viernes, 18 de agosto de 2017

SIN CULPA


Cuarta entrega de la serie de novelas protagonizadas por el  inspector de policía de Nacka, Thomas Andreasson y su amiga la abogada Nora Linde residente en la Isla de Sandham, integradas en la llama Serie Sandhamn (Suecia)
Esta entrega de la Serie Sandhamn es, curiosamente, la primera publicada en castellano, hay "vicios editoriales" que no tienen solución.

Siguiendo el guión tradicional de la negra-nórdica, Viveca Sten desgrana una historia en flashback, llena de todos los tópicos que vienen del frío......malos tratos, alcoholismo, separación, islas perdidas en el frío mar de hielo, policías con pasado....
¡ En fin, nada nuevo bajo el hielo....!
Dicho esto, he pasado un par de tardes muy entretenida con esta novela de desarrollo anunciado y final previsible.
Para "nueva reina de la novela nórdica" le queda un gran trecho por recorrer a la Sra. Sten¡¡

Sin culpa (fragmento)

Capítulo 1

Sábado, 4 de Noviembre de 2006Marianne se detuvo en la entrada. Los zapatos estaban tirados por el suelo de cualquier manera. Se agachó instintivamente y los colocó en su sitio, en orden, unos al lado de los otros. Luego se percató de que faltaban las botas de Lina, unas Timberland de color claro.
Se asustó. ¿No había vuelto a casa la noche anterior?
Recogió pensativa un gorro tirado en un rincón. Su hija dejaba las cosas tiradas por todas partes. El desorden era total. Como mínimo podría haber llamado si pensaba dormir fuera de casa.
¿Y si le había ocurrido algo?
Ese pensamiento le oprimió el corazón. Marianne inspiró profundamente para tranquilizarse.
Se podía haber caído de la bicicleta y hacerse daño. Era fácil caerse de la bicicleta en esa época del año. Los estrechos caminos de guijarros eran muy resbaladizos en otoño. Le había dicho a Lina que fuera con mucho cuidado cuando partió hacia Trouville a casa de los Hammarsten.
La inquietud se fue adueñando de ella sin poderlo remediar. Era como si el corazón se le fuera a desbocar, los latidos eran cada vez más fuertes, y todo a su alrededor empezó a darle vueltas. ¡Tranquilízate!, se dijo a sí misma.
Respira.
Con las piernas temblando, se dirigió a la acogedora cocina rústica y se sentó en una silla. En verano habían pintado las sillas de la cocina. Lo hicieron al sol, en el embarcadero, y Lina le había ayudado. Se manchó el bikini de pintura y ambas se pusieron a reír.
Marianne se levantó y sacó un vaso del armario de encima del fregadero para beber un poco de agua.

EL TESTIGO INVISIBLE


He estado los últimos días inmersa en los recuerdos de Leonid Sednev, recorriendo esos días que estremecieron al mundo y que Carmen Posadas narra con una mezcla de rigor histórico y crónica sentimental.
Me ha gustado, lo que me reafirma en que, a veces, buscamos fuera lo que tenemos en casa....me refiero a otra novela (inmensamente publicitada) que narra unos hechos similares, La casa del propósito especial, en mi opinión la novela de Posadas es muy superior literariamente a la de Boyne; y desde luego mucho más entretenida y creíble.
Para el que quiera repasar los últimos días de los Romanov, desde la mirada de un "invisible", la recomiendo.

El testigo invisible (fragmento)

EL CÓDIGO DE GRISHA IVANOVICH

Montevideo, 13 de abril de 1994
Un viejo refrán dice que nadie es un gran hombre para su mayordomo. Otro aún más viejo, supongo, sostiene que no hay que servir a quien sirvió ni pedir a quien pidió. Yo, por mi parte, digo que ninguno de estos retazos de sabiduría popular los acuñó quien más puede saber de ello : un criado. También puedo asegurar que, si nosotros nos hubiéramos inclinado más por la pluma a lo largo de los siglos, la Historia incluiría capítulos más interesantes. Por fortuna para ciertos protagonistas de ella y lamentablemente para ustedes, rara vez hemos sentido tal inclinación. Algunos, porque se contentaron con la pequeña gloria de relatar lo que vieron a modo de chismes, dimes y diretes. Otros, como yo, porque nuestra gloria mayor ha sido, precisamente, evitar que se sepan. ¿Lealtad? ¿Discreción? ¿Orgullo de gremio? Mi tío Grisha, que prefirió morir a manos de los bolcheviques antes que revelar el mecanismo que abría la cámara que guardaba los mayores tesoros del palacio de los Yusupov, decía que los tres eran su código, su razón para callar. La mía, contradictoria como todo en mi persona, es prosaica y a la vez romántica. He callado hasta ahora porque lo más valioso que poseo es fruto de un robo. Pero callé sobre todo porque los grandes secretos son como los hechizos, se desvanecen cuando uno los cuenta, y yo este lo quería solo para mí. No sé qué habría pensado tío Grisha de todo esto, posiblemente arquearía una ceja, la izquierda, al escucharme. Mi tío no era un criado inglés de esos que todo lo expresan con una mínima contracción muscular, pero el elevamiento de la ceja izquierda es un lenguaje universal entre nosotros, todo un esperanto.

LAS CENAS DE LOS MARTES


Quizás la portada debería haberme dado una pista, pero....me dejé confundir por una sinopsis bien "armada":
"grupo de amigas de diferentes edades y clases sociales, que cenan todos los martes y emprenden un viaje iniciático por El Camino de Santiago, a raíz de la viudedad de una de ellas".
Suena bien, ¿verdad?, pues es una banalidad de principio a fin¡
Imposible recomendar esta novela con diálogos inconsistentes, personajes imposibles y situaciones que rozan lo ridículo.
La capacidad literaria de la autora es muy deficiente, por no decir, nula.

Las cenas de los martes (fragmento)

1–Vamos, Tom. Mueve el culo–gruñó Luc –.Las comensales están al caer.
El dueño de Le Jardin echó al nuevo camarero con cajas destempladas para que se pusiera en marcha. En cuestión de segundos, al joven le llovieron las comandas.
«Cinco vasos ,he dicho.»
«La vajilla normal no.»
«Y las flores, ¿ dónde están?» 
«¿Es que tengo que hacerlo yo todo?»
Tom no entendió ni jota. ¿ Por quién estaba armando Luc tanto jaleo? Echó un vistazo al libro de reservas, aunque no le sirvió de gran cosa.
–Pero si nadie ha reservado la mesa de la chimenea.
Luc frenó en seco, como si aquello fuera lo más estúpido que hubiera oído en su vida.
–¿Has visto el calendario?
–Claro.
–¿Y?
–Es martes.
Luc subió la voz.
–El primer martes del mes. Lo que significa…
–¿Alguna festividad francesa? –aventuró Tom, como si estuviera en un concurso televisivo.
Luc exhaló un hondo suspiro. Tal vez fuera un error darle una oportunidad a alguien que había dejado los estudios y estaba en el paro. La única experiencia que tenía Tom en el mundo de la hostelería se reducía a su adolescencia: un cabeza hueca revolucionado por las hormonas lo había criado en el restaurante del club deportivo Euskirchen. Por desgracia, ese idiota era Luc.

EL PENSIONADO DE NEUWELKE


Para escribir literatura romántica uno tiene que ser muy-muy buen escritor, muy culto y con un punto de contención que marque la diferencia entre lo romántico y lo melifluo.
Para escribir literatura romántica en el siglo XXI un escritor ha de tener todo eso multiplicado por 10. Es por eso que esta historia decimonónica es un buen intento, pero se queda en intento.....la prosa es fluida y agradable, los hechos pretendidamente originales, pero....le falta lo más importante, en mi opinión, autenticidad¡¡¡ todo el rato me parece estar leyendo una "copia" de alguna novela de Wilkie Collins mezclada con toque Austen o Brontë, pero algo falla, es un "quieroynopuedo".....
No puedo recomendarla, salvo en un momento de "apuro" sin nada a mano para leer y con un ansia irrefrenable de llevarse algo a los ojos¡¡

El pensionado de Neuwelke (fragmento)

1

"¡Ahora iba a resultar que cualquier jovenzuelo podía conocer los principios y fundamentos sobre los que se sustenta el cultivo de los tulipanes! Eso era lo que pensaba Jonas Fou’fingers mientras observaba la tierra negra de su jardín. 
A la dudosa luz del amanecer, la figura de Jonas Fou’fingers era una sombra terrible en medio de las brumas azules que serpenteaban desde los bosques desnudos y se iban deslizando por los campos helados hasta la gran mansión de Neuwelke. El anciano tal vez sintió un escalofrío, porque se aferró a los extremos de su capote de viaje y se envolvió en él procurando que no quedara un resquicio por el que pudiera colarse aquel frío húmedo y báltico que era capaz de corroer los huesos de cualquier escocés. Por debajo de la capucha se adivinaban los mechones de pelo pajizo de un hombre de Aberdeen y la mirada recelosa de los que viven al norte de «la frontera». Había empezado a contar con cierto temor los primeros años de la setentena, pero las arrugas de su rostro delataban más fortaleza que debilidad, y su pétrea mirada apenas era capaz de mostrar más ternura que la de una roca granítica del viejo Ben Macdhui.
Jonas Fou’fingers se quejaba porque el señor Buch le había encomendado una tarea para la que no se le había contratado. Desde luego, no estaba proponiendo una sublevación, simplemente constataba que se le había encomendado un trabajo por el que no se le pagaba. ¿Era jardinero o no era jardinero? Era jardinero. Luego no tenía por qué levantarse a las cinco de la madrugada, aparejar a Mr. Pickerton a la calesilla y emprender un viaje molesto y engorroso hasta Wolmar. "


EXPEDIENTE 64


Cuarta entrega  de la serie protagonizada por Carl Mørck y su Departamento Q, ese "cajón desastre" donde caben policías sospechosos, mujeres extrañas y árabes de dudoso pasado....ese departamento al que "llega el oscuro pasado" y del que sale la luz dolorosa de la verdad.
Me gusta el Departamento Q, y no voy a comentar esta novela, porque todo comentario sería spoiler. Sólo decir que me ha gustado¡¡

Esta es la opinión de nuestra amiga Posible Mente:

RESEÑADA por Posible Mente para LIBROS, el 28 de Junio de 2013.
Terminado "Expediente 64" de la serie Departamento Q.

Y ya estoy con ganas de que salga el siguiente... o sea... Recomendable en grado sumo.

Expediente 64 (fragmento)

1


Noviembre 2010


"Carl había oído hablar de los sucesos de la noche anterior por la radio de la Policía al salir del adosado de Alderød camino del trabajo. En circunstancias normales nada le habría interesado menos que lo que atañía al trabajo de la Brigada Antivicio, pero aquello parecía diferente.
La propietaria de una agencia de señoritas de compañía había sido atacada con acido sulfúrico en su piso de Enghavevej, y en la unidad de Quemados del hospital no les faltó trabajo.
Buscaban testigos pero de momento sin resultado.
Ya había interrogado a un montón de lituanos desaliñados. pero a medida que transcurría la noche iba quedando claro que el autor sólo podía ser uno de los sospechosos, a quien no pudieron atrapar. Faltaban pruebas. La mujer atacada declaró cuando la ingresaron, que no podría identificar al autor, y ahora tendrían que soltar a todos.
Aquello le sonaba a conocido."

UN MAR OSCURO


Decimoctava entrega de la serie protagonizada por William Monk y Hester Latterly.

Tengo una debilidad especial por Anne Perry, sus novelas de crimen victoriano me encantan, aun a pesar de que, en ocasiones, se repitan más que "las sopas de ajo".  Tienen un toque "histórico" perfectamente novelado que te incita a repasar episodios de la historia que, quizás, de otro modo no se te hubiese ocurrido consultar. Me encanta lo documentada (sin empachos) que está la ambientación, la moda, las costumbres, la educación; en fin, cada episodio es un paseo muy instructivo por la época victoriana, completado por un crimen o varios que nuestros protagonistas siempre acaban por resolver.
Esta entrega de la serie protagonizada por Monk y Hester Latterly, tiene como fondo las guerras del opio y la aprobación de la Ley de Farmacia británica, en una sociedad profundamente injusta que trata de buscar justicia desesperadamente.
Me ha gustado¡

Un mar oscuro (fragmento)

1
El sol ascendía despacio sobre el río, salpicando de luz roja la superficie del agua. Las gotas que se desprendían de los remos de Monk brillaban unos instantes como si fuesen de vino o de sangre. En el otro banco, más o menos a un metro de él, Orme empujaba hacia delante, bogando con todo su peso para contrarrestar la resistencia que la corriente oponía al avance. Acostumbrados como estaban a trabajar en equipo, remaban en perfecta sincronía. Corría el mes de diciembre de 1867, hacía casi dos años que Monk había tomado el mando de la Policía Fluvial del Támesis en la comisaría de Wapping.
Aquel hecho suponía una pequeña victoria para él. Orme llevaba toda su vida profesional en la Policía Fluvial. Monk había tenido que adaptarse tras haber trabajado en la Policía Metropolitana primero y como detective privado después.
La serenidad de aquel momento de íntima satisfacción la rompió un grito, un chillido tan penetrante que se oyó por encima del crujido de los escálamos y del ruido de la estela de una hilera de gabarras al romper contra la orilla. Monk y Orme se volvieron al unísono hacia el embarcadero de Limehouse, en la ribera norte, a poco más de veinte metros de distancia.
Oyeron el grito otra vez, estridente, de terror, y de pronto vieron una figura negra sobre el umbrío telón de fondo que dibujaban los cobertizos y almacenes del muelle. Alguien con un abrigo largo agitaba los brazos mientras iba de un lado a otro a trompicones; imposible distinguir si era hombre o mujer.
Echando un vistazo por encima del hombro hacia Monk, Orme dio una palada que giró la barca hacia la orilla.
La figura se movió más nerviosa al ver que se aproximaban. Las nubes bajas se abrieron y el sol comenzó a alumbrar la escena con más nitidez. La figura resultó ser una mujer con falda larga. Seguía agitando los brazos y gritándoles desde el muelle, pero el terror volvía ininteligibles sus palabras.
La barca alcanzó la escalinata con un golpe y Orme la amarró.

jueves, 17 de agosto de 2017

EL CORAJE DE MISS REDFIELD

Si Don Rafael Pérez y Pérez levantase la cabeza, sin duda, estaría encantado de poner su firma en esta novela.
He creído conveniente incluir la sinopsis facilitada por la editorial ya que no se me ocurre nada relevante que decir de esta novela:

Sinopsis
Una fría mañana de enero de 1962 llega a la casa de doña Lily, duquesa de Peñalara y uno de los puntales de la sociedad madrileña, Elsa Redfield, una joven inglesa que ha sido contratada como nanny para el más pequeño de los nietos de la aristócrata.
La señorita Redfield, austera, competente y capaz, acude a Madrid con una misión: encontrarse con su antigua amiga y mentora, miss Hibbs, nanny de los nietos de Franco, a la que trae un mensaje y un anillo de incalculable valor. Elsa tendrá que poner a prueba su prudencia, pues, a su pesar, se verá involucrada en los asuntos de los Peñalara, una familia que, bajo su deslumbrante apariencia, esconde terribles heridas que, sin saberlo, la joven e inexperta niñera está a punto de sacar a la luz con consecuencias insospechadas. Planeta de Libros

Se me ocurren un montón de adjetivos para ella pero sólo voy a ponerle uno: ¡¡Cursi!!

El coraje de Miss Redfield (fragmento)

«El zumbido de una avispa, el canto de los grillos y de las chicharras en esa hora pesada del día, la tenue brisa que corría por los cerros del monte, relegaban a Miss Redfield a un rincón de su cabeza y Elsi tomaba posesión de todo su cuerpo y de su futuro.»
«Cuando Elsa se vestía de Miss Redfield, como se disponía a hacer en ese momento, tenía claro que su amor por los libros era una debilidad. Pero cuando cada noche, en su dormitorio, Miss Redfield se transformaba en Elsi, se decía que era su mejor virtud.»