Mostrando entradas con la etiqueta Kerry Greenwood. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Kerry Greenwood. Mostrar todas las entradas

martes, 2 de enero de 2018

UNA DETECTIVE INESPERADA


Primera entrega de la serie de novelas protagonizadas por Phryne Fisher, una joven dama rica, que trabaja como detective aficionada en Melbourne (Australia) en los años 20.

Su título original "Cocaine Blues" es bastante más sugerente que la ñoña traducción al castellano, pero en ambos casos se trata de una historia increíble con una protagonista bastante improbable en los alegres años 20 y en Australia.....
Entretenimiento puro y duro al borde de la piscina, lectura de verano para despejar la cabeza de trabajos y problemas. Sólo desde ese punto de vista la recomiendo.

Sinopsis (Ed. Siruela)
Una detective inesperada nos presenta la primera aventura de la clásica y moderna heroína que está conquistando a los lectores de todo el mundo. ¡Llega Phryne Fisher!
A finales de los años veinte, la vida social londinense está en pleno apogeo, pero la aristocrática e irresistible Phryne Fisher se hastía solo de pensar en arreglos florales y conversaciones educadas. Por eso decide que embarcarse rumbo a Australia, su tierra natal, para probar suerte como detective y así escapar del tedio de la alta sociedad inglesa, será algo de lo más emocionante.
En efecto, desde que la intrépida Phryne pisa por primera vez el hotel Windsor, en Melbourne, se ve envuelta en una vertiginosa y entretenidísima trama: esposas envenenadas, estupefacientes, comunistas exaltados y policías corruptos. Por no mencionar los escarceos amorosos con el atractivo bailarín ruso Sasha de Lisse en las vaporosas salas del baño turco de Little Lonsdale Street...

«Las novelas de la deliciosa y sugerente Phryne Fisher son lo mejor que ha exportado Australia desde Nicole Kidman y Kylie Minogue».  Booklist

Una detective inesperada (fragmento)

Capítulo IIrá, centro de las verdes olas marinas,
... por su camino inexorable.
Wallace Stevens,
«The Paltry Nude Starts on a Voyage»

Los cristales de la ventana inglesa saltaron por los aires. Gritaron los invitados. Por encima de la exclamación general se oyó el chillido penetrante de madame de St. Clair, la esposa del embajador. —Ciel! Mes bijoux!
Phryne Fisher se levantó con toda tranquilidad y buscó a tientas un mechero. Hasta ese momento la velada había resultado tediosa. Después de los extenuantes preparativos de lo que todo el mundo consideraba el acontecimiento del año, la cena había sido una obra maestra culinaria, pero la conversación se hizo aburrida. A Phryne la situaron entre un coronel retirado de la India y un jugador de críquet amateur. El coronel se limitó a hacer unos cuantos comentarios convenientes sobre la comida, pero Bobby era capaz de enumerar todas las puntuaciones conseguidas a lo largo de dos años en los encuentros de todos los condados... y las contó. De repente se apagaron las luces y la ventana estalló en añicos. Cualquier cosa que interrumpiera los partidos del Wisden del Country House era buena, pensó Phryne, y encontró el encendedor.
La escena que apareció a la luz vacilante fue confusa. Las jóvenes, que por lo general tienden a gritar, gritaban. El padre de Phryne daba grandes voces a la madre de Phryne, cosa no menos normal. Varios señores habían encendido cerillas y uno de ellos había tocado la campanilla. Phryne fue a la puerta, se dirigió al vestíbulo principal, donde colgaba abierta la puertecita de la caja de los fusibles, y bajó el interruptor que indicaba «Principal». El chorro de luz los espabiló a todos, salvo a los que tenían los sentidos empapados de ginebra. Y madame de St. Clair, agarrándose melodramáticamente el cuello, se dio cuenta de que su collar de diamantes, que al parecer contenía una de las piedras del collar de la zarina, había desaparecido. El grito superó todos sus esfuerzos previos.