Sexta entrega de la serie de novelas protagonizadas por comisario de policía en el Departamento de Investigación Criminal de Brighton y Hove, Sussex, Inglaterra.
Y así voy "turnando" uno bueno con uno entretenido y me lo paso genial!!!
En esta entrega el pasado vuelve con todas sus fuerzas malignas...y Roy Grace está ahí para pararlo.
Obsesos sexuales y violaciones, nuestro detective hará todo lo que esté en su mano para parar la locura.
Y mientras tanto otras amenazas le acechan...
En esta entrega el pasado vuelve con todas sus fuerzas malignas...y Roy Grace está ahí para pararlo.
Obsesos sexuales y violaciones, nuestro detective hará todo lo que esté en su mano para parar la locura.
Y mientras tanto otras amenazas le acechan...
Sinopsis (Ed. Roca)
«Tan muerto como tú es una ingeniosa novela sobre la obsesión sexual, posiblemente uno de los thrillers más adictivos desde El silencio de los corderos de Thomas Harris» The Washington Post
En el hotel Metropole de Brighton, la noche de Nochevieja una mujer es brutalmente violada cuando regresa a su habitación. Una semana más tarde alguien ataca a otra mujer. El violador se lleva los zapatos de las dos...El detective Roy Grace se da cuenta enseguida de que estos casos son muy similares a otros que quedaron sin resolver en 1997 en cuya investigación él participó. Al criminal se le apodó Hombre de los zapatos y se cree que violó a cinco mujeres antes de acabar asesinando a la sexta de sus víctimas y de desvanecerse. Ahora, Grace no sabe si se trata de alguien imitando los ataques originales o del propio Hombre de los zapatos que ha reaparecido, pero cuando las violaciones se suceden, Grace acaba por convencerse de que se trata del mismo hombre. Y de que escarbando en el pasado ?una época en que Roy Grace todavía era feliz junto a su esposa Sandy, ahora desaparecida? puede encontrar la clave para resolver la investigación. Pero tiene que ser una carrera contra reloj, porque la policía se teme que vuelva a repetirse la historia después cuando llegue a la sexta víctima.
Tan muerto como tú (fragmento)
1
Jueves, 25 de diciembre de 1997
Todos cometemos errores, constantemente. La mayoría de ellos son cosas triviales, como olvidarse de devolver una llamada, de poner dinero en un parquímetro o de recoger la leche del supermercado. Pero en ocasiones —
por fortuna muy pocas veces— cometemos ese gran error. El tipo de error que puede acabar costándonos la vida. El tipo de error que cometió Rachael Ryan. Y tendría mucho tiempo para pensar en ello. Si… hubiera bebido menos. Si… no hubiera hecho tantísimo frío. Si… no se hubiera puesto a llover. Si… no hubiera habido una cola de un centenar de personas igual de bebidas que ella esperando taxis en East Street a las dos de la mañana aquella Nochebuena. Si… su piso no hubiera estado a tiro de
piedra, a diferencia del de sus compañeras de fiesta, Tracey y Jade, que estaban igual de bebidas pero vivían lejos, en la otra punta de Brighton. Si… hubiera escuchado a Tracey y a Jade cuando le dijeron que no fuera tan tonta, que habría montones de taxis, que solo tendrían que esperar un rato.
Todos cometemos errores, constantemente. La mayoría de ellos son cosas triviales, como olvidarse de devolver una llamada, de poner dinero en un parquímetro o de recoger la leche del supermercado. Pero en ocasiones —
por fortuna muy pocas veces— cometemos ese gran error. El tipo de error que puede acabar costándonos la vida. El tipo de error que cometió Rachael Ryan. Y tendría mucho tiempo para pensar en ello. Si… hubiera bebido menos. Si… no hubiera hecho tantísimo frío. Si… no se hubiera puesto a llover. Si… no hubiera habido una cola de un centenar de personas igual de bebidas que ella esperando taxis en East Street a las dos de la mañana aquella Nochebuena. Si… su piso no hubiera estado a tiro de
piedra, a diferencia del de sus compañeras de fiesta, Tracey y Jade, que estaban igual de bebidas pero vivían lejos, en la otra punta de Brighton. Si… hubiera escuchado a Tracey y a Jade cuando le dijeron que no fuera tan tonta, que habría montones de taxis, que solo tendrían que esperar un rato.