miércoles, 2 de agosto de 2017

CASA DE VERANO CON PISCINA


¿Que haría usted si.....? esta pregunta se planteó en La cena, anterior novela de Herman Koch publicada en castellano y vuelve a plantearse en Casa de verano con piscina, ¿que haría si.....?
Al igual que La cena, esta es una novela envolvente, bien es verdad que tras la experiencia anterior uno está más prevenido contra las "trampas" del escritor y espera un "final inesperado", como mínimo y razón tendrá al hacerlo.
Con esta novela Koch pone fin a una especie de trilogía sobre la decadencia moral de la sociedad, la hipocresía reinante, y el absoluto adocenamiento de la burguesía.
En España no se ha publicado la primera novela de esta trilogía esperemos que le pongan remedio pronto¡¡¡
Entretanto recomiendo esta novela de un holandés lúcido que nos hace sentir, facilmente, en la piel de esos padres e hijos que tan acertadamente retrata¡


La opinión de nuestra querida Rosi Torres Marino es la siguiente:

RESEÑADO por Rosi Torres Marino para LIBROS,  el 21 de Julio de 2014.
Lo leí de manera intermitente, me coincidió con las vacaciones y ni tiempo tuve de abrirlo, pero al llegar a casa lo terminé en un suspiro.
Decía Gurisa cuando empecé a leerlo y comenté lo desagradable que me parecía que a ella le resultó feo y fascinante, hoy que lo termino no encuentro una definición mejor que la suya.
Me pasó también con La cena, te cuestionas todo aquello en lo que el autor se adentra y hasta te dejas llevar por esos pensamientos oscuros que todos tenemos.

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Autor de gran renombre en los Países Bajos —su anterior novela, La cena, fue Libro del Año y ganó el Premio del Público de ese país—, Herman Koch vuelve con otra estimulante historia de suspense donde una trama tejida a la perfección es el soporte para explorar sin ambages temas tan actuales como la ética profesional, la falsedad de las relaciones sociales o la difícil comunicación entre padres e hijos, así como los límites de la libertad sexual o el sentido de culpa en el seno de una sociedad permisiva y autocomplaciente.
Próspero médico de cabecera en Ámsterdam, Marc Schlosser ejerce su profesión con cierta dosis de cinismo. Su nutrida clientela valora especialmente el tiempo que dedica a las consultas, pero esta aparente generosidad esconde unas intenciones menos nobles, que Marc disimula con habilidad. Cuando uno de sus pacientes, el famoso actor Ralph Meier, lo invita a pasar unos días de verano junto a su familia, Marc acepta pese a las reticencias de Caroline, su esposa, molesta por la arrogante vulgaridad de Ralph y su actitud de seductor irresistible. Así, los Schlosser y los Meier, con sus respectivos hijos adolescentes, compartirán con un maduro director de Hollywood y su novia, cuarenta años más joven, una casa con piscina a pocos kilómetros de una playa mediterránea. Los días transcurren con apacible monotonía, entre comidas, paseos, largas conversaciones de sobremesa, excesos con el alcohol y flirteos más o menos inocentes, hasta que una noche se produce un grave incidente que interrumpirá las vacaciones y cambiará para siempre la relación entre las dos familias.
Casa de verano con piscina es una novela apasionante en la que nadie es del todo inocente, ni siquiera quienes parecen más frágiles e inofensivos. Herman Koch logra que el lector quede atrapado ante una incómoda encrucijada moral, que lo mantiene en vilo hasta la última página.


Casa de verano con piscina (fragmento)


"Sé por experiencia que durante una película es más fácil pensar en otras cosas que durante una representación teatral. En una obra de teatro eres consciente de tu propia presencia. De tu propia presencia y del transcurrir del tiempo. De tu reloj. Me compré un reloj con agujas fluorescentes expresamente para los estrenos de teatro. Durante una representación teatral, al tiempo le ocurre algo, algo para lo que aún no he sabido encontrar explicación. No es que se detenga, no: se cuaja. Miras a los actores y actrices, sigues sus movimientos, escuchas las frases que salen de sus labios, y es como si removieras con una cuchara una sustancia que se solidifica rápidamente. Llega un momento en que la cuchara se para. Se queda vertical en medio de la sustancia. No se puede seguir removiendo. Miro el reloj por primera vez. Lo más discretamente posible, por supuesto. Nadie quiere que le pillen mirando el reloj durante una representación teatral. Con cuidado, retiro un poco la manga de la chaqueta. Me rasco la muñeca como si me picara. A continuación lanzo una mirada fugaz a las agujas luminosas. La hora que indican es siempre una prueba fehaciente de que el tiempo real y el tiempo del teatro son dos magnitudes distintas. O mejor dicho: tiempos de dos dimensiones diferentes que discurren una junto a otra. Crees que ya habrá pasado media hora (esperas, ruegas, que haya pasado): pero las agujas del reloj te dicen que las luces de la sala apenas llevan doce minutos apagadas. No puedes gemir ni suspirar durante una representación teatral; si gimes o suspiras, llamas innecesariamente la atención. Un gemido o un suspiro demasiado alto desconcentran a los actores. Pero no es factible estar sin gemir ni suspirar. Y ahí mismo radica ya la principal diferencia con una película: uno no puede irse. Durante una película puedes escabullirte en la oscuridad sin que nadie se dé cuenta".

¡QUE VIENE EL LOBO!

Tras las Ovejas de Glenkill, la saga continua y "la novela negra ovina" lleva camino de convertirse en una saga famosa en el mundo entero.
¿Cómo resolverán las ovejitas el nuevo misterio que ha surgido en su rebaño y amenaza con terminar con ellas?
Esta novela está especialmente dedicada a nuestro amigo Dani Tavares, risas aseguradas con las ovejitas irlandesas que viajan a Francia, estas ovejitas "serie negra" con equipo investigador propio Miss Maple, Sir Ritchfield, Othello, Ramses, Zora, Heide, Cloud, Cordelia......vagarán por los bosques franceses y tendrán alguna que otra sorpresa. En ocasiones hilarante¡

¡Que viene el lobo! (fragmento)

"Aquella desconocida las sacaba de quicio. En realidad no olía a oveja, no se comportaba como una oveja y, sobre todo, no parecía una oveja, sino más bien una piedra grande, informe, musgosa, un carnero peludo.
Miss Maple, la oveja más lista del rebaño y tal vez del mundo, afirmaba que pese a todo era una oveja. Una oveja solitaria a la  que nadie esquilaba desde hacía años, con un mazacote  de lana gris, densa y enmarañada en el lomo y una historia que nadie conocía.
- Se acostumbrarán- afirmó Rebeca cuando, con ayuda del cabrero, había sacado el extraño carnero del manzanar y lo llevó al prado.
El cabrero entornó los ojos y tosió, o quizás fuese una risa polvorienta.
No se habían acostumbrado, en absoluto. Al contrario: cada día que pasaba el carnero peludo les parecía un poco más raro. Y distante.
Estaba entre ellas, pero no con ellas, se movía en un rebaño, pero no en su rebaño. A veces tenían la sensación de que el desconocido ni siquiera las veía. Veía otras ovejas, unas ovejas que nadie más podía ver.
Ovejas espíritu.
Fantasmas"


TUYA

Una persona que conozco dice que su abuela tenía una máxima que aplicó toda su vida: 
 "....si mi marido me engaña que no me entere, si me entero que no me importe y si me importa que me aguante..."
He recordado esto durante todas y cada una de las 160 páginas de Tuya, novela de Claudia Piñeiro, y no les digo más¡
Para leer en una tarde¡
Tuya (fragmento)
" Me puse el pijama y me metí en la cama. Estaba incómoda. Daba vueltas para un lado y el otro. Traté de relajarme. Respiración profunda y esas cosas. Nada. Me levanté y bajé al living. Me senté en el sillón. La lluvia era cada vez más fuerte. Me imaginé el barro que habría en los bosques de Palermo para ese entonces. Me imaginé a Ernesto dando vueltas con el auto para poner en claro sus ideas. Me lo imaginé en la ruta de camino a casa, manejando bajo esa lluvia. Me acordé de las escobillas, de las de mi auto. De esa que no barría y que tendría que haber cambiado hacía meses. La izquierda. Y me dije: "Mejor ocuparme en algo útil mientras espero". Y fui al garaje a cambiar las escobillas. Ernesto siempre tiene repuestos para el auto. Bujías, fusibles, esas cosas. Yo sé bastante de mecánica, pero él no sabe qué sé, porque ocuparse de los autos es una tarea de los hombres, y como decía mi mamá, el día que cambias un cuento, sonaste, porque ya creen que sos plomera diplomada y no agarran un destornillador ni que se esté inundando la casa. Abrí la caja donde Ernesto guardaba los repuestos y la revolví. Las escobillas estaban debajo de todo. En realidad debajo de todo no; cuando saqué las escobillas encontré un sobre que, por supuesto, abrí. Porque yo tengo mucha intuición, y sabía que tenía que abrirlo. ¿Y qué había adentro? Más cartas de Tuya. Con el rouge de Tuya. "¡Qué diálogo de mierda hay que tener para necesitar tanta carta!", pensé. Las leí. Eran una asquerosidad. "Este hombre es un reverendo idiota", pensé, "¿en cuántos lugares de la casa habrá dejado pistas de su romance?". Tiré las escobillas al cuerno y me puse a hacer una revisión a fondo de toda la casa. Yo ya le venía revisando desde hacía un tiempo bolsillos, attaché, cajones del escritorio, la mesita de luz, la guantera. Pero la caja de repuestos del auto supera la imaginación de cualquiera. Agité libros, desarmé bollos de medias, saqué fondos de valijas y bolsos. Sólo encontré una foto carnet de Ernesto, atravesada por los labios de Tuya. Adentro de una cajita de preservativos. La foto tenía una dedicatoria: "Para que los disfrutemos juntos". Fue en ese momento en que me quedó claro por qué Dios puso ese tronco donde lo puso. Guardé la foto y los preservativos con el material que había encontrado en mi primera revisión, unas semanas atrás. Pensé en quemar todo antes de que viniera Ernesto. Dadas las circunstancias, no se podía correr el riesgo de que alguien las encontrara. Pero no sé, las guardé. Una nunca sabe. Yo había armado una especie de escondite en el garaje cuando todavía no había abierto mi cuentita en el banco. Un trabajo verdaderamente prolijo: había aflojado un ladrillo, lo había sacado limpito, lo había partido al medio, y otra vez al lugar de donde lo había sacado. Pero esta vez sólo la mitad del ladrillo. Con los billetitos atrás claro. Los billetitos ahora están en un lugar más seguro. "¡Vaya uno a saber dónde terminan estas porquerías!", pensé mientras doblaba las fotos y las notas para que entraran. "

martes, 1 de agosto de 2017

UN CRIMEN BRETÓN


 

Tercera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Georges Dupin, comisario de policía en la localidad bretona de Concarneau (Francia).

Asesinato  frustrado en las salinas de Guérande, el comisario Dupin en peligro y una investigación que descubrirá todos los secretos.

Muy buena🌞🌞


Sinopsis (ed. Grijalbo)

Unas salinas donde ronda la muerte, un oscuro secreto y un comisario de ciudad que ha sido desterrado a una pequeña población de la Bretaña francesa.

Un crimen Bretón es el tercer caso del comisario Dupin, protagonista de la serie de novela policíaca que ya se ha convertido para muchos en la lectura imprescindible de cada verano.

Es bien sabido, dicen los viejos bretones, que el olor intenso de la flor de sal provoca alucinaciones. Y eso es justamente lo que el comisario Georges Dupin cree tener cuando alguien trata de matarlo mientras estaba visitando las salinas de la península de Guérande.

Carece de sentido; nadie, excepto su amiga, la periodista Lilou Breval, sabe que estaría allí. Por hacerle un favor y, sobre todo, para alejarse del aburrido papeleo de la comisaría de Concarneau, Dupin accedió. Tras el tiroteo, sin embargo, la periodista no responde a sus llamadas, y poco después la dan por desaparecida.

Aunque las salinas de Guérande quedan fuera de su jurisdicción, y la comisaria Sylvaine Rose, decidida a defender su terreno, no le deja trabajar a su gusto, Dupin empieza una investigación sembrada de cadáveres, coartadas falsas, rencillas personales, conflictos de intereses... y antiguas leyendas bretonas.

La serie del comisario Georges Dupin se ha convertido en un fenómeno editorial en su país de origen, Alemania, donde ya lleva vendidos más de 2.000.000 de ejemplares gracias a una combinación mágica: un misterio a la manera clásica, un comisario huraño, tenaz y amante de la buena mesa, 

#LIBROS 

LA INVENCIÓN DE LA SOLEDAD


Nacemos solos, morimos solos y el acto de escribir es solitario en si mismo......
La invención de la soledad es, dentro del magnífico y vasto mundo austeriano, un pilar fundamental para comprenderle. Dicen que para vivir, plena y responsablemente, hay que matar al padre, y Auster aprovecha la muerte repentina del suyo para reflexionar sobre toda una vida y el futuro que adivina. Magnífica novela e imprescindible para los "austerianos de pro".

Un fragmento que no expresa, ni de lejos, la magnificencia de la prosa y el pensamiento de Paul Auster en esta novela:

"La muerte despoja al hombre de su alma. En vida, un hombre y su cuerpo son sinónimos; en la muerte, una cosa es el hombre y otra su cuerpo. Decimos: "Éste es el cuerpo de X", como si el cuerpo, que una vez fue el hombre mismo y no algo que lo representaba o que le pertenecía, sino el mismísimo hombre llamado X, de repente careciera de importancia. Cuando un hombre entra en una habitación y uno le estrecha la mano, no siente que es su mano lo que estrecha, sino que le estrecha la mano a él. La muerte lo cambia todo. Decimos "éste es el cuerpo de X" y no "éste es X". La sintaxis es completamente diferente. Ahora hablamos de dos cosas en lugar de una, dando por hecho que el hombre sigue existiendo, pero sólo como idea, como un grupo de imágenes y recuerdos en las mentes de otras personas; mientras que el cuerpo no es más que carne y huesos, sólo un montoncillo de materia." Página 24



LA CASA DE LOS SIETE TEJADOS

Salem, Massachusetts, finales del siglo XVII, una maldición, hechicería, rapiña, puritanismo....¡¡¡
Considerada una de las obras fundacionales de la literatura norteamericana y a juicio de T.S. Elliot la mejor novela escrita en lengua inglesa¡¡¡¡
Es la tercera novela escrita por Nathaniel Hawthorne, publicada en 1851 y a mi juicio la mejor, sin desmerecer La letra escarlata. Recomendable, muy recomendable¡¡¡

A continuación un fragmento, que sólo nos hace atisbar la grandeza de la novela:

" Una fuente de agua mansa y deliciosa—raro tesoro en aquella diminuta península donde se establecieron por vez primera los puritanos— indujo a Matthew Maule a construir una cabaña de troncos de árbol, en aquel paraje demasiado alejado de lo que a la sazón constituiría el centro de la aldea aquella.
Con el crecimiento del caserío, al cabo de unos treinta o cuarenta años, el lugar ocupado por la cabaña despertó la codicia de un prominente y poderoso personaje que reclamó la propiedad de este terreno y otro adyacente, basándose en la concesión otorgada por los legisladores provinciales.
El coronel Pyncheon—así se llamaba el reclamante— se caracterizaba por una energía férrea, a juzgar por lo que de su recuerdo se conserva.
Matthew Maule, por otra parte, aunque humilde, era terco en la defensa de lo que consideraba su derecho; y, durante varios años, logró conservar el acre o dos de tierra que, con el sudor de su frente, arrancara a la selva virgen, para convertirla en su hogar y huerto.
No se conserva ningún testimonio escrito de este pleito; sólo sabemos de él, por la tradición. Sería, por lo tanto, muy audaz y probablemente injusto, aventurar una opinión acerca de sus méritos. De todas formas, se dudó de los derechos del coronel Pyncheon y hubo quien afirmó que fueron indebidamente exagerados con el propósito de que alcanzaran al pequeño terreno de Matthew Maule.
Refuerza esta sospecha el hecho de que este pleito entre dos litigantes desiguales—entablado en una época en que se daba a la influencia personal mayor importancia que en la actualidad— quedó sin decidir hasta el día en que murió el ocupante del terreno en litigio.
Las características de su muerte afectan al espíritu de nuestro tiempo de forma muy distinta de como lo hicieron hace siglo y medio.
Fue una muerte que cubrió de horror el nombre del humilde habitante de la cabaña y que hizo aparecer casi como un acto religioso el pasar el arado sobre el pequeño terreno en que se asentaba su vivienda y borrar para siempre su lugar y su recuerdo de entre los hombres.
El viejo Matthew Maule, en una palabra, fue ejecutado por el delito de brujería. Fue uno de los mártires que nos demuestran, entre otras cosas, que las clases influyentes y los dirigentes de los pueblos están expuestos a todos los errores característicos de la plebe mas enloquecida.
Clérigos, jueces, estadistas—los hombres más sabios, prudentes, serenos y santos de la época— formaron círculo en torno al patíbulo para aplaudir aquel acto sangriento y para confesar ulteriormente que se habían engañado miserablemente.
Si algún aspecto de su conducta merece menos censura que el resto es la singular falta de discriminación con que persiguieron no solamente a los pobres y a los ancianos, como en anteriores matanzas judiciales, sino a gentes de todos los rangos, a sus iguales, hasta a sus hermanos y a sus esposas. En aquella época de espantoso desorden, nada tiene de particular que un hombre de tan poca importancia como Matthew Maule siguiera la senda del martirio, sin que nadie se fijase en él, entre la multitud de sus compañeros de sufrimiento. Mas, posteriormente, cuando se hubo calmado la locura de aquella época odiosa, se recordó con cuanto empeño el coronel Pyncheon se había unido al coro general que reclamaba que se limpiara el país de brujos y brujas; y hasta se murmuró que había algo de envidia en el celo con que reclamaba la condena de Matthew Maule. "

LA RELIQUIA

Que bienestar se siente cuando se vuelve a los clásicos, no es esta la mejor obra de Eça de Queiroz, pero destila fina ironía en cada una de sus líneas. La historia dramático-fantástica de un viaje a Tierra Santa y la vida del fidalgo don Teodorico Raposo, me han hecho pasar un rato agradable y pensar que nada es nuevo bajo este sol peninsular inclemente y católico a carta cabal¡
Eça de Queiroz nunca me decepciona¡
Fiel a mi costumbre de leer en idioma original siempre que puedo, y puedo pocas veces, he leído la novela en portugués, pero el fragmento que reproduzco está en castellano para su mejor comprensión para los no-acostumbrados a la lengua de nuestros queridos vecinos.

La reliquia (fragmento) " Corrió a la mesa donde quedaban algunos pliegos del papel en que yo escribí a la tía la historia edificante de mi estancia en Alejandría, las noches consumidas embebiéndome en la lectura de los Evangelios... Con la camisa perfumada en brazos, yo sentía dos lágrimas rodar por mis barbas y miraba angustiosamente en torno mío, mirando dónde guardar aquella preciosa reliquia de amor. Las maletas estaban cerradas. El saco de lona estaba lleno.
     Topsisu, impaciente, sacaba de las profundidades del pecho su reloj de plata. El lacedemonio gritaba desde la puerta:
     -Don Teodorico, es tarde; muy tarde.
     Pero mi bien amada ya sacudía el papel cubierto con letras que había trazado, largas, impetuosas y francas como su amor:
     "A mi Teodorico, mi portuguesito valiente, en recuerdo de lo mucho que gozamos".
     -Gracias, riquita. ¿Y cómo llevo yo esto?
     Ya el Alpendrinha, de rodillas, abría desesperadamente el saco. Entonces Maricocas, con una inspiración delicada, agarró una hoja de papel pardo, cogió del suelo un cordel encarnado y sus habilidosas manos de guantera hicieron de la camisita un envoltorio redondo, cómodo y gracioso, que metí bajo el brazo apretándolo con avarienta e inflamada pasión.
     Después fue un murmullo arrebatado de sollozos, de besos, de caricias.
     -¡Mary, ángel querido!
     -¡Teodorico, amor!
     -Escríbeme a Jerusalén.
     -Acuérdate de tu riquita bonita.
"