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sábado, 15 de noviembre de 2014

LA ISLA DEL TESORO


Si no has leído La isla del tesoro (Treasure Island), es tiempo de que lo hagas, no te arrepentirás!! 
Clásico de aventuras, donde los haya, la novela de R.L. Stevenson es inolvidable y aunque  no seas niñ@,  ni adolescente,  te hará sentir joven¡¡¡¡
La afición a la lectura "se trabaja" desde la infancia y esta novela marca un hito, en ese sentido, no conozco a nadie que no haya disfrutado con las aventuras de Jim Hawkins y no haya jugado a piratas y dibujado un mapa del tesoro, tras leer a Stevenson y es que la infancia y el juego son inseparables de La isla del tesoro porque alguna vez habrás pensado en:
 ¡¡¡¡Leer para vivir, vivir para leer y sobre todo ¡ron, ron, ron...la botella de ron!!!
Y si mi alegato no te ha convencido, un fragmento de esta magnífica novela, sin duda, lo hará:

"El squire Trelawney, el doctor Livesey y algunos otros caballeros me han indicado que ponga por escrito todo lo referente a la Isla del Tesoro, sin omitir detalle, aunque sin mencionar la posición de la isla, ya que todavía en ella quedan riquezas enterradas; y por ello tomo mi pluma en este año de gracia de 17... y mi memoria se remonta al tiempo en que mi padre era dueño de la hostería «Almirante Benbow», y el viejo curtido navegante, con su rostro cruzado por un sablazo, buscó cobijo para nuestro techo.
Lo recuerdo como si fuera ayer, meciéndose como un navío llegó a la puerta de la posada, y tras él arrastraba, en una especie de angarillas, su cofre marino; era un viejo recio, macizo, alto, con el color de bronce viejo que los océanos dejan en la piel; su coleta embreada le caía sobre los hombros de una casaca que había sido azul; tenía las manos agrietadas y llenas de cicatrices, con uñas negras y rotas; y el sablazo que cruzaba su mejilla era como un costurón de siniestra blancura. Lo veo otra vez, mirando la ensenada y masticando un silbido; de pronto empezó a cantar aquella antigua canción marinera que después tan a menudo le escucharía:

«Quince hombres en el cofre del muerto... ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! ¡Y una botella de ron!» (....)"