martes, 14 de noviembre de 2017

AMANTES Y ENEMIGOS. Cuentos de parejas


RESEÑADO por Rossana Cabrera para LIBROS, el 16 de Septiembre de 2014.
Me lo prestó una amiga hace unos meses y estando en mi brujita de libros lo subía en fila por la autora y lo bajaba en fila por la tapa.
Pero me apetecieron cuentos y le hinqué diente.
No se como hace la autora para que en pocas páginas, te metas en la piel de esas mujeres que tan poco tienen que ver conmigo, o sientas que haces esas cosas que nunca harías. O te decepciones con lamento e hipo.
En un par de días, fui un borracho, fui un enano, fui una mujer fea y fui una china a la que tiran cuchillos.
Si no fuera que devuelvo los libros religiosamente... ¡este me lo quedaba!

Sinopsis (Ed. Alfaguara)
Todos los textos aquí reunidos tratan sobre ese oscuro lugar de placer y dolor que es la pareja: esto es, tratan del amor y del desamor, de la necesidad y la invención del otro. Son historias que hablan del deseo carnal y la pasión; de la costumbre y la desesperación; de la felicidad y del infierno.
Estos relatos, a menudo inquietantes, agridulces, llenos de sentido del humor y de la melancolía del amor, componen un sugestivo espejo de nuestra intimidad más turbia y más profunda, de ese territorio abisal e incandescente que siempre se resiste a ser nombrado.
Los relatos de Rosa Montero. La lucidez y el apasionamiento de una escritora espléndida.
Un hombre alcohólico y triste en busca de una mujer para vivir y para morir, para amar y envejecer con ella& una niña que se siente invadida por la otra, la nueva mujer de su padre: una mujer fea que encuentra razones para sentirse bella e inocente... Una vez más, Rosa Montero nos muestra el lado luminoso y mezquino del alma, a través de historias con un punto en común: la complejidad de las relaciones humanas. Quien haya tenido amantes y/o enemigos se encontrará retratado en estos cuentos, que no son sólo para disfrutar sino también para reflexionar.

Amantes y enemigos (fragmento)

Una pequeña explicación

Aunque como lectora soy una gran aficionada a los volúmenes de cuentos, creo que como escritora prefiero hacer novelas. Y las prefiero porque son más grandes y más anchas, porque te ofrecen más lugar para la aventura, porque suponen un largo e incierto viaje al mundo fabuloso de lo imaginado. Y en ese vasto territorio cabe todo.
Por eso, porque mis esfuerzos narrativos se han centrado más en la novela, es por lo que no he sacado jamás un volumen de cuentos, pese a llevar casi veinte años publicando; sin embargo, con el tiempo he ido haciendo unos pocos, y a estas alturas ya he reunido un puñado. También con el tiempo he aprendido que estas ficciones cortas poseen curiosas propiedades para quien las escribe. Por ejemplo, te ayudan a salir de bloqueos creativos, a recuperar la escurridiza vitalidad de las palabras; y además pueden ser una especie de exploradores narrativos, un globo sonda lanzado hacia un nuevo campo de expresión. Y así, hay cuentos que escribí creyendo que se acababan en sí mismos y que volvieron a aparecer mucho después transmutados o desarrollados en ficciones más largas: como «Paulo Pumilio», cuyos ingredientes retomé once años más tarde para mi novela Bella y oscura.
Pero lo más curioso es que la mayoría de mis relatos (no así mis novelas) tratan de parejas: esto es algo que yo no busqué conscientemente, y de hecho me he dado cuenta de ello hace muy poco. Esas parejas son a veces extrañas y poco convencionales, y en otras ocasiones son un emblema de la más ortodoxa conyugalidad; pero todas las historias hablan en definitiva de la necesidad del otro. Esto es, hablan de amor y desamor, de obsesión y venganza, de pasión o rutina entre hombres y mujeres, hombres y hombres, padres e hijos, humanos y monstruos.

¡VIVIR!



RESEÑADO por Rossana Cabrera para LIBROS, el 14 de Septiembre de 2014.
Quizás si antes de leerlo, me hubiera tomado unos minutos para googlear a la autora, me hubiera ahorrado un plomo de domingo.
Pero me dejé llevar por la reseña que encontré en la nube y por mis ganas de una distopía pura y dura.
Un fiasco.
90 páginas de una historia entretenida y 20 que arruinan la totalidad.
Un ejemplo maravilloso de como las ideas políticas de un autor, le ganan a la pluma del escritor.


Sinopsis (Ed. Flecha)
En 1926, dos semanas después de cumplir los veintiún años, la joven Alisa Zinovievna Rosenbaum llegó a los Estados Unidos escapando de la URSS con poco dinero y un dominio más bien modesto del idioma inglés. Diez años después, publicó su primera novela, Los que vivimos, usando su nuevo nombre: Ayn Rand. Y dos años más tarde, en 1938, la primera edición de ¡Vivir!, su segunda novela, apareció en Inglaterra como Anthem (himno). En 1946, la obra llegó a España y Estados Unidos, donde ella vivía.
Cuando Rand escribió ¡Vivir!, los coqueteos de los políticos e intelectuales americanos con el comunismo eran tales que los años treinta fueron conocidos en Estados Unidos como la Década Roja. Y lo que siguió fue la alianza con la Unión Soviética de Stalin durante la Guerra Mundial. No es de extrañar que, horrorizada ante el avance de los colectivistas en occidente, Rand les dedicara estas palabras en el prefacio de la edición de 1946:
"Ellos han de afrontar el pleno significado de aquello que defienden o condonan; el específico, exacto y pleno significado del colectivismo, de sus lógicas implicaciones, de los principios sobre los que se asienta, y de las ultimas consecuencias a las que estos principios llevarán. Deben afrontarlo, después decidir si esto es lo que quieren o no."

¡Vivir! (fragmento)

Yo soy. Yo pienso. Yo quiero.
Mis manos... mi espíritu... mi cielo... mi bosque... esta tierra mía... ¿Qué debo añadir? Estas son las palabras. Esta es la respuesta.
Estoy aquí de pie, en la cumbre de la montaña. Levanto mi cabeza y extiendo mis brazos. He aquí mi cuerpo y mi espíritu, he aquí el fin de la búsqueda. Deseaba conocer el sentido de las cosas. Yo soy el sentido. Deseaba encontrar un permiso para existir. No necesito permiso alguno para existir; ni que me den el visto bueno para vivir. Yo soy el permiso y el visto bueno.
Son mis ojos los que ven, y la mirada de mis ojos confiere belleza a la tierra. Son mis oídos los que oyen, y la audición de mis oídos da su canción al mundo. Es mi mente la que piensa, y el juicio de mi mente es la única linterna que puede hallar la verdad. Es mi voluntad la que elige, y la elección de mi voluntad es el único edicto que debo respetar.
He conocido muchas palabras, algunas resultaron sabias y otras resultaron falsas, pero sólo tres son sagradas: "¡lo deseo así!"
Cualquiera que sea el camino que yo tome, la estrella que me guía está en mi interior; la estrella que me guía y la brújula que señala el camino. Señalan en una única dirección. Señalan hacía mí.
No sé si esta tierra en la que estoy es el corazón del universo o si no es más que una mota de polvo perdida en la eternidad. Ni lo sé ni me importa. Pues sé qué felicidad puedo alcanzar en esta tierra. Y mi felicidad no requiere un propósito más elevado para ser vindicada. Mi felicidad no es el medio para fin alguno. Ella es el fin. Es su propio objetivo. Es su propia razón de ser.
Tampoco soy yo el medio para que otros lleguen a los fines que anhelan conseguir. No soy una herramienta para que me usen. No son un sirviente de sus necesidades. No soy un vendaje para sus heridas. No soy un cordero a sacrificar en sus altares.
Soy un hombre. Este milagro de mi ser está para que lo posea yo y lo vele yo, y lo guarde yo, y lo use yo, y sea yo quien se arrodille ante él.


domingo, 12 de noviembre de 2017

POLVO EN EL NEÓN


RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 13 de Septiembre de 2014.
Las road-movie tienen la característica de que el protagonista avanza buscando o huyendo de algo. En este viaje por la ruta 66 los personajes se mueven en un punto de indefinición inicial. ¿Persiguen o escapan?
Un libro conceptualmente raro. La mitad del libro son fotos, preciosas por cierto, y la otra mitad, texto. Se complementan adecuadamente. Las fotos no hacen avanzar la historia pero la puntualizan bien.
Curioso en su justa medida. Para lectores inquietos que creen que lo que pone en la contraportada no es indicativo de lo que pueden encontrar dentro del libro.

Sinopsis (Ed. Tropo)
Un hombre hereda un motel. La carretera como símbolo de libertad, el motel como refugio contra la intemperie. La unión de la palabra de Castán con las fotografías del norteamericano Leyva convierten en el libro en una joya editorial. Carlos Castán inauguró la colección Segundo Asalto de Tropo Editores con su colección de relatos Museo de la soledad (2ª edición en Tropo; más de 11.000 ejemplares vendidos) y es uno de los escritores más prestigiosos y respetados en el género breve en España. Dominique Leyva es un fotógrafo estadounidense afincado en España. Su obra se caracteriza por la reinvención de espacios urbanos y marginales.





ALIAS GRACE


RESEÑADO por Rossana Cabrera para LIBROS,  el 13 de Septiembre de 2014.
Sufrí un poco el año pasado cuando le dieron el nobel a la canadiense, sufrí porque Atwood, que también lo es, y que ha estado nominada chiquicientas veces, esa vez también lo perdió.
Atwood reúne, dos cosas que suelen ser difíciles de reunir, o que a mi, como lectora, me resultan difíciles de encontrar: alguien que cuente una historia que de verdad me resulte interesante, y que además, tenga el arte de contarla bien.
Con este libro, sin embargo, entrar en la parte de "que de verdad me resulte interesante", me costó 200 páginas. Pero una vez entré, agradecí a la autora una vez más.
Muy bueno.

Sinopsis (Ed. B)
Basándose en las nuevas técnicas europeas, el joven médico Simon Jordan entrevista a la reclusa Grace Marks, condenada a cadena perpetua por haber participado en un crimen a los dieciséis años, para rescatar de su memoria aquel violento suceso. Atwood parte de un hecho real para internarse en los lugares más recónditos de la mente y trazar un vívido cuadro de la sociedad decimonónica, sus contradicciones y sus complejidades.

Alias Grace (fragmento)
"Me dirigí al corral llorando a lágrima viva, agarré una preciosa gallina blanca, me la coloqué bajo el brazo y me dirigí al lugar donde estaba la leña y el tajo secándome las lágrimas con el delantal; no me veía con fuerzas de hacer semejante cosa. Jamie Walsh me siguió y me preguntó amablemente qué me ocurría. Yo le pregunté si tendría la bondad de matar la gallina. Me contestó que nada más fácil. Tendría mucho gusto en hacerlo puesto que yo era tan remilgada y sentimental. Agarró la gallina, le cortó limpiamente la cabeza y la gallina decapitada correteó un momento y después se desplomó al suelo agitando las patas. Me pareció un espectáculo lastimoso. Luego desplumamos la gallina juntos, sentados el uno al lado del otro en una de las barras de la valla mientras las plumas volaban a nuestro alrededor. Al terminar, le di sinceramente las gracias por su ayuda y le dije que no podía darle nada a cambio, pero que más adelante me acordaría del favor que me había hecho. Esbozó una tímida sonrisa y me dijo que gustosamente me ayudaría en cualquier otra ocasión en que yo lo necesitara.
Nancy había salido durante la última fase de nuestra conversación y ahora permanecía de pie en la puerta de la cocina protegiéndose los ojos del sol con la mano mientras aguardaba con impaciencia que termináramos de preparar la gallina para cocinarla. Así que limpié la gallina con la mayor rapidez que pude, conteniendo la respiración para no aspirar el olor y reservando los menudillos por si quisieran hacer una salsa con ellos, la enjuagué bajo el chorro de agua de la bomba y la llevé a la cocina. Mientras la rellenábamos, Nancy me dijo: bueno, ya veo que has hecho una conquista. Le pregunté a qué se refería y ella me contestó: a Jamie Walsh, se le nota en la cara que está perdidamente enamorado de ti; antes era mi admirador, pero ahora veo que es el tuyo. Comprendí que estaba intentando recuperar mi amistad tras haber perdido los estribos. Me eché a reír diciendo que no me parecía demasiado buen partido, pues era un simple chiquillo tan pelirrojo como una zanahoria y tan pecoso como un huevo, aunque muy alto para su edad. Bueno, dijo ella, a su tiempo maduran las brevas. El comentario me pareció enigmático pero no pregunté qué quería decir por temor a que ella me considerara una ignorante.
Para asar la gallina tuvimos que atizar bien el fuego en la cocina de verano y preparamos el resto de la comida en la de invierno. Como acompañamiento de la gallina elaboramos un puré de cebollas y zanahorias y para postre pusimos fresas con nata y queso hecho en casa. El señor Kinnear guardaba el vino en el sótano, en parte en toneles y en parte en botellas. Nancy me mandó por cinco botellas. No le gustaba bajar al sótano porque decía que había muchas arañas.
Mientras estábamos ocupadas en esos quehaceres, se presentó James McDermott más fresco que una lechuga. Al preguntarle amablemente Nancy dónde se había metido, él le contestó que, como había terminado todas sus tareas antes de marcharse, no era asunto de su incumbencia, pero si tanto se empeñaba en saberlo, había ido a hacer un recado especial que el señor Kinnear le había encomendado antes de marcharse a Toronto. Nancy replicó que ya se enteraría ella y que él no tenía ningún derecho a entrar y salir justo en el momento en que más se le necesitaba. James contestó que eso él no podía saberlo pues no tenía dotes de adivino. Nancy le dijo a su vez que, si las tuviera, vería que no permanecería mucho tiempo en aquella casa. Pero como por el momento ella estaba muy ocupada, ya hablaría con él mas tarde. Ahora lo mejor que podía hacer era ir a atender el caballo del señor Kinnear que necesitaba que lo almohazaran después del largo viaje, siempre y cuando su alteza real no lo considerara una tarea demasiado indigna de su condición. McDermott se fue a la cuadra con el semblante enfurecido. "



ODISEO. EL JURAMENTO


RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 9 de Septiembre de 2014.
Tengo un recuerdo infantil cinematográfico: Una mujer llorando en un barco mientras se aleja de una ciudad en llamas.
Quizás el recuerdo no es exacto del todo o quizás es incompleto pero durante mucho tiempo me dejó con una gran incógnita, ¿Por qué la secuestraban? ¿Por qué no quería volver con su marido? ¿Por qué esas lágrimas? ¿Realmente l...a ciudad estaba en llamas o se ha convertido en un recuerdo viciado?
‘Odiseo’ nos cuenta, en forma de memorias explicadas en primera persona, desde el nacimiento del hijo del rey Laertes hasta la caída de Troya, y nos muestra como el mundo mítico en el que vive Odiseo se va extinguiendo lentamente: la desesperación y muerte de Heracles o como los Argonautas ceden el trono a sus descendientes o como los últimos semidioses desaparecen entre bambalinas. El mundo de Odiseo cambia con la guerra. Una guerra a, la que sin ser culpable, ha atado a sus amigos con un juramento: Helena elegirá a su marido y esa elección nos unirá a todos como un solo hombre.
Palomitas, estamos ante un bol lleno de palomitas. O ante un baklava chorreante de miel. Un pastelito que hemos comido mil veces y que no deberíamos permitir que se nos olvidara como se cocina. Esos cuentos, esas leyendas y esos dioses mil veces furiosos son los cimientos de nuestro conocimiento. Una receta que a veces es caviar, a veces menú de diario y a veces un simple hojaldre de nueces y miel.
Quizás no sea un plato de alta cocina ni un libro que pasará a los anales pero es un bonito cuento de cómo y por qué micenos, argivos, mirmidones, atenienses o tesalios se juntaron como un solo aqueo ante las murallas de Ilión para librar una guerra por la mujer más bella del mundo. Quizás la única guerra que podría tener sentido.

Sinopsis (Ed. Grijalbo)
La vida de Ulises desde su juventud en la isla de Ítaca hasta que se convierte en guerrero y héroe valiente y honrado, así como en esposo y en padre, y su papel importante en las guerras de Troya. Odiseo o Ulises, el héroe del poema de Homero, el más complejo, el más moderno.
"Mi nombre es Nadie" dice Odiseo, y más de dos mil años después su persona sigue fascinando a los lectores.
Valerio Massimo Manfredi narra esta magnífica aventura desde la primera persona para acercarnos a un protagonista muy humano y cercano. Nos presenta su historia repleta de maravillas y nobles hazañas magníficas desde la infancia de Odiseo en la pequeña isla de Ítaca hasta el final de la guerra de Troya.
Una vez tras otra el guerrero, hombre de estado y diplomático demuestra su inteligencia y su sensatez. Propone acuerdos pacíficos, resuelve conflictos, predica paciencia y lealtad, rodeado por los héroes más orgullosos, tempestuosos y bélicos de la Antigüedad.
Hércules, Paris, Laertes, Penélope, Helena... la lista de nombres, y todos conocidísimos, es larga y todos desempeñan un papel fundamental en este gran drama íntimo y legendario a la vez.
Con Odiseo, Manfredi nos ofrece una aventura épica palpitante repleta de toda la pasión y la emoción que ya disfrutamos con la trilogía de Aléxandros.

Odiseo: El Juramento (fragmento)

Prólogo

¿Cuánto tiempo llevo caminando? Ya no lo recuerdo, no consigo contar los días y los meses. La luna y el sol se confunden. El astro de la noche brilla, a veces, iluminando la infinita extensión nevada con intensidad similar a la del sol y el astro diurno surge del horizonte velado de nieblas como una pálida luna. El hielo refleja la luz igual que el agua.
¿Cuánto tiempo hace que no veo hombres? ¿Cuánto tiempo hace que no veo la primavera, el mar, los quejigos y los mirtos en los montes y entre las rocas? He encontrado lobos. Osos. No me han hecho ningún daño, no me han atacado. No he echado mano al arco y aun así he sobrevivido. Para que pueda llevar a cabo mi viaje.
El último.
He aprendido a hablar conmigo mismo, a tener de compañera a mi mente para que no se evapore con las nieblas. Echo de menos a mi esposa, sus brazos tan blancos y blandos. Echo de menos su pecho tibio y sus ojos negros, negros, negros. Echo de menos a mi hijo, a mi muchacho, el único que he engendrado. Le he dejado que continuara durmiendo. Los chicos tienen un sueño pesado. Me odiará: me había esperado tantos años…


ESTOY DESNUDO y otros relatos


RESEÑADO por Rectoyverso Lecturas para LIBROS,  el 7 de Septiembre de 2014.
Permitid que comparta con vosotros un libro y un autor que acabo de descubrir y que recomiendo no perderse. Es "Estoy desnudo" de Yasutaka Tsutsui, ocho relatos que chocan, impactan, con un sentido del humor cáustico y algo macabro, pero que se disfruta si uno consigue desmelenarse un poco.

Sinopsis (Ed. Atalanta)
Atalanta ha pedido a Yasutaka Tsutsui que seleccione para este volumen los que, a su juicio, son sus mejores cuentos. El resultado, como era de esperar, es insólito.
La crítica ha dicho:
«¿Cuánta gente habrá capaz de articular ecosistemas literarios así de alucinantes, alternando la risa y el horror mientras vapulea lo peor de la sociedad y reivindica la libertad y el arte? Tsutsui es una perla que estaba escondida para el español, y el rescate honra aún más el nombre de su editorial: Atalanta, la cazadora.»

Estoy desnudo y otros relatos (fragmento)

1 (Estoy desnudo)
—¡Fuego! ¡Fuegooo!
Cuando se oyó este grito, yo estaba haciendo el amor con Yasuko Ōno por tercera vez. Para entonces, un humo negro ya se estaba filtrando por debajo de la puerta de la habitación, como si fuera una lengua achatada. Aparté el brazo de Yasuko, que al parecer no había oído nada por el clímax de unos momentos antes, y, a pesar de que ella no quería soltarme, me levanté.
—¡Huyamos! ¡Es un Eliminar palabra repetida
Yasuko emitió un grito lastimero y se levantó sobresaltada. El fuego se había declarado a mediodía en el hotel de citas al que la había llevado. Era evidente que a Yasuko le asustaba mucho más la multitud de mirones que pudieran reconocerla que el hecho de morir abrasada. Y es que yo estoy soltero, pero ella es una mujer casada. Como tardé mucho en encontrar los calzoncillos bajo las sábanas, cuando me había puesto la camiseta de tirantes y los pantalones, el humo ya estaba flotando ligeramente por toda la habitación.


HISTORIA DE MAYTA


RESEÑADO por Rossana Cabrera para LIBROS, el 6 de Septiembre de 2014.
Cuando una ve entrevistas de Vargas Llosa, o lee sus declaraciones a la prensa y siente que le hierve un poco la sangre y se enfrenta a sus libros con enojo, generalmente, el enojo se disipa. Eso me pasa a mi, al menos, el señor de las entrevistas crea personajes que me pueden y sus palabras están enganchadas entre sí de una manera que me encanta.

Bueno.. pues este libro, es exactamente el libro que uno se imagina escrito por ese hombre hervidor de sangres. Me dejó de mala uva. De muy mala uva.

Sinopsis (Ed. Seix Barral)
Mario Vargas Llosa nos arrastra con su prosa hacia Mayta, protagonista de una intentona revolucionaria trotskista que en la novela acontece en 1958. La reconstrucción de la historia de este personaje se lleva a cabo mediante los testimonios de aquellos que lo conocieron y la posterior confrontación de este relato, cargado de subjetivismo, con la realidad. El resultado sólo podrá tener un claro regusto amargo y tragicómico. Así, aparte de conocer a un hombre, personificación de la marginalidad, hijo de un periodo de pasiones políticas y conflictos ideológicos, sabremos también de un momento clave en el devenir de América Latina, un tiempo sombrío, tiempo de reivindicación violenta de los deseos y los derechos, y, finalmente, comprenderemos las limitaciones de la verdad. Porque la historia procede de las ficciones personales. Y el lenguaje de la ficción traiciona inevitablemente la experiencia real.
A menudo infravalorada, esta novela va mucho más allá de las lecturas políticas que en su momento la redujeron. Hoy, además, nos deleita con toda la altura literaria de
Mario Vargas Llosa.

Historia de Mayta (fragmento)

Londres, junio de 2000

I

Correr en las mañanas por el malecón de Barranco, cuando la humedad de la noche todavía impregna el aire y tiene a las veredas resbaladizas y brillosas, es una buena manera de comenzar el día. El cielo está gris, aun en el verano, pues el sol jamás aparece sobre el barrio antes de las diez, y la neblina imprecisa la frontera de las cosas, el perfil de las gaviotas, el alcatraz que cruza volando la quebradiza línea del acantilado. El mar se ve plomizo, verde oscuro, humeante, encabritado, con manchas de espuma y olas que avanzan guardando la misma distancia hacia la playa. A veces, una barquita de pescadores zangolotea entre los tumbos; a veces, un golpe de viento aparta las nubes y asoman a lo lejos La Punta y las islas terrosas de San Lorenzo y el Frontón. Es un paisaje bello, a condición de centrar la mirada en los elementos y en los pájaros. Porque lo que ha hecho el hombre, en cambio, es feo.
Son feas estas casas, imitaciones de imitaciones, a las que el miedo asfixia de rejas, muros, sirenas y reflectores. Las antenas de la televisión forman un bosque espectral. Son feas estas basuras que se acumulan detrás del bordillo del Malecón y se desparraman por el acantilado. ¿Qué ha hecho que en este lugar de la ciudad, el de mejor vista, surjan muladares? La desidia. ¿Por qué no prohíben los dueños que sus sirvientes arrojen las inmundicias prácticamente bajo sus narices? Porque saben que entonces las arrojarían los sirvientes de los vecinos, o los jardineros del parque de Barranco, y hasta los hombres del camión de la basura, a quienes veo, mientras corro, vaciando en las laderas del acantilado los cubos de desperdicios que deberían llevarse al relleno municipal. Por eso se han resignado a los gallinazos, las cucarachas, los ratones y la hediondez de estos basurales que he visto nacer, crecer, mientras corría en las mañanas, visión puntual de perros vagos escarbando los muladares entre nubes de moscas. También me he acostumbrado, estos últimos años, a ver, junto a los canes vagabundos, a niños vagabundos, viejos vagabundos, mujeres vagabundas, todos revolviendo afanosamente los desperdicios en busca de algo que comer, que vender o que ponerse. El espectáculo de la miseria, antaño exclusivo de las barriadas, luego también del centro, es ahora el de toda la ciudad, incluidos estos distritos —Miraflores, Barranco, San Isidro— residenciales y privilegiados. Si uno vive en Lima tiene que habituarse a la miseria y a la mugre o volverse loco o suicidarse.