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lunes, 6 de noviembre de 2017

EL LIBRO DE MI DESTINO


Tengo que reconocer que estos libros sobre las mujeres y las sociedades islámicas "me ponen de los nervios"...y aun así repito.
Este es un libro paradigmático de la vida en Persia/Irán desde los últimos años de Sha hasta los años posteriores a la implantación del estado islámico radical. A través de los ojos de Masumeh (adolescente al principio, mujer madura al final) desfilan todos los "tópicos" y/o realidades de un país sometido, una vez tras otra, a todas las dictaduras imaginables, todas las dictaduras malas para los hombres,  peores para  sus mujeres.
Es una novela sobre la esclavitud y la sumisión, incomprensible para cualquier persona con un atisbo de inteligencia e injustificable desde cualquier punto de vista.
Debe estar bien escrita porque me ha "cabreado" sobremanera.

Sinopsis (Ed. Salamandra)
Prohibida en varias ocasiones en su país, esta novela no sólo detenta el privilegio de ser la más popular en la historia de Irán, sino también la que ha gozado de mayor repercusión internacional. Galardonada en Italia con el Premio Bocaccio y traducida a veinticinco idiomas, retrata la vida en Teherán desde los años previos a la revolución de 1979 hasta el presente a través de la mirada de Masumeh, una mujer inquieta e inteligente criada en el seno de una familia tradicional iraní.
Masumeh tiene quince años cuando conoce a Said, un aprendiz de farmacéutico, y entre ambos nace un sentimiento intenso y difícil de esconder. La relación termina saliendo a la luz, lo que provoca una inmensa decepción en su padre y la feroz oposición de sus hermanos. Condenada a recluirse en casa y aislada del mundo exterior, la única vía de escape es un matrimonio concertado. El elegido es Hamid, un hombre afable, culto y entregado a sus actividades políticas, que casi no presta atención a su joven esposa ni a los hijos que van llegando. Así pues, a lo largo de los siguientes treinta años, Masumeh sufrirá en carne propia las radicales transformaciones que experimentará Irán hasta que, cumplidos sus deberes de madre, un giro inesperado la obligará a escoger entre la felicidad individual o salvaguardar el honor que imponen las tradiciones.
El libro de mi destino es una cautivadora historia de amor y amistad, esperanza y dolor que, a través de una singular perspectiva íntima, nos abre las puertas a la turbulenta realidad de una sociedad obstinada en relegar a las mujeres a un degradante segundo plano.

El libro de mi destino (fragmento)
"Hamid apoyó la cabeza contra mi pecho y lloró como un niño. No sé cuánto rato pasamos allí sentados, llorando, mientras él no paraba de repetir: «¿Por qué? ¿Por qué no me lo dijeron? ¿Por qué no me lo dijeron?»
Al cabo de un rato, la rabia y el dolor lo llevaron a actuar. Se lavó la cara y salió de casa como un poseso. No pude retenerlo.
—Ten cuidado, podríamos estar todos vigilados. No bajes la guardia —se limitó a decirme.
Leí el artículo del periódico: durante una operación militar, habían capturado a Charzad y algunos más, los cuales, para evitar caer en manos de la SAVAK, se habían suicidado haciendo explotar las granadas que llevaban en la ropa. Lo leí una y otra vez, como si leyéndolo desde diferentes ángulos fuera a descubrir la verdad, pero el resto del texto no hacía más que desgranar los insultos de siempre a aquellos traidores y saboteadores. Luego escondí el periódico para que Siamak no lo leyera. Mi marido regresó de madrugada, agotado y desesperado.
—Es el caos. Todas las líneas de comunicación están cortadas —dijo, tumbándose en la cama sin desvestirse.
—Pero tienen tu número. Si es necesario, te llamarán.
—Entonces, ¿por qué no han telefoneado aún? Hace más de un mes que nadie se pone en contacto conmigo. Yo estaba al corriente de la operación, tendría que haber participado en ella, me habían entrenado. No sé por qué me dejaron fuera. Si hubiera estado allí, nada de esto habría pasado.
—¿Estás diciendo que te habrías enfrentado solo a todo un ejército y que habrías salvado a tus compañeros? Si hubieras estado allí, también te habrían matado. —Y pensé: «¿Por qué no lo incluyeron ni le dijeron nada? ¿Fue idea de Charzad? ¿Lo excluyeron para proteger a su familia?»
Transcurrieron dos o tres semanas. Hamid, muy nervioso, se pasaba el día fumando a la espera de noticias, y cada vez que sonaba el teléfono daba un brinco. Hizo lo posible para localizar a Mehdi y los otros miembros clave del grupo, pero no había ni rastro de ellos. A diario llegaban noticias de nuevas detenciones. Volvió a repasar todas las rutas de huida. En la imprenta hubo una purga y despidieron a varios empleados. Todos los días se producían sucesos e incidentes; el peligro estaba en el aire. Vivíamos cada segundo pendientes del desastre. "