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miércoles, 2 de noviembre de 2022

LA LLAMA DE FOCEA


 Duodécima entrega de la serie de novelas protagonizadas por Rubén Bevilaqua, apodado Vila, licenciado en psicología y teniente de la Guardia Civil en la UCO de Madrid y Virginia Chamorro, guardia civil en la UCO de Madrid.

Me gustan mucho los picoletos de Lorenzo Silva pero, al igual que pasa con el Mario Conde de Padura, el tiempo no pasa en vano y el ocurrente Rubén Bevilacqua se ha ido volviendo sentencioso y un poco "cuñao", supongo que en sintonía con el autor...
A esta novela le sobran páginas y le sobra una historia, también le sobra mucha palabrería, en uno y otro sentido, ahhh y no se crean para nada que discurre en Galicia, dos pinceladas borrosas y poco más.
A esta novela le falta (como a las últimas) mucha Virginia Chamorro.
No está del todo mal pero se me ha hecho larga y eso es imperdonable en una policíaca.
Legible⛅
La llama de Focea

Lorenzo Silva

Editorial: Ediciones Destino

Temática: Novela negra | Novelas de policías

Colección: Áncora & Delfín | Serie Bevilacqua y Chamorro

Páginas: 552

Sinopsis

¿QUÉ SUCEDE CUANDO TE HACEN SER LO QUE NO QUIERES SER?
Bevilacqua, en un caso entre el Camino de Santiago y la Barcelona de su amor de juventud

Queralt Bonmatí, una joven barcelonesa de familia pudiente, aparece asesinada en un paraje idílico del Camino de Santiago. Había salido tres semanas antes de Roncesvalles, donde tuvo un incidente con un desconocido, pero esta es sólo una de las pistas que no ayudan a una resolución rápida. El subteniente Bevilacqua recibe del máximo jefe del cuerpo, el teniente general Pereira, el encargo de ocuparse de la investigación, dado el perfi l del padre de la víctima, Ferran Bonmatí, un expolítico y empresario vinculado al independentismo catalán que a su vez está en el radar de la justicia por sus oscuras actividades en apoyo del desafío al Estado.
El caso llevará a Bevilacqua desde Lugo hasta Barcelona, la ciudad a la que llegó en los días del sueño olímpico, donde vivió acontecimientos que removerán su corazón y su memoria y que en el otoño de 2019 verá incendiarse con la llama de una rabia que viene de lejos. Una llama a la que no era ajena la víctima, una veinteañera díscola que, tras revolverse contra los suyos, hacía el Camino para encontrar su propio lugar.

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lunes, 6 de septiembre de 2021

EL MAL DE CORCIRA


 

Undécima entrega de la serie de novelas protagonizadas por Rubén Bevilaqua, apodado Vila, licenciado en psicología y teniente de la Guardia Civil en la UCO de Madrid y Virginia Chamorro, guardia civil en la UCO de Madrid.

Esta es la undécima entrega de la serie de novelas protagonizadas por la pareja de guardias civiles, Bevilacqua y Chamorro. Desde la primera, titulada El lejano país de los estanques, a la que acudí por su título y me quedé por sus protagonistas; no he dejado de leer ninguna. Esta pareja de la Benemérita ha viajado por toda España y fuera de ella, han resuelto casos fáciles y difíciles, han sufrido y me han hecho reír muchísimo.

En esta ocasión el pasado de Bevilacqua vuelve para ponerlo todo en su sitio y para hacernos saber más de este cincuentón que nunca defrauda. 

Me ha gustado mucho.🌞🌞🌞

Sinopsis (ed. Planeta de Libros)

Un varón de mediana edad aparece desnudo y brutalmente asesinado en una solitaria playa de Formentera. Según varios testimonios recogidos por la Guardia Civil de las islas, en los días previos se lo había visto en compañía de distintos jóvenes en locales de ambiente gay de Ibiza. Cuando sus jefes llaman a Bevilacqua para que se ocupe de la investigación y lo informan de la peculiaridad del muerto, un ciudadano vasco condenado en su día por colaboración con ETA, el subteniente comprenderá que no es un caso más.

Para tratar de esclarecer el crimen, y después de indagar sobre el terreno, Bevilacqua tendrá que trasladarse con su equipo a Guipúzcoa, el lugar de residencia del difunto, a una zona que conoce bien por su implicación casi treinta años atrás en la lucha antiterrorista.

Allí deberá vencer la desconfianza del entorno de la víctima y, sobre todo, lidiar con sus propios fantasmas del pasado, con lo que hizo y lo que dejó de hacer en una «guerra» entre conciudadanos, como la que veinticinco siglos atrás hubo en Corcira  —hoy Corfú— y que Tucídides describió en toda su crudeza. Esos fantasmas lo conducirán a una incómoda pregunta que como ser humano y como investigador criminal le concierne inexcusablemente: ¿en qué medida nos conforma aquello contra lo que luchamos?

#LIBROS #reseñas2020 #novedades2020 #novelapoliciaca🔪🔎


domingo, 17 de diciembre de 2017

DONDE LOS ESCORPIONES


Octava entrega de la serie de novelas protagonizadas por Rubén Bevilaqua, apodado Vila, licenciado en psicología y teniente de la Guardia Civil en la UCO de Madrid y Virginia Chamorro, guardia civil en la UCO de Madrid.

De nuevo los "picoletos" más famosos del suelo patrio han llenado mis tardes veraniegas, ya no son una pareja sino que tenemos un cuarteto con muchas posibilidades; Arnau y Salgado complementan a la perfección esa pareja que formaban Chamorro y Bevilacqua.
Dos historias en una novela, lugares tan lejanos como la Cañada Real y Afganistán y esa investigación concienzuda del subteniente Bevilacqua que, con nosotros, ha llegado a cincuentón........
Nos hacemos mayores y nuestros detectives, también (no como Bond detenido en el tiempo per secula seculorum).
Como siempre, me ha gustado Silva aunque en esta ocasión el título no es tan evocador como es habitual en sus novelas.

Sinopsis (Ed. Destino)
Vuelve el guardia más famoso y querido de la literatura y la novela negra: el subteniente Bevilacqua, con su primer caso fuera del territorio español, en el que viajará para investigar un asesinato en la base española de Afganistán.
Madrid, julio de 2014. Pasados los cincuenta, y ya con más pasado que futuro, el subteniente Bevilacqua, veterano investigador de homicidios de la unidad central de la Guardia Civil, recibe una llamada del responsable de operaciones internacionales. Se reclama su presencia inmediata a 6.000 kilómetros de allí, en la base española de Herat, en Afganistán.
Un militar español destinado en la base ha aparecido degollado, y, junto a él, el arma del delito: una hoz plegable de las usadas por los afganos para cortar la amapola de la que se extrae la droga que representa la principal fuente de riqueza del país.
¿Se trata del atentado de un talibán infiltrado? Podría ser, pero también que la muerte tuviera otro origen, porque el ataque no reviste la forma clásica de esa clase de acciones, sino que hace pensar en algún motivo personal.
La misión de Bevilacqua y los suyos no es otra que tratar de desenmascarar a un asesino que forzosamente ha de ser un habitante de ese espacio cerrado. Sus pesquisas, bajo el tórrido y polvoriento verano afgano, les llevarán a conocer a peculiares personajes y a adentrarse en la biografía del muerto, un veterano de misiones bélicas en el exterior que guarda más de un cadáver en el armario, para llegar a un desenlace inesperado y desconcertante.

Donde los escorpiones (fragmento)

1
Os creéis que arregláis algo

El brigada López sacó de improviso su teléfono móvil del bolsillo, lo contempló durante una fracción de segundo y se volvió hacia mí para anunciarme, con aquella sonrisa suya, a la vez astuta y cordial: —El alacrán está en la jaula.
Inmediatamente dio el aviso por la emisora del coche patrulla en el que esperábamos, además de él y yo, uno de sus guardias y la sargento primero Chamorro. Lo había aparcado en un lugar discreto, a poco más de medio minuto de la entrada de la cañada, de forma que no se tropezara con nosotros quien no debía tropezarse y a la vez estuviéramos lo bastante cerca como para intervenir sin demora. De todos modos, no nos correspondía a nosotros ser los primeros, y tampoco éramos quienes llevábamos la voz cantante en aquel baile.
Tras el aviso del brigada, en la radio tomó el mando el oficial responsable de la unidad especial de intervención, que tenía tres equipos apostados en coches camuflados en otros tantos puntos estratégicos. Fueron ellos los primeros en lanzarse dentro del poblado chabolista, quemando el asfalto y levantando a continuación el polvo del camino y de las callejas improvisadas entre los chamizos de tablas y chapas. Varios coches patrulla, entre ellos el nuestro, acudieron segundos después para bloquear todos los accesos e impedir que nadie saliera de la zona. En ese mismo momento, el helicóptero se hizo presente en el aire, con su foco que hendía la oscuridad en busca de posibles fugitivos. La operación era de alto riesgo, porque no se trataba de una casa en la que cupiera irrumpir al modo usual, desde una vía pública a la que pudiera accederse de forma más o menos inadvertida. Sólo acercarse a cien metros de las casuchas implicaba poner sobre aviso a quienes las ocupaban. La única manera de sorprenderlos era aquella, desencadenar una invasión por tierra y aire y cruzar los dedos para que los nuestros, como debía de ocurrir, gracias a su entrenamiento, fueran más rápidos y hábiles que el pájaro al que tratábamos de atrapar.

sábado, 23 de septiembre de 2017

LOS CUERPOS EXTRAÑOS



Con Lorenzo Silva me ocurre, exactamente, lo contrario que con Juan José Millás. Sus artículos en prensa me resultan insulsos e incluso en ocasiones algo insultantes a la inteligencia, sin embargo, me encantan sus libros.
Comencé a leerle con La flaqueza del bolchevique y me interesó, pero la conquista definitiva tuvo lugar con El lejano país de los estanques en el que conocí al sargento Bevilacqua y a la guardia Chamorro, desde entonces ya no hubo vuelta atrás y esta "parejadelaguardiacivil" cambió mi percepción de la benemérita para siempre. Conocí a Rubén Bevilacqua de sargento y acabo de dejarle de subteniente....., como pasa el tiempo.
Esta última novela de Silva me ha gustado, tanto o más, que las anteriores el tema es tan actual que parece premonitorio y si no fuera porque empezó a escribirse mucho antes y se publicó un poco después, cabría acusar a Silva de oportunista o de médium. La corrupción urbanística y municipal en su máxima expresión en la CCAA que la padece tanto o más que ninguna, narrada con el peculiar estilo de Silva, con un Bevilacqua sembrado y una Chamorro melancólica.
No os la perdáis¡¡¡

Sinopsis (Ed. Destino)
Mientras pasa el fin de semana en familia, el brigada Bevilacqua recibe el aviso de que el cadáver de la alcaldesa de una localidad levantina, cuya desaparición había sido previamente denunciada por el marido, ha sido hallado por unos turistas en la playa. Para cuando Bevilacqua y su equipo llegan y se hacen cargo de la investigación, el juez ya ha levantado el cadáver, las primeras disposiciones están tomadas y se está preparando el funeral.
El lugar es un avispero en el que se desatan todo tipo de rumores sobre la víctima, una joven promesa que venía a romper con los modos y corruptelas de los viejos mandarines del partido y que apostaba por renovar el modo de hacer política. Además, el descubrimiento de su agitada vida sexual, que puede calificarse de todo menos insípida, arroja sobre el caso una luz perturbadora.
Pero no hay mucho tiempo para indagar y en esta ocasión Bevilacqua y Chamorro deben apresurar una hipótesis en un fuego de intereses cruzados, en el que la causa de la joven política es también la causa de la integridad personal, de la que el país entero parece haberse apeado.

Los cuerpos extraños (fragmento)

1
Yo seré tu celador
"—Te tienes que ir.
No era una pregunta, ni un reproche, tampoco una suposición. No había en sus palabras, ya, la más mínima aspiración a intervenir en lo que fuera a suceder, como en mayor o menor medida la tiene quien da en indagar, recriminar o tratar de anticiparse a los hechos. Lo dijo, más bien, como si levantara acta de algo cierto y fatídico, frente a lo que no tenía más opción que resignarse y dar un paso atrás. Por una vez, sin embargo, se equivocaba. Y me reconfortó poder decírselo:
—No, mamá, nos quedamos. No vamos a dejar que se eche a perder toda esa comida que has hecho. Es lo bueno que tienen los muertos: a diferencia de los vivos, pueden esperar lo que haga falta. Nadie mejor que yo sabía que no siempre era así, y no por los difuntos, precisamente, sino por los vivos que a propósito de ellos tenían la voluntad y la capacidad de picarnos espuelas a quienes habíamos sido tan inconscientes como para hacer del siempre embarazoso escrutinio de la muerte nuestra manera de afrontar el transcurso de los días. De hecho, lo primero que había pensado, al ver aquella mañana de domingo el nombre de mi superior parpadeando en la pantalla de mi teléfono móvil, había sido lo mismo que mi madre, apenas terminada mi conversación con él, acababa de poner en palabras.
La información que me suministró mi jefe de grupo y principal hacedor de mi agenda, el siempre circunspecto comandante Rebollo, alimentó de entrada mis peores temores. Era un jefe considerado, en absoluto proclive a esos tics del mando que, en tiempos más tenebrosos, habían hecho de los desdichados que vestían el uniforme que guardaba en mi armario lo más parecido a un siervo de la gleba. Lejos de acuciarme, comenzó interesándose por mis circunstancias:
—Perdona por molestarte en domingo —se excusó—. Espero no pillarte en demasiado mal momento. ¿Puedes hablar?
—Me pilla en Salamanca, mi comandante. Tratando de honrar a mi madre, como ordena el mandamiento. Es su cumpleaños y tenemos reunión familiar para celebrarlo. Pero sí, puedo hablar."

domingo, 25 de noviembre de 2012

LA MARCA DEL MERIDIANO


He terminado la última novela de mi admirado Lorenzo Silva, o lo que es lo mismo, el último Premio Planeta de Novela. Y.......pues vaya por delante que no entiendo porqué Silva se presentó con pseudónimo al Planeta, y como explicaría cualquier miembro del jurado que no sabía a quien le daba el Premio....lo dejaré en "misterios del planeta"..... Rematado este escabroso asunto, debo decir que soy fan de Bevilacqua y Chamorro desde su nacimiento; y por ende de Silva desde La flaqueza del Bolchevique, pero........no se si es la "nefasta influencia de un premio" o que hace mucho que no leo a Silva, en esta novela he percibido algo que no me gusta, más bien, varias cosas que no me gustan, y paso a ennumerarlas:
- Un toque chulesco o "repipi sentencioso", no sé como definirlo en Bevilacqua que no me cuadra...parece un personaje de Pérez Reverte.
- Un "peloteo" a los catalanes o sobre los catalanes y la teoría de la conspiración centralista, que tampoco me cuadra, ¿será por el premio?....
- Una resolución "tramposa" de la trama que no es propia de Silva.
Dicho esto, una más de la pareja más famosa de la guardia civil española que, en mi opinión, no está a la altura de otras entregas y que me ha entretenido pero, en cierto modo, también me ha defraudado.......la lectura es así¡¡¡¡ Quizás muchas expectativas sean la causa de la decepción.

RESEÑADO por Rossana Cabrera para LIBROS,  el 3 de Noviembre de 2014.
Hacía tiempo que tenía ganas de leer algo del autor.
Y eso que no sabía que Vila es uruguayo.
Dicen que no es el mejor de la serie pero aún así me gustó mucho.
Esa cosa que tiene el personaje, medio vencida y nostálgica tan oriental me convenció.
Voy a leer los demás.


Sinopsis (Ed. Planeta)
La marca del merdiano de Lorenzo Silva ha sido galardonada con el Premio Planeta 2012.
Ambientada en la Cataluña actual, esta absorbente novela policíaca de Lorenzo Silva, maestro indiscutible del género, se adentra más allá de los hechos y presenta un sólido retrato del ser humano ante la duda moral, el combate interior y las decisiones equivocadas.
La novela relata como en una sociedad envilecida por el dinero sucio y la explotación delas personas, todavía el amor puede ablandar a las fieras. Un guardia civil retirado aparece colgado de un puente, asesinado de manera humillante. A partir de ese momento, la investigación que ha de llevar a cabo su viejo amigo y discípulo, el brigada Bevilacqua, abrirá la caja de Pandora: corrupción policial, delincuentes sin escrúpulos y un hombre quijotesco que buscará en el deber y el amor imposible la redención de una vida fracturada.

La marca del meridiano (fragmento)

CAPÍTULO1
UNAFÁNPARTICULAR


No era el momento ni el lugar, pero vio la ocasión y eso es algo que una mujer no desaprovecha nunca. Tan pronto como el guardia Arnau enfiló hacia los aseos de la gasolinera, la sargento Chamorro se dio la vuelta y, mirándome como si quisiera fulminarme, me espetó:

—Tú te estás guardando algo.
Cuando una mujer le arroja esa sospecha a un hombre, se trata de algo más que él y ella (Chamorro y yo, en este caso) retándose a cuenta de algo que el varón debería haber revelado y ha preferido ocultar. Es la oscura ciencia acumulada por millones de mujeres desde el principio de los tiempos, frente a la culpa no menos sombría alimentada por millones de hombres desde más allá de lo que se guarda memoria. Porque un hombre siempre oculta algo, siempre lleva a cuestas algo que preferiría no haber hecho o dicho o sido, y una mujer siempre tiene un sexto sentido que le permite olérselo, y el descaro o la temeridad o lo que quiera que haga falta para exigirle que lo confiese. Porque los actos de los hombres son a veces como la espuma, que sube y baja con la misma facilidad, y sin demasiado motivo, mientras que los actos de las mujeres, que no por eso son menos perniciosos cuando toca, tienen que ver con algo que llevan agarrado al vientre y de lo que no abdican jamás, así las fusilen o las quemen en la hoguera. Eso les permite pedir cuentas con la fiereza con que nos las piden, y eso, que no entendemos y en el fondo le repugna a nuestra razón práctica, nos impide a los hombres aceptar el deber de rendírselas. No pretendo que nada de lo dicho tenga la menor validez científica. Estoy dispuesto a retirarlo todo, a desecharlo como una de esas generalizaciones necias con las que tratamos de reducir, sin éxito, nuestra perplejidad ante nuestro propio comportamiento y el de nuestros semejantes. Pero a mí me ayuda a comprender por qué, aunque sabía que ella sabía y que aquello no iba a mejorar las cosas, decidí escurrir el bulto y responderle: —Perdona, no sé de qué me estás hablando.