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sábado, 7 de octubre de 2017

LA ÚLTIMA NOCHE EN TREMORE BEACH


RESEÑADO por Dani Tavares para LIBROS,  el 20 de Agosto de 2014.
Bueno, pues me he acabado "La última noche en Tremore Beach" de Mikel Santiago y la verdad es que no deja de ser una novelita ágil, simpática muy cinematográfica y con sus dosis de misterio pero ya está, parece ser que en verano nos relajamos y bajamos mucho el listón porque sino no entiendo las maravillosas críticas a esta novela, la verdad bastante del montón y simplona, que he leído estos últimos días.

Sinopsis (Ediciones B)
Un compositor que ha perdido la inspiración.
Una casa aislada en una playa irlandesa.
Una noche de tormenta que puede cambiarlo todo.
Peter Harper es un prestigioso compositor de bandas sonoras que, tras un traumático divorcio, se refugia en un rincón perdido de la costa de Irlanda para recuperar la inspiración. La casa de Tremore Beach, aislada en una enorme y solitaria playa, parece el lugar indicado para lograrlo. Todo parece perfecto... hasta que llega la noche de la gran tormenta.

La última noche en Tremore Beach (fragmento)

1El temporal, que algún agente del servicio de meteorología amante de lo bíblico había bautizado como el Luzbel, llevaba días anunciándose. Iba a ser un tanto excepcional incluso para Donegal, así que ojo: quizá volasen algunas tejas, o alguna farola del tendido eléctrico. El tipo de Radio Costa nos avisaba cada sesenta minutos: «Llenen el depósito de sus generadores. ¿Cómo van de congelados? ¿Latas de judías en tomate? ¿Suficientes? Y tampoco se olviden de comprar velas y cerillas. Y para los que viven muy cerca de la costa, amarren bien sus botes. Y si pueden, saquen los veleros a dique seco por una noche».
Esa misma mañana habían avisado de vientos de cincuenta y cinco nudos y recomendaron evitar la conducción en carretera a partir de la media tarde. También recomendaron prepararse para fuertes lluvias e inundaciones en el interior. En cuanto a las casas de la costa, todo el mundo se preparaba para una noche de mil demonios.
Yo había ido a Clenhburran bien temprano para hacer unos recados y compras de última hora. Clenhburran era el único pueblito en varias millas a la redonda, lo cual significa mucho cuando todo lo que te une al mundo exterior es una tortuosa y estrecha carretera entre rocas y acantilados.
La primera tarea de mi lista aquella mañana era llevar a reparar mi segadora en el almacén de John Durran.