Mostrando entradas con la etiqueta Stephen King. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Stephen King. Mostrar todas las entradas

miércoles, 4 de octubre de 2017

JOYLAND


RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 5 de Julio de 2014.
Dice el gran crítico literario Harold Bloom que los niños que son fans de Harry Potter de mayores serán lectores de Stephen King. Me gustaría que me explicara quien es el HP de mi niñez que me llevó a sufrir noches de insomnio lector.
Con el paso del tiempo las noches pasadas con el señor King se convirtieron en un recuerdo y los breves intentos de recuperar el calor perdido fueron unos fiascos increíbles. Hasta...
Con los mimbres de una historia de terror nos encontramos con un cuento de verano, el último verano de la juventud. Los meses previos a convertirse en adulto... y lo hace de la mano de un parque de atracciones y de una cometa.
Si echas de menos a Bean Mears, por ejemplo, pero no te apetece volver a pasar miedo... Joyland es tu parque de atracciones.

Sinopsis (Ed. Random)
Devin Jones es un estudiante de 21 años que consigue trabajo en el verano de 1973 en Joyland, un pequeño parque de atracciones de estilo antiguo, anterior a la llegada de los modernos parques temáticos. Una de las leyendas que corre entre los empleados es que en la Casa de los Horrores habita el fantasma de una chica asesinada allí años atrás. Mientras cumple sus obligaciones diarias, Devin va atando los cabos sueltos que lo llevarán a descubrir la identidad del asesino.

Joyland (fragmento)

Intenté contactar con Wendy desde la estación de autobuses, pero su madrastra me dijo que había salido con Renne. Probé de nuevo cuando el autobús llegó a Wilmington, pero seguía fuera. Le pregunté a Nadine —la madrastra— si tenía alguna idea de dónde podrían haber ido. Me contestó que no. Sonaba como si mi llamada fuera la menos interesante que hubiera recibido en todo el día. Quizá en todo el año. Quizá en toda su vida. Me llevaba bastante bien con el padre de Wendy, pero Nadine Keegan nunca fue una de mis mayores fans.
Por fin, estando ya en Boston, conseguí hablar con Wendy. Tenía voz de dormida, aunque solo eran las once, la hora cumbre de la noche para la mayoría de los universitarios durante las vacaciones de primavera. Le conté que me habían dado el trabajo.
—Hurra por ti —dijo ella—. ¿Estás de camino a casa?
—Sí, en cuanto monte en el coche. —Y si no tenía un neumático desinflado. En aquellos días, circulaba con gomas gastadas y siempre había alguna que parecía a punto de reventar en cualquier instante. ¿Una rueda de repuesto, preguntas? Muy gracioso, señor—. Podría pasar la noche en Portsmouth en vez de ir directamente a casa, y así te veo mañana si...
—No sería buena idea. Renee se va a quedar aquí esta noche y esa es prácticamente toda la compañía que admite Nadine. Ya sabes lo sensible que es con las visitas.
Con algunas visitas, quizá, pero me daba la impresión de que Nadine y Renee hacían tan buenas migas como el fuego y la madera; se pasaban el día bebiendo una taza de café tras otra y chismorreando sobre sus actores de cine favoritos como si fueran amigas íntimas de estos, pero aquel no parecía el mejor momento para mencionarlo.

lunes, 28 de agosto de 2017

LA CÚPULA


RESEÑADO por Dani Tavares para LIBROS, el 24 de Septiembre de 2013.
Hartito acabé con "LA CUPULA" de King y ni siquiera lo acabé, lo dejé a 100 páginas del final pero es que es infumable, ridículo, no-creíble y con personajes estereotipados, un insulto a la inteligencia y a la ciencia ficción...

Dani Tavares "dixit" y, yo le creo¡¡¡

Sinopsis (Ed. Plaza y Janés)
Un tranquilo día de otoño la ciudad de Chester’s Mill queda inexplicable y repentinamente aislada del resto del mundo por un campo de fuerza invisible. Los aviones se estrellan y caen del cielo consumiéndose entre llamas, la gente corre sin rumbo por el pueblo vecino al verse separada de sus familias y los coches estallan al impactar contra el muro invisible. Nadie consigue comprender cuál es la naturaleza de la barrera, ni su procedencia, ni cómo ha llegado hasta allí, ni si algún día desaparecerá. Dale Barbara, un desilusionado veterano de la guerra del Golfo reconvertido en un mediocre cocinero; Julia Shumway, la directora del periódico local; y un grupo de skateboarders adolescentes lucharán para descubrir el misterio de la cúpula. Sin embargo, en el otro bando se encuentran el gran Jim Rennie, alcalde de Chester’s Mill, un hombre corrupto y sin escrúpulos dispuesto a todo para tomar las riendas del poder, y su hijo, que oculta un terrible secreto en una oscura despensa. Pero su adversario principal es la propia cúpula. Porque el tiempo no es infinito. El tiempo corre e irremediablemente se acaba...

«Lo que hago es atacar las emociones de los lectores. Se me considera un escritor de horror, pero soy básicamente un doctor en emociones. Si apagan las luces y tienen miedo, entonces he ganado.»
STEPHEN KING

La Cúpula (fragmento)

LA AVIONETA Y LA MARMOTA

 1"A dos mil pies de altura, donde Claudette Sanders disfrutaba de su clase de vuelo, la pequeña localidad de Chester's Mills relucía bajo la luz de la mañana como algo recién hecho y servido. Los coches avanzaban lentamente a lo largo de Main Street entre destellos de sol. El campanario de la iglesia de la Congregación parecía lo bastante afilado para perforar el inmaculado cielo. El sol recorría la superficie del arroyo Prestile mientras el Seneca V lo sobrevolaba: avioneta y agua cruzando la ciudad a lo largo del mismo curso diagonal.
—¡Chuck, me parece que veo a dos niños junto al Puente de la Paz! ¡Pescando!
—Se sentía tan feliz que se rio.
Las clases de vuelo habían sido cortesía de su marido, que era primer concejal del pueblo. Pese a ser de la opinión de que si Dios hubiese querido que el hombre volara le habría dado alas, Andy era un hombre sumamente maleable, y al final Claudette se había salido con la suya. Había disfrutado de la experiencia desde el primer momento. Pero aquello no era mero disfrute; aquello era euforia. Ese día, por primera vez, había comprendido de verdad qué hacía que volar fuera algo tan extraordinario. Qué lo hacía tan genial.
Chuck Thompson, su instructor, movió la palanca con suavidad y después señaló el tablero de mandos.
—No lo dudo —dijo—, pero hay que volar cara arriba, Claudie, ¿vale?
—Perdón, perdón.
—No pasa nada. —Llevaba años enseñando a volar y le gustaban los alumnos como Claudie, esos que estaban ansiosos por aprender algo nuevo. A Andy Sanders eso podría costarle una fortuna dentro de poco; a su mujer le encantaba el Seneca y había expresado su deseo de tener uno igual que aquel pero nuevo. Un aparato como ese debía de costar alrededor de un millón de dólares. Aunque no era lo que se dice una consentida, no se podía negar que Claudie Sanders tenía unos gustos bastante caros que Andy, un hombre afortunado, parecía satisfacer sin problemas."