sábado, 5 de agosto de 2017

EL GUARDIÁN DE LOS NIÑOS


Ambiente opresivo, secretos, maltrato, enfermedad mental, acoso, alcoholismo, psicólogos, pedagogos, infancias destrozadas.....son las constantes de la negra-nórdica y esta novela no es una excepción, ahora bien Johan Theorin combina los ingredientes con una habilidad especial para hacernos sentir....angustia¡¡¡
Se lee rápido porque uno desea llegar al final cuanto antes, sólo que el final.........¡

Una más de negra-nórdica con un toque cruel que hace el entretenimiento un poco angustioso.

RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS, el 5 de Agosto de 2014.
'El guardián de los niños' de Johan Theorin. Igual era un buen libro para leer seguido pero es horrendo para ir picoteándolo.
Previsible en el desenlace y típico en el final. Para una película de A3 de domingo tarde.
El peor de los tres, a pesar de haber dejado otro a medias.


Sinopsis (Ed. Literatura Random House)
Una oscura historia de amor y un ardiente thriller psicológico.
Cuando Jan Hauger se traslada a vivir a una pequeña ciudad de la costa este de Suecia nada se sabe de su pasado; es más, un elemento turbador hace sombra a su impecable comportamiento. El trabajo de Jan consistirá en ser el nuevo profesor de la escuela infantil de la clínica psiquiátrica Santa Patricia, conocida con un apelativo siniestro: Santa Psico.
La guardería de la clínica es un lugar moderno y aparentemente idílico en el que apenas hay diez alumnos, todos ellos hijos de los pacientes del psiquiátrico. Los niños mantienen contacto con sus padres, pero siempre de un modo controlado, y Jan es el responsable de crear un clima de «normalidad» en un lugar plagado de malos recuerdos y accidentes inexplicables.
Tras un período de prueba, Jan resulta ser un profesor indispensable, responsable y serio. No obstante, ¿Cuál es la verdadera razón de que Jan esté en la guardería de un remoto centro psiquiátrico? Tal vez tenga algo que ver con Alice Rami, una residente del hospital. ¿Y cuál es la historia que esconde Jan? Porque hace años que Jan oculta algo: nunca se habló de los sucesos que tuvieron lugar en otra guardería, hace unos años, cuando llevó a un grupo de niños de excursión al bosque y volvió con uno menos# ¿Fue un secuestro? ¿Un asesinato? ¿O una desaparición?
Así arranca una novela que es la crónica de una sociedad que esconde profundas cicatrices, la crónica de un crimen y de una historia de amor.

El guardián de los niños (Fragmento)

"Jan mira a un lado, a la sucesión de casas, y piensa en el hombre con quien pronto se encontrará.
El doctor Patrik Högsmed, médico jefe. Su nombre aparecía debajo de la oferta de trabajo que Jan encontró a mediados de junio:

CUIDADOR DE NIÑOS / PROFESOR DE ESCUELA INFANTIL
para cubrir suplencia en Gläntan

El texto debajo del titular se parecía a muchos otros que había leído.

Eres cuidador de niños y/o profesor de preescolar, en particular hombre joven, pues aspiramos a formar un equipo humano paritario y variado.
Eres una persona segura de sí misma, abierta y sincera. Te gusta la música, los juegos y toda clase de actividades creativas. Nuestra escuela de preescolar linda con una zona verde, así que también te deben gustar las excursiones por el bosque.
Trabajarás activamente a favor de un ambiente positivo en el parvulario y en contra de cualquier forma de tratamiento vejatorio.

Muchos de los requisitos se ajustaban a Jan. Era joven, profesor de preescolar, le gustaban los juegos y en la adolescencia había tocado la batería, como pasatiempo.
Y, por razones personales, detestaba las vejaciones.
¿Era abierto y sincero? No estaba seguro. Pero al menos se le daba bien parecerlo.
Fue la dirección de la persona de contacto, Patrik Högsmed, lo que le impulsó a recortar el anuncio: «Administración, clínica regional de psiquiatría forense Santa Patricia, en la ciudad de Valla».
A Jan siempre le había costado venderse. El anuncio permaneció varios días sobre la mesa de la cocina; clavaba la vista en él un día tras otro, hasta que por fin marcó el número que figuraba debajo del nombre del médico jefe.
–Högsmed –respondió una voz apagada de hombre."

BETIBÚ


Me gustan los personajes que dibuja esta escritora argentina "cosecha del 60", me gustan sus mujeres excesivas o excesivamente controladas, sus hombres psicoanalíticos y porreros, sus country clubs con aspiraciones anglófilas, sus jefes totalmente cabrones, sus crímenes tan elaborados, el pasado siempre vuelve, el presente es un reflejo.....me gusta Claudia Piñeiro y me ha gustado Betibú¡¡

Como no quiero desvelar nada acerca de esta novela "argentinamente policiaca" dejaré un fragmento del inicio y nada más....:

Betibú (Fragmento)

1

"Los lunes son los días que lleva más tiempo entrar en el Club de Campo La Maravillosa. La cola de empleadas domésticas, jardineros, albañiles, plomeros, carpinteros, electricistas, gasistas y demás obreros de la construcción parece no terminar nunca. Gladys Varela lo sabe. Por eso se maldice, ahí donde está, parada frente a la barrera de la que cuelga el cartel “Personal y proveedores”, detrás de por lo menos otras quince o veinte personas que, igual que ella, intentan entrar. Se maldice por no haber cargado la tarjeta electrónica que le permitiría el acceso directo. Pero es que la tarjeta vence cada dos meses y los horarios en los que se puede hacer el trámite para recargarla coinciden con los horarios en los que ella trabaja para el señor Chazarreta. Y el señor Chazarreta no tiene buen carácter. O al menos no tiene buena cara y a Gladys, esa cara, la intimida. Aunque ella no sabe si el gesto con que él la mira se debe a que es hosco, o seco, o de poco hablar. Pero sea lo que fuere, ésa es la razón por la que no se atrevió hasta ahora a pedirle salir antes o tomarse un rato para ir a la guardia a recargar su tarjeta de ingreso. Por la cara con que la mira. O no la mira, porque en realidad rara vez el señor Chazarreta lo hace. Mirarla. Mirarla a ella. Mira en general, mira alrededor, mira hacia el jardín, o mira una pared en blanco. Siempre con mala cara, serio, como enojado. También, con todo lo que tuvo que pasar, se entiende. Por suerte ella tiene, al menos, el permiso de ingreso firmado, eso sí; entonces tendrá que hacer la cola, como de hecho la está haciendo, pero nadie va a llamar al señor Chazarreta para que autorice su entrada al barrio.
Al señor Chazarreta no le gusta que lo despierten, y cada tanto él duerme hasta tarde. Cada tanto se acuesta a cualquier hora. Y toma. Mucho. Gladys cree, o sospecha. Porque ella con frecuencia encuentra un vaso y una botella de whisky en el lugar de la casa donde el señor Chazarreta cayó dormido la noche anterior. A veces es el dormitorio. Otras veces el living, o la galería, o el cine ese que tienen en la planta alta. Tienen no, tiene, porque el señor Chazarreta vive solo desde la muerte de su mujer. Pero de eso, de la muerte de su mujer, Gladys no pregunta, ni sabe, ni quiere saber. Con lo que vio en el noticiero le alcanza."

viernes, 4 de agosto de 2017

ASESINATO EN DIRECTO (Un caso en televisión)


Obra póstuma de esta dama negra de la novela israelí, son sus novelas algo más que novelas policiacas, son la vida en Israel, el conflicto y sus consecuencias, la complicadísima sociedad judía y sus entresijos, el pasado y el futuro del sionismo, la presión ultraortodoxa, el racismo sutil y siempre presente.....y un policía de película el teniente coronel Michael Ohayon y sus circunstancias.
Todas las novelas policiacas de Batya Gur aportan un plus al género y, además tienen subtítulo, esta es Asesinato en Directo. Un caso de televisión. Muy buena, una pena que sea la última¡

En este caso voy a "ofrecer" tres diálogos de la novela, que resumen casi toda la obra de Gur y retratan a su protagonista que es el que habla:

Asesinato en directo (Un caso en televisión) Fragmentos

"-No sé si podré callármelo -dijo Michael finalmente- no sé cómo va a ser posible vivir con un secreto como este.
-¡Ya lo creo que va a ser posible! -le dijo Shorer, ahora con pena-. ¡Y de qué manera! No vas a decir una palabra -afirmó cada vez más apenado. Y tras un breve silencio añadió-: ¿No ves que estamos evolucionando? Cada vez somos capaces de callarnos cosas más graves"

"-El problema es que como judíos esperábamos tener un comportamiento más moral…, mostrarnos más comprensivos con el prójimo…. y resulta que somos exactamente iguales a los demás.
-Ése es el comportamiento que tienen los perros, que marcan su territorio- murmuró Yubal "

"– Pero yo no quiero, de ningún modo vivir en un sitio así. Creo que sería mejor… marcharme a otro lugar. En realidad lo que quiero es marcharme de aquí.
-¿Adonde?- le preguntó Michael conteniendo la respiración, aunque al cabo de un instante se dijo que, de momento, aquello no eran más que palabras, de manera que se concentró en su panecillo con queso fresco.
-Puede que a Canadá -respondió Yuval pensando en voz alta, y Michael tuvo que disimular el escalofrío que le recorrió el cuerpo entero"

EL CUARTO MANDAMIENTO


Y el libro de hoy es, Los magníficos Ambersons, también publicada en España con el título El cuarto mandamiento, Premio Pulitzer de novela en 1919, es un "novelón" sobre el ascenso y caída de una aristocrática familia norteamericana, con todas los "tics" que ello supone.
Una novela larga y contundente que, a pesar del tiempo transcurrido desde su publicación, no ha perdido actualidad.
El fragmento de hoy es el comienzo de la novela y estoy segura de que sentiréis auténticas ganas de seguir leyendo:
 
El Cuarto Mandamiento (The Magnificent Ambersons) Fragmento

"El Comandante Amberson hizo su fortuna el año 1873, precisamente cuando otras gentes andaban perdiendo las suyas, y de entonces data el comienzo de la magnificencia de los Amberson. Es la magnificencia, como la importancia de un caudal, relativa siempre, y así lo descubriría el mismísimo Lorenzo el Magnífico si su espíritu visitara el Nueva York contemporáneo; fueron magníficos los Amberson para su época y para la ciudad en que vivían. Su esplendor subsistió durante todos los años que vieron a su ciudad del Midland* extenderse y tornarse sombría hasta llegar a ser una gran urbe, mas alcanzó su mayor brillo en aquella época en que todas las familias pudientes y con niños tenían un perro de Terranova.
En aquella ciudad, y en aquellos tiempos, todas las mujeres que gastaban sedas y terciopelos conocían a todas las mujeres que gastaban sedas y terciopelos, y si alguna compraba un abrigo de piel de foca, hasta las inválidas eran llevadas a la ventana para que lo vieran pasar por la calle. En las tardes de invierno, briosos trotones corrían presurosos por National Avenue y Tennessee Street arrastrando trineos; caballos y conductores eran de todos conocidos; y también los conocían cuando llegado el verano eran los veloces y ligeros tílburis los que renovaban las competencias de las carreras del invierno. Todo el mundo conocía los coches familiares de los demás y podía identificarlos en la calle a media milla de distancia, habilidad en extremo útil para asegurarse de quién iba de compras, quién a una fiesta, o a casa desde la oficina o la tienda, ya fuera para el almuerzo, ya para la cena. "

Sin que sirva de precedente, voy a recomendar la película dirigida por Orson Wells y estrenada en 1942,  cuyo guión escribió el propio Wells basándose en la novela de Tarkington.
The Magnificent Ambersons contó entre sus intérpretes con:
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Fue comparada en su momento con Ciudadano Kane y recibió varias nominaciones al Oscar, no consiguió ninguno pero ello no merma su calidad.
En el siguiente enlace pueden ver el montaje realizado por un estudiante de cine al que se pidió captar en pocos minutos la esencia de la película
https://youtu.be/tkgkKpJEdtw

jueves, 3 de agosto de 2017

ESNOBS


«Los ingleses, sean de la clase que sean, son adictos a la exclusividad. Deja a tres hombres en una habitación e inventarán una regla que evite que se les una un cuarto». J. Fellowes
Absténganse los no-adictos al british puro y duro.
Alta sociedad en su salsa, todos los tics de la aristocracia británica en un tono de comedia que, la verdad, no acaba de cuajar completamente. Quizás le sobran unas cuantas páginas, pero es una buena opción "palomitera" para el borde de la piscina y para aquellos que quieran conocer en profundidad todos los "recovecos" de una "clase" que hemos visto en numerosas obras y películas del imperio británico.
Visto lo visto, prefiero a Fellowes como guionista de Gosford Park o Downton Abbey¡¡¡

Un fragmento ilustrará perfectamente el tono general de la novela:

Esnobs (fragmento)

"No sé con exactitud cómo Edith Lavery llegó a entrar en la vida de Isabel Easton. Probablemente tuvieran algún amigo común, o pertenecían al mismo club, o tal vez fueran sencillamente a la misma peluquería. Pero lo que sí puedo recordar, por alguna extraña razón, es que Isabel decidió desde el primer momento que Edith sería su buena obra del momento, ese alguien un tanto especial que se puede imponer a los vecinos del campo en pequeñas dosis. La historia demostraría que tenía razón, desde luego, aunque cuando yo la conocí no existiera prueba indiscutiblemente clara de que así fuera a ser. Edith era muy guapa, pero no tanto como lo sería después, cuando encontrara su estilo, como dicen los diseñadores. Encajaba en un estereotipo, si bien en uno de clase superior: la inglesa rubia de ojos grandes y modales exquisitos."

miércoles, 2 de agosto de 2017

EL VERANO SIN HOMBRES


Historia de un verano femenino, un verano de "Pausa", pero, un verano al fin, en el que nada cambia, todo vuelve a ser como antes al terminar el verano.
Apenas 150 páginas de lectura agradable, si exceptuamos, cierta dosis excesiva de pseudofeminismo y jerga "científica", lo mejor el toque sarcástico.
La verdad,  esperaba más de esta novela a la que, creo,  que le sobran algunas cosas.
Los pasajes descriptivos y los diálogos están bien concebidos y el  final abrupto es pero no por ello inesperado, como dicen algunos críticos, de hecho es la única certeza a lo largo de toda la novela. Para una tarde de verano desocupada se deja leer.
Aunque espero cosas mejores de Siri Hustvedt

El verano sin hombres (fragmento)
" Cuando asistía distraída a sus conversaciones durante los minutos previos a la clase y después de finalizarla, a menudo pensaba que la forma de hablar de las chicas era intercambiable, que no había en ellas ningún signo de individualidad. Tenían una especie de jerga que el rebaño había acordado utilizar, con la excepción de Alice, cuya dicción no estaba tan infectada de los o sea o sabes, pero incluso ella caía en el uso de aquel curioso y estúpido dialecto adolescente. Sin embargo, cuando todas se sentaban alrededor de la mesa, Alice se diferenciaba de inmediato de las demás, como si se hubiera roto un hechizo y por fin pudiese hablar por sí misma. Poco a poco fueron aflorando retazos de su vida familiar que alteraron la percepción que tenía yo de ella. Descubrí que en la familia de Ashley eran cinco hermanos y que sus padres se habían divorciado cuando ella tenía tres años; que Emma tenía una hermana pequeña con distrofia muscular y que el padre de Peyton vivía en California. Iría a visitarlo a finales de agosto, como solía hacer todos los veranos. Él era quien tenía caballos. Alice llevaba viviendo en Bonden sólo dos años. Antes había vivido en Chicago y sus continuas referencias a la metrópolis perdida provocaban inevitablemente un contagioso intercambio de miradas entre las demás. Joan y Nikki eran amigas desde tercero. Los padres de Jessica eran devotos practicantes de alguna de las muchas confesiones cristianas, quizá una de esa nueva variedad que mezcla psicología popular con religión, pero no estaba segura.
Con el fin de llegar a rozar el mundo interior de aquellas niñas, un mundo que yo presentía igual de diverso que sus historias personales, empezamos a trabajar en poemas acerca de «mi yo secreto». Puse el ejemplo de una grieta abierta entre la percepción que tenemos del mundo externo y la propia sensación de nuestra realidad interna, de los malentendidos que a veces pueden marcar nuestra relación con los demás, de ese sentimiento que tenemos la mayoría de nosotros de custodiar un ser oculto en nuestro interior, ese ser solitario enfrentado al ser social, etcétera, etcétera. Dejé bien claro que aquél no era el juego de Verdad o Mentira, un juego que recordaba de mi juventud, ni un ejercicio para confesar o revelar unos secretos que preferimos mantener ocultos. Les sugerí enfrentar dos versos que empezaran: Crees que soy… y Pero en realidad… Hablamos de algunas metáforas, de la posibilidad de usar algún animal o cosa en lugar de un adjetivo. "

DEJA EN PAZ AL DIABLO


Tercera novela de John Verdon con el detective Dave Gurney como protagonista.
Ummmm¡¡¡ más de lo mismo, crítica de la tele-basura, Gurney padece injusticias sin fin, Madeleine sigue siendo tan tocapelotas como siempre, aparece el hijo del detective, las descripciones son interminables..............buh¡
Mientras tanto un loco campa por sus respetos y nadie parece ser capaz de hacer nada para pararle. Larga y repetitiva.
No la recomiendo salvo que no tengáis nada más a mano¡


Y esta es la opinión de mi querido Ricardo Cortat:
RESEÑADA POR RICARDO CORTAT para LIBROS, el 4 de Abril de 2013.
Acabé el tercero de John Verdon "Deixa en pau el dimoni" ("Deja en paz al diablo")
Si le quitamos el rollo psiquiátrico - filosófico que acompaña a la "profiler" del FBI está entretenido.
Fallos. El asesino podría ser cualquiera. Escribes los nombres de todos los personajes en un papelito, los metes en una bolsa y sacas uno. Ese es el malo, malísimo. Lo vuelves a meter en la bolsa. Sacas otro papel. Ese también podría serlo. Y los motivos serían los mismos.
Y eso nos lleva al plural de fallo, a fallos. A que hay más de uno. Quizás no los motivos, pero sí el porqué de los asesinatos. Y es tan, tan, tan evidente y está tan, tan, tan insinuado que es casi insultante que el detective Gurney se de cuenta a escasas páginas del final y que además sea como un chispazo en su mente.
Es de esas cosas que si anda como un pato, nada como un pato y habla como un pato... tiene que ser un pato ¡y desde hace 100 folios!
Por lo demás, bien.

Deja en paz al diablo (Fragmento)

"El primer día de primavera
La puerta cristalera estaba abierta.
Desde su posición, de pie junto a la mesa del desayuno, Dave Gurney vio que los últimos restos de nieve del invierno, como glaciares reacios, habían retrocedido desde el prado abierto y ya sólo sobrevivían en las zonas más recónditas y umbrías del bosque de alrededor.
Las ricas fragancias de la tierra recién levantada y del heno sin segar del verano anterior flotaban hasta la gran cocina de la casa. Eran olores mágicos que en algún momento habían tenido el poder de cautivarlo. Ya apenas lo emocionaban. Le resultaban agradables, sin más. Agradables si, pero sin importancia.
-Deberías salir- dijo Madeleine desde el fregadero donde estaba lavando el bol de los cereales.- Sal, hay un sol espléndido.
-Sí, ya lo veo- contestó Dave, sin moverse.
-Tómate el café en una de las sillas de fuera- propuso ella dejando el bol en el escurreplatos de la encimera- Te vendrá bien un poco de sol.
-Hum- Dave asintió mecánicamente y tomó otro sorbo de la taza que sostenía- ¿es el mismo café que estábamos usando?
-¿Qué tiene de malo?
-No he dicho que tenga nada de malo
-Si, es el mismo
Dave suspiró"