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martes, 22 de agosto de 2017

POR LA BOCA MUERE EL PEZ


Decimoséptima entrega de la serie protagonizada por el Comisario Montalbano (con truco).

Pensé que Camilleri no podría sorprenderme aunque quisiera pero...los grandes, es lo que tienen, cuando más confiada estás zas¡¡¡ una novela a dúo con Carlo Lucarelli.
Un escritor del sur unido a uno del norte, un dúo de protagonistas, tan distintos:
Nuestro Salvo Montalbano agudo, rebelde, malhumorado, comilón y  la inspectora Grazia Negro, joven, impetuosa y parece que, también, comilona.
Un libro "cuasi epistolar" donde los detalles son lo que cuenta¡¡¡¡
Lo dicho, Camilleri solo o a dúo, un genio¡¡¡

Por la boca muere el pez (fragmento)

"POLICÍA JUDICIAL JEFATURA DE BOLONIA

A: COMISARÍA DE VIGÀTA

A/A Dr. SALVO MONTALBANO

ASUNTO: solicitud de información sobre
HOMICIDIO DE LOS PECECITOS ROJOS

Estimado colega,
Te escribo por iniciativa propia sin que lo sepan ni el director de mi oficina ni el comisario jefe, quienes, te lo digo ya, no lo aprobarían, dado que sostienen una hipótesis de trabajo completamente distinta con respecto al caso en cuestión. Es más, debo poner en tu conocimiento que las indagaciones que estoy llevando acabo no sólo carecen de permiso, sino que me han sido expresamente prohibidas por mis superiores. De modo que si tu respuesta es negativa entenderé los motivos y no te molestaré más. Sólo te pido que guardes silencio y no comentes el asunto con nadie.
Si por el contrario quisieras echarme una mano te lo agradecería de verdad.
Adjunto, pues, el atestado de la patrulla enviada al lugar de los hechos y las primeras averiguaciones realizadas así como una relación de las pruebas materiales que obran en nuestro poder (los primos, estoy segura, tienen alguna cosa porque al lugar llegaron también algunos carabineros).
Un saludo y muchas gracias,

Grazia Negro

P. D. Ahora bien, si te conozco un poco y estás a la altura de tu fama estoy segura de que me ayudarás…"

LA DANZA DE LA GAVIOTA


Decimoquinta entrega de la serie protagonizada por el Comisario Salvo Montalbano.

"Montalbano decidió que había que modificar el artículo 1 de la Constitución en los siguientes términos: Italia es una República basada en la venta de droga, el retraso sistemático y el parloteo
vano.”
Inenarrable Montalbano, en una de sus investigaciones más absolutamente embrolladas, hilarantes y fantásticas de todos los tiempos. Montalbano insomne, Montalbano genial.
Comienza con la "danza de un gabbiano" y termina con todos danzando al son del Montalbano. Fantástica¡¡¡

La danza de la gaviota (fragmento)

1
"Hacia las cinco y media de la mañana ya no pudo seguir acostado, mirando el techo con los ojos como platos.
Era algo que había empezado a ocurrirle con la edad: normalmente, pasada la medianoche, se tumbaba en la cama, leía una media hora, cerraba el libro en cuanto empezaban a bailarle las letras, apagaba la luz de la mesilla de noche, se colocaba en la posición adecuada —tendido sobre el costado derecho, con las rodillas flexionadas, la mano derecha abierta, la palma hacia arriba encima de la almohada y la mejilla apoyada en la mano—, cerraba los ojos y se dormía al instante. Afortunadamente, casi siempre dormía hasta la mañana, a lo mejor incluso de un tirón, pero algunas noches, como la pasada, al cabo de apenas dos horas despertaba sin ningún motivo y ya no había manera de volver a conciliar el sueño.
Una vez, al borde ya de la desesperación, se había levantado y había llegado a beberse media botella de whisky con la esperanza de quedarse roque. El resultado fue que se presentó en la comisaría al amanecer y como una cuba.
Se levantó y fue a abrir la cristalera de la galería. El día era una auténtica preciosidad, espléndido, semejaba un cuadro recién pintado. Sin embargo, las olas resonaban más fuerte que de costumbre.
Salió y sintió un escalofrío. Estaban a mediados de mayo, y en otros tiempos ya haría un calor casi estival; en cambio, parecía un día de marzo. Tal vez se estropeara al final de la mañana. A la derecha, en Monte Russello, se formaban ya algunas nubes negras.
Entró, fue a la cocina y preparó café. Se tomó la primera taza y luego se metió en el baño. Cuando salió, vestido, se sirvió la segunda taza y fue a tomarla sentado en la galería.
—¡Qué madrugador está hoy, comisario!
Montalbano levantó una mano en señal de saludo."

viernes, 11 de agosto de 2017

LA EDAD DE LA DUDA


Decimocuarta entrega de la serie policiaca protagonizada por el Comisario Salvo Montalbano.
Me encanta Camilleri y me encanta Montalbano, aunque sea un Montalbano dudoso, enamorado y crepuscular.
Todos los personajes magníficos de Vigatá se unen para contarnos una historia de muerte y amor, de yates y diamantes, de juventud y vejez, de vida siciliana que Camilleri escribe y describe como nadie. Siguiendo la frase acuñada para Brunetti, afirmo que
"Un Montalbano al año no hace daño"¡¡¡

Un fragmento que, sin duda, no muestra ni un ápice de lo magníficamente que escribe Camilleri.

La edad de la duda (fragmento)

1
"Acababa de conciliar el sueño después de una noche horrenda - pocas había pasado en su vida peor que esa - cuando, de pronto, lo despertó un trueno que sonó como un cañonazo disparado a cinco centímetros de su oreja. Alarmado saltó de la cama soltando tacos. Ya vio clarísimo que era inútil quedarse acostado porque no volvería a dormirse.
Se levantó, se acercó a la ventana y miró al exterior. Se había desatado un temporal en toda regla: cielo uniformemente negro, relámpagos escalofriantes y olas de cuatro metros que se aproximaban sacudiendo su gran crin blanca. El agua se había comido la playa y llegaba hasta la galería. Miró el reloj; apenas eran las seis de la mañana.
Fue a la cocina, preparó café y, mientras esperaba que escampase, se sentó. Poco a poco rememoró el sueño que había tenido ¡que latazo!. ¿Por qué desde hacía unos años le había dado por acordarse de todas las chorradas que soñaba?
Por lo que él sabía no todo el mundo recordaba los sueños que tenía. Abrían los ojos y lo sucedido en sueños, agradable o desagradable, desaparecía. No era ese su caso. Y para colmo se trataba de sueños problemáticos, que le suscitaban interminables preguntas a la mayoría de las cuales no sabía dar respuesta. Y eso acababa poniéndolo de los nervios"