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domingo, 21 de enero de 2018

ARENAS MOVEDIZAS


En esta novela todo se sabe desde el comienzo, cuantos murieron, donde murieron, quien les mató y, sin embargo mantiene la atención a lo largo de todo el relato.
No voy a decir que sea una obra maestra pero si es un excelente thriller judicial que se lee con gusto.

Sinopsis (Ed. SUMA)
«La última sensación nórdica.»
Time
Elegido mejor libro de suspense del año en Suecia.
Un crimen en un instituto de élite. Una única acusada.
Todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario.
La masacre en una escuela de uno de los barrios más lujosos de Estocolmo ha sacudido Suecia. Maja Norberg es detenida por su implicación en el ataque, en el que murieron su novio y su mejor amiga. Pero ¿cómo llegó una chica brillante y popular a convertirse en la adolescente más odiada del país?
Maja era una niña rica que cumplía con lo que se esperaba de ella. Hasta que conoció a Sebastian Fagerman, hijo del multimillonario más poderoso de Suecia. Sebastian era deslumbrante y peligroso, y Maja se sintió atraída hacia él como una polilla hacia la luz. Viajes, barcos, fiestas de lujo, sexo y drogas. ¿En qué momento perdió el control?
Tras nueve interminables meses en prisión, por fin ha llegado el momento de comparecer ante el tribunal. ¿Es Maja una asesina a sangre fría o solo una niña extraviada que ahora ha perdido también a aquellos a quienes amaba?

Arenas movedizas (fragmento)

Junto a la fila izquierda de mesas yace Dennis con su indumentaria de costumbre: camiseta de publicidad, tejanos baratos y zapatillas de deporte sin atar. Dennis es de Uganda. Dice que tiene diecisiete años, pero parece un gordo de veinticinco. Está estudiando el bachillerato de Artes y Oficios y vive en Sollentuna, en unas instalaciones para gente como él. A su lado ha caído Samir, de costado. Samir y yo vamos a la misma clase porque él consiguió entrar en la especialización que el instituto ofrece en economía internacional y educación cívica.
En la tarima está Christer, tutor de la clase y autoproclamado utopista. Su taza se ha volcado en la mesa y las gotas de café van cayendo en su pernera. Amanda está sentada a poco más de dos metros de allí, reclinada contra el radiador de debajo de la ventana. Hace unos minutos toda ella era cachemira, oro blanco y sandalias. Los pendientes de diamantes que le regalaron cuando nos confirmamos siguen brillando bajo el sol de principios de verano. Ahora da la impresión de que va llena de barro. Yo estoy sentada en el suelo en el centro del aula. En mi regazo tengo a Sebastian, hijo de Claes Fagerman, el hombre más rico de Suecia.
Las personas de aquí dentro no encajan las unas con las otras. La gente como nosotros no suele mezclarse. Quizá en el andén del metro durante una huelga de taxis, o en el vagón restaurante de un tren, pero no dentro de un aula.
Todo apesta a huevo podrido. El aire es gris y nebuloso por el humo de la pólvora. Todos han sido abatidos excepto yo. Yo no tengo ni un moratón.
Vista principal de la causa B 147 66
La Fiscalía y otros contra Maria Norberg
Semana 1 del juicio, lunes