domingo, 24 de septiembre de 2017

EL GRUPO


En el aniversario del nacimiento de Mary McCarthy, quiero compartir con tod@s una novela que me fascinó y me sigue fascinando, aunque nuestra vida ha cambiado tanto que, quizás, a mis jóvenes amig@s no les resulte tan atractivo como a mi. Como no me atrevo a reseñarlo, os dejo un enlace en el que podéis conocer a la autora y su (en mi opinión) mejor novela:
http://isabelnotebook.blogspot.com.es/2011/10/el-grupo-de-mary-mccarthy.html

Sinopsis (Ed. Tusquets)
Cuando en 1962 se publicó en Estados Unidos El grupo, se consideró una sátira cruel de aquellas primeras jóvenes que, en su ingenuidad, creyeron que podían combinar los dos mundos: el que deseaban y aquél del que eran herederas. Vista con la perspectiva del tiempo, nos sorprende reconocer todavía tantos de los prejuicios parodiados en la novela. En una nueva y cuidada traducción, ofrecemos a nuestros lectores la posibilidad de disfrutar de esta novela: un retrato desapasionado pero apasionante de un momento clave de la historia social estadounidense.   Relato coral, El grupo narra las historias de ocho estudiantes que, tras licenciarse en Vassar en 1933, inician su vida adulta y se enfrentan a la independencia, al trabajo, al amor, a la anticoncepción, al matrimonio, a la maternidad y a las opciones sexuales y políticas; Kay, Dottie, Pokey, Helena, Libby, Priss, Lakey y Polly representan a aquellas primeras generaciones de mujeres para las que la formación recibida era algo más que un adorno personal, y el matrimonio no era su único objetivo en la vida. Pero ¿pensaba lo mismo el mundo al que salían, por más que hubiera cambiado? Y ellas, ¿eran conscientes de hasta qué punto heredaban los convencionalismos y prejuicios de sus progenitores, por más que los denostaran? Altamente autobiográfica, El grupo investiga los frágiles límites entre la ficción y la realidad, entre la verdad y la mentira, entre lo real y lo imaginario.

El Grupo (fragmento)

"El orgasmo era algo poco frecuente, algo que el marido tenía que provocar mediante la cuidadosa observación de su esposa y la estimulación manual. Pero siempre se podría aprender a utilizar preservativos. ¿Los has visto? Es tan sencillo como lavarte los dientes. "

sábado, 23 de septiembre de 2017

UNA BALA PARA EL COMISARIO VALTIERRA


Acabo de terminar una novela desconcertante, con título de novela negra, portada de novela negra y editorial dedicada a la negra......se esconde una novela que más bien es político-policíaca.
Me atrajo la publicidad sobre el "primer comisario porteño",  en la negra-argentina y lo que me he encontrado, nada tiene que ver con esa publicidad.
No sé si será la última novela del comisario Valtierra (debería serlo) o si se espera la reacción del público para continuar.....en todo caso, no creo que repita.

Sinopsis (Ed. RBA)
El comisario Valtierra, porteño nostálgico y tanguero, es jefe de la Sección Política de la policía de Buenos Aires y tiene las manos manchadas de sangre. Por todas las torturas y los asesinatos en los que ha participado, un grupo revolucionario lo ha condenado a muerte y deberá ser ajusticiado para vengar a sus camaradas. Entre los miembros de la organización se encuentra El Inglesito, un universitario idealista de provincias que, por primera vez, se verá implicado en una ejecución. Su decisión revolucionaria tropieza sin embargo con sus escrúpulos personales, con sus miedos y la con incertidumbre ante la opción de matar a un hombre. Una bala para el comisario Valtierra es una novela policíaca, política y, al mismo tiempo, éticamente inquietante. Una profunda reflexión acerca de la justicia, el perdón, la culpa, el castigo y todo lo que padeció la nación argentina a lo largo del turbulento siglo XX.


LOS CUERPOS EXTRAÑOS



Con Lorenzo Silva me ocurre, exactamente, lo contrario que con Juan José Millás. Sus artículos en prensa me resultan insulsos e incluso en ocasiones algo insultantes a la inteligencia, sin embargo, me encantan sus libros.
Comencé a leerle con La flaqueza del bolchevique y me interesó, pero la conquista definitiva tuvo lugar con El lejano país de los estanques en el que conocí al sargento Bevilacqua y a la guardia Chamorro, desde entonces ya no hubo vuelta atrás y esta "parejadelaguardiacivil" cambió mi percepción de la benemérita para siempre. Conocí a Rubén Bevilacqua de sargento y acabo de dejarle de subteniente....., como pasa el tiempo.
Esta última novela de Silva me ha gustado, tanto o más, que las anteriores el tema es tan actual que parece premonitorio y si no fuera porque empezó a escribirse mucho antes y se publicó un poco después, cabría acusar a Silva de oportunista o de médium. La corrupción urbanística y municipal en su máxima expresión en la CCAA que la padece tanto o más que ninguna, narrada con el peculiar estilo de Silva, con un Bevilacqua sembrado y una Chamorro melancólica.
No os la perdáis¡¡¡

Sinopsis (Ed. Destino)
Mientras pasa el fin de semana en familia, el brigada Bevilacqua recibe el aviso de que el cadáver de la alcaldesa de una localidad levantina, cuya desaparición había sido previamente denunciada por el marido, ha sido hallado por unos turistas en la playa. Para cuando Bevilacqua y su equipo llegan y se hacen cargo de la investigación, el juez ya ha levantado el cadáver, las primeras disposiciones están tomadas y se está preparando el funeral.
El lugar es un avispero en el que se desatan todo tipo de rumores sobre la víctima, una joven promesa que venía a romper con los modos y corruptelas de los viejos mandarines del partido y que apostaba por renovar el modo de hacer política. Además, el descubrimiento de su agitada vida sexual, que puede calificarse de todo menos insípida, arroja sobre el caso una luz perturbadora.
Pero no hay mucho tiempo para indagar y en esta ocasión Bevilacqua y Chamorro deben apresurar una hipótesis en un fuego de intereses cruzados, en el que la causa de la joven política es también la causa de la integridad personal, de la que el país entero parece haberse apeado.

Los cuerpos extraños (fragmento)

1
Yo seré tu celador
"—Te tienes que ir.
No era una pregunta, ni un reproche, tampoco una suposición. No había en sus palabras, ya, la más mínima aspiración a intervenir en lo que fuera a suceder, como en mayor o menor medida la tiene quien da en indagar, recriminar o tratar de anticiparse a los hechos. Lo dijo, más bien, como si levantara acta de algo cierto y fatídico, frente a lo que no tenía más opción que resignarse y dar un paso atrás. Por una vez, sin embargo, se equivocaba. Y me reconfortó poder decírselo:
—No, mamá, nos quedamos. No vamos a dejar que se eche a perder toda esa comida que has hecho. Es lo bueno que tienen los muertos: a diferencia de los vivos, pueden esperar lo que haga falta. Nadie mejor que yo sabía que no siempre era así, y no por los difuntos, precisamente, sino por los vivos que a propósito de ellos tenían la voluntad y la capacidad de picarnos espuelas a quienes habíamos sido tan inconscientes como para hacer del siempre embarazoso escrutinio de la muerte nuestra manera de afrontar el transcurso de los días. De hecho, lo primero que había pensado, al ver aquella mañana de domingo el nombre de mi superior parpadeando en la pantalla de mi teléfono móvil, había sido lo mismo que mi madre, apenas terminada mi conversación con él, acababa de poner en palabras.
La información que me suministró mi jefe de grupo y principal hacedor de mi agenda, el siempre circunspecto comandante Rebollo, alimentó de entrada mis peores temores. Era un jefe considerado, en absoluto proclive a esos tics del mando que, en tiempos más tenebrosos, habían hecho de los desdichados que vestían el uniforme que guardaba en mi armario lo más parecido a un siervo de la gleba. Lejos de acuciarme, comenzó interesándose por mis circunstancias:
—Perdona por molestarte en domingo —se excusó—. Espero no pillarte en demasiado mal momento. ¿Puedes hablar?
—Me pilla en Salamanca, mi comandante. Tratando de honrar a mi madre, como ordena el mandamiento. Es su cumpleaños y tenemos reunión familiar para celebrarlo. Pero sí, puedo hablar."

LA MUJER LOCA


Siempre me desconcierta Millás cuando leo una de sus novelas, soy tan aficionada a sus artículos y a sus intervenciones radiofónicas (también lo dice uno de los personajes de esta novela) que espero algo parecido en sus novelas y siempre oh......!, no lo encuentro.
Quizás es que el surrealismo de Millás me supera, porque escribir, escribe bien, pero sus argumentos son tan, absolutamente, epatantes que me invade el desasosiego desde las primeras páginas y no me abandona hasta la última, porque eso sí,  las termino pero con poca satisfacción.
En La mujer loca, todavía no logrado aclarar cual de ellas merece tal epíteto porque debería titularse "las mujeres locas" o mucho mejor "el escritor loco" ya que el personaje más surrealista y desquiciado de esta novela es el propio Millás, en fin...., no digo más; leedla si tenéis fuerzas y ya me contaréis¡¡¡

Sinopsis (Ed. Seix Barral)
Julia trabaja en una pescadería y de noche estudia gramática porque está enamorada de su jefe, que en realidad es filólogo. En sus ratos libres, la joven ayuda en el cuidado de una enferma terminal, Emérita, en cuya casa coincide con Millás, que está haciendo un reportaje
sobre la eutanasia. Durante sus visitas, el escritor se siente atraído por la idea de novelar la vida de Julia, aunque para lograrlo deberá enfrentarse a su bloqueo creativo con la ayuda de una psicoterapeuta.
La realidad trastoca los planes del escritor cuando Emérita revela un secreto que ha guardado celosamente toda su vida. Lo que había comenzado como una crónica periodística se convierte entonces en una suerte de novela en la que él se verá involucrado como personaje.
El mejor Juan José Millás regresa a la novela con La mujer loca, una historia en la que el lector habrá de decidir qué es verdadero y qué es falso, una investigación sobre los límites de la realidad y la ficción en una obra que condensa la esencia del maestro de la extrañeza: humor inteligente, diálogos excepcionales y una escritura provocativa. Un ejercicio de honestidad con el que afronta sus cuitas como autor desde la verosimilitud de la pura ficción.

La mujer loca (fragmento)

1"Pobrema, por ejemplo, jamás había sido escrita ni pronunciada, no estaba en ningún libro ni en ningún periódico, no formaba parte de ninguna canción, de ningún verso, ni de manual alguno de instrucciones. Nadie la añadiría a la lista de la compra. Pobrema estaba excluida del mundo de las palabras, que no toleraban su presencia. Si se acercaba a un libro le cerraban el paso antes de que cruzara la cubierta; si a un diálogo, era rechazada por los que participaban en él; si a un taller de etiquetas o rótulos, terminaba en el cubo de la basura, junto a los desperdicios de la jornada. Inhábil para pertenecer a nada o a nadie, se ocultaba durante el día y por la noche salía a respirar, pegándose, como los insectos nocturnos, a las ventanas en las que había luz. Si descubría a alguien escribiendo o hablando al otro lado, intentaba llamar discretamente su atención con la esperanza de que solicitara sus servicios. Lejos de eso, la gente corría las cortinas o bajaba las persianas como quien vuelve la vista frente a un espectáculo desagradable."

EL SECRETO DE GAUDLIN HALL


No se si es que yo no acabo de pillar el tono literario de Boyne, el caso es que con este escritor voy "un paso para adelante y tres o cuatro pasos para atrás", ahora ha tocado para atrás.
Esta novela de sugerente título es como una especie de "re-mix" imitativo de la novela victoriana de misterio y para escribir bien una novela de misterio hay que escribir muy-muy bien, pues de lo contrario lo escrito causa risa en lugar de pavor.
No es que esta novela sea cómica, pero miedo-miedo no da y claro, siendo esa su única pretensión pues se queda en......casi nada¡

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Después de perder a su anciano padre, la joven Eliza Caine no tiene más opción que aceptar un puesto de institutriz en la mansión de Gaudlin Hall, en Norfolk. Pero lo que debería ser un trabajo digno y sencillo se convierte en una experiencia espeluznante. En cuanto se apea del tren, un par de manos invisibles intentan arrojarla a la vía, y cuando finalmente llega al caserón, los únicos que salen a recibirla son dos niños, Isabella y Eustace, que aparentemente viven solos. Eliza no sabe quién la ha contratado, y una serie de extraños sucesos la convencen de que algo muy grave está ocurriendo en la casa. Es como si una presencia maligna, que parece querer proteger a los pequeños, se manifestara continuamente, por lo que Eliza comprende que deberá desvelar los secretos que Gaudlin Hall guarda celosamente.
Autor de éxitos mundiales como El niño con el pijama de rayas y La casa del propósito especial, John Boyne ha escrito una novela inquietante que cautiva al lector hasta la última página. Como un homenaje a la novela gótica del siglo XIX, con abundantes guiños a Charles Dickens y Wilkie Collins, el relato gira en torno a Eliza Caine, su valerosa e inteligente heroína, que logra superar el miedo a lo desconocido con una fortaleza de espíritu encomiable.

El Secreto de Gaudlin Hall (fragmento)

1Londres, 1867
"Charles Dickens fue el culpable de la muerte de mi padre.

Cuando trato de esclarecer el momento en que mi vida pasó de la serenidad al horror, en que lo natural se convirtió en inenarrable, me veo sentada en el saloncito de nuestra pequeña casa cerca de Hyde Park, observando los bordes deshilachados de la alfombra ante la chimenea y preguntándome si ya era hora de comprar una nueva o de intentar remendarla. Pensamientos sencillos, domésticos. Aquella mañana caía una llovizna continua. Al apartar la vista de la ventana para contemplarme en el espejo sobre la chimenea, mi aspecto se me antojó descorazonador. Es cierto que nunca he sido atractiva, pero estaba más pálida de lo habitual y tenía el cabello encrespado y despeinado. Me hallaba allí sentada, con los codos sobre la mesa y una taza de té en las manos. Traté de relajarme y corregir la postura. Entonces hice algo ridículo: sonreí, esperando que la manifestación de cierta alegría mejorase mi imagen, y en ese instante me sobresalté al advertir un segundo rostro, mucho más pequeño que el mío, que me miraba fijamente desde una esquina inferior del espejo.
Con un grito sofocado, me llevé una mano al pecho, para acabar riéndome de mi propia insensatez: aquella imagen no era más que un retrato de mi difunta madre que pendía en la pared detrás de mi silla. El espejo nos captaba a ambas, una junto a la otra, aunque yo no salía bien parada de la comparación, pues mi madre era una mujer muy hermosa, de ojos grandes y brillantes, mientras que los míos eran pequeños y apagados; la curva de su mandíbula era femenina, pero la mía se veía dura y algo masculina, y ella era una mujer esbelta, en tanto que yo siempre me había sentido grandota y ridícula."

jueves, 21 de septiembre de 2017

LA EMOCIÓN DE LAS COSAS


No es una novela, al uso, de Ángeles Mastretta, más bien unas memorias un tanto deslavazadas cuyo desencadenante parece ser la muerte de la madre de la escritora.
Una autobiografía atípica, que conserva intacto el espíritu de esta escritora mágica que ha hecho del universo femenino un referente, no la he identificado con ninguna de sus novelas y he encontrado un poco de todas en este texto que habla, fundamentalmente, de sí misma y sus circunstancias, que casi parece una despedida de la literatura e incluso de la vida.
Me ha gustado leerla y la recomiendo, sobre todo, a l@s aficionad@s a Angeles Mastretta.

Sinopsis (Ed. Seix Barral)
En La emoción de las cosas Ángeles Mastretta indaga en un gran secreto familiar: el silencio de su padre, que luchó en Italia durante la segunda guerra mundial y volvió a México al cabo de cuatro años que quedaron enterrados para siempre en su memoria. A través de recuerdos, intuiciones e impresiones, atesora el recuerdo de su madre, recupera detalles de vida desde tiempos de sus abuelos hasta el día de hoy, caminando de puntillas por hermosas divagaciones sobre la escritura, la maternidad, la familia, sobre autores como Jane Austen o Isak Dinesen, el miedo, la religión o la muerte.
En esta novela personal que nace de las entrañas, la autora de Arráncame la vida entona un canto de sirena que envuelve y seduce.

La emoción de las cosas (fragmento)

MIS DOS CENIZAS
"Todas las luces están prendidas, pero yo me he quedado a ciegas en la casa de mi madre. Es una casa, en mitad del jardín, que es de todos.

Este lugar lo heredó mi padre de su padre, un inmigrante italiano que llegó a México a finales del siglo XIX. Podría haberse perdido en la nada de las deudas si mi madre no se hubiera aferrado a esta tierra que entonces era un paraje remoto a la orilla de la ciudad.
A mi padre le tocó la guerra, y el matrimonio como lo que debió ser la única secuela posible de aquel sueño de horrores: una tregua. La ardua paz que él resumía: «En la iglesia te atan una esponja a la espalda. El presbítero dice que semejante carga habrá que llevarla de por vida con serenidad y alegría. Uno piensa que no habrá nada más fácil. Luego, termina la ceremonia, se abre la puerta de la iglesia y los cónyuges salen para siempre a un aguacero».
A mi madre le tocaron la belleza y la tenacidad. El matrimonio como una decisión que supuso en su mano y que no fue sino la mano del destino, jugando a hacerla creer que ella mandaba en la desmesura de sus emociones.
Sucedió que se casaron tras dos años de un noviazgo a tientas. Él quería besarla, ella se preguntaba si podría soportar de por vida que su marido no fuera alto, como su padre.
Hay una foto en que mi madre sonríe y es divina como una diosa: así, con su cara de niña que por fin se hizo al ánimo de no serlo. Él la lleva del brazo y está como de vuelta, como si de verdad fuera posible no contarle nada de lo que hubo detrás. Es el día de su boda, en la mañana, el 11 de diciembre de 1948. También él sonríe, como si pudieran olvidarse el desaliento y las pérdidas. Se ve dichoso. Mi madre tenía entonces la edad que hoy tiene mi hija."


LAS INVIERNAS


Me atrajo la portada, porque en mi niñez, todavía, se veían mujeres por la calle con un atado de trapos en la cabeza, llevando sobre ella pesos inmensos que no restaban un ápice de elegancia a su caminar erguido y orgulloso. Luego al leer la sinopsis, me chirrió un poquito lo de Tierra de Chá, me recordó demasiado al Carballino, Sangenjo, etc....esas traducciones franquistas de nuestra toponimia, pero....., me pudo la curiosidad y, la verdad, ha valido la pena.
Es, quizás, un libro para galleg@s o para los que quieran conocer esa Galicia profunda, mágica, fratricida, pobre, inculta, culta, aislada y miedosa que una vez tuvimos y, todavía, tenemos en muchos casos.
Me ha gustado leer la historia de Saladina y Dolores, "las inviernas" y quitando lo de Tierra de Chá, en Galicia existe A Terra Chá y es un nombre magnífico, me he sumergido en la historia, tan irreal-tan real¡¡¡.
Querida amiga, Calipso Breogán, creo que es un libro para ti.
La recomiendo, sin duda!!

Sinopsis (Ed. Anagrama)
Galicia, años cincuenta. Dos hermanas regresan a Tierra de Chá después de una larga ausencia, muy unidas por un hecho oscuro cometido en el pasado, y también por su pasión por el cine y la vida de los artistas de Hollywood. Vuelven a la que fue la casa de su abuelo, de la que tuvieron que huir cuando eran niñas, y donde hombres y animales conviven bajo el mismo techo. En Tierra de Chá, nada y todo ha cambiado, las gentes, la pequeña casa lejana bajo la lluvia, el olor acre del tojo, las flores, las cosechas, las costumbres... Pero las fronteras entre la verdad y la mentira, los recuerdos y la realidad son difusas. Por algún motivo, el regreso de las hermanas trastoca la plácida existencia de los habitantes de la aldea. ¿Por qué nadie quiere hablar de don Reinaldo, el abuelo? ¿Qué ocurrió durante la guerra que ahora les ocultan? ¿Por qué las llaman así, «las Inviernas»? Las subidas al monte con la vaca; la costura; las discusiones; la novela de la radio que las hace llorar: a pesar de todo, la rutina acaba imponiéndose poco a poco. Pero cuando, a la caída de una tarde de verano, una de las Inviernas escucha en la radio la noticia de que la famosa actriz americana Ava Gardner, «el animal más bello del mundo», tiene previsto viajar a España, Tossa de Mar, para rodar una película en la que buscan dobles, las hermanas no tienen ninguna duda de que al fin ha llegado la oportunidad de convertirse en las actrices que han estado esperando toda su vida...
En paralelo, una serie de acontecimientos están teniendo lugar en la aldea: una vieja centenaria revela que don Reinaldo le pagó dinero para quedarse con su cerebro cuando muriera, con el fin de investigarlo. A partir de que este macabro hecho se hace público, todos los habitantes empiezan a inquietarse. Poco a poco, mientras pasado y presente se funden y entrecruzan, vamos descubriendo quién fue don Reinaldo, qué hizo y por qué tuvieron que huir sus nietas. También descubrimos qué hecho misterioso hizo regresar a las Inviernas a tan recóndito lugar.
¿Conseguirán las hermanas hacer realidad su sueño de convertirse en actrices o quedarán atrapadas en la ciénaga del remordimiento?

Las Inviernas (fragmento)

1"Pasaron una mañana como el susurro de un avispón, más rápidas que un instante.
Ellas.
Las Inviernas.
Los hombres doblados sobre la tierra se enderezaron para observar. Las mujeres detuvieron las escobas. Los niños dejaron de jugar: dos mujeres con grandes huesos cansados, como irritados de la vida, atravesaban la plaza del pueblo.
Dos mujeres seguidas de cuatro ovejas y una vaca de andar balanceado que tiraba de un carromato cargado de bártulos.
Al final de un carreiro que zigzagueaba entre nabizales, seguía estando la vieja casa del abuelo – también su casa–, ahora cubierta por las ramas de una higuera.
Murciélagos y búhos se estrellaban haciendo círculos. La hiedra había invadido la casa, y la chimenea, abultada por el follaje, adquiría las proporciones y la apariencia de una torre ruinosa. La casa tenía una huerta con un limonero y matorrales que albergaban mariposas y crujidos; al fondo corría un río con truchas finas y sabrosas.
Más allá del río nacía la fraga con frondosos árboles.
Una vegetación apretada y tupida que se entretejía desde el suelo hasta las copas de los árboles, ceñida por huertos y minúsculos prados de labor.
Llovía, y se metieron dentro.
Ellas y las bestias. Barrieron el suelo. Arrancaron las telarañas. Colocaron los bártulos que traían. Hicieron una sopa. Menguó la luz y aumentó el frío.
Un olor doméstico y familiar las envolvió; les recordó la dulzura de ciertos días de verano, las comidas en la huerta y la infancia perdida. Pero el olor también les habló de la guerra, de la humedad y de la risa. Ratones. Rabia.
Una se sentó junto a la otra y le dijo:
–Estaremos bien.
La otra contestó:
–Sí.
Y pasaron el rato sorbiendo la sopa, enfrascadas en aquella conversación.
–Estaremos bien.
No era temor. Acaso una sospecha, una rara intuición.
–Estaremos."