martes, 29 de noviembre de 2016

VIAJO SOLA



Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por los inspectores Mia Krüger y Holger Munch, policías en la Unidad de Operaciones Especiales de Oslo (Noruega).

Cada vez que un autor del "frío norte" asoma la cabeza soy incapaz de resistirme a su perverso y helado influjo, por tanto he sucumbido a la novedad de Samuel Bjørk, pseudónimo con el que publica el noruego Frode Sander Øien, novelista, autor de obras de teatro, cantante, ha expuesto en diversas galerías de arte y ha traducido a Shakesperare al noruego.
Hasta este momento había publicado dos novelas: Pepsi love (2001) y Speed for Breakfast (2009), que no están traducidas al castellano.
Viajo sola es una negra-nórdica típica con todos los ingredientes necesarios para "enganchar" al lector, a saber, protagonistas conflictivos que luchan contra su pasado y aun así....., atrapan delincuentes como locos y resuelven los casos más enrevesados que suceder pudieran¡¡¡
En la Unidad de Operaciones Especiales de la policía de Oslo, el comisario Holger Munch dedica su vida al trabajo y poco más, es un cincuentón obeso, fumador, aficionado a las matemáticas y al ajedrez, separado de Marianne no pierde la esperanza de recuperarla aunque todos los indicios indican que nunca lo logrará, tiene una relación problemática con su única hija Miriam y está "loco" por su nieta. Mia Krüger es su más cercana colaboradora,  joven de vida desordenada, adicta a varios tipos de medicamentos y traumatizada por la muerte de sus padres, su abuela y su hermana gemela Sigrid; sus percepciones "extrasensoriales" son una fuente de oportunidades para resolver cualquier misterio que se presente.
La novela muestra todas las miserias y algunas más de la "sociedad del bienestar nórdica" y tiene un "sospechoso tufo" a casi todas las negras-nórdicas que he leído en mi larga vida de lectora de novela negra... en resumen, entretenida y poco más.
Tengo que decir que cuando leí la sinopsis esperaba un poquito más.

Sinopsis (Ed. SUMA)
Viajo sola. Y no soy la única.El nuevo fenómeno de la novela policíaca nórdica.
Un hombre sale a pasear con su perro para recuperarse de la resaca y de su cargo de conciencia. De repente el perro sale corriendo entre los árboles. Allí el hombre descubre a una niña que cuelga de un árbol, balanceándose sobre el suelo. Con una mochila escolar en la espalda y un cartel alrededor del cuello que dice «Viajo sola».
El inspector de policía Holger Munch se encarga del caso y no tarda en darse cuenta de que va a necesitar la ayuda de su ex colega Mia Krüger. Sin embargo, Mia, que siempre había sido una chica sana, ahora parece estar enferma. Realmente enferma. Holger Munch acude a su casa para pedirle que vuelva al servicio activo. No tiene ni la más remota idea de lo que les espera.
Suspense en la mejor tradición del género policíaco escandinavo.
Nominado al Premio de los Libreros Noruegos.
Entre los más vendidos de Noruega en 2014.

Como es habitual, os ofrezco un fragmento de la novela, para los indecisos:

Viajo sola (fragmento)

"El ruido de las gaviotas despertó a Mia Krüger. Ya debería haberse acostumbrado, después de todo habían pasado cuatro meses desde que se había comprado esta casa en medio del mar, pero parecía que la ciudad no quería soltarla. En el piso de Torshov, en la calle Vogtsgate, siempre había ruidos —autobuses, tranvías, sirenas de coches de policía, ambulancias— y nunca la habían despertado. Era casi como si la tranquilizaran. Pero no era capaz de abstraerse del ruido que hacían estas gaviotas. ¿Tal vez porque el resto estaba en silencio?
Estiró la mano en busca del reloj en la mesilla, pero no consiguió ver qué hora marcaba. Parecía que no estaban las agujas, que se encontraban escondidas tras una niebla. Podían ser las diez y cuarto, o la una y media, o cualquier hora y treinta y cinco minutos. Las pastillas que se había tomado la noche anterior todavía estaban haciendo efecto. Creaban adicción, ralentizaban el raciocinio, anestesiaban los sentidos. «No se deben tomar con alcohol». ¿A quién le importaba? En todo caso, solo faltaban doce días para morir. Las cruces del calendario en la cocina lo mostraban: quedaban doce cuadrados sin tachar.
«Doce días. El 18 de abril»."

No hay comentarios:

Publicar un comentario