lunes, 19 de agosto de 2019

EL FRÍO DE LA MUERTE


Decimoquinta entrega de la serie protagonizada por Charlie "Bird" Parker, antiguo policía neoyorkino y actualmente investigador privado en Maine (USA)

Hay escritores a los que soy fiel, contra viento y marea, es verdad que son aquellos que nunca me defraudan, libro tras libro, Charlie Parker tras Charlie Parker sigo fiel a escritor y personaje, porque lejos de ir a menos (como ocurre en otros casos) crecen y se tornan mejores y más interesantes. 

En El frío de la muerte, decimoquinta novela de la serie, dice la editorial que "Sólo Charlie Parker se atreve a internarse en lo más crudo del invierno, allí donde los vivos conviven con los espectros" y yo digo que Parker es uno de los mejores personajes de la novela negra que se han creado nunca. 

Me ha encantado y no desvelo nada más porque a Connolly es mejor leerlo que contarlo...🌞🌞🌞

Sinopsis (ed. Planeta)

"El detective privado Jaycob Eklund ha desaparecido, y Charlie Parker recibe el encargo de localizar su paradero. Quien le pide eso a Parker es Edgar Ross, agente especial del FBI, que tiene sus motivos —inconfesados— para encontrar a Eklund. Pero Eklund no es un investigador común y corriente. Está obsesionado con seguir el rastro de desapariciones y homicidios poco comunes. Y ahora Parker, acompañado por los inseparables Louis y Angel, debe internarse en el mundo por el que ha transitado ya Eklund, un lugar regentado por una Madre monstruosa que dirige un vasto imperio criminal al margen de la ley.  Para solucionar este caso, Parker también tendrá que llegar allí donde el frío de la muerte, desde hace más de un siglo, alcanza a los inocentes, sin que éstos nunca lleguen a saber por qué."

#LIBROS #reseñas2019 #novedades2019 
 

jueves, 1 de agosto de 2019

EL CASO DEL CASTILLO DE COMPER


 

Séptima entrega de  la serie de novelas protagonizadas por Georges Dupin, comisario de policía en Concarneau, Bretaña (Francia)

Un nuevo caso protagonizado por el peculiar comisario George Dupin, me ha resultado un poco pesado, sin duda, el peor de la serie; de todas formas espero que Dupin vuelva pronto. ¿Quién está asesinando a los mayores expertos en la leyenda del Rey Arturo?

De los recónditos bosques de Bretaña, cargados de tradiciones y misterios, llega el séptimo caso del comisario Dupin.

A pesar de mi afición a Dupin y sus investigaciones, esta novela es manifiestamente mejorable🌞

Sinopsis (ed. Grijalbo)

"A finales de verano, el comisario Dupin se retira con su equipo de colaboradores al bosque de Brocelianda. Según dicen los bretones, esta tierra de castillos milenarios y tradiciones ancestrales es el último país de las hadas que queda en el mundo.

Pero el brutal asesinato de un experto en la figura del Rey Arturo trastoca los planes del comisario, a quien nombran inmediatamente investigador jefe del caso.

Pronto aparecen nuevas víctimas entre el grupo de especialistas en sagas artúricas reunidos en la zona.

¿Qué saben los científicos de las recientes excavaciones en el bosque y por qué se niegan a hablar?"

#LIBROS #reseñas2019 #novedades2019


martes, 26 de febrero de 2019

ÓRDENES SAGRADAS


Sexta entrega de la serie de novelas protagonizadas por Quirke, forense en el Dublín de los años 50.

RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 25 de Febrero de 2015.
Tropiezo con Black. Cada vez se me hace más pesado. La verdad es que cuando 'resucitó' a Marlowe tuvo tino pero el forense Quirke me parece demasiado depresivo.
Se queda a medias y a otra cosa.
Leed la reseña completa en el siguiente enlace:
https://www.evernote.com/shard/s67/sh/b5cf4bf9-a69b-4dc5-bb57-1c89f73582e4/c4a5d319540dbb084ed0ac4f8985c0bb


Y esta es mi opinión sobre la novela:
Solo un fragmento os dirá cuanto debéis saber de esta novela, la maestría de Black y el tormento de Quirke.
Magnífica! !!

"Nike… Se llamaba Gallangher, el padre Alosyus Gallangher. Nadie sabía por qué razón le habían dado el nombre de una diosa griega, pues tenía ese apodo desde tiempo inmemorial… Nike no golpeó a menudo a Quirke durante los años que paso en Carricklea, pero aun si lo hubiese hecho, no habría sido lo que más le hubiese aterrado. El temor que Nike inspiraba era especial: íntimo, caliente, pegajoso y levemente indecente. Cuando la figura del deán irrumpía en los pensamientos de Quirke, sobre todo durante la noche, mientras yacía en la cama inmerso en la oscuridad susurrante, sentía una sacudida en el pecho, como si recordase de pronto vilezas cometidas o un pecado mortal sin confesar. Incluso ahora, cuando pensaba en aquel tiempo, sentía de nuevo la misma incertidumbre ardiente de una culpabilidad opresiva y sin causa." O.S. Pág. 41

Sinopsis (Ed. Alfaguara)

Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2014 a John Banville por «su inteligente, honda y original creación novelesca» y a su «otro yo, Benjamin Black, autor de turbadoras y críticas novelas policíacas».
La madrugada en que el cuerpo de Jimmy Minor aparece flotando en las oscuras aguas del canal, ni Quirke ni su hija Phoebe pueden intuir hasta qué punto esa muerte va a remover sus propias vidas. Mientras Phoebe abre los ojos a una sensualidad desconocida, la investigación arrastra a Quirke de regreso al infierno de su infancia en el orfanato católico de Carricklea.
¿Podrá descubrir qué callan los muros de Trinity Manor? Y si lo consigue, ¿será capaz de sobrevivir a la herida de los propios recuerdos y regresar a la superficie?

Órdenes Sagradas (fragmento)

I

1.

Al principio pensaron que era el cuerpo de un niño. Más tarde, cuando lo sacaron del agua y vieron el vello púbico y las manchas de nicotina en los dedos, se dieron cuenta de su error. Hombre, al final de la veintena o al principio de la treintena, completamente desnudo excepto por un calcetín, el izquierdo. Tenía hematomas en la parte superior del torso y su rostro estaba tan desfigurado que incluso a su propia madre le habría costado reconocerlo. Una pareja de enamorados lo había descubierto, un pálido resplandor entre el muro del canal y el flanco de una barcaza amarrada. La chica llamó a la policía y el sargento que estaba en recepción pasó el aviso al despacho del inspector Hackett, pero Hackett ya se había marchado y quien respondió fue su ayudante, el joven Jenkins, que estaba en su cubículo, detrás de las celdas, escribiendo sus informes semanales.
—Un cuerpo flotando, mi sargento —dijo el hombre en recepción—. En Mespil Road, bajo el puente de Leeson Street.
La primera reacción del sargento Jenkins fue llamar por teléfono a su jefe, pero cambió de idea. A Hackett le gustaba dormir tranquilo y no se tomaría bien que le interrumpieran el sueño. Había dos compañeros en la sala de guardia: Quinlan, del cuerpo de motoristas, y otro, que había hecho una pausa en su ronda para tomar una taza de té. Jenkins les dijo que necesitaba su ayuda.
Quinlan estaba a punto de acabar su turno y la perspectiva de continuar trabajando no le agradó.
—Le prometió a su esposa que regresaría pronto —dijo el otro, Hendricks, guiñando un ojo, y se rio burlón.
Quinlan era un hombre grande y lento, de pelo engominado y ojos saltones. Aunque aún llevaba las polainas de cuero, ya se había quitado la guerrera. Permaneció inmóvil con el casco en la mano y sus ojos de sapo miraron glaciales a Jenkins. Este casi podía oír el engranaje del cerebro del hombretón, girando lentamente mientras calculaba cuántas horas extra podría rascar con aquel trabajo nocturno. Hendricks no acababa el turno hasta las cuatro de la madrugada.


jueves, 13 de diciembre de 2018

INHUMANO


Vigesimotercera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Kay Scarpetta, investigadora forense en Richmond, Virginia (EEUU)

Nunca sabré la causa de mi reincidencia con Patricia Cornwell y su forense May Scarpetta...., la única razón que se me ocurre es que, hace tiempo, mucho tiempo, fue uno de mis personajes favoritos del mundo-mundial. De esos tiempos ya no queda nada, los personajes se han retorcido y desvirtuado, hasta tal punto, que ya no reconozco a la elegante forense ítalo-americana, su sobrina superdotada, su enamorado agente del FBI y su incondicional Pete Marino policía, gordo, fumador y sentimental...
En esta vigesimotercera entrega de la serie, cuyo título original Depraved Heart es mucho más pertinente que el elegido en España (como es habitual), tenemos una doctora Scarpetta paranoica, autocompasiva, obsesiva e irreconocible; una Lucy Farinelli totalmente fuera de control hasta extremos grotescos; Benton opaco, extraño y rozando la traición y Pete Marino errático e incoherente....., todo ello trufado con la consabida colección de psicópatas, obsesionados con Scarpetta y su familia, entre los que destaca Carrie Gretchen a la que deberían llamar la inmortal, porque no desaparece ni con lejía....
Trama atropellada, deliberadamente (o no) confusa y que sólo he soportado practicando la "lectura rápida" con el único afán de saber a donde conduce el embrollo que es, inevitablemente, a otra entrega de esta serie que se ha devaluado a pasos agigantados.
No sé si volveré a caer, ahora mismo lo descarto totalmente.

Sinopsis (Ed. B de BOOKS)
La doctora Scarpetta se enfrenta a uno de los desafíos más difíciles de su carrera.

La médica forense Kay Scarpetta está trabajando en la escena de una muerte sumamente sospechosa en Cambridge, Massachusetts, cuando recibe en su móvil un mensaje urgente, que contiene un enlace. Se trata de un vídeo de vigilancia de hace casi veinte años, en el que aparece su sobrina Lucy, un genio de la informática, realizando actividades muy sospechosas. Al primer vídeo le siguen otros, y la doctora Scarpetta se ve obligada a reconocer que la vida de la joven, a la que ha criado y querido como a una hija, está rodeada de secretos.
Patricia Cornwell lanza a Kay Scarpetta y otros inolvidables personajes como su esposo Benton Wesley, del FBI, el detective Pete Marino y la propia Lucy, a una intensa odisea que incluye la misteriosa muerte de la hija de un magnate de Hollywood y una búsqueda entre los restos de un avión siniestrado en las profundidades del Triángulo de las Bermudas.
Mientras tanto, alguien con una mentalidad diabólica, casi inhumana, está tejiendo una trama que podría destruir la carrera y a los seres queridos de Kay Scarpetta, y llevar a su sobrina a prisión el resto de su vida.

Inhumano (fragmento)

1


Le regalé el osito vetusto a Lucy cuando tenía diez años, y ella lo bautizó como Mister Pickle. Está sentado sobre la almohada de una cama tensa cual catre militar, con sábanas de aire oficial remetidas en plan hospital.
El osito siempre aquejado de abulia me mira de manera ausente, con la boca de hilo negro torcida hacia abajo, en forma de V invertida, y yo debo haberme imaginado que se sentiría contento y hasta agradecido si le rescataba. Es irracional pensar algo así cuando hablamos de un animal de peluche, sobre todo si la persona que alumbra esos pensamientos es una abogada, científica y doctora a la que se supone fríamente clínica y lógica.
Experimento una mezcla de emociones de sorpresa ante la aparición inesperada de Mister Pickle en el vídeo que acaba de aterrizar en mi teléfono. Una cámara fija debe de estar enfocando hacia abajo desde un ángulo concreto, probablemente un agujero en el techo. Puedo discernir el suave tejido de sus zarpas, los dulces ricitos de su mohair verde olivo, las negras pupilas de sus ambarinos ojos de vidrio, la etiqueta amarilla de la oreja que pone STEIFF. Recuerdo que medía veintidós centímetros, por lo que resultaba un compañero agradable para un cometa veloz como Lucy, mi única sobrina, que, de hecho, era también mi única hija.
Cuando descubrí el oso de juguete décadas atrás, estaba en lo alto de una estropeada estantería de madera llena de inanes libros de lujo que olían a moho y versaban sobre jardinería y casas sureñas en una zona pija de Richmond, Virginia, llamada Carytown. Iba vestido con un mandilón blanco que le quité de inmediato. Arreglé bastantes sietes con suturas dignas de un cirujano plástico y lo metí en un fregadero lleno de agua tibia, donde lo lavé con un champú antibacterias que no dañara el color; luego lo sequé con un secador de aire frío. Decidí que era un macho y que tenía mejor aspecto sin mandilones ni demás disfraces tontos, y luego me dediqué a chinchar a Lucy diciéndole que era la orgullosa propietaria de un oso desnudo. Me dijo que ya se había dado cuenta.


LA SEÑORA KULA

Nuestra querida Noelia Vallina nos trae una recomendación (o no...) de esa literatura que tanto le gusta, la griega. Yo, me lo apunto!
RESEÑA de NOELIA VALLINA para LIBROS
No es un clásico pero lo será, ni su autor es conocido. Me he aburrido pero como es un aburrimiento voluntario no tengo derecho a quejarme. Seguiré mi recorrido por la literatura griega contemporánea, aún queda alguno.

Sinopsis (Ed. 451 Editores)
Un joven seductor y una mujer madura y casada, que coinciden cada día en el mismo vagón del metro, comienzan a vivir su idilio amoroso en la Atenas gris de los años setenta, en busca de una felicidad cotidiana que la vida les ha hurtado.

La señora Kula (fragmento)

Permanecían allí durante horas, el uno apoyado con confianza en el otro, sin temor a que se les arrugase la ropa o se les despeinara el pelo. Fumaban sin parar, hablaban, o guardaban silencio, hacían el amor o solo rozaban los labios. Kula disfrutaba de su cuerpo juvenil, lo tomaba en sus brazos acariciándolo como a un bebé, y él acariciaba con ternura los pliegues de su piel alguno ya algo flácido, besando con pasión las arrugas, casi con respeto. (Pág. 49).




LOS DIECISÉIS ÁRBOLES DEL SOMME

Hace tiempo ya que mi querida Clara Glez. me recomendó esta novela, me había olvidado de ella, hasta que llamó mi atención desde una estantería de mi Biblioteca de cabecera y...., sin dudar, me lo traje casa.

«Toda mi vida había oído un silbido procedente del bosque de abedules flameados. Y una noche de 1991, ese silbido creció hasta formar un viento que hizo que me tambaleara.» Los dieciséis árboles del Sol me
Lo he leído a una velocidad constante y en un tiempo bastante corto, dadas sus casi 500 páginas, y me ha gustado, en general, pero se queda lejos de convertirse en uno de mis favoritos, será que me resulta difícil empatizar con los protagonistas, será que las muchas casualidades de la trama me desconciertan, será que la historia me parece tan obvia que me molestan las "vueltas y revueltas" del autor, será que hay estereotipos muy manidos, será....!
No ha sido una mala lectura, pero se queda lejos de las expectativas que despertó en mí la sinopsis.

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
La novela ganadora del Premio de los Libreros de Noruega.
Tras éxito de El libro de la madera (Libro del Año según Cinco días), llega la gran obra de Lars Mytting, estrella de la literatura noruega junto a Knausgård.
«Toda mi vida había oído un silbido procedente del bosque de abedules flameados. Y una noche de 1991, ese silbido creció hasta formar un viento que hizo que me tambaleara.»
En 1971 una pareja muere al pisar una vieja granada en el antiguo campo de batalla del Somme, escenario de uno los episodios más cruentos de la Primera Guerra Mundial. Su hijo de tres años es encontrado cuatro días más tarde a muchos kilómetros de distancia. Edvard crecerá con su abuelo Sverre en una granja noruega ignorando el enigmático suceso hasta que, un día, alguien entrega un ataúd destinado a su abuelo: una espléndida pieza de carpintería tallada en madera de abedul. El muchacho intuye que es obra del hermano de Sverre, de quien se perdió el rastro tiempo atrás, y emprende una búsqueda desesperada del posible vínculo entre este nuevo misterio y la trágica muerte de sus padres.
Una historia épica sobre el amor y la pérdida que recorre las vidas de tres generaciones de una familia. Un apasionante viaje por el pasado de Europa pero también por los árboles y la naturaleza.

Los dieciséis árboles del Somme (fragmento)

MI MADRE ERA PARA MÍ UN OLOR. Era un calor, una pierna a la que me aferraba, un soplo de algo azulado, un vestido que creía recordar que usaba. Me decía a mí mismo que mi madre me había lanzado a la vida con un arco y, cuando moldeaba mis recuerdos sobre ella, no estaba seguro de si eran correctos ni verdaderos, sencillamente la recreaba tal como creía que un hijo debe recordar a su madre.
Era en ella en quien pensaba cuando ponía a prueba mi añoranza, rara vez en mi padre. En ocasiones me preguntaba si él habría sido como los demás padres del pueblo, esos hombres a los que veía con uniforme de la reserva o con zapatillas de deporte en los entrenamientos de fútbol para adultos, tipos que madrugaban los fines de semana para participar en las jornadas de trabajo colectivo de la Asociación de Caza y Pesca de Saksum. Sin embargo, permití que mi padre se desvaneciera sin sentir remordimientos, cosa que durante muchos años me tomé como prueba de que mi abuelo había tratado de hacer todo lo que podría haber hecho mi padre y de que realmente lo había conseguido.
La navaja del abuelo era una bayoneta rusa partida. Su mango de abedul flameado era el único trabajo de carpintería fina que había hecho en la vida. Por la parte de arriba, la hoja estaba roma y la usaba para raspar óxido y doblar alambres. El otro lado lo mantenía tan afilado que podía usarlo para cortar tiritas o desgarrar grandes sacos de cal, una maniobra que llevaba a cabo con rapidez para que los granos blancos no se salieran demasiado pronto y a mí me diera tiempo a maniobrar el tractor por el prado.


miércoles, 12 de diciembre de 2018

UNA MÚSICA CONSTANTE

Vikram Seth me conquistó, hace años, con la "monumental" Un buen partido, desde entonces no habia leído nada más del autor (bien es verdad, que sólo ha escrito tres novelas y una de ellas en verso....), por tanto me decidí inmediatamente cuando encontré su "otra" novela en prosa en las estanterías de mi biblioteca. Pues bien, he disfrutado enormemente de la vida del violinista Michael Holme, y de la música, una música constante que Seth describe con tanta maestría como la historia de amor que late al fondo de esta novela, tan musical, como hermosa.
Y ¿qué música inunda la novela?, pues aquí están las palabras del autor para despejar la duda:
"En primer lugar, el Quinteto de Beethoven opus 104, que se refiere al pasado de Michael y Julia. En segundo lugar, La trucha, de Schubert, que es algo que el protagonista puede tocar con Julia y que significa el presente de su relación. En tercer lugar, El arte de la fuga, de Bach, que es algo que Michael piensa que puede tocar el quinteto y que simboliza el futuro".
He leído y he escuchado la música de la novela.
He disfrutado muchísimo!!

Sinopsis (Ed. quinteto)
Después de Un buen partido, su tan celebrado debut novelístico, Vikram Seth confirma su extraordinario talento narrativo con Una música constante, donde de nuevo encontramos su pasión por la música y la poesía, su sutilísima visión de las relaciones personales, y el amor como esa única fuerza capaz de llenar nuestras vidas de sentido y sufrimiento.
Michael Holme es un violinista de gran talento, a quien su maestro auguraba una prometedora carrera como concertista, y que ha acabado como segundo violín en el Cuarteto Maggiore, una posición tan cómoda y sin expectativas como su propia vida, que transcurre gris y melancólica en un Londres igual de triste y
melancólico. Incompetente para el mundo real, sólo dos pasiones le animan: Schubert y su violín, un Tononi que le regaló su primera amiga y mentora, Mrs. Formby, quien de niño le introdujo en los placeres de la música y la poesía. Pero el grueso caparazón que mantiene su fría y rutinaria existencia se ve de pronto roto por el azar: una tarde, en medio del bullicio de la ciudad, cree ver a Julia, una pianista a la que amó y perdió diez años atrás debido a sus dudas y a su incapacidad de enfrentarse a la realidad. A partir de ese momento Michael dedica todas sus fuerzas a reencontrarla, como si ese viaje desesperado al pasado fuera lo único que pudiera dar sentido a su vida. Y al hallarla, Michael descubrirá que el pasado es otra caja de Pandora, y el abrirla le llevará a un viaje interior por los laberintos de la memoria y a otro viaje físico por Venecia y Viena en compañía de Julia, quien le revelará un terrible secreto que afecta a lo más íntimo de su ser y que es la cruel prueba de que nunca hay una segunda oportunidad.
Escrita con un lenguaje transparente y evocador, en el que alternan pasajes de intensa poesía con diálogos rebosantes de viveza e ingenio, y con el conocido virtuosismo del autor a la hora de retratar a sus personajes, Una música constante es probablemente la obra más personal de Vikram Seth hasta la fecha, una novela que no nos deja indiferentes pues nos habla de las armas que utilizamos para derrotar al tiempo, de la ambigüedad del triunfo y del fracaso, de la dificultad de ser nosotros mismos y entregar una parcela de nuestro yo a los demás, de las renuncias que hemos de hacer para transcurrir por el mundo sin sufrimientos, de este lastre ineludible que es el pasado y de la necesidad de soltarlo para sobrevivir. Es también una acerada y sarcástica visión del ambiente musical londinense, lleno de críticos fatuos, agentes histéricas, aficionados enloquecidos y luthiers sabios. Y es, por fin, esa lúcida y desencantada visión de la Europa del fin del milenio que sólo una inteligencia afilada y no-europea podía llevar a cabo.
Una música constante (fragmento)
"Las ramas están desnudas, el cielo esta noche es de un violeta lechoso. El viento riza el agua negra hacia mí. No hay nadie alrededor. Los pájaros están quietos. El ruido del tráfico en Hyde Park llega a mis oídos como un ruido blanco.
Me siento, perdido en mis pensamientos como el día anterior y miro el agua de la Serpentine.
Ayer, mientras caminaba de vuelta por el parque, me detuve en la acera. Tuve la sensación de que alguien se había detenido detrás de mí. Seguí andando. El sonido de los pasos me siguieron a lo largo de la grava. Iba sin prisas, al mismo ritmo que yo. Luego, de repente, mi mente se aceleró. El eco pertenecía a un hombre que llevaba un abrigo negro y espeso, muy alto, de elegante porte, aunque no pude verle bien la cara. Su sentido de la prisa era evidente. No quise cruzar en ese estado Bayswater Road, así que me detuve de nuevo, esta vez en el camino con forma de herradura. Oí un leve sonido. Miré a izquierda y a derecha, pero no había nadie.
Al acercarme a Archangel Court, soy consciente de ser observado. Entro en el pasillo. Hay flores, una mezcla de garberas y follaje en general. Una cámara inspecciona el pasillo. El edificio parece extremadamente seguro.
Hace unos días la joven tras el mostrador del Etienne me dijo que parecía un hombre feliz. Pedí siete croissants. Cuando me dio el cambio, dijo que yo era un hombre feliz. La miré con incredulidad y se explicó diciendo que yo siempre estaba tarareando. Con un cierto rictus de amargura le dije, avergonzado, que en realidad ése era mi trabajo. Otro cliente entró en la tienda y me fui.
Cuando puse mis croissants semanales-todos excepto uno-en el congelador, me di cuenta de que estaba tarareando la misma desafinada melodía de una de las últimas canciones de Schubert:
Veo a un hombre que mira hacia arriba
y se retuerce las manos de dolor.
Me estremezco cuando veo su rostro y lo que la luna me revela.
Puse el agua para el café, y miré por la ventana. Desde el octavo piso pude ver St Paul, Croydon, Highgate. Pude mirar a través del parque marrón ramificado las agujas y torres de las chimeneas de más allá. Londres me perturba en una altura en la que no se percibe campo claro a la vista.
Pero no es Viena. No es Venecia. No es, por lo demás, mi ciudad natal en el norte, al alcance claro de los páramos. "