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viernes, 22 de diciembre de 2017

Mãn


En un suspiro he leído esta novela de Kim Thúy, una suerte de biografía poética de una joven refugiada vietnamita, su vida y la vida de su madre, su viaje de Saigón a Canadá, la experiencia, sus sentimientos y su cocina.
Mãn relata su vida y la tristeza del exilio, el descubrimiento del amor, la culpa, la maternidad, la amistad y otra forma de vivir (no en este orden).
No es una novela sentimental pero muestra tan profundos sentimientos que alguna lágrima se escapa ante la belleza de la prosa de Thúy.
Me ha encantado!

Sinopsis (Ed. Periférica)
Oriente-Occidente. Saigón-Montreal. Es el trayecto de Mãn, una joven refugiada a la que su madre quiere proteger casándola con el propietario de un restaurante vietnamita también exiliado en Canadá. Mãn ha aprendido a crecer sin sueños, a vivir sin necesitar apenas nada en apariencia. Pero en la cocina, cuando reinterpreta las sencillas recetas de su infancia, las emociones se desatan: el jugo del tomate recuerda el sufrimiento de un pueblo, un postre acerca dos culturas distintas, el modo tradicional de cortar un pimiento tiene mucho que decir sobre el arte de la seducción.
En un sutil vaivén entre pasado y presente, entre el aquí y el allá, Kim Thúy dibuja un hermoso mosaico en el que se mezclan la memoria, el amor y ese extrañamiento (una forma distinta de acceso al saber) que produce el vivir muy lejos del lugar del que procedemos.

Mãn ha sido recibida así por la crítica:
«El amor y la comida se conjugan en una pequeña trama construida por signos y palabras trazados con una rara elegancia» (Le Soir); «Kim Thúy transmite la magia de una cultura que se expresa con una sencillez evocadora» (L’Express); «Un himno a la amistad y el amor» (Le Figaro); «Maravillosamente escrito» (Métro); «Kim Thúy sabe seducir perfectamente a sus lectores con la dosis justa de nostalgia y de levedad, de libertad y de memoria viva» (Lire); «Poética y delicada. Una novela sobre la sutileza de algunos rituales y el gusto de compartir» (La Vie); «Una narración con la delicadeza de las flores de loto» (Ouest-France); «De una sutileza y una poesía desconcertantes» (Nice Matin); «Un libro desbordante de humanidad que refresca como la lluvia en verano y da ganas de vivir» (Les Échos).

Mãn (fragmento)

Las madres enseñaban a las hijas a cocinar en voz baja, entre murmullos, no fuera a ser que las vecinas les robaran las recetas y así pudiesen seducir a sus maridos con los mismos platos. Las tradiciones culinarias se transmitían en secreto, como trucos de magia que pasasen de maestro a aprendiz, un gesto por vez, según el ritmo cotidiano. El orden natural era que las niñas aprendiesen a medir la cantidad de agua para el arroz con la primera falange del dedo índice, después a picar los “pimientos perversos” (ót hiêm) con la punta del cuchillo para transformarlos en flores inofensivas, después a pelar los mangos desde la base para no llevarle la contraria a las fibras…