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domingo, 3 de diciembre de 2017

CATÁRSIS


Tercera entrega de Los rostros de Victoria Bergman protagonizada por la inspectora de policía Kihlberg y la terapeuta Zetterlund.

Termino, por fin, esta trilogía escrita a cuatro manos y titulada Los rostros de Victoria Bergman.....
¿Y?, pues nada nuevo bajo el sol, gore puro y duro y una forma "tramposa" de resolver todos los berenjenales en los que los autores se metieron en los volúmenes anteriores.
Decía PD James, maestra del género, que para una buena policíaca hay que seguir algunas reglas, yo recomendaría a los autores de esta trilogía que se leyesen su libro, o por lo menos alguno de los consejos que se vierten en este artículo:
http://www.eldiario.es/cultura/libros/Lecciones-escribir-novela-PD-James_0_328968029.html

Sinopsis (Ed. Reservoir Books)
¿Cómo una víctima se convierte en monstruo? Un viaje a las profundidades de la psique humana. El desenlace final de «Los rostros de Victoria Bergman», la trilogía que arrasa en toda Europa.
Un automóvil calcinado. En su interior, los cuerpos de dos mujeres. Se trata de los cadáveres de las principales sospechosas de un viejo crimen perpetuado en la escuela donde la enigmática Victoria Bergman pasó parte de su infancia.
Nada es lo que parece.
Por su parte, Victoria Bergman sigue trabajando su trauman infantil y, a medida que su salud mental mejora, la terapeuta Sofia Zetterlund trata de ayudar a la inspectora Kihlberg en la búsqueda de los culpables de herir a Victoria de por vida.
Catarsis es el tercer volumen de la trilogía «Los rostros de Victoria Bergman»: un viaje a las profundidades de la psique humana. Un thriller que apunta al corazón del género negro.

Catarsis (fragmento)

Dinamarca, 1994

No creas que el verano llegará
sin que alguien empuje
y lo vuelva estival,
pues solo vendrán las flores.
Soy quien hace florecer las flores,
el que hace verdear los prados,
y ya ha llegado el verano,
pues acabo de retirar la nieve.
No había nadie en la playa, aparte de ellos y de las gaviotas.
Se había acostumbrado a los graznidos de los pájaros y al ruido del mar, pero el restallar del paraviento de lona de plástico azul irritaba a Madeleine. Le impedía dormir.
Se tostaba al sol tumbada boca abajo. Había doblado la toalla para que le cubriera la cabeza, dejando una abertura lateral para poder ver lo que pasaba.
Diez muñequitos de Lego.
Y la niñita de Karl y Annette que jugaba, despreocupada, en la orilla.
Todos desnudos aparte del criador de cerdos, pues decía que padecía un eccema y no soportaba el sol. Estaba junto al agua y vigilaba a la chiquilla. Su perro también estaba allí, un gran rottweiler del que ella siempre había recelado. Ni siquiera los otros perros se fiaban de él. Estaban atados a una estaca de madera clavada en la arena un poco más lejos.
Se chupó el diente. Parecía que no iba a dejar de sangrar nunca, sin llegar tampoco a caerse.
Como de costumbre, el que se encontraba más cerca de ella era su padre adoptivo. Estaba moreno y tenía el cuerpo cubierto de un vello claro. De vez en cuando le pasaba la mano por la espalda para untarla de crema solar. En dos ocasiones le había pedido que se volviera, pero ella había fingido dormir.
Al lado de él, esa mujer que se llamaba Regina y que solo hablaba del niño que le daba patadas pidiendo salir. Seguramente no sería una niña, puesto que tenía un vientre enorme mientras que el resto de su cuerpo no había engordado demasiado, y eso, según ella, era una señal evidente de que se trataba de un varón.
Se llamaría Jonathan, que en hebreo significa «don de Dios».

TRAUMA


Segunda entrega de la Trilogía Los rostros de Victoria Bergman, protagonizada por la detective de la policía Kihlberg y la terapeuta Zetterlund.

Segunda entrega de los Rostros de Victoria Bergman, y un poco más de lo mismo, muchos abusos, mucha psicología, mucha policía torpe y triste......y un final abrupto para "convencer" de la lectura de la tercera entrega. Eso sí, entretenida y un poco repugnante.
Leeré la tercera¡¡¡

Sinopsis (Ed. Reservoir Books)
Trauma es el segundo volumen de la trilogía Los rostros de Victoria Bergman: un viaje a las profundidades de la psique humana.
La detective Jeanette Kihlberg está haciendo terribles esfuerzos para resolver los casos de asesinato de unos jóvenes inmigrantes. Sin embargo, la investigación es interrumpida cuando un exitoso hombre de negocios aparece brutalmente asesinado -a modo de ritual- en el centro de Estocolmo. Todo parece indicar que es un acto de venganza, pero ¿Cuál es el sentido de esta venganza? La psicoterapeuta Sofia Zetterlund es arrastrada a enfrentarse al perfil del asesino.
Paralelamente, hay un caso muy complejo que también mantiene ocupada a Jeanette: la desaparición de la misteriosa Victoria Bergman, una mujer con un pasado muy turbio. La investigación la llevará a una exclusiva escuela en Sigtuna y también a Dinamarca, donde parece residir parte del misterio.

Trauma (fragmento)

Caída libre

La pesadilla viste un abrigo azul cobalto, un poco más oscuro que el cielo del anochecer sobre Djurgården y la bahía de Ladugårdsviken. Es rubia, de ojos azules, y lleva un bolso al hombro. Los zapatos rojos demasiado pequeños le hieren los talones, pero está acostumbrada a ello. Las llagas ya forman parte de su personalidad y el dolor la mantiene despierta.
Sabe que el perdón bastaría para liberarlos, a ella y a los perdonados. Durante años ha tratado de olvidar, siempre en vano.
No alcanza a verlo, pero su venganza es una reacción en cadena.
Una bola de nieve se puso en movimiento hace ya un cuarto de una vida en un cobertizo para guardar las herramientas del internado de Sigtuna y la arrastró con ella rodando hacia lo inevitable.
Cabe preguntarse qué saben hoy acerca del rodar de esa bola de nieve quienes en su día la tuvieron en sus manos. Probablemente nada. Sin duda han pasado página, simplemente. Han olvidado el acontecimiento como si se hubiera tratado solo de un juego inocente que empezó y acabó allí, en aquel cobertizo de las herramientas.



PERSONA



Primera entrega de la Trilogía Los rostros de Victoria Bergman protagonizada por la Inspectora de Policía Khilberg y la terapeuta Zetterlund.

Entre plato y plato de pulpo, ración de empanada, raxo, zorza, percebes, centollas y langostinos no he podido resistirme, lo sé, soy incorregible....y he caído en las garras del último best-seller nórdico (nada menos que una trilogía); menos mal que el albariño y el licor café me han ayudado a "pasar el bolo"....
Persona...., uff no se como empezar a comentar esta lectura, no es novela negra o no de...l todo, no es totalmente policíaca, no es auténticamente thriller psicológico....pues ¿Qué es Persona?
Persona es un auténtico "refrito" de todos los géneros anteriores con pretensiones de denuncia social; se nota que no está escrito por la misma persona en su totalidad y salta de una cosa a otra con una "alegría" impropia de los temas que trata.
Una de las protagonistas es, claramente, boba y las otras dos, raras, muy raras....
Quizás si me hubiese leído previamente el currículo de los autores......quizás, quizás¡
Para colmo es una novela inconclusa, ya que hay que completar la trilogía, lo que no sé es si yo la terminaré....¡

Sinopsis (Ed Reservoir Books)
La psicoterapeuta Sofia Zetterlund está tratando a dos pacientes especialmente difíciles: Samuel Bai, un niño soldado de Sierra Leona, y Victoria Bergman, una mujer de mediana edad con un profundo trauma infantil.
Entre tanto, en un parque del centro de Estocolmo aparece un cuerpo mutilado. ¿Quién es el joven de origen extranjero? ¿Ha sufrido terribles abusos? En primera instancia, la policía le da poca prioridad al caso. Sin embargo, muy pronto tiene lugar otro asesinato de características similares que hace pensar que tal vez se trate de un asesino en serie.
La inspectora Kihlberg y la terapeuta Zetterlund se verán formando equipo en la resolución de este y otros casos. A medida que su relación se estrecha, tendrán que enfrentarse a las mismas preguntas: ¿Cómo es posible que en una persona afloren semejantes rasgos de inhumanidad?, ¿Cuándo es la víctima la que se convierte en depredador?

Persona (fragmento)

El edificio

tenía cien años, con unos sólidos muros de piedra de un metro de grosor: no había necesidad de aislarlos, pero ella quiso asegurarse.
A la izquierda del salón había una pequeña habitación esquinera que había utilizado como despacho y dormitorio de invitados.
Con un baño contiguo y un amplio vestidor.
La habitación era perfecta, con una única ventana, justo debajo de un desván que no se utilizaba.
Basta de negligencia, de creer que todo cae por su propio peso.
No dejar nada al azar. Es un compañero peligrosamente traidor. A veces es un amigo, pero a menudo es también un imprevisible enemigo.
los muebles del comedor
los arrinconó contra una pared y liberó una amplia superficie en medio del salón.
Luego ya no hubo más que esperar.
Las primeras placas de poliestireno llegaron, según lo acordado, a las diez, transportadas por cuatro hombres. Tres rondaban la cincuentena y el cuarto apenas tendría veinte años. Lucía el cráneo rasurado y vestía una camiseta negra con dos banderas suecas entrecruzadas debajo del texto MI PATRIA. Se había hecho tatuar telarañas en los codos y en las muñecas un motivo de la edad de piedra.