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jueves, 7 de diciembre de 2017

EN EL PARAÍSO


"las buenas intenciones se están erosionando igual que los hocicos de las gárgolas de piedra de las cúspides de las catedrales”. Peter Mathiessen

Una reunión de israelitas, alemanes, polacos, estadounidenses y otras nacionalidades; entre los que hay judíos, católicos, agnósticos, ateos, budistas y otras religiones en el campo de exterminio de Auschwitz puede resultar explosiva; y de hecho así es.
Hurgar en la herida como método curativo....???
Una buena novela con algún exceso que se disculpa dado lo escabroso del tema y la fina pluma del escritor.

Sinopsis (Ed. Seix Barral)
La última novela del gran autor literario estadounidense Peter Matthiessen, fallecido en abril de 2014.
En el invierno de 1996, más de cien mujeres y hombres de diversa nacionalidad, cultura y creencias se reúnen en un antiguo campo de concentración nazi con un objetivo sin precedentes: un fin de semana de retiro durante el que se proponen rezar y meditar, mientras duermen y comen en las instalaciones donde los oficiales nazis asesinaron a millones de judíos.
Clements Olin ha llegado allí con la intención de completar una investigación sobre la muerte de un superviviente del campo. Al pasar los días, las tensiones políticas y personales emergen entre los participantes, y se borra cualquier esperanza de curación o conciliación. En medio de estas emociones, Olin se ve obligado a abandonar su papel de observador y aceptar la historia silenciada de su familia.

En el paraíso (fragmento)

1Ha sobrevolado toda la noche el océano procedente del Nuevo Mundo, y ha descendido desde la mirada de la luna y las rígidas estrellas hasta la lobreguez y la tumultuosa inversión térmica que envuelve a Polonia en invierno.
Un taxi lo lleva del aeropuerto a la ciudad y lo deja en una plaza vacía en donde una hilera de autobuses, aparcados muy cerca unos de otros, apunta a un muro agrietado. El taxi ya se ha ido cuando él descubre que están cerrados con llave.(El aire que hay aprisionado dentro, piensa, debe de estar todavía más frío que el de fuera.) En el café de la esquina le informan de que los autobuses que van a su destino no funcionan hasta la primavera y de que ha perdido el tren matinal  que habría podido coger si lo hubieran llevado hasta la estación; ya no habrá otro hasta la noche.
Confundido, se toma un café solo en la barra, mirando con el ceño fruncido al viajero sin afeitar que se refleja en el espejo sucio. Su anticuado polaco es a duras penas rebasado por el inglés primitivo de una pareja joven que lo ha oído preguntar cómo alquilar un coche y que ahora respalda escandalosamente la afirmación huraña del camarero de que eso le saldría demasiado caro. Preocupados por que un visitante de su hermosa tierra esté sufriendo un percance, los jóvenes se ofrecen a acompañarlo al pequeño museo que él ha mencionado: el camarero le puede guardar su vieja maleta. Por el camino podrá admirar el Palacio Real y la catedral de la colina de Wawel y la basílica de Santa María, destruida en el siglo XIII por tártaros de Asia y reconstruida en el XIV con esa extraña torre coronada.