de Roma, acribillada con balas que iban destinadas a él. Pero cuando la depresión amenaza una vez más con doblegarlo, Rocco echa mano del mejor recurso que conoce para combatirla: expresar su ira contra todo el mundo, transmutada en una ironía capaz de herir más hondo que una navaja. Por fortuna, los agentes de la comisaría de Aosta, que están aprendiendo a convivir con la coraza de espinas que recubre el corazón malherido de su jefe, saben tomárselo con filosofía y aguantar el chaparrón. Así que, cuando Rocco sale del pozo, lo animan a emprender la búsqueda del asesino, que, al discurrir entre Roma y Aosta, se convierte en una dolorosa exploración de su pasado, un viaje en el tiempo que es como una herida abierta sobre una llaga que sigue sangrando. Y por si fuera poco, el caso de otro finado, al que en un principio se había dado carpetazo como víctima de un infarto, aterriza sobre su mesa para avivar su irritación. Y con él, un nuevo viaje, en esta ocasión al sector más acomodado de la ciudad, el de los que están fuera de toda sospecha, los que creen que pueden disponer de la vida humana como si de un peluche se tratara.
Cuarta novela de la serie protagonizada por el subjefe Rocco Schiavone, un policía políticamente incorrecto donde los haya. En paralelo a los diversos casos se desarrolla, en realidad, un único relato: el de la vida de un hombre que choca contra la corrupción impune e invasiva de los privilegios sociales, contra el desencanto absoluto de la Italia de hoy. Un personaje de una verdad y una profundidad tales que da la impresión de tener vida propia.
Sol de Mayo (fragmento)

LUNESLA SOMBRA DE LA 'NDRANGHETA TRAS LOS EXTORSIONADORES DE AOSTA
Prestaban dinero a empresarios y particulares con unos intereses desorbitados, para más tarde apoderarse de parte de sus bienes y cuentas bancarias. Ésta era la actividad de Domenico Cuntrera, oriundo de Soverato, con antecedentes penales, al que la policía ha arrestado gracias a las investigaciones sobre el homicidio de Cristiano Cerruti, mano derecha del constructor Pietro Berguet, presidente de Edil.ber.
El jefe superior de policía Andrea Costa afirmó durante la rueda de prensa: «Gracias a las concienzudas investigaciones de mis hombres, hemos llegado al corazón de la organización, pero no puedo profundizar en el tema porque estamos convencidos de que no es más que la punta del iceberg.»
«Las organizaciones mafiosas llevan años radicadas en esta región, no podemos negarlo, y me atrevería a decir que este último episodio desenterrado por la jefatura de Aosta supone la prueba definitiva», comentó el comandante de los carabineros Gabriele Tosti, de la Dirección de Investigación Antimafia de Turín.
«Estamos ante un ataque contra la parte sana de este país. Haríamos bien en no dejar a nuestros emprendedores a merced de estas organizaciones mafiosas», afirma el juez Baldi desde la fiscalía.
Domenico Cuntrera, arrestado por el asesinato de Cristiano Cerruti, fue detenido en la frontera suiza tras abandonar precipitadamente la pizzería Posillipo, el establecimiento que regentaba en Aosta. En manos del homicida — vinculado con toda seguridad a un clan mafioso— , se hallaron numerosos documentos que ya están siendo examinados por los investigadores. La detención de este individuo podría ser el primer éxito verdadero del Estado en su lucha contra la delincuencia organizada en nuestro territorio.
Giampaolo Gagliardi

Rocco experimentó una vaga satisfacción al constatar que su nombre no aparecía en el artículo. Pero eso no bastó para aliviar su estado de postración. Llevaba tres días sin salir.

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