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martes, 5 de diciembre de 2017

LOS BASTARDOS DE PIZZOFALCONE


Segunda entrega de la serie de novelas protagonizadas por Giuseppe Lojacono,  inspector de policía en Nápoles.

Me gusta como escribe Maurizio de Giovanni, me gustan sus personajes oscuros y ese mundo italianísimo en el que se mueven. Si me conquistó con el personaje de Ricciardi, ahora lo está haciendo de nuevo con este inspector Lojacono, sospechoso, introvertido, atractivo y sagaz.
La primera novela de la serie no despejó ninguna incógnita pero con esta de sugerente título parece que el "panorama" empieza a aclararse.
Líos de familia, líos policíacos, y un nuevo equipo que puede dar mucho juego. Me la he leído en un suspiro y seguiré la pista de Lojacono y su equipo donde quiera que la imaginación del autor les lleve, nos lleve¡¡¡¡

Sinopsis (Ed. Reservoir Books)
Pizzofalcone es un distrito de Nápoles que empieza en los barrios españoles y llega hasta el mar. Un distrito muy poblado en el que conviven varios estratos, desde el bajo proletario a la aristocracia. En la comisaría del distrito está destinado Giuseppe Lojacono, el inspector de origen siciliano que fue acusado de vender información a la mafia y para quien Nápoles debía servir de correctivo.
El nuevo equipo de investigación también acaba de aterrizar en la comisaría: los llamados «bastardos». Seis policías que han sido enviados allí para sustituir a agente corruptos. Cuando hombres y dos mujeres que aman su trabajo como quien ama a una amante peligrosa. Pero esa no es la única peculiaridad que comparten estos antihéroes: todos tienen algo que ocultar o que hacerse perdona y nada que perder. Por eso, cuando una dama de la alta sociedad, Cecilia De Santis, aparece brutalmente asesinada en su elegante apartamento de la playa, se vuelcan en la investigación con sorprendente celo.
El macabro hallazgo obliga al inspector Lojacono a instalarse en el barrio marítimo para esclarecer el asesinato. Sus colegas Romano y Di Nardo intentan averiguar por qué una hermosísima joven nunca sale de casa y el viejo Pisanelli persiste en su obsesión por una serie de suicidios sospechosamente parecidos. El melancólico Lojacono y sus secuaces se proponen desentrañar las claves de todos estos asuntos en un Nápoles abatido por una tormenta de lluvia y salobre, y, en el durante, luchan por mantenerse a flote en su vida privada. ¿Saldrán airosos de su propósito?

Los bastardos de Pizzofalcone (fragmento)

1

Mar.
Mar en el aire. Mar en la calle.
Mar en el cielo, hasta las ventanas cerradas de los pisos más altos.
Mar en los oídos, amortiguando el zumbido del viento.
Mar en las rocas, rompiéndose a sí mismo con gritos roncos.
Mar en gotas, mar que vuela. Mar que bulle.
Se parece a tu maldita nieve, ¿sabes? Que se agita, que confunde, que por un momento impide ver el panorama y luego se posa en el fondo.
Aunque, bien pensado, no siempre en el fondo. A veces de costado. Esta vez, de costado. Se queda mirando mientras se pone de costado, despacio. Al otro lado.
Una sola persona en la calle. Yo. Por lo demás, a esta hora y con este tiempo, ¿a quién se le ocurriría salir a la calle? Y arriesgarse a ser arrastrado lejos por el viento, hasta quién sabe qué isla.
Ojalá.
No puedo creer que lo haya hecho. Pero sí, lo hice. No quería, no lo tenía planificado. Creía que hablaríamos, que ya estarías convencida. Que dirías: Está bien, lo he entendido. Que dirías: De acuerdo, tienes razón, tú ganas. Lo dejamos, me voy.
Creía que no me costaría demasiado conseguir que entraras en razón. Pero… no hubo manera. Qué terca eres.
Eras.
Dios, cuánto mar en el aire. Y qué ruido. Me ensordece. Me confunde.
Tenía que hacerlo; lo sabes, ¿no? Era necesario.
Porque el amor es así. Puedes disimularlo durante mucho tiempo, ocultarlo tras las miradas y los gestos cotidianos. Puedes tenerlo ahí, en silencio, cultivarlo como una planta; pero el día en que decides sacarlo a la luz del sol, entonces ya no lo dominas. Manda él. Manda el amor. Decide por ti, se abre como una flor hermosa, exige todo el espacio.
En cambio tú, nada. No quisiste dejarle un espacio al amor. No quisiste dar ese paso. Peor para ti.

sábado, 25 de noviembre de 2017

Y TODO A MEDIA LUZ


Séptima entrega de la serie de novelas protagonizadas por Luigi Alfredo Ricciardi, comisario de la brigada móvil de la Real Jefatura Policía de Nápoles en los años 30.

Me encanta Maurizio de Giovanni y me encanta su comisario Ricciardi¡¡¡
Dicho esto, he de aclarar que el mayor mérito de las novelas de esta serie no es la complicación de las tramas, ni siquiera, la dificultad en resolver los casos; lo que más me gusta es la recreación del ambiente, la política, las relaciones y la vida en Nápoles años 30.
Tienen estas novelas y sus personajes un "no sé qué" que me atrapa y hace que las termine en un "abrir y cerrar de ojos". He disfrutado mucho, aun habiendo dejado a Ricciardi en una situación que no me gusta, no me gusta nada¡¡¡

Sinopsis (Ed. Lumen)
Corre el año 1932. Ha llegado la primavera a Nápoles, y las calles se llenan de gente dispuesta a estrenar vestidos ligeros y pamelas, pero Ricciardi está demasiado ocupado resolviendo un nuevo caso como para percatarse de que el aire es ahora más ligero: Rosaria, una joven de veinticinco años, ha sido asfixiada en su habitación del famoso burdel Paraíso con una almohada. Allí la encuentran Ricciardi y su inseparable ayudante Maione, descompuesta entre las sábanas, con signos evidentes de asfixia, pero sin otras heridas que puedan delatar al asesino. Al parecer, tampoco falta nada importante que pueda hacer pensar en un robo, y el asunto se complica...
Muy pronto Ricciardi y Maione descubren que Rosaria era una prostituta muy especial, tanto que la llamaban Víbora. Su belleza y sus artes amatorias eran conocidas en toda la ciudad, hasta el punto de que Sergio Ventrone, un distinguido caballero, estaba pagando sus servicios en exclusiva, y Giuseppe Coppola, un joven repartidor de fruta, estaba dispuesto a casarse con ella. Giuseppe fue el último hombre que la vio viva, y Ventrone el primero que la vio muerta: ¿quién más la vio entre una visita y otra?
Al final el caso tendrá una resolución insólita, pero el lector descubrirá una vez más que el amor y el hambre están siempre ligados a las muertes violentas, y quien mejor sabe hilvanar estas pasiones es Maurizio de Giovanni.

Y todo a media luz (fragmento)

1

Un centenar de metros separaba la jefatura de policía de El Paraíso, la parte final de la vía Toledo y un tramo de la vía Chiaia. La hora era complicada: las aceras muy concurridas, las tiendas abiertas y el aire suave de las primeras horas de una tarde primaveral que invitaba a dar un paseo. Ricciardi y Maione avanzaban con dificultad entre el gentío, tratando de no perder de vista a la vieja que los precedía moviéndose sobre las piernas zambas con sorprendente agilidad, seguidos por los guardias Cesarano y Camarda, que no dejaban de intercambiar miradas pícaras. Habían empezado el intercambio cuando Maione les comunicó la dirección y ya no habían parado.
Ricciardi no se fiaba de la primavera. No había nada peor que las ventanas que se abrían, que el aire suave, el perfume a bosque y a mar que el viento traía de Capodimonte o del puerto. Tras el invierno de silencios, de calles gélidas azotadas por la tramontana, de sabañones y lluvia helada, las pasiones habían acumulado tanta energía destructiva que no veían la hora de eructar su desorden.


martes, 3 de octubre de 2017

EL OTOÑO DEL COMISARIO RICCIARDI


Cuarta entrega de la serie de novelas protagonizadas por el Comisario Ricciardi.

RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 23 de Junio de 2014.
El cuarto libro de la serie del comisario Ricciardi. Iban para 4 y se ve que lleva 8 o 9...
Se leen en orden estacional y es imprescindible seguirlo para entender los personajes. No hacerlo estropea la historia.
Una serie que ha ido decayendo, sin estropearse del todo, con el paso de los libros. Buenas historias pero personajes muy 'lentos' y es una pena.
Tiene una oportunidad ni que sea por la originalidad y el contexto histórico. Luego, cuestión de gustos.

Sinopsis (Ed. Lumen)
El Día de Todos los Santos de 1931 se acerca y en Nápoles llueve como si el cielo quisiera acompañar la tristeza del momento. A primera hora de la mañana, sentado en los peldaños de una escalera que lleva a Capodimonte, alguien descubre el cadáver de un niño: el pequeño cuerpo permanece sentado, dignamente compuesto, y a su lado descansa un perro.
Los trapos que cubren el cuerpo del chiquillo y su rostro consumido hablan por sí solos de miseria y soledad. Un investigador cualquiera habría pensado en una muerte natural por inanición, pero el comisario Ricciardi intuye que algo no encaja en las investigaciones rutinarias, y la autopsia no hace más que confirmar sus sospechas.
¿Quién puede haber querido matar a una criatura sin hogar y sin bienes que repartir? Empiezan los interrogatorios, las preguntas van desfilando, y cuando todo acabe las callejuelas de Nápoles ya no serán las mismas: algo frágil y poderoso como la misericordia ronda la ciudad y se queda en las manos del lector.
La serie del comisario Ricciardi fue elegida como una de las mejores del 2012, gracias a la solidez de las tramas y a la espléndida ambientación de estas novelas. Admirado por la crítica y el público italianos, y conocido ya en muchos países europeos, Maurizio de Giovanni es uno de los valores emergentes de la novela negra europea, digno compañero de Camilleri y Vázquez Montalbán.

El otoño del Comisario Ricciardi (fragmento)

2

Lunes, 26 de octubre de 1931 – IX
La llamada llegó a las seis y media, una hora antes de que terminara el turno de noche.
A Ricciardi no le disgustaba quedarse en la jefatura cuando le tocaba; casi siempre eran horas tranquilas en las que podía entregarse a la lectura o a un agradable duermevela en el sofá del cuarto contiguo a su despacho. Era bastante raro que el reposo o las reflexiones se viesen interrumpidas por un agente que llamara a la puerta, pidiendo su intervención.
Los delitos ocurren de noche, pero se descubren a lo largo de la mañana; la hora peligrosa era precisamente esa, cuando la luz del día levantaba el velo de las infamias que la oscuridad había ocultado la noche anterior.
Ricciardi acababa de lavarse en la pila del final del pasillo cuando vio al sargento Maione subir con fatiga el último tramo de escaleras.
—Comisario, no podían esperar a que terminara nuestro turno, claro que no. Hemos recibido una llamada telefónica, un señor del Tondo di Capodimonte. Dice que se ha encontrado allí a una lechera con una cabra llorando.
Ricciardi consideró la cuestión mientras se secaba las manos.
—¿Y ahora también nos llaman cuando las lecheras lloran? Por cierto, ¿quién llora, ella o la cabra?
Maione tendió los brazos, jadeando todavía tras haber subido las escaleras corriendo.

martes, 26 de septiembre de 2017

EL MÉTODO DEL COCODRILO


Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Giuseppe Lojacono,  inspector de policía en Nápoles.
Atención¡¡¡¡ Ricardo Cortat, Nuria Moragues, Noelia Vallina......y otr@s apasionados de la negra-mediterránea (entendida como la producida en el sur de Europa), aun no habíamos terminado de "cogerle el punto" al intenso comisario Ricciardi y......., Maurizio de Giovanni nos sorprende con un nuevo personaje y una nueva serie de novelas, cuyo ambiente se refleja en este párrafo:
"...Esto es Nápoles como nunca se había visto antes. Una ciudad caótica cuyos callejones arrojan sombras y ecos de pasos inciertos....."
Giuseppe Lojacono es un policía siciliano que ha sido desterrado a Nápoles, sus problemas personales y su carácter enigmático no le granjean, precisamente, simpatías en su nuevo destino en el que su único amigo (desterrado como el) le apoda "Montalbano", una novela en el Nápoles contemporáneo, que tiene posibilidades de cuajar un nuevo protagonista para la novela negra del sur de Europa.
Recomendable¡¡

RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS,  el 12 de Febrero de 2015.
De Giovanni pasa del Nápoles fascista al actual pero el ambiente, las personas, las maldades cambian poco. Los mismos perros con distintos collares. Lo salva la historia pero debería cambiar el decorado porque corre el riesgo de encasillarse.
Leed la reseña completa en el siguiente enlace:
https://www.evernote.com/shard/s67/sh/b8898ec4-daeb-44bd-91ae-3855a6ee4568/e85efd4558cdd66221fcc03059c5d80e

Sinopsis (Ed. Literatura Random House)
La historia de un inspector, unos misteriosos asesinatos y la corrupción de la policía y la mafia en Italia. Un nuevo capítulo en la eterna lucha entre el bien y el mal. M. de Giovanni, ya conocido por el publico por el personaje Ricciardi, crea un nuevo personaje, tenebroso y tremendamente humano, destinado a marcar el corazón de los lectores
Esto es Nápoles como nunca se había visto antes. Una ciudad caótica cuyos callejones arrojan sombras  y ecos de pasos inciertos. Los napolitanos viven absortos por sus preocupaciones cotidianas, de espaldas a la comunidad. En esta atmósfera un asesino puede cometer sus crímenes con bastante soltura, pasar desapercibido entre la multitud y volverse prácticamente invisible. Tres jóvenes que aparentemente no tienen nada en común aparecen muertos tras haber recibido un tiro mortal, a modo de ejecución. El inspector Giuseppe Lojacono acaba de ser transferido de Sicilia a Nápoles tras verse implicado en un turbio caso con la mafia. Arrastrado por su instinto y por circunstancias personales difíciles, se propone descubrir quién está detrás de los asesinatos. En su empeño se verá acompañado por la joven y atractiva magistrada Laura Piras, que ha oído hablar de la increíble habilidad de Lojacono, de su capacidad de observación y deducción.Las primeras investigaciones señalan a un asesino frio y metódico, que la prensa ha bautizado como"El Cocodrilo"porque, al igual que el reptil, es una máquina de matar perfecta y despiadada. Y al igual que el animal, cuando devora a sus propias víctimas, llora, pero las suyas son... lágrimas de cocodrilo. En el origen de estos asesinatos se descubrirá un dolo arraigado y ancestral, una culpa que no ha sido purgada y un amor que todo lo consume.

El método del cocodrilo (fragmento)

1

La Muerte entra por la vía tres a las ocho y catorce, con siete minutos de retraso.
Se confunde entre los viajeros, zarandeada por mochilas y bolsos, por carritos y maletas indiferentes a su frío aliento.
La Muerte camina vacilante, defendiéndose de las prisas ajenas. Ahora se encuentra en la gran sala de la estación, rodeada del griterío de los chicos y el olor a cucuruchos derretidos. Mira a su alrededor, con gesto rápido se seca una lágrima que se desliza por debajo de la lente izquierda, y el pañuelo vuelve al bolsillo superior de la chaqueta.
En medio de todas las tiendas nuevas, busca la salida para huir del ruido y del gentío. No reconoce el lugar, después de tantos años todo ha cambiado. Lo ha preparado todo punto por punto; la búsqueda de la salida será su único momento de vacilación.
Nadie la ve. Los ojos de un muchacho que fuma recostado en un pilar la recorren como si fuera transparente. Es una mirada clínica: nada llama la atención, los zapatos viejos y el traje pasado de moda dicen tan poco como las gafas fotocromáticas y la corbata oscura. Los ojos van más allá, se detienen en el bolso abierto de una señora que habla por el móvil y gesticula frenética. Nadie más ve a la Muerte cuando cruza insegura el vestíbulo de la estación.
Ya está fuera, al aire libre. Huele a humedad, a gas. Ha dejado de llover hace poco, la acera está embarrada y resbaladiza. Un rayo de sol se abre paso, la Muerte entrecierra los ojos ante el destello imprevisto y se seca otra lágrima. Mira a su alrededor y ve el aparcamiento de taxis, avanza arrastrando un poco los pies.
Se sube a un coche destartalado. Huele a humo rancio, el asiento está desfondado. Murmura la dirección al conductor, que la repite en voz alta para confirmarla, mientras arranca con una sacudida y se incorpora al tráfico sin ceder el paso. Nadie protesta.
La Muerte ha llegado a la ciudad.

jueves, 7 de septiembre de 2017

CON MIS PROPIAS MANOS. La navidad del comisario Ricciardi


Quinta entrega de la serie de novelas protagonizadas por el comisario Ricciardi.

Cuando pensábamos que nos quedaríamos en las "cuatro estaciones, de Giovanni se descuelga con una nueva novela protagonizada por este comisario que "ve muertos", esta novela titulada Con mis propias manos, lleva por subtítulo La navidad del comisario Ricciardi y en ella se investiga un doble crimen perpetrado cuando Nápoles prepara la Navidad de 1931.
Me gusta Ricciardi y el planteamiento de las novelas es original y con un toque de oscuridad que les sienta muy bien.

RESEÑADO por Ricardo Cortat para LIBROS, el 8 de Octubre de 2014.
La Navidad fascista de 1931 según el alma atormentada del comisario Ricciardi.
Creo que me gusta más el concepto general de la serie de libros que la presentación final y aún así, tiene un toque que consigue atraerme.
Lo hace gracias a la atmósfera que envuelve la novela pero lo que realmente me engancha es la presencia de ese forense políticamente incorrecto. Y suerte, porque el personaje de la 'tata' del comisario se me hace muy cuesta arriba.
A destacar el pesebre navideño y su simbología y que es mejor haber comido antes de leer la novela. Así nos ahorraremos los rugidos incómodos de cierta parte de nuestra anatomía.
Me encanta la escena final. Si la novela fuera una ópera sería una obra verista, esas tramas sórdidas y esos personajes de baja clase social, pero cuyo final es... inesperado.

PD. Es el quinto libro de una serie. Sería lo suyo haber leído los 4 anteriores.

Sinopsis (Ed. Lumen)
El sargento Raffaele Maione caminaba muerto de frío, preguntándose por enésima vez a quién se le habría ocurrido cometer un asesinato cuando faltaba una semana para la Navidad...
Es una mañana gris de diciembre de 1931, se acercan las fiestas de Navidad, y Nápoles es una ciudad famosa por sus belenes. Justo en esta ápoca tan especial del año, y mientras el régimen fascista de Mussolini se afana en demostrar un absoluto control sobre la delincuencia para que el ciudadano de a pie se sienta seguro, de repente el comisario Ricciardi tiene que resolver un doble crimen: Emanuele Garofalo, jefe de una milicia, y su esposa Costanza han sido brutalmente asesinados.
Ricciardi, tras oír como de costumbre las últimas palabras de los dos muertos, arranca la investigación de la mano del inseparable Maione, pero lo único que tiene entre manos son los pedazos de una figurita de San José, que alguien tiró al suelo con vehemencia...
Mientras tanto, en la penumbra, hay dos mujeres que pelean por el corazón del comisario, y cada cual lo hace a su manera, buscando al hombre que se esconde tras unos ojos verdes, tristes y fríos.

Con mis propias manos (fragmento)

"Las manos asesinas se mueven tranquilas en la penumbra.
No guardan memoria de la sangre derramada.
Mezclan la cola en el cacillo sobre el fuego para evitar que forme grumos. Una de ellas sujeta el mango, la otra revuelve despacio, en el sentido de las agujas del reloj; al paso de la cuchara de madera, la cola se junta enseguida como un mar denso.
Ahora las manos asesinas palpan la estructura de madera, comprueban las juntas, sondean su resistencia. Notan que un ángulo no está bien clavado, toman un martillo y lo remachan atentas, precisas.
Regresan al cacillo, lo inclinan un poco sin alejarlo de la llama. Tocan el corcho, lo sopesan, valoran las dimensiones de las piezas, la curvatura de las cortezas. Saben que la preparación del material y la calidad de los componentes son lo más importante, y que no caben errores.
Las mismas manos que abrieron la carne con un solo movimiento limpio se acercan a las figuras, dispuestas en fila sobre la mesa. Las cuentan de una en una, las colocan en riguroso orden de importancia: primero los elementos arquitectónicos, columnas, templos en ruinas, cobertizos y casas; a continuación los objetos, mostradores de carnicerías y pescaderías, carruajes, carros de fruta y embutidos, sillas, muebles. Luego los animales, ovejas de varios tamaños para dar una idea de la profundidad, caballos, vacas, gallinas, gallos y pollitos. Y también camellos, elefantes, avestruces, en una incongruente casa de fieras, en la frontera de tradiciones y cuentos que trascienden continentes y naciones."

miércoles, 23 de agosto de 2017

EL VERANO DEL COMISARIO RICCIARDI


Termino El verano del comisario Ricciardi, con la esperanza de poder leer el otoño pronto....
Se trata de un personaje tan bien construido,  con ese punto oscuro y misterioso que todo detective debe tener, con compañeros y ayudantes interesantes; con vida personal complicada e intereses varios....en fin, un personaje que gana con cada novela que leo.
Si les gusta la novela negra, aquí tienen un personaje para disfrutar de ella¡¡

El verano del comisario Ricciardi (fragmento)

2


Al comisario Luigi Alfredo Ricciardi no le disgustaba trabajar en domingo; esa era otra de sus rarezas. Sus colegas escurrían el bulto con mil pretextos, durante el reparto de turnos surgían madres enfermas que cuidar, antigüedad en el puesto, necesidades familiares convenientemente exageradas; cualquier excusa era buena con tal de ahorrarse trabajar el día en que toda la ciudad tenía fiesta.
Por el contrario, Ricciardi callaba, como siempre, y, como siempre, le tocaba lo peor. No por ello se ganaba la benevolencia de sus compañeros, que no perdían ocasión para murmurar a sus espaldas.
Solitario, con las manos en los bolsillos, perpetuamente sin sombrero incluso en invierno, no participaba en las fiestas, en los brindis, no se lo veía nunca en ningún encuentro. Dejaba pasar las invitaciones, no trababa amistades y no se abría a las confidencias. Los ojos verdes destacaban en la cara morena, llevaba siempre en la frente un mechón de pelo que echaba hacia atrás con un gesto seco. Era de pocas palabras y soltaba frías ironías que no todos captaban. A pesar de todo, su presencia llamaba la atención.

LA PRIMAVERA DEL COMISARIO RICCIARDI


"Si pudiera decirlo, lo diría así: me llamo Luigi Alfredo Ricciardi,
y veo a los muertos..."

He dejado a Ricciardi en Primavera con el deber cumplido y una leve esperanza en el corazón, aunque el todavía no lo sabe....Me ha gustado, si cabe, más que el primer título de la serie.
Creo que iré a por el verano.....

La primavera del comisario Ricciardi (fragmento)

1

"Nadie podía saberlo, pero aquella tarde cayó la última lluvia del invierno. La calle reflejaba la tenue claridad de las farolas colgantes, quietas en el aire sin viento. A esa hora de la tarde la única luz provenía de la barbería. En el interior, un hombre sacaba brillo al latón de un espejo.
Ciro Esposito tenía un férreo orgullo profesional. Había aprendido el oficio de niño, barriendo toneladas de pelos del suelo del local que había pertenecido a su abuelo, y después a su padre, tratado ni más ni menos que como los demás empleados, antes bien con algún que otro bofetón cuando tardaba un segundo de más en tender la navaja o un paño húmedo. Pero le había servido. Ahora, como entonces, su salón contaba con clientes no solo del barrio de Sanità, sino también de la lejana Capodimonte. Mantenía con ellos una magnífica relación: sabía bien que al barbero se iba no solo para cortarse el pelo y afeitarse, sino sobre todo para librarse durante un rato del trabajo y la esposa, y en algunos casos, incluso del partido. Había desarrollado esa sensibilidad especial que le permitía conversar guardando silencio y disponer siempre de un comentario sobre los temas preferidos de la gente."

EL INVIERNO DEL COMISARIO RICCIARDI


Primera novela de la serie protagonizada por Luigi Alfredo Ricciardi, comisario de la brigada móvil de la Real Jefatura Policía de Nápoles en los años 30.

Lo bueno que tienen los amigos lectores es que, cuando menos lo esperas, te sugieren un nombre y te pierdes en sus páginas con la emoción de la primera novela negra que has leído.
El invierno del Comisario Ricciardi me ha durado poco, muy poco, por eso ya estoy inmersa en su Primavera.
Un antihéroe oscuro y platónicamente enamorado, que tiene muchas posibilidades de hacerse un hueco entre los detectives de mi vida¡¡¡
Gracias Ricardo Cortat¡
Muy, muy recomendable¡¡¡

Y esta es la recomendación de mi amigo Ricardo Cortat, realmente recomienda la serie completa, pero habrá que empezar por el principio:

RECOMENDADOS por Ricardo Cortat a LIBROS, el 3 de Septiembre de 2013.
Tropecé con el comisario Ricciardi, un napolitano de los años 30 del siglo pasado.
¡Madre del amor hermoso! Nos dejamos llevar por el vellocino de oro nórdico y resulta que los dioses verdaderos, como si no lo supiéramos, nacen a las orillas del Mediterráneo.
Estoy locamente entregado a ese hombre con un secreto oscuro y con el pensamiento que los asesinatos solo se comenten por hambre o por amor.
No diré que es imprescindible leer 'el invierno del comisario Ricciardi' (acabo ya la 'primavera') pero ¡ya tardáis!

El invierno del comisario Ricciardi (fragmento)

2 "Luigi Alfredo Ricciardi era delgado, de estatura media. De tez oscura, los ojos verdes destacaban en la cara; el cabello negro, peinado hacia atrás con brillantina, a veces dejaba suelto un mechón que le cruzaba la frente y que él colocaba en su sitio distraídamente, con gesto brusco. La nariz era recta y fina, como los labios. Las manos pequeñas, casi femeninas, nerviosas, siempre en movimiento. Las llevaba metidas en los bolsillos, consciente de que traicionaban su tensión, sus emociones.
No necesitaba trabajar, podría haber vivido de las rentas de su familia, de las que no se ocupaba demasiado. Y, tal como le recordaba algún pariente en las contadas ocasiones en que lo veían por el pueblo en verano, debería haber frecuentado el trato de una sociedad más en consonancia con su apellido. Pero él ocultaba tanto sus rentas como su título, para pasar lo más inadvertido posible y seguir con la vida que había elegido, o mejor dicho, que lo había elegido. Me gustaría veros, les habría dicho a los parientes de haber podido, sintiendo todo ese dolor constante, perenne, de todo tipo, ese dolor que os pide paz, os reclama justicia desde siempre, todos los días."