sábado, 30 de septiembre de 2017

JACK AL DESNUDO


Cuarta entrega de la serie de novelas protagonizadas por el Inspector John Rebus.

Por las calles de Edimburgo de la mano de John Rebus y sus dudas, sus problemas, sus complejos, sus amores, desamores......he leído esta novela de la serie Rebus, que tenía pendiente, y otra vez he comprendido porque Ian Rankin es uno de los grandes de la novela negra-policiaca.
Tema de rabiosa actualidad, aunque la novela es de 1992, político mentiroso y, probablemente corrupto, que cree que todos lo demás son mucho más tontos que el......No digo más¡¡¡

Sinopsis (Ed. RBA)
Una novela inédita del mítico Inspector Rebus.
Durante una redada en un prostíbulo de Edimburgo, la policía descubre a Gregor Jack, un joven y popular diputado del Parlamento escocés, en compañía de una prostituta.

EL TRATAMIENTO


Segunda entrega de la serie de novelas protagonizadas por el Inspector Jack Caffery.

Angustioso y cruel, así podría definir este segundo "caso" del inspector Caffery.....
Por su estructura circular podemos definir esta novela, y es que cada vez nos conduce a un círculo infernal más profundo. En este descenso aterrador se une la vida del protagonista con su investigación policial, hasta lograr una novela que no sé si es "redonda o cuadrada" pero deja un poso angustioso y amargo.
Eso ¿quiere decir que es buena?.....ummmm según se mire y se lea.
A continuación la sinopsis y un fragmento para que cada cual saque sus conclusiones.....

Sinopsis (Ed. Siruela)
En el parque Brockwell, una tranquila zona residencial al sur de Londres, la policía encuentra a una pareja brutalmente atacada y encerrada en su casa durante tres días, aunque aún les queda algo peor por descubrir: el hijo de ocho años ha desaparecido. Cuando el detective Jack Caffery llega y analiza las pocas pistas que tiene, encuentra inquietantes semejanzas con oscuros acontecimientos de su propia experiencia: la desaparición de su hermano cuando tenía nueve años, posiblemente a manos de un pederasta de la zona, y cada vez le resulta más difícil mantener la objetividad en el caso. A medida que la investigación y los análisis forenses avanzan, Caffery ve más conexiones entre pasado y presente, y entonces sus pesadillas se hacen reales…

«Uno de los libros más aterradores que he leído.»
The Guardian

«Hayder va tejiendo una historia que es como una cuchilla de afeitar que se va hundiendo en tu alma. Una estructura narrativa magistral para un relato que te hará acurrucarte en tu cama a medianoche, preguntándote si ese ruido que escuchaste era un gato o la Muerte arrastrando su guadaña mientras se acerca…»
Sunday Telegraph

El tratamiento (fragmento)

1
(17 de julio)Cuando por fin acabó todo, el detective de la Unidad de Homicidios (la antigua AMIP) del sur de Londres Jack Caffery habría asegurado sin duda que, de todas las cosas que vio en Brixton aquella nublada noche de julio, los cuervos habían sido lo más impresionante.
Estaban sobre el césped del jardín de la casa de los Peach, eran veinte o más y permanecían indiferentes a las cintas policiales, los testigos y los técnicos. Unos tenían los picos abiertos, otros parecían estar jadeando. Le miraron fijamente, como si supieran lo que había sucedido en la casa o como si se estuvieran riendo a escondidas. Era poco profesional tomarse las cosas tan personalmente.
Más tarde se dio cuenta de que el comportamiento de los cuervos había sido una reacción biológica, que no podían adivinar sus pensamientos ni saber qué le había ocurrido a la familia Peach, pero verlos así le provocó un escalofrío en la nuca. Paró en la parte superior del sendero que atravesaba el jardín, se quitó el mono y se lo entregó a uno de los oficiales forenses; a continuación se puso los zapatos que había dejado del otro lado de la valla policial y atravesó la zona donde estaban los pájaros. Justo en ese instante levantaron vuelo agitando sus plumas de brea.
El parque Brockwell, un parque enorme cubierto de triángulos de bosque y hierba amontonados en cuya cima se encontraba la estación Herne Hill, se extendía durante casi un kilómetro y medio a través del límite entre dos zonas muy diferentes del sur de Londres. En el perímetro oeste estaban las zonas desiertas de Brixton, donde algunas mañanas los trabajadores municipales tenían que echar arena sobre las calles para cubrir la sangre. Hacia el este se encontraba Dulwich, con sus asilos cubiertos de flores y sus claraboyas de John Soane1. Justo frente al parque Brockwell estaba el barrio Donegal Crescent, anclado entre un pub tapiado y una tienda de Gujarati en una esquina. El barrio pertenecía a un municipio pequeño y tranquilo, lleno de casas de los años cincuenta con balcones luminosos, sin árboles que taparan las fachadas y con puertas pintadas de color marrón chocolate. Las casas miraban hacia una extensión de hierba seca con forma de herradura donde los niños montaban en bicicleta por la noche. Caffery pensó que los Peach debían de haberse sentido bastante seguros allí.

EL CASO BIRDMAN



Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por el Inspector Jack Caffery.

El descubrimiento de un nuevo detective es como la "caza del asesino", emocionante y, casi siempre, satisfactoria.
Seguro que algun@s ya conocen al inspector Caffery, londinense, joven, atormentado, con un pasado oscuro y una novia que no le conviene en absoluto......todos los mimbres para una novela negra de las buenas¡¡¡ y es que si la negra-nórdica ha campado por sus respetos durante mucho tiempo y la negra-mediterránea nos cautiva desde Sicilia, Venecia, Barcelona....., no podemos olvidar "la cuna del crimen" donde ha nacido la más perfecta y esta es la british-negra que ha dado las mejores "damas del crimen" de la historia.
No es que Mo Hayder haya entrado, todavía, en ese Olimpo pero apunta maneras, crímenes escabrosos y retorcidos, trama bien armada y personajes con muchas posibilidades.
De fondo Londres y la Policía Metropolitana, ¿puede haber un escenario mejor?

RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS, el 9 de Febrero de 2015.
Hay un policía nuevo en la ciudad, chicas, y debéis saber que tiene un pasado turbio, un presente turbulento y un futuro oscuro.
Seguidle la pista de cerca. Promete emociones fuertes y sangre a raudales.



Sinopsis (Ed. Siruela)
Greenwich, al sudeste de Londres. El inspector Jack ­Caffery –joven, compulsivo, impasible– acude al lugar donde se ha cometido uno de los crímenes más espantosos que jamás ha visto. Cinco prostitutas han sido asesinadas de manera ritual y arrojadas a un descampado cerca del Millenium Dome. Las autopsias posteriores revelan la existencia de una truculenta firma que vincula a todas las víctimas. Caffery se da cuenta pronto de que está tras la pista de una de las figuras delictivas más peligrosas: un asesino en serie. Molesto por la desconfianza hacia él dentro de las fuerzas policiales y obsesionado por el recuerdo de una muerte muy cercana en su infancia, Caffery utiliza todas las armas que la ciencia forense le ofrece para cazar al asesino. Sabe que solamente es cuestión de tiempo que ese sádico criminal actúe de nuevo…

El caso Birdman (fragmento)

1Al norte de Greenwich. Finales de mayo. Tres horas antes del amanecer y el río aparecía desierto. Las gabarras renegridas tensaban sus amarras en la corriente y la marea viva liberaba suavemente las pequeñas balandras del fango en el que descansaban. Del agua surgía una bruma que avanzaba hacia el interior, entre almacenes a oscuras y sobre el abandonado Millennium Dome, atravesando páramos solitarios y extraños paisajes de aspecto lunar hasta disiparse entre la maquinaria fantasmal de un depósito de áridos medio en ruinas situado a unos cuatrocientos metros tierra adentro.
Un repentino barrido de faros: un coche de policía entraba en la vía de servicio lanzando silenciosos destellos azules. Momentos después se le unieron un segundo y un tercer coche. Durante los veinte minutos siguientes continuó llegando más policía: ocho coches patrulla, dos Ford Sierra camuflados y la furgoneta Ford Transit blanca del equipo de fotografía forense. Se estableció un control de seguridad al principio de la vía de servicio y se ordenó a los agentes uniformados que cerraran el acceso desde el río. El primer oficial del CID en llegar al lugar se puso en contacto con la centralita de Croydon para solicitar los números de los busca de los miembros de la AMIP, unidad de la policía metropolitana del Gran Londres, formada por investigadores expertos, encargada de prestar ayuda a los detectives del CID en las pesquisas de los delitos importantes. A unos ocho kilómetros, el inspector Jack  Caffery, asignado al Grupo B de la AMIP, despertó en su cama.
Caffery permaneció tumbado, parpadeando en la oscuridad, mientras ordenaba sus pensamientos y combatía el impulso de darse la vuelta y volverse a dormir. Tras una profunda inspiración, hizo el esfuerzo de salir de la cama, se dirigió al baño para echarse agua en la cara –no más Glenmorangies durante la semana de guardia, Jack, júralo, júralo ahora– y se vistió, sin muchas prisas: mejor llegar completamente despierto y sereno, ahora la corbata, un detalle subestimado –a los del CID no les gusta que llamemos la atención más que ellos–, el busca, y café, cantidad de café instantáneo, con azúcar pero sin leche, nada de leche –y sobre todo no comas, nunca se sabe lo que te vas a encontrar–. Se tomó dos tazas de café, cogió las llaves del coche del bolsillo de los vaqueros y, espabilado por la cafeína, con un cigarrillo liado entre los dientes, condujo por las desiertas calles de Greenwich hasta la escena del crimen. Allí su superior, el superintendente Steve Maddox, un tipo de baja estatura y prematuramente cano, impecable como siempre con un traje color pardo, le esperaba fuera del depósito, caminando de acá para allá bajo una farola solitaria mientras jugueteaba con las llaves del coche y se mordía el labio.

MÚSICA DE CÁMARA


Premio Biblioteca Breve 2013, para una novela coral que comienza prometedoramente con un verso de Don Antonio Machado "Estos días azules y este sol de la infancia", y toda la novela es una evocación, una narración melancólica en busca de la felicidad perdida o nunca alcanzada.
Cuatro personajes narran una historia en dos partes, 1949-1950 historia de exilio, postguerra, humillación y triunfo. 1984... historia de reconstrucción. Y como fondo una historia de amor imposible, una historia de Romeo (Javier) y Julieta (Arcadia), catalanes ambos, de familias mucho más alejadas que los Montesco y Capuleto en su momento. Escrita con exquisita prosa poética la historia de Javier y Arcadia es la de nuestro país en los últimos 60 y, digo bien, porque lo ocurrido desde el final de la guerra hasta el principio de la transición continua sojuzgando nuestra vida en el 2014. En un párrafo demoledor podemos leer, hablando de Cataluña en los años 50: "La corrupción legalizada pasa de padres a hijos y de éstos pasará a los nietos y no tendrá fin porque no sólo no hay respuesta judicial y oficial a ello, sino que se ha constituido en una manera de sobrevivir, de medrar y de gobernar....."
Una novela cuya primera parte es mucho más interesante y "redonda" que la segunda, en la que hay un intento de "rematar" un poco forzado; pero que, en resumen, se lee con agrado.
Me quedo con otra cita de la novela, y os dejo con ella:
"Non c'è cosa più amara che l'alba di un giorno/ in cui nulla accadrá. Non c'è cosa piú amara/ che l'inutilità....."
"No hay cosa más amarga que el alba de un día/ en que nada sucederá. No hay cosa más amarga/ que la inutilidad..."
Lo steddazzu (Cesare Pavese)

Sinopsis (Ed. Seix Barral)
Premio Biblioteca Breve 2013.
La historia del amor de dos jóvenes en los años cincuenta que pertenecen a mundos no sólo distintos, sino contrarios. Y es, también, la historia del reencuentro entre los dos amantes, en el otoño de 1984, durante una larga noche en la que se adentran en una turbadora y lúcida reflexión sobre los años transcurridos.
Acompañada por su tía Inés, una viola y una maleta llena de recuerdos, Arcadia vuelve a Barcelona en 1949. Hija de republicanos exiliados en Francia, se refugia en su pasión por la música para sobrevivir en el ambiente opresivo de la posguerra. Un día conoce a Javier, un prometedor estudiante de derecho que pronto se convertirá en el centro de su vida. Con todo pueden y a todos se enfrentan para llevar adelante su relación, hasta que la personalidad libre y rebelde de Arcadia se convierte en un estigma social que sella sus destinos.
Una novela evocadora y reflexiva a un tiempo, en la que los sentimientos se entrecruzan con las circunstancias sociales, y la vida misma respira con una autenticidad extraordinaria, alzando en cada párrafo un canto a la verdad y a la libertad.
Una novela de ambientación barcelonesa. Desde 1949 hasta los años ochenta, Música de cámara, muestra también la transformación de la ciudad.
El papel de la mujer en los años 50, la transición, ¿qué ocurrió realmente en los despachos de quienes llevaron adelante el pacto democrático? ¿Pudo haberse hecho de otra manera?
«Una poderosa historia de amor que denota un excelente oficio en la elaboración del personaje femenino protagonista y de las diversas voces que lo acompañan.
La novela logra una extraordinaria recreación de la atmósfera de la posguerra y del mundo de los represaliados, y cuestiona de forma implacable y sobrecogedora a la sociedad catalana burguesa de la época y las ambigüedades y claudicaciones de la Transición. Un libro llamado a ocupar un lugar muy destacado en nuestra narrativa contemporánea...»,
Jurado del Premio Biblioteca Breve 2013

José Manuel Caballero Bonald
Pere Gimferrer
José María Guelbenzu
Elena Ramírez
Clara Usón

Música de Cámara (fragmento)

ESTOS DÍAS AZULESEstos días azules y este sol de la infancia. ANTONIO MACHADO

Aquí termina tu exilio, habría dicho mi padre si aquel día lluvioso de abril me hubiera acompañado a la estación. Habría subido conmigo al tren y después de dejar mi maleta en la redecilla del compartimiento y de comprobar que mi billete correspondía al asiento vacío junto a la ventana en la dirección de la marcha me habría levantado el cuello del abrigo para que no cogiera frío, habría descendido del vagón dejándome en la plataforma y se habría situado en el andén adquiriendo un aire mayestático, con el sombrero puesto y los guantes cubriéndole las manos enlazadas en la cintura. Sólo entonces habría pronunciado esas palabras sobre el exilio preparadas y pensadas durante muchos días y muchas noches como si ese breve golpe de trascendencia al que tan aficionado era aunque no recurriera a él más que en las grandes ocasiones pudiera condensar el ansia inalcanzable de su dolorido corazón. Y aprovechando los minutos previos a la leve sacudida que anuncia la partida del convoy habría fijado sus ojos en los míos convencido de que con esa tenue corriente de comunicación yo sería capaz de revivir aquel momento todos los días de mi vida.
Pero mi padre no había ido a la estación de Toulouse a despedirme ni yo de haber podido mantener su mirada cargada de emoción habría comprendido lo que suponía para él acabar con el exilio. A mis doce años el exilio como la vejez era una curiosa situación en la que se encontraban las personas mayores, muy mayores, como mis padres, que habían vivido sumergidos en él, siempre hablaban de él y suspiraban por que un día la frase que mi padre me habría dicho en la estación de haberme acompañado se la hubieran podido dedicar el uno al otro. Para mí en cambio era poco más que el telón de fondo de nuestra vida familiar.

EL ARTE DE LA DEFENSA


«Pura diversión, se lee sin ningún esfuerzo. » John Irving
Esta es una recomendación por la cual merece la pena, ya, leer esta novela, pero......
"Chad Harbach recurre al béisbol como símbolo del sueño americano y dialoga con el mundo de Moby Dick". Armando Capalbo
Esta recomendación, si no eres aficionado (o conocedor) del béisbol te desanima profundamente......
Aun así os recomiendo esta novela, ópera prima de Chad Harbach, que hunde sus raíces en la sociedad americana y la "destripa" a través de cinco personajes cuyas vidas se cruzan y entrecruzan en el Medio Oeste, Universidad de Westish y campos de béisbol de la liga universitaria.
En El Arte de la Defensa, el autor despliega una panoplia de personalidades que van de la adolescencia a la madurez, del estudiante al decano, pasando por el deportista sin dinero, la hija rebelde y el joven homosexual; todas sus historias convergen en Westish y ellos nunca volverán a ser los mismos. Coincido con John Irving, pura diversión y calidad literaria a raudales, me ha gustado mucho y eso que no entiendo nada de béisbol.....¡¡¡¡

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Con esta historia sobre la amistad y la madurez, envuelta en cierto aire de melancolía, Salamandra presenta en lengua española un escritor con un talento verdaderamente excepcional. Chad Harbach ha sido protagonista de uno de los debuts más resonantes en el panorama literario estadounidense. Elogiada con igual ardor por Jonathan Franzen y John Irving, por The New Yorker y la revista de Oprah Winfrey, la novela fue incluida por el New York Times entre las diez mejores obras de ficción de 2011. Desde entonces, mientras su libro se mantiene en las listas de los más vendidos y se publica en más de quince idiomas, el prestigio de este joven autor no ha hecho más que aumentar. Un acontecimiento fortuito es el nexo que une las vidas de cinco personas. Henry Skrimshander, un talentoso jugador de béisbol, llega a una pequeña universidad con una misión: rescatar al equipo de otra desastrosa temporada. La buena estrella del joven deslumbra a los entendidos y lleva al equipo a los mejores resultados de su historia. Sin embargo, un lanzamiento fallido, que Henry ha realizado con éxito millares de veces, tendrá consecuencias devastadoras para él y quienes lo rodean. Extrañas simetrías, giros inesperados de la fortuna y pruebas del delicado equilibrio entre la voluntad individual y el azar sirven a Chad Harbach para pintar un adictivo retrato de la América contemporánea, trazado con un conmovedor realismo psicológico. Harbach tiene el don de escribir con emoción sin caer en el sentimentalismo, y de crear con humor personajes que conquistan la mente y el corazón del lector.

El arte de la defensa (fragmento)

1Schwartz no se fijó en el chico durante el partido. Mejor dicho, únicamente se fijó en lo mismo que todo el mundo: que era el jugador más enclenque y escuálido del campo, una auténtica novedad en un parador en corto, rápido de pies pero flojo con el bate. Sólo después del partido advirtió la elegancia que acompañaba sus movimientos, cuando el chico, Henry, volvió al diamante abrasado por el sol para atrapar unas bolas rasantes más.
Era el segundo domingo de agosto, en el verano anterior al segundo curso de Schwartz en el Westish College, ese pequeño centro universitario situado junto al pulgar del guante de béisbol que es Wisconsin. Había pasado el verano en Chicago, su ciudad natal, y en las competiciones estivales promovidas por la Legión Americana su equipo acababa de derrotar a un puñado de campesinos de Dakota del Sur en las semifinales de un torneo sin nombre. El escaso público, unas decenas de personas desperdigadas por las gradas, aplaudió sin demasiado entusiasmo cuando el último jugador quedó eliminado. Schwartz, debilitado a lo largo del día por los calambres que le causaba el calor, lanzó al suelo la máscara de receptor y dio unos pasos vacilantes hacia la caseta. Mareado, desistió, se dejó caer en tierra y apoyó la dolorida espalda contra la alambrada. Aunque ya atardecía, el sol seguía brillando inclemente. Desde el viernes por la noche, había jugado cinco partidos, asándose como un escarabajo bajo su negro equipo de receptor.
Sus compañeros lanzaron los guantes a la caseta y fueron al quiosco de bebidas.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

NOS VEMOS ALLÁ ARRIBA

Primera entrega de la Trilogía Los hijos del desastre.


Si hay algún momento propicio para leer "Nos vemos allá arriba" de Pierre Lemaitre, ese es este final de Julio, principio de Agosto de 2014 en el que se cumple el 100 aniversario del comienzo de la Primera Guerra Mundial (28 de Julio de 1914).
No esperéis, sin embargo, una novela de guerra en el sentido clásico; más bien la guerra lo ocupa todo aunque la mayor parte de la historia transcurre tras el armisticio.
Es una novela narrada con una delicada brutalidad sobre las consecuencias de la guerra: físicas, psíquicas, morales, estructurales, ambientales y vitales. La destrucción o reconstrucción, según se mire, de un modo de vida, de una generación y de un país (la novela transcurre en Francia) aunque se adivinan todos los países y sus habitantes en la piel de los personajes.
Me ha gustado muchísimo y creo que confirma que el Goncourt es un "vivero" de grandes autores.

RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 19 de Noviembre de 2014.
Con este libro voy a ser muy breve y muy concreto:
Espectacular.


Sinopsis (Ed. Salamandra)
Galardonada con el Premio Goncourt, ensalzada por los críticos y convertida en un auténtico fenómeno editorial en Francia —donde ya ha superado el medio millón de ejemplares vendidos—, esta novela es un emocionante canto a la capacidad de superación del ser humano y, a la vez, un fresco y atrevido retrato de una sociedad descompuesta por uno de los más crueles inventos del hombre: la guerra.
En noviembre de 1918, tan sólo unos días antes del armisticio, el teniente d’Aulnay-Pradelle ordena una absurda ofensiva que culminará con los soldados Albert Maillard y Édouard Péricourt gravemente heridos, en un confuso y dramático incidente que ligará sus destinos inexorablemente. Édouard, de familia adinerada y con un talento excepcional para el dibujo, ha sufrido una horrible mutilación y se niega a reencontrarse con su padre  y su hermana. Albert, de origen humilde y carácter pusilánime, concilia el sueño abrazado a una cabeza de caballo de cartón y está dispuesto a lo indecible con tal de compensar a Édouard, a quien debe la vida. Y Pradelle, aristócrata venido a menos, cínico y mujeriego, está obsesionado con recuperar su estatus social. De regreso en París, los tres excombatientes se rebelarán contra una realidad que los condena a la miseria y al olvido. Así, Édouard pergeña una ingeniosísima estafa con el fin de vengarse de su progenitor, que siempre lo repudió por su sensibilidad y sus habilidades artísticas. De paso quiere ayudar al fiel Albert, cuyo prurito es huir a las antípodas para olvidar a Cécile, su amor perdido. Aunque tal vez el más ambicioso sea Pradelle, que sacudirá la conciencia de Francia entera mediante una monumental operación delictiva concebida para amasar una rápida fortuna. Los escollos son considerables, pero la voluntad de los tres parece infinita.
En una brillante fusión de literatura popular y alta literatura, Pierre Lemaitre ha creado una trepidante historia que progresa al ritmo de una trama detectivesca. Integrando con maestría elementos de géneros tan diversos como el relato de aventuras, el drama psicológico, la crónica social y política y el alegato antibélico, la narración es un derroche de humor, rabia y compasión que sin duda cautivará a todo tipo de lectores.

Nos vemos allá arriba (fragmento)"A Albert tampoco le gustaba aquel pelo negro tan ensortijado por todas partes, incluso con mechones que le brotaban del cuello bajo la manzana de Adán. Seguramente, en tiempos de paz se debería afeitar varias veces al día para no despertar sospechas. Aunque es cierto que existían mujeres de aspecto viril, feroz, masculino, vagamente español. Incluso sin mencionar a la propia Cécile, Albert no era capaz de soportar al teniente Pradelle. Desconfiaba. Porque amaba el peligro. Le encantaba todo lo relacionado con el ataque, el asalto y la conquista. Desde hacía algún tiempo, de hecho, parecía menos atractivo de lo habitual. Era evidente que la posibilidad de un armisticio ofendía su fervor patriótico. La idea del fin de la guerra arruinaría al teniente Pradelle.
Manifestaba con impaciencia sus inquietudes. La falta de entusiasmo de los soldados lo exasperaba. Cuando caminaba entre las trincheras y se dirigía a los hombres, dotaba a su discurso de tanto entusiasmo como era capaz, evocando la necesidad de un último golpe de gracia al enemigo, la respuesta de su soldada, apenas un leve gruñido, mientras sentían el peso su nariz punzante sobre sus botas. No se trataba sólo del miedo a la muerte, sino de la idea de morir ahora. Morir el último, se dijo Albert, no es como morir el primero. "


#LIBROS 


DIARIO DE UNA DAMA DE PROVINCIAS


Duda, básicamente retórica: ¿Por qué la gente dice tantas veces de las mujeres casadas, con hijos y sin profesión que llevamos una vida <<desahogada>>? No encuentro respuesta" (fragmento del Diario de una dama de provincias)
Si lo british te gusta, léelo; si quieres una lectura ligera con un toque irónico, en ocasiones sarcástico, léelo; si te gustan las historias femeninas con un toque feminista, léelo¡¡¡
En resumen he disfrutado un par de días con esta colección de historias que su autora publicaba en el Time and Tide, por entregas, durante los años 30.
Deliciosamente decadente¡¡

Sinopsis (Ed. Libros del Asteroide)
La dama de provincias vive en una preciosa casa de campo, tiene dos hijos encantadores y un marido que, cuando está con ella, acostumbra a dormitar tras las páginas del Times. Lleva un diario que le sirve para poner un poco de distancia con las cosas que le suceden; en él escribe sobre sus esfuerzos para equilibrar la economía familiar y lidiar con su temperamental cocinera y la sensible institutriz francesa de sus hijos; así como sobre su lucha constante por mantener a raya a su engreída vecina, Lady B., y sus denodados esfuerzos por estar siempre a la altura de las circunstancias.
Con el relato cotidiano de las desventuras de su protagonista, de sus agobios y preocupaciones, de sus pequeños triunfos, E. M. Delafield ha creado un vivísimo e inolvidable personaje con el que se identificará cualquier lector que se haya sentido alguna vez sobrepasado por los quehaceres del día a día.
Publicado por primera vez de forma seriada en una revista de los años treinta y recogido después en forma de libro, Diario de una dama de provincias es un hilarante retrato de la clase alta británica y una de las más divertidas novelas de la literatura inglesa del XX.

Diario de una dama de provincias (fragmento)

7 de noviembre. Planto los bulbos de interior. Cuando llevo cerca de la mitad, aparece lady Boxe. Digo que estoy encantada de verla, aunque no es verdad, y le pido que se siente mientras acabo. Lady B. hace un decidido intento de sentarse en una butaca en la que he dejado dos cuencos con bulbos y la bolsa de carbón vegetal, pero lo ataja justo a tiempo y se instala en el sofá. ¿No sabía que es muy tarde para los bulbos de interior?, me pregunta. La época ideal es septiembre, o incluso octubre.
¿No sabía que la única empresa fiable para los jacintos es la de no sé quién en Haarlem? El nombre, en holandés, se me escapa, y contesto que ya lo sabía, pero que considero mi deber comprar productos del Imperio. En ese momento tengo la sensación, y la sigo teniendo, de que es una respuesta excelente. Por desgracia, al cabo de un rato Vicky entra en el salón y airea mi desliz con los yanquis: «Anda, mamá, ¿no son esos los bulbos que compramos en Woolworths?».
Lady B. se queda a tomar el té. (Recordatorio: Rebanadas de pan con mantequilla demasiado gruesas. Hablar con Ethel.) Hablamos un poco más sobre los bulbos, de la pintura de la escuela holandesa, de la mujer de nuestro párroco, de la ciática y de Sin novedad en el frente.
(Duda: ¿Es posible cultivar el arte de la conversación cuando se vive todo el año en el campo?) Lady B. pregunta por los chicos. Le digo que Robin —a quien me refiero con indiferencia como «el niño» para que no piense que me tiene loquita— va bastante bien en el colegio, y que, según Mademoiselle, Vicky está pillando un resfriado.