martes, 11 de diciembre de 2018

MEJOR EL DIABLO


Vigesimoprimera entrega de la serie de libros protagonizados por el Inspector John Rebus, policía en la comisaría de St Leonard (Edimburgo)


La combinación Rankin-Rebus es irresistible, aunque viejo, jubilado y hasta delicado de salud, nuestro John Rebus sigue investigando, removiendo el pasado y acosando a los que ocultan algo, sea lo que sea.
En esta última novela (por ahora o eso espero), las cloacas de Edimburgo hieden y las ratas corren enloquecidas en todas las direcciones, nada bueno puede salir de una lucha entre mafiosos, pero ahí está Rebus "dirigiendo" a los inspectores Clarke y Fox y, como siempre, llevándose el gato al agua.
Tengo la impresión de que Rankin quiere preparar la despedida de Rebus (lo está ablandando y hasta le ha enamorado), pero creo que lo tiene muy difícil...!
Me ha encantado!



Sinopsis (Ed. RBA)

En 1978 una joven llamada Maria Turquand fue asesinada en una habitación de hotel. Se investigó a los sospechosos, pero el culpable nunca apareció. John Rebus siempre tuvo la sensación de que algún detalle importante sele escapaba a la policía. Ahora ha decidido recuperar el caso y parece que eso aún puede acarrear imprevisibles consecuencias. No es lo único que le preocupa al ex-inspector Rebus. Darryl Christie, aspirante a controlar las actividades delictivas en Edimburgo, ha recibido una paliza que lo ha dejado fuera de combate. Todas las miradas recaen sobre un viejo conocido de Rebus: el gánster Big Ger Cafferty, que asegura haberse retirado del negocio.

Mejor el diablo (fragmento)

PRIMER DÍA
1

Rebus dejó el cuchillo y el tenedor encima del plato, que estaba vacío, y se recostó en la silla para estudiar al resto de los comensales del restaurante.
—Una vez se cometió un asesinato aquí, ¿lo sabías? —comentó.
—Para que luego digan que el romanticismo ha muerto.
Deborah Quant ignoró momentáneamente el bistec. Rebus estaba a punto de decir que lo cortaba con el mismo esmero que cuando utilizaba el bisturí con un cadáver, pero le vino a la mente el asesinato y le pareció que era un tema de conversación más oportuno.
—Lo siento —dijo Rebus, que bebió un sorbo de vino tinto.
En el restaurante vendían cerveza. Había visto a los camareros servirla en varias mesas, pero estaba intentando reducir el consumo.
Era un nuevo comienzo. De hecho, ese era el motivo por el que habían salido a cenar. Estaban celebrando una semana sin tabaco.
Siete días enteros.
Ciento sesenta y ocho horas.
(Quant no tenía por qué enterarse de que tres días antes había pedido un cigarrillo a un hombre que estaba fumando delante de un edificio de oficinas. De todos modos, había sentido náuseas.)
—Notas más el sabor de la comida, ¿verdad? —preguntó ella, y no por primera vez.
—Sí, claro —dijo Rebus, conteniendo la tos.

LUGAR DE EJECUCIÓN

Aunque es una novela relativamente antigua, me ha gustado leer Lugar de ejecución y lo he hecho gracias a la invitación de mi querida Chelo Casas y sus maravillosas amigas de Club de Lectura.
Lugar de ejecución fue premiada en 2001 con el BookAward a la mejor novela de intriga y misterio, y podría ser premiada de nuevo porque mantiene la chispa propia de Val McDermid. Tiene intriga, personajes únicos y resolución "inesperada" (esto es un decir....porque si eres lector avanzado descubres enseguida las trampas), se le podría reprochar su longitud, creo que la tercera parte es totalmente prescindible; pero a pesar de todo (trampas, páginas excesivas, estereotipos....) entretiene y se disfruta.
Recomendable con alguna pequeña reserva!

Sinopsis (Ed. RBA)


Manchester, 1963. El inspector George Bennett se enfrenta a uno de los sucesos más desconcertantes de toda su carrera policial: la desaparición de dos adolescentes que no han dejado ninguna huella tras de sí. Poco tiempo después, otra joven de sólo trece años desaparece también en una pequeña localidad del condado de Derbyshire. Pasados muchos años, la periodista Catherine Heathcote está trabajando en la publica-ción de un libro acerca de aquel antiguo caso, por lo que cuenta con la inestimable cola-boración de Bennett. Súbitamente, el ex inspector encargado de la investigación deja de colaborar con ella sin explicación alguna. Como en el caso de las muchachas, esta nueva desaparición abre más interrogantes de los que Catherine quizá pueda resolver. 
En 2001, Lugar de ejecución recibió el Book of the Year Award de Los Angeles Times en la categoría de novela policiaca y de suspense, además del Dilys Award, prestigioso premio concedido por la Independent Mystery Booksellers Association norteamericana.

Lugar de ejecución (fragmento)

PRÓLOGO
La niña se despedía de la vida. Una despedida nada fácil.
Como cualquier chica de trece años siempre encontraba de qué quejarse, pero ahora que estaba a punto de perder la vida, esta le parecía de pronto muy deseable. Ahora entendía por fin porque los mayores se aferraban con tal tenacidad a cualquier momento de la existencia aunque fuera doloroso. Por mala que fuera su vida, la alternativa era infinitamente peor.
Incluso había empezado a arrepentirse de cosas: de las veces que había deseado que su madre muriera, de las veces que había deseado que sus sueños de ser una niña cambiada al nacer fuesen ciertos, del odio que había sentido por los chicos de la escuela que la insultaban por no ser como ellos, de los fervientes deseos de ser mayor y que aquellos sufrimientos quedasen atrás. Ahora todo parecía no tener importancia. Lo único que contaba era la preciosa vida que estaba a punto de perder.

domingo, 9 de diciembre de 2018

DELITO EN LA PIEL

Una novela corta y contundente sobre el hampa, el delito y sus consecuencias.
McDermid es una maestra de thriller y aquí lo demuestra sobradamente.
No es de las últimas novelas de la autora y la tenía pendiente desde hace tiempo, pero vale la pena!

Sinopsis (Ed. Círculo de Lectores)
Con una prosa sencilla pero impactante, Val McDermid nos sumerge en el crimen y sus secuelas sociales desde una perspectiva realista y estremecedora.

La muerte de un niño siempre causa un gran impacto. Y cuando esa muerte ha sido provocada, un policía no puede dejar el caso sin resolver. La pequeña fallecida en un incendio intencionado era katie Farrell, la hija de Jack Farrell, conocido capo de la mafia, al que el policía Andy Martin lleva tiempo siguiendo la pista. El asunto se complica cuando un cadáver tatuado, que será indentificado como Farrell, aparece flotando en el canal de la Mancha. La muerte de varios enemigos del mafioso sumergirá a Andy en las complejidades de un caso donde el crimen, la seducción, el lujo y el engaño le tocan mucho más de cerca de lo que podía imaginar. 

Delito en la piel (fragmento)

Capítulo 1
La muerte de un niño siempre provoca dolor: a familiares, amigos e incluso a extraños. Si esa muerte es un asesinato, al dolor se le añade la ira. La única diferencia es que hay más extraños implicados: los médicos deben discernir como sucedió; la policía tiene que averiguar quien lo hizo; los periodistas se lanzan sobre el caso como abejas sobre la miel. Todo el mundo se lo toma a pecho.
Así sucedió cuando murió Katie Farrell. Desde el principio fue evidente que el fuego que acabó con su vida no había sido accidental. Los bomberos olieron a gasolina en cuanto llegaron.

SELFIES

Séptima entrega de la serie de novelas protagonizadas por Carl Mørck,  subcomisario de la Policía criminal en Copenhague (Dinamarca).

Séptimo caso de ese Departamento Q que desde un sótano de Copenhague bucea en el pasado para resolver todos los casos pendientes, por difíciles que sean.
En esta ocasión Carl Mørck y su equipo se enfrentan a una verdadera maraña de "casualidades" que no puede acabar bien, de ninguna manera.
En una trama paralela, un miembro del Departamento ha de enfrentarse a todo lo que envenena su vida desde hace mucho tiempo y todos sienten la amenaza que se cierne sobre lo que han construido con tanto esfuerzo.
Como en anteriores entregas, la critica social y el funcionamiento del estado del bienestar nórdico ocupa un lugar destacado en una trama que no da tregua al lector hasta la última página.

Sinopsis (Ed. Maeva)El séptimo caso del Departamento Q, un auténtico rompecabezas para Carl Mørck y su asistente Assad

Cuando en un parque de Copenhague aparece el cuerpo sin vida de una mujer mayor, el comisario Carl Mørck recibe el encargo de esclarecer ese asesinato brutal, cuyas circunstancias parecen estar relacionadas con otra muerte sucedida años atrás. Al mismo tiempo, un asesino en serie se dedica a atropellar a mujeres jóvenes. Por si fuera poco, las instancias superiores del
Departamento Q están todo menos contentas con el bajo porcentaje de resolución de casos y se plantean suprimir gran parte de la financiación del departamento. Además, Rose, ayudante de Carl Mørck y pieza fundamental de su equipo, pasa por un mal momento. Vive atormentada por recuerdos de acontecimientos espeluznantes de su pasado que la obligan a ingresar en un hospital psiquiátrico. ¿Qué tienen que ver con todo esto una trabajadora social resentida, Anne-Line Svendsen, y tres jóvenes muy atractivas y obsesionadas con su apariencia, Michelle, Jasmin y Denise, que se conocen en la sala de espera del despacho de Svendsen y para inmortalizar el momento se hacen un selfie?

Selfies (fragmento)

Prólogo 
Sábado 18 de noviembre de 1995
No sabía cuánto tiempo llevaba pateando las pegajosas hojas marchitas, solo que sentía frío en los brazos desnudos y que los gritos de la casa se habían convertido en chillidos y sonaban con tal dureza y furia que le causaban una opresión en el pecho. Había estado a punto de echarse a llorar, pero no quería hacerlo. 
«Te saldrán arrugas en la cara y te pondrás fea, Dorrit», era lo que iba a decirle su madre. Se le daban muy bien esa clase de comentarios. 
Dorrit observó el rastro ancho y oscuro que había abierto entre la hojarasca del jardín y contó otra vez las puertas y ventanas de la casa. Sabía de sobra cuántas había, era solo por pasar el tiempo. Dos puertas dobles, catorce ventanas amplias y cuatro apaisadas en el sótano; si contaba todas las lunas, había ciento cuarenta y dos. 
Sé contar hasta más de cien, pensó, orgullosa. Era la única de la clase capaz de hacerlo. 
Entonces oyó el chirrido de las bisagras de la puerta del sótano del ala lateral; raras veces era una buena señal. 
–No voy a entrar –cuchicheó para sí cuando vio a la sirvienta de la casa salir de la entrada del sótano y dirigirse hacia ella. 
En la parte trasera del jardín había arbustos y penumbra, y era allí donde solía esconderse cuando deseaba estar sola, a veces durante horas, si era necesario; pero aquella vez la sirvienta fue más rápida y la asió de la muñeca con fuerza. 
–¿Estás loca, o qué? ¿Cómo se te ocurre andar por el jardín con tus zapatos finos, Dorrit? La señora Zimmermann va a ponerse furiosa cuando vea lo manchados que están. Bien que lo sabes

EL FARO Y LA NOCHE


Y esta magnífica recomendación de nuestra querida Amelia Ruiz, si que no me la perderé, porque me fío de ella y porque hay que mantener la memoria.
Gracias amiga!

RESEÑA de AMELIA RUIZ para LIBROS
“El faro y la noche” de la grancanaria Selena Millares. La novela tiene una extraña e imaginativa forma de narrar, ya que se trata de seguir las creación de un libro por parte de una historiadora, en la que intenta hacer un trabajo sobre la conjunción del arte y la violencia, contando para ello con episodios de vida de personajes ficticios o reales como Goya o su propio antepasado, un maestro represaliado tras la guerra civil española. Interesante también el episodio que cuenta de El Corredera, ejecutado a garrote vil en 1959 por su oposición al Régimen y que para nosotros los canarios de cierta edad tiene un añadido de tristeza y curiosidad. Yo tenía 8 años y aún recuerdo aquel día en que en baja voz, familiares y vecinos comentaban lacónicamente: “han ejecutado al Corredera” y bajaban la cabeza en silencio, en un gesto en el que me pareció había miedo aunque no entendía el porqué.

Sinopsis (Ed. Barataria)
Julia es historiadora, y desde hace años participa cada fin de mes en una tertulia con tres viejos amigos. Se decide a comentarles su último trabajo, un libro donde reflexiona sobre el arte y la violencia a través de biografías como la de Goya, con su destierro y muerte en Burdeos. Inmersa en sus investigaciones, la conmociona un hallazgo: las memorias de un oscuro poeta y profesor represaliado tras la guerra civil española, en cuyas páginas se reflejan los mismos temas del libro que está escribiendo. A través de toda la novela se entrelazan tres voces narradoras: la que nos relata esas tertulias, la de los recuerdos de ese poeta olvidado y la del libro que Julia va escribiendo. Entre los nudos e intersecciones de esas tres voces, el lector tal vez halle algunas respuestas a esas preguntas abiertas.

La configuración de El faro y la noche, como un sistema de cajas chinas o muñecas rusas, de relatos dentro de relatos, recuerda que el espejo de Stendhal hace muchas décadas que se rompió en pedazos y nos dejó sólo fragmentos; recuerda también que ya Unamuno y Menéndez y Pelayo defendieron la novela como espacio para el pensamiento y la poesía, más allá de la adocenada sucesión de acontecimientos que postula un tradicionalismo aún vigente.

El faro y la noche (fragmento)

«En un momento dado, Juan fue citado a declarar, y también está ahí su declaración, de puño y letra, diciendo que había estado afiliado a Izquierda Republicana y que nunca había pertenecido a la masonería. Pero no ocurre nada entonces… Como no le hacen caso, el cura sigue mandando cartas ahora a Burgos. Se ve que son suyas porque son iguales, pero ahora ya no firma con su nombre sino con un garabato. 
Hay otra carta, del Servicio de Información y Policía Militar de Burgos, informando al Ministerio de Educación en Vitoria, que no conoce antecedentes de ese catedrático. Y entonces el cura, con otros firmantes, manda otra carta que reitera los mismos argumentos y propone separarlo del servicio. Desde Vitoria, ante semejante bombardeo, sólo tienen ya la opción de ratificar, y envían a Juan el oficio en que se le suspende de empleo y sueldo en virtud de constantes denuncias; en realidad es una sola, pero repetida sin descanso»





EL INDIFERENTE y otros relatos

Que placer me ha deparado leer esta novela corta, de juventud, en la que se adivina el gran escritor que llegaría a ser Marcel Proust, un breve repaso por una no-relación en la que los caracteres y los sentimientos reinan descritos de una forma indiscutiblemente proustiana. A este volumen se añade un relato, todavía más corto, que con el título, Antes de la noche, desvela las confidencias y los sentimientos de dos mujeres, en una delicada aproximación al amor homosexual.
Me ha encantado.
#LIBROS 

Sinopsis (Ed. Funambulista)
—UN INENCONTRABLE DE PROUST—

«TODA LA SENSIBILIDAD DE PROUST EN LA DISTANCIA CORTA.»

Este libro recoge los mejores relatos del joven Proust, en la traducción de Silvia Acierno y Julio Baquero Cruz , que acaban de publicar una edición del Contra Sainte-Beuve del mismo Proust (Editorial Langre), merecedora del Premio de Traducción Stendhal, 2005.

«El indiferente» es una rara joya de Proust, prácticamente inencontrable. Tanto en éste como en los otros cinco relatos incluidos en el volumen, encontramos ya esbozados los temas principales de la Recherche: el paso del tiempo, la muerte, la aristocracia, el esnobismo, la figura de la madre y el beso de buenas noches, los dos lados, el amor, los celos y hasta la propia homosexualidad.
Sin embargo, el valor de estos textos reside sobre todo en su estilo, sinuoso y musical, y que anuncia ya el estilo maduro de Proust; en ellos vislumbramos una escritura y una mente poderosas, incomparables, los comienzos de quien un día compondrá la genial À la recherche du temps perdu. 

El indiferente (fragmento)

«Es un tipo encantador, pero tiene un vicio. Le gustan las mujeres inmundas que se recogen del fango, y le gustan con locura; a veces pasa la noche en las afueras o en los bulevares de la periferia, arriesgándose a que le maten un día, y no sólo le gustan con locura, sino que además sólo le gustan ellas.»

LOS RELÁMPAGOS DE AGOSTO

Nuestra querida Amelia Ruiz nos trae una recomendación magnífica, leed su reseña y leed a Jorge Ibargüengoitia, no os arrepentiréis.
RESEÑA de AMELIA RUIZ para LIBROS:
Hace tiempo que no comento los libros que he leído, creo que por pereza, pero me pongo al día. En general han sido buenas lecturas aunque muy diferentes. La primera es “Relámpagos de agosto” del gran Jorge Ibargüengoitia. Una novela muy corta pero como todas las suyas, brillante. Relata las vicisitudes de un general durante la Revolución Mexicana, con enorme humor, aunque también es un reto memorizar los nombres de todos los personajes que se entrecruzan en el azaroso viaje del protagonista. No tiene nada que ver con sus otras dos obras maestras que he leído: “Las muertas” y “Dos crímenes”, pero es recomendable si se desea leer con una permanente sonrisa una sátira sobre aquellos acontecimientos que por otra parte, nos recuerdan actitudes no tan lejanas de nuestros políticos.

Sinopsis (Ed. RBA)

Para defenderse de una serie de injustas calumnias, José Guadalupe Arroyo, un antiguo militar retirado, decide echar la mirada atrás y poner por escrito los recuerdos que guarda sobre algunos de los hechos de la historia reciente del país de los que fue testimonio. El siempre espléndido escritor Jorge Ibargüengoitia optó en su primera novela por narrar unos acontecimientos rigurosamente históricos, pero quiso cambiar los nombres principales de sus protagonistas y observarlos a través del prisma desmitificador de la sátira, con lo que consiguió diseccionar con inusual brillantez algunos de los sucesos más significativos de una de las últimas páginas del proceso revolucionario mexicano.

Los relámpagos de agosto (fragmento)

El

mensajero,
recién
llegado
del
frente
de
batalla,
pidió
ver
inmediatamente
 al
coronel
Márquez.
Fumando
su
pipa
pestilente,
bebiendo
aguardiente,
Márquez
 lo
recibió
en
su
despacho,
bajo
la
brisa
calduda
de
un
ventilador
rumoroso. 
Saludo
marcial.
Fórmulas
de
rutina. 
‐ Señor,
han
asaltado
el
cuartel.
 ‐ ¿Quiénes? 
‐ El
enemigo
ha
asaltado
el
cuartel,
Señor. 
‐ ¿Y
nosotros? 
‐ Nuestros
hombres
han
huido
ante
la
superioridad
de
las
fuerzas. 
‐ Han
huido.
¡Cobardes! 
‐ Retuvieron
los
caballos
y
las
armas. 
‐ ¿Quiénes? 
‐ Los
enemigos
de
la
revolución
retuvieron
las
armas
de
nuestros
 hombres. 
- ¿Tienen
las
armas? 
- ¿Quiénes
Señor? 
- Los
enemigos,
imbécil,
¿no
me
has
dicho
que
tienen
nuestras
armas? 
- Sí
Señor. 
- ¿Tomaron
prisioneros? 
- ¿Quiénes
Señor? 
- Pues,
¡me
está
tomando
el
pelo
soldado!
¿El
ejército
que
asaltó
el
cuartel
 tomó
prisioneros? 
- No
era…
exactamente
un…
ejército,
Señor. 
- Ahora
sí
que
no
comprendo.
¿Quién
nos
atacó
entonces? 
- Un
grupo
de
campesinos
nos
atacó,
Señor.
Los
sublevados
que
llegaron
 en
la
noche
eran
siete,
para
ser
exactos. 
- Veamos
si
te
entiendo.
Siete
miserables
campesinos
sin
entrenamiento
 hicieron
huir
a
nuestros
soldados… 
- Sí
Señor,
pero
tenían
palos
y
tridentes. 
- ¿Y
los
revólveres
no
tenían
bala? 
- Los
civiles
no
tenían
armas
de
fuego,
Señor. 
- ¡No
infeliz!
Los
revólveres
que
compramos
al
gobierno
no
dispararon
 una
bala.
De
eso
hablo. 
- Ah.
Nuestros
revólveres
dice
usted.
Los
estaban
limpiando
Señor. 
- Entonces,
nuestros
sagaces
soldados
estaban
limpiando
los
revólveres
 en
medio
de
una
revolución. 
- Sí
Señor,
así
les
enseñaron. 
- Y
esa
bola
de
cretinos
limpiaba
todas
las
armas
al
unísono.
No
 reservaron
una
para
defenderse
del
enemigo. 
- ¿Quiénes,
Señor? 
- Nuestros
soldados,
los
cobardes,
los
cretinos…
no
tuvieron
tiempo
de
 armar
las
armas.
- No.
Correr
fue
lo
único
a
que
tuvieron
tiempo
Señor. 
- ¿Y
qué
reclamaban?
- ¿Quiénes
Señor?