sábado, 27 de diciembre de 2014

DUBLINESES


Para disfrutar el Ulysses e incluso, para comprenderlo, hay que pasar antes por los 15 cuentos que forman Dublineses o Gente de Dublín, escritos en un período de 10 años y destinados, en principio, a una revista de granjeros, The Irish Homestead, fueron rechazados por no ser considerados apropiados para sus lectores. 
En estos 15 cuentos, late el pulso de Dublín, quizás no sea lo que los dublineses quieren leer, casi nunca lo es, pero es Dublín lo que nos enseña Joyce con su prosa magnífica, su desesperanza y su realismo cruel y detallado. 
El cuento más conocido es el nº 15 Los Muertos considerado por la enciclopedia británica el cuento perfecto, pero todos son buenos recreando esa sociedad con aspiraciones pequeñoburguesas de Dublín a principios del siglo XX .
Las hermanas, El encuentro, La casa de huéspedes... todos son buenos y hay que leerlos para encontrar un favorito.
Un fragmento de Las hermanas puede ser decisivo para leer este libro ya¡¡¡
" No había esperanza esta vez: era la tercera embolia. Noche tras noche pasaba yo por la casa (eran las vacaciones) y estudiaba el alumbrado cuadro de la ventana: y noche tras noche lo veía iluminado del mismo modo débil y parejo. Si hubiera muerto, pensaba yo, vería el reflejo de las velas en las oscuras persianas, ya que sabía que se deben colocar dos cirios a la cabecera del muerto. A menudo, él me decía: "No me queda mucho en este mundo", y yo pensaba que hablaba por hablar. Ahora supe que decía la verdad. Cada noche, al levantar la vista y contemplar la ventana, me repetía a mí mismo en voz baja la palabra "parálisis". Siempre me sonaba extraña en los oídos, como la palabra gnomón en Euclides y la "simonía" del catecismo. Pero ahora me sonó a cosa mala y llena de pecado. Me dio miedo y, sin embargo, ansiaba observar de cerca su trabajo maligno. "

viernes, 26 de diciembre de 2014

SIN DESTINO


“Si existe la libertad entonces no puede existir el destino, por lo tanto, nosotros mismos somos nuestro propio destino“.

Opera prima de Imre Kertész, escritor húngaro, Nobel de Literatura 2002. 

El libro, publicado por primera vez en 1975 tiene, seguramente, un cierto componente autobiográfico y aunque el tema ha sido tratado y retratado millones de veces sorprende el tono y la calidad literaria. 

Los primeros capítulos casi tienen un poso de novela costumbrista en la descripción de los personajes y las situaciones, la narración en primera persona refuerza esa sensación, una sensación de inocencia en el horror, de felicidad a pesar del horror, tal vez, de inconsciencia hacia el horror...

Kertész es un autor para conocer profundamente. "Un judío que ha ganado el Nobel" en frase desafortunada de sus compatriotas. Un gran escritor, ni más ni menos.
Muy, muy recomendable!!!

Sinopsis (Ed. Acantilado)
Historia del año y medio de la vida de un adolescente en diversos campos de concentración nazis (experiencia que el autor vivió en propia carne), Sin destino no es, sin embargo, ningún texto autobiográfico. Con la fría objetividad del entomólogo y desde una distancia irónica, Kertész nos muestra en su historia la hiriente realidad de los campos de exterminio en sus efectos más eficazmente perversos: aquellos que confunden justicia y humillación arbitraria, y la cotidianidad más inhumana con una forma aberrante de felicidad. Testigo desapasionado, Sin destino es, por encima de todo, gran literatura, y una de las mejores novelas del siglo XX, capaz de dejar una huella profunda e imperecedera en el lector.

Sin destino (fragmento)

1Hoy no he ido a la escuela; mejor dicho, sólo fui para pedir permiso a la tutora y volver a casa. Le entregué la carta de mi padre, en la cual pedía que me dispensaran, alegando «razones familiares». Ella me preguntó cuáles eran esas razones familiares, y yo le contesté que a mi padre lo habían asignado a trabajos obligatorios. Dejó de incordiarme.
Al salir de la escuela, no fui a casa sino al almacén. Mi padre me había dicho que me esperarían allí. También dijo que debía darme prisa porque podían necesitarme. Por eso pidió que me dejaran faltar a la escuela. Quizá quería que estuviera «a su lado en el último día», cuando tenía que «abandonar a la familia», eso también lo dijo en otro momento. Habló con mi madre, si mal no recuerdo, por la mañana cuando le llamó por teléfono. Hoy es jueves, y mis tardes de los jueves y de los domingos, en realidad, le corresponden a ella. Mi padre le comunicó: «No te puedo dejar a György esta tarde», y entonces dio esa explicación. O tal vez no fue así. Yo tenía un poco de sueño esa mañana, debido a la alarma aérea de anoche, y a lo mejor no me acuerdo bien. Sin embargo, estoy seguro de que lo dijo, si no a mi madre, a otra persona.
Yo también intercambié algunas palabras con mi madre, aunque no recuerdo qué le dije. Creo que
hasta se enfadó un poco conmigo, porque fui muy parco con ella, por la presencia de mi padre: al fin y al cabo hoy tengo que complacerlo a él.

Cuando salía para la escuela, también mi madrastra se sinceró conmigo. Estábamos a solas, en la entrada de casa y me dijo que en aquel día tan triste para todos nosotros esperaba «contar con un comportamiento adecuado» por mi parte. No sabía qué responderle, así pues no dije nada.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

LUNA LUNERA


El abuelo omnipresente tiñe de amargura la vida de cuatro niños barceloneses de postguerra. Desde la dedicatoria del libro:
"A mis hermanos Xavier, Georgina y Oriol, mi infancia la única patria que tengo" 
se adivina que la narradora forma parte de la historia. 
Un ejercicio de recuerdo y de perdón, con un toque Dickens, asumido por la propia escritora.  
El dominio del lenguaje de Rosa Regàs y la emoción contenida que transmiten las páginas de su novela, componen un fresco de la vida de la burguesía barcelonesa y un llanto por las infancias perdidas:
"Moriremos deseando lo que deseamos de niños y llorando por lo que lloramos entonces, y perderemos la vida entera buscando el amor no concedido en la infancia, un vacío que nunca nadie ni nada podrá llenar" .
Premio Ciutat de Barcelona 1999, Luna Lunera es un "cuento" triste de Navidad que reseño en la Nochebuena de 2014 como ejercicio de recuerdo y amor, ese amor que marca nuestra infancia,  para bien o para mal, y que constituye el ancla o el obstáculo con la que vivimos toda nuestra vida.
Muy recomendable¡¡¡

martes, 23 de diciembre de 2014

TREN NOCTURNO A LISBOA


Lisboa como destino, como atracción y como filosofía. 
Una novela, hermosa, de búsqueda y encuentros inesperados, de certezas y misterios, pero sobre todo de cambio; la vida de Raimund Gregorius cambia para siempre un día y ni el mismo comprenderá el alcance de la transformación. Respiramos existencialismo por todos los poros, ese que conduce a la reflexión profunda sobre uno mismo y lo que le rodea.
El aroma de Lisboa impregna toda una novela en la que la filosofía y la política acompañan al protagonista y a los personajes desde el primer párrafo:
 "El día a partir del cual ya nada sería como antes en la vida de Raimund Gregorius, comenzó como tantos otros días."
 Hasta el punto final:
 "Cuando la puerta se cerró a sus espaldas, comenzó a llover". 
Publicada en 2004 se ha traducido a 15 idiomas, es el éxito más relevante de Pascal Mercier, distinguida en 2006  con el Premio Marie Luise Kaschnitz, ha merecido también el Premio Grinzane Cavour 2007 a la mejor novela extranjera en Italia.

lunes, 22 de diciembre de 2014

EL SOL DE LOS SCORTA

El pasado mes de  Julio se cumplieron 118 años de la muerte de Edmond de Goncourt, escritor mediocre que en su testamento creó Los Premios Goncourt en memoria de su hermano Jules. Este premio literario de novela, sin duda, el más importante de Francia, nos ha dado novelas legendarias, y hoy reseñamos  una de ellas, la premiada en 2004. 
El sol de los Scorta, es la  tercera novela de Laurent Gaudé,  genial desde la primera página, aún más desde la dedicatoria y las palabras de Césare Pavese, desde la accidentada concepción de Rocco Scorta hasta la última frase del último capítulo:

"Bajo el sol de Montepuccio, los hombres, como las aceitunas, eran eternos"

Asistimos a la creación, crecimiento, consolidación, hundimiento-resurgimiento de una saga familiar digna de la gran literatura. Es, ni más ni menos que, una historia familiar en la Italia profunda llena de secretos, silencios, crímenes y sol.
Cierro esta breve reseña, con las palabras que Raffaele Scorta dirige a sus hermanos, sobrinos e hijos y que encierran la filosofía de la novela en una frase:

 “Hablar de una vez. Para dar un consejo, para transmitir lo que se sabe. Hablar. Para no ser simples animales que viven y mueren bajo el silencio del sol”

domingo, 21 de diciembre de 2014

LOS GIRASOLES CIEGOS



Llegué a esta novela a través de la película y eso es tan poco habitual que me inclina a reseñar esta magnífica historia, o historias, sobre la memoria, sobre las personas que sufrieron y las que las hicieron sufrir. 

Cuatro relatos integran esta ópera prima, y única, de Rafael Méndez, cuatro relatos sobre el honor, el amor, la verdad y el miedo, cuatro relatos mil veces contados en la intimidad y pocas veces en voz alta. Los relatos tienen nombres tan hermosos, de tanto calado sentimental y literario, que no puedo resistirme a reproducirlos:
"Si el corazón pensara dejaría de latir", "Manuscrito encontrado en el olvido", "El idioma de los muertos" y "Los girasoles ciegos"

Rafael Méndez saca a la luz estas historias perdidas para confeccionar un fresco de la postguerra triste y de la tragedia común. Hay una frase en la contraportada del libro que lo resume en parte:

"Todo lo que se narra en este libro es verdad, pero nada de lo que se cuenta es cierto, porque la certidumbre necesita de aquiescencia y la aquiescencia necesita de la estadística. Fueron tantos los horrores que, al final, todos los miedos, todos los sufrimientos, todos los dramas, sólo tienen en común una cosa: Los muertos". Rafael Méndez

Premio de la Crítica de Narrativa Castellana 2004, Premio Nacional de Narrativa 2005 y Premio Setenil del Relato 2004. Es un libro que alcanzó su primer éxito gracias al boca-oreja de los lectores, no hay mejor recomendación.

A continuación la opinión de Ángeles Sampedro, amiga de LIBROS:

RESEÑADA por Ángeles Sampedro Pérez para LIBROS, el 23 de Mayo de 2013.
En 2008 José Luis Cuerda dirigió una maravillosa película en la zona vieja de mi ciudad basada en esta obra. Os dejo un fragmento:

"Con el hambre lo primero que se muere es la memoria. No logro escribir un solo verso y, sin embargo, en mi cabeza resuenan mil nanas para mi hijo. Todas tienen la misma letra: ¡Elena!
Hoy le he besado. Por p
rimera vez le he besado. Se me habían olvidado mis labios de no usarlos. ¿Qué habrá sentido él ante el primer contacto con el frío? Es terrible, pero debe de tener ya tres o cuatro meses y nadie le había besado hasta hoy. Él y yo sabemos qué largo es el tiempo sin un beso y ahora, probablemente, no nos quede suficiente para resarcirnos. El miedo, el frío, el hambre, la rabia y la soledad desalojan la ternura. Sólo regresa como un cuervo cuando olisquea el amor y la muerte. Y ahora ha regresado confundida. Olfatea ambas cosas. ¿Hay ternuras blancas y ternuras negras?
Elena, ¿de qué color era tu ternura? Ya no lo recuerdo, ni siquiera sé si lo que siento es pena. Pero le he besado sin tratar de suplantarte."

Para los que dudan, para los que no quieren olvidar, para los que recuerdan, para los que sufrieron, para los que todavía sufren, para los que aman, para los que nunca se rinden y, sobre todo, para los vencidos; un fragmento de Los Girasoles Ciegos:

“La primera vez que el capitán Alegría estuvo cerca del riesgo fue, precisamente, el día que comienza esta historia. Su decisión no fue la de unirse al enemigo sino rendirse, entregarse prisionero. Un desertor es un enemigo que ha dejado de serlo; un rendido es un enemigo derrotado, pero sigue siendo un enemigo. Alegría insistió varias veces sobre ello cuando fue acusado de traición. Pero eso ocurrió más tarde.
En una confidencia inoportuna que días más tarde utilizaría el fiscal militar para pedir su muerte con ignominia, Alegría confesó a un suboficial intachable que los defensores de la República hubieran humillado más al ejército de Franco rindiéndose el primer día de la guerra que resistiendo tenazmente, porque cada muerto de esa guerra, fuera del bando que fuera, había servido sólo para glorificar al que mataba. Sin muertos, dijo, no habría gloria, y sin gloria sólo habría derrotados."