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martes, 5 de diciembre de 2017

EL DOLOR QUE NOS UNE


Tercera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Aector Mc Avoy, sargento en la Unidad de delitos graves y crimen organizado de la policía de Humberside, en Yorkshire, Inglaterra.

Al final me he "enganchado" de tal forma con los personajes de David Mark, que me he leído las tres novelas una tras otra y me he quedado con ganas de más.....¡¡
El personaje principal tiene un "punto" que no he visto en otros de novela negra-policíaca y los secundarios están bastante conseguidos y van creciendo de "novela en novela", todavía espero mucho de algunos de ellos.
Por tanto, he termina...do la tercera novela de la serie que es la última publicada en España, por ahora, y ha sido tan turbulenta, tan emocionante y con un final tan......¡¡¡¡¡¡
Que no sé si podré esperar a la siguiente, a veces desearía hacer caso a Ricardo Cortat y esperar a que estén todas en el "mercado" antes de empezar a leerlas.
Para l@s que quieren saber más, un artículo de El País, con el que coincido casi totalmente:
http://blogs.elpais.com/elemental/2015/11/david-mark-siruela-mcavoy.html

Sinopsis (Ed. Siruela)
Hay personas que harían cualquier cosa por los demás. Como Philippa Longman, una abuela de 53 años con una familia que la adora, marido, tres hijos, nietos pequeños, que solo desea llegar a casa después de su trabajo en la tienda en una noche calurosa y asfixiante. Como Roisin McAvoy, una jovencísima madre de corazón de oro, una mujer leal a su marido que protege a sus amigos con uñas y dientes. Como el sargento Aector McAvoy, un hombre obsesionado con proteger a los demás, ya sea a su familia del resto del mundo o a los habitantes de Hull, Inglaterra, de una epidemia de crímenes violentos.
Hay personas que harían cualquier cosa para vengarse. Pero hay rencores que nunca mueren que son más fuertes que la bondad, y pronto estos tres espíritus afables aprenderán la misma lección: a las buenas personas también les suceden cosas malas.
El dolor que nos une es un thriller policiaco, el tercero de la serie del sargento McAvoy escrita por David Mark, que nos demuestra que la gente de buen corazón es casi siempre presa fácil y que el mal es un veneno que disuelve los lazos entre las buenas personas, hasta dejarlos únicamente unidos por el dolor.

El dolor que nos une (fragmento)

Prólogo«Sigue adelante, sigue adelante, solo es dolor, respira y corre. ¡Respira y corre, joder!».
Resbala. Patina sobre la sangre y el hielo. Rueda sobre la nieve y oye un ruido, como una rasgadura de papel. Nota que se desprende el colgajo de piel quemada que le pendía del pecho como una vela, tras engancharse en una piedra inclemente.
Su grito tiene algo de inhumano. Algo primario, indómito.
«Levántate, corre, corre...».
Sollozando, se muerde la palma de la mano. Sabe a carne carbonizada. Escupe sangre, piel y bilis. Gasolina. Pelo de otra persona.
«Así no. Ahora no...».
Trata de levantarse, pero está desnudo y los dedos de los pies, congelados, no le obedecen. Sumerge las manos destrozadas en la nieve y se incorpora, pero vuelve a resbalar y se golpea la cabeza contra el suelo.
«Mantente despierto. Mantente con vida».
Se le nubla la vista. Sin venir a cuento, aparece en su mente el televisor de su antiguo piso de estudiante... La forma en que la imagen desaparecía en el centro de la pantalla engullida por un círculo de color menguante, creando un remolino en miniatura de formas y colores. Así es como se ve él ahora, como si todo su mundo estuviera menguando. Los sentidos, la razón, todo se vuelve un caleidoscopio que declina todos los tonos posibles de negro y carmesí.
Medio destrozado, prácticamente roto, levanta la cabeza y vuelve la vista al espeluznante camino que ha ido trazando sobre la nieve. Charcos diminutos de sangre entre negra y azulona, diseminados azarosamente entre cráteres afilados.
—¡Allí! ¡Allí está! ¡Detenedlo! ¡Alto!

LA OTRA PIEL


Segunda entrega de la serie de novelas protagonizadas por Aector Mc Avoy,  sargento en la Unidad de delitos graves y crimen organizado de la policía de Humberside, en Yorkshire, Inglaterra.

Sigo en Hull-Yorkshire, sigo con el sargento McAvoy y cada vez me gusta más el personaje y lo que lo acompaña, si en la primera novela la trama fue un tanto esotérica, en esta la realidad se impone: mafia, corrupción policial, drogas, racismo y vidas en el "filo de la navaja"....
Se sigue perfilando el personaje protagonista y su jefa la Superintendente Trish Pharaoh puede dar mucho juego de aquí en adelante.
Me está gustando esta serie que elegí para viajar y se quedará conmigo, cuando vuelva¡¡¡

Sinopsis (Ed. Siruela)
La Unidad de Delitos Graves y Crimen Organizado está muy ocupada investigando los crecientes y brutales ataques contra los productores de cannabis vietnamitas a manos de una nueva banda rival. Mientras tanto, el detective Aector McAvoy, un poco al margen, sigue su instinto y está ocupado con el aparente suicidio de Simon Appleyard, un joven homosexual habitual de las fiestas sexuales con su mejor amiga, la extravagante Suzie Devlin. McAvoy cree que Suzie puede ser el próximo objetivo de un asesino, y que sus peculiares tatuajes son la pista. Sin embargo empiezan a aparecer más cadáveres  y todos están conectados de una manera u otra con las webs de encuentros sexuales y los clubs nocturnos de la zona. El detective Aector McAvoy comienza a sospechar que el asesinato de Simon es solo la punta del iceberg.
McAvoy pondrá a prueba su temple y su honestidad cuando la investigación lo lleve a acercarse peligrosamente a la élite política local, gente poderosa que mataría por mantener ocultos sus secretos y con las conexiones suficientes como para arruinar su carrera.

La otra piel (fragmento)

Prólogo
«Debería haber pasado la aspiradora», piensa, quitándose una pelusa de la lengua. «Debería haber dejado el salón bonito.»
Siente una presión en los riñones.
«También debería haber echado una meada.»
Se incorpora y se levanta del suelo, cual sirena izándose sobre una columna de espuma, y trata de sacudirse las migajas y los pelos de gato de su pecho brillante.
«Tanto aceite corporal», piensa. «Tan provocativo y tan resbaladizo. Esto va a ser como pelearse con un delfín...»
Suena la alarma de su teléfono móvil. Ya son las diez. Su visitante se retrasa más de lo que le gustaría.
«Serás nenaza», se dice a sí mismo. Y luego exclama, imitando la voz de su padre:
–¡Maricón de mierda!
El chico lleva así un buen rato. Empieza a sentirse incómodo. Sucio, pero en el mal sentido. El deseo comienza a desvanecerse.
Se pregunta si existirá una palabra para describir el sentimiento opuesto a la pasión: la ausencia de lujuria, el momento en que el deseo deja de atenazarte.
Empieza a sentirse un poco estúpido. Un poco indigno.
Trata de pensar en una forma más adecuada para describir la sensación. Le gustan las palabras. Le gusta que lo tomen por una persona elocuente. Siempre utiliza bien los pronombres cuando le promete a un amante que hará realidad todos sus deseos. Pone mucho empeño en sus poemas. «Desastrado.»

EL OSCURO INVIERNO


Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Aector Mc Avoy,  sargento en la Unidad de delitos graves y crimen organizado de la policía de Humberside, en Yorkshire, Inglaterra.

Como estoy de viaje necesito algo ligero para aeropuertos, aviones y habitaciones de hotel, por tanto he comenzado una nueva serie policíaca a la que tenía ganas desde hace tiempo.
Nuevo personaje de nombre original Aector McAvoy, sargento de la Unidad de Delitos Graves y Crimen Organizado en Humberside. Yorkshire- England. Grandullón, tímido y correcto; perdidamente enamorado y padre; inseguro y con un pasado que le atormenta.
Muy británica, bastante ligera y apropiada para pasar un buen rato.
Continuará¡¡¡

Sinopsis (Ed. Siruela)
Hull, East Yorkshire. Poco antes de Navidad, un anciano (único superviviente del naufragio de un barco de arrastre ocurrido hace cuarenta años) es hallado muerto en el mar. En una iglesia, una muchacha (único miembro de una familia que sobrevivió a una matanza durante el conflicto de Sierra Leona) es acuchillada con un machete. Un drogadicto (que logró huir de la casa en llamas donde murió su familia) es abrasado en un incendio en un barrio de viviendas de protección oficial. El sargento McAvoy, un fornido policía que es mirado con recelo por el resto de sus compañeros debido a su inquebrantable sentido del deber, será el único capaz de encontrar la conexión entre estos tres crímenes y el asesino de aterradores ojos azules que oculta su rostro tras un pasamontañas negro...

El oscuro invierno (fragmento)

PrólogoEl anciano alza la vista y por un instante es como si estuviera mirando por el extremo equivocado de un telescopio. La periodista está a cuarenta años de distancia.
–¿Señor Stein? –dice apoyando una mano tierna y cálida sobre su rodilla huesuda–. ¿Podría usted compartir con nosotros sus recuerdos de aquel momento?
Le cuesta un esfuerzo de la voluntad casi físico retornar al presente. Parpadea. Con el miedo propio de los ancianos a perder sus recuerdos se dice a sí mismo que debe ponerlos en orden.
«Todavía estás aquí», piensa. «Sigues vivo.»
–¿Señor Stein? ¿Fred?
«Estás vivo», se repite. El superpetrolero Carla. A setenta millas de la costa islandesa. Una última entrevista en la cocina del barco, con su tufo a fritanga y a café requemado, su olor a gasóleo y las ráfagas de agua de mar. El rumor sordo y profundo de las voces de hombres sin asear y la lana húmeda.
Tantos recuerdos…
Parpadea otra vez. Se está convirtiendo en un hábito. «Deberían brotar las lágrimas», piensa. Esto merece algunas lágrimas.
Ahora se fija en ella. Sentada hacia delante en una silla de respaldo duro como un yóquey sobre un caballo. Sujetando un micrófono ante él como una niña que le ofreciera un lametón de su pirulí. Cierra los ojos y el recuerdo le golpea como el embate de una ola.