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domingo, 27 de agosto de 2017

GRITOS ANTES DE MORIR



RESEÑADO por Marie-Loup Raffestin para LIBROS, el 13 de Abril de 2013.
Acabo de terminar "Gritos antes de morir" de Laura Falcó Lara.
Es un libro que reúne veintisiete relatos de terror que tratan de temas como los fantasmas, la reencarnación, los objetos con viva propia, las premoniciones y otros cuantos. Son temas explotados una y otra vez en los libros o las películas de terror, pero la autora consigue apropiárselos y ofrecernos relatos con personalidad a falta de ser originales.
Como en cada libro de relatos, hay unos muy buenos y otros más flojos, pero en general disfruté leyéndolos. Pero lo que me hizo falta es una buena ambientación. La autora cuenta los relatos de una manera muy concisa y si se podría agradecer en otros géneros, en el del terror no funciona.
En mi opinión, una buena ambientación es fundamental para pasar miedo, como por ejemplo en los relatos de Poe o Lovecraft. Aún así, es un libro recomendable para los amantes del género.
No es un libro inolvidable pero es muy entretenido.

Gritos antes de morir (fragmento)

“Si no estuvo allí, ¿dónde pudo estar? ¿Quién era aquel extraño hombre? Y, lo más importante, ¿Qué se suponía que era el diabólico libro? Angustiado y sin rumbo, Tom pasó toda la mañana dando vueltas por la ciudad procurando aclarar sus ideas. Primero intentó tirar el libro al río, luego trató de abandonarlo, pero a los pocos minutos el horrible tomo volvía a aparecer junto a él. Entonces, cuando ya estaba al borde de la desesperación, lo vio. Estaba allí, sentado en un banco del parque, fumando un cigarrillo y mirándole fijamente. Era él, el hombre canoso de aspecto siniestro que le había vendido aquel condenado libro. Sin pensarlo dos veces corrió hasta él y, empuñando el volumen como si de un cuchillo se tratase, lo arrojó sobre sus muslos.
-¿Por qué me dio esa monstruosidad? ¡No la quiero! ¿Me oye? ¡Ya se la puede quedar! –dijo, completamente fuera de si.
-Lo siento, pero se lo avisé: «Si empieza no podrá parar». ¿Recuerda? –dijo, mientras solevantaba dispuesto a irse.
-¡Me da igual que me lo dijera! ¡No quiero este libro Y además …¿quién es usted? Ronald dice que no le conoce.
Fue en ese momento cuando Tom vio en los ojos de aquel enigmático personaje algo que le aterrorizó. Al igual que el libro maldito, el ser que estaba frente a él no era de este mundo. Sus ojos eran el reflejo de la maldad, del pesar, de la agonía, del mismísimo infierno”