Es una atracción fatal la que me conduce a todo lo que "huele a british", literariamente hablando, si el autor de la novela, además es el guionista de Downton Abbey......consumatum est¡¡¡.
Esta segunda novela de Julian Fellowes me ha gustado más que la primera, creo que el perfil de los personajes está mucho más conseguido, el ambiente roza la perfección y las situaciones harán la delicia de cualquier "britishmaniac@"¡. Lo de menos es el argumento, lo de más es la descomposición de una cierta clase social, consumada en sus "cachorros", todo se derrumba en el Imperio Británico y Fellowes lo cuenta casi en primera persona. Entretenida, con un toque sutil de intriga, abstenerse anglofóbicos del mundo¡¡¡
Esta segunda novela de Julian Fellowes me ha gustado más que la primera, creo que el perfil de los personajes está mucho más conseguido, el ambiente roza la perfección y las situaciones harán la delicia de cualquier "britishmaniac@"¡. Lo de menos es el argumento, lo de más es la descomposición de una cierta clase social, consumada en sus "cachorros", todo se derrumba en el Imperio Británico y Fellowes lo cuenta casi en primera persona. Entretenida, con un toque sutil de intriga, abstenerse anglofóbicos del mundo¡¡¡
Si mis palabras no os han convencido, seguramente lo hará un fragmento de esta novela:
Uno
Londres es ahora una ciudad maldita para mí, y yo soy el fantasma que la ronda. Mientras me ocupo de mis asuntos, cada calle o plaza o avenida parece hablarme en voz baja de una época anterior, diferente, de mi vida. El paseo más breve por Chelsea o Kensington me lleva a una puerta donde una vez fui bienvenido, pero donde soy un extraño hoy en día. Me veo saliendo de ella, joven otra vez, y vestido para alguna fiesta ya olvidada, engalanado con lo que parece el traje regional de un país balcánico destrozado por la guerra. Esos pantalones de pata de elefante, esas camisas de chorreras con el cuello vuelto… ¿en qué estábamos pensando? Y mientras lo observo, detrás de mi fantasma, más joven, más delgado, caminan las sombras de los difuntos, padres, tías y abuelas, tíos abuelos y primos, amigos y novias, apartados por completo de este mundo, o por lo menos de lo que queda de mi propia vida. (Pag. 2)